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Seminario
Puntuaciones sobre el autismo.
Cuestiones preliminares

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autismo@edupsi.com

Organizado por PsicoMundo y Fort-Da

Dictado por :
Viviana Inés Monserrat Aráoz y Margarita Maria Barrionuevo


Clase 5

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Transferencia- Juego

La clase pasada puntualicé que una consideración de la transferencia en el autismo, en la psicosis -como en la neurosis- es un preliminar ineludible a las otras cuestiones que la misma nos plantea. De allí mi insistencia, en la importancia de registrar los supuestos que ponemos en juego. Porque si suponemos que hay que establecer un saber, caemos en la ontología o en las clasificaciones diagnósticas. Diferente, es abstenerse de saber, para leer el texto que en la escena de la transferencia se produce.

Me detuve también, en los análisis que se basan en el signo lingüístico sin distinguir significante de significado y sin distinguir imaginario de simbólico. Posición desde la cual, en vez de interrogar ¿por qué hay algo en ellos que se congela?, aplicamos el cliché del saber establecido: metonimia, ecolalia. Lo congelamos en una imagen y procedemos acorde a ella. Esto nos traba la reflexión sobre lo que realmente hacemos en ese encuentro diario.

Hay síntomas que no se interrogan, que no se dirigen al Otro buscando una interpretación. Si el sujeto no se pregunta por el sentido del síntoma, si no se interroga, él lo padece como algo extraño a él mismo. En el caso de los niños, hay que analizar el discurso, las demandas con que se los trae a la consulta. Es frecuente que los padres de niños seriamente perturbados, presenten dificultades con sus demandas y dificultades en desplegar su historia. Hablan del niño en una sumatoria de estudios e informes, que intentan dar cuenta de la causa de sus comportamientos locos, raros e incomprensibles.

Estos pacientes requieren de nosotros algunas maniobras; un trabajo preliminar para crear las condiciones de aceptación de nuestra propuesta: el acto analítico. En mi institución por ejemplo: Lucas de casi 4 años, entra en pánico ante la presencia de cualquier otro que no sea su madre. En el consultorio se niega a abandonar los brazos de ella. En el transcurrir de las sesiones (con su madre al lado) el analista permanece explorando una caja de juego. Ante los vacilantes intentos de Lucas por acercarse a la caja, la madre (presa de gran inquietud) interviene: ¡que muestre que sabe hacer gimnasia! El niño al escucharla, mecánicamente, responde en el acto, se pone en acción. Dándose a si mismo instrucciones tales como: brazos arriba, brazos abajo, agachate, da vueltas. Finalizando con: ¡aplauso!, ¡basta!. Los pedidos de la madre se suceden: que muestre que sabe los colores, que sabe los números...Y la respuesta del niño siempre es automática y precisa.

Ante este acontecer el analista del niño modifica el encuadre: sostiene entrevistas en tiempos simultáneos y espacios contiguos. En un espacio la familia (y su analista) y en otro el niño (y él). Dándosele al niño la posibilidad de desplazamiento de un consultorio al otro.

En este nuevo encuadre, en unas sesiones, sentado en el regazo de su madre mientras ella habla con el analista, se empecina en sujetarle el rostro para que la atención sea puesta sólo en él y hace como si le relatara algo. En otra sesiones, uno de sus hermanos mayores sostiene a Lucas en sus brazos inmovilizándolo y la madre interviene diciendo: ¡déjalo que juegue!. En este momento, el analista del niño ofrece un espacio sólo para Lucas. Ninguno se opone. Porque una vez hecho signo el malestar podremos volverlo significante en transferencia.

La concepción de la transferencia en el psicoanálisis fue variando. Freud negó la posibilidad de transferencia en la psicosis porque para él, la noción de transferencia se encontraba ligada al autoerotismo, (el sujeto esta primero encerrado en sí mismo y manda seudópodos de libido para el exterior. Es primero uno célula cerrada y luego se abre). Lacan en su estadio del espejo parte de otro lugar: el sujeto primero esta en el exterior y es desde el exterior que se constituye, es una especie de tesis de paranoia original.

La clase anterior me detuve en la concepción Lacaniana de la noción de transferencia como sujeto supuesto saber. Entendiendo el saber como una articulación significante y una conexión entre ellos. No tratándose este saber como un término que remite a un significado sino un término que remite a otro término.

Señalé también, que no se trata de contra-transferencia pues no hay reciprocidad. El analista es aquel que acoge la transferencia. Su lugar, su papel y su función están definidos ella. No hay analista fuera de la transferencia.

De lo cual se desprende la importancia de determinar el lugar, a posteriori, en el que uno se situó en ella. Hay que analizar qué lazo establecemos: un lazo como amo, como universitario, como histérico o como analista.

Como nos movemos generalmente en el muro del lenguaje, el mundo de los sentidos compartidos, cualquier interlocutor es otro con minúsculas, que me permite ubicarme como yo o sea como agente de mi discurso. El mundo es especular y del orden de lo imaginario, tiene una función de correspondencia (el vaso es especular porque esta hecho para mi boca o el zapato para mi pie o la cama para mi cuerpo). El soporte del reconocimiento imaginario es necesario para cualquier diálogo. Pero el oyente tiene un poder: el poder discrecional del oyente. Tiene un poder no solamente sobre el sentido de lo que se le dice, sino sobre la identidad del hablante.

Cuando se habla el sentido de lo que se dice reside en el otro. Concepto contrario a la noción común según la cual, el sentido de lo que se dice reside en el que habla. Es así que el mensaje es mitad de quien lo dice y mitad de quien lo escucha. Por ejemplo: si te escucho como alguien que puede decir una palabra inesperada, como alguien que puede hacer acto con su palabra, como alguien que puede cambiar, es ahí donde te constituyo como sujeto. Pero si te escucho como alguien que dice siempre las mismas cosas porque estás así constituido, como producto de un déficit en lo simbólico, te dejo como un objeto constituido.

Tenemos entonces, el poder de decidir discrecionalmente el sentido y también la identidad del hablante. Esto lo podemos comprobar en nuestro cotidiano: qué vamos a escuchar de fulana si es tal cosa... o que´ vamos a escuchar mengano si siempre dice lo mismo... o de perengano si pertenece a tal grupo. Por lo tanto, hay que desarmar las proyecciones que hacemos continuamente sobre las palabras y comportamientos de los pacientes.

Además de estar advertidos sobre los supuestos que ponemos en juego también hay que considerar nuestro goce: la tentación de quedar fascinado por el sujeto que ocupa el lugar de objeto o también de querer su bien. Porque acto analítico quiere decir: no me voy a sustraer.

Por ejemplo estar en presencia de niños autistas es confrontarse con olores, contactos de piel y posturas inhabituales. Signos que testimonian en el niño una dinámica pulsional no marcada por las castraciones culturalmente acordadas.

Estos comportamientos pueden inducir a no implicarme como analista en la transferencia y postular que ella no existe, quedándome en posición de alma bella. Y como alma bella sostener la certeza de ser.

Les propongo seguir leyendo los efectos que estos supuestos de déficit producen, porque desde esta posición, el psicoanálisis se degrada haciéndose adaptativo.

Existen instituciones encargadas de "curar" al niño. Cuando lo que hacen es solamente transformar al niño en un objeto. Objeto del saber psiquiátrico, objeto administrativo u objeto del saber psicoanalítico.

Alfredo Zenoni, director de una institución para adultos en Francia, en su texto Tratamiento del Otro pronunciado en el 15to. Aniversario de Antenne 110 (institución abocada al tratamiento de niños y jóvenes psicóticos en Bruselas) postula como parte de su "fórmula" (como el llama a ese tratamiento) ...una presencia del adulto que no juegue del enigma del deseo del Otro, una legalidad no caprichosa de la vida colectiva, un funcionamiento de talleres inspirado en soluciones...lejos de implicar un relajamiento de la referencia al psicoanálisis está, al contrario, en el hilo conductor que la clínica freudiana y lacaniana implican...lo que caracteriza la incidencia del psicoanálisis en la Antenne, es menos la presencia de algunos analistas, actuales o a devenir, en medio de un grupo de "educadores", que la responsabilidad de todos de sostener en común una respuesta a la psicosis que se deduce de la ética a la cual no el ideal, sino el real psicoanálitico preside".

A mi entender esta postulación termina resultado un catálogo de instrucciones.

Además si Zenoni dice ¿Adulto que no juegue del enigma del deseo del Otro? Yo le respondo que si el Otro es un lugar y como lugar "no se sostiene," solo nos resta hacernos cargo del lugar que ocupamos en ese lazo. El Otro se define por su falta. Falta en ese lugar un significante y ese es el lugar del sujeto. En el Otro está la causa del deseo de donde el hombre se desprende como resto. (Lacan, La tercera)

¿A donde más nos lleva Zenoni?: a respuestas presupuestas. La solución para él es una institución ideal. Con su "formula" niega el desarreglo esencial en la sexualidad humana: que no hay Otro del Otro, que no hay relación sexual (siendo ambos matemas distintos modos de nombrar la falla radical, no debida a ninguna operación o falta de operación en la historia del sujeto). Si Zenoni niega la falta estructural del sujeto, niega su lugar, niega su respuesta. Niega, entonces, los distintos modos de ese sujeto de suplir la inexistencia de relación sexual.

Zenoni sostiene "..esta línea orienta el tratamiento hacia el plano en donde se plantea la causalidad de la psicosis, hacia el plano del Otro. La cuestión que se plantea acá y a la cual la práctica colectiva de la Antenne me parece ser un ensayo de respuesta---es la de tratamiento del Otro--....por cierto, está excluido –porque es imposible---apuntar a rehacer rescribir la "prehistoria" simbólica del pequeño sujeto, no se trata de rehacer al Otro. Sino, tal vez, lo simbólico nos permita explotar algunas de sus posibilidades, aquella, sobre todo, de una puesta en pie de otra Alteridad que sea alternativa al Otro primordial del sujeto. Simplemente y a mínima, el hecho de estar en otro lado, en otro lugar de vida que el de la familia ¿no contiene en si la posibilidad de un aligeramiento de la presión persecutoria, si al menos el nuevo contexto simbólico se presenta como desconectado del saber del Otro?

Este arreglo simbólico que Zenoni propone... ¿no es acaso el encierro en una institución ideal?. En el afán de encontrar respuestas, pone en marcha el anhelo de reparación. Preocupado por encontrar sustitutos a los padres desfallecientes se olvida del niño. Se olvida que el niño trae una larga historia con elementos de transmisión de inconsciente a inconsciente a lo largo de varias generaciones. Una historia puede no relatarse pero el cuerpo del niño es una puesta en acto de esta historia.

Además ¿es el Otro el que sabe y el Otro el que goza? De ser así, todo depende de lo que sucede en el Otro y todos seriamos marionetas de un gran titiritero que sería el Otro. Es desconocer la subjetividad, el goce, el fantasma, que precisamente tienen lugar en la falta del Otro.

¿Acaso en Lucas no hay toda una actividad en propiciar que su madre lo mire sólo a él? ¿acaso no es activo cuando responde como un resorte a sus pedidos? ¿no cabe ahí un interrogante en relación a su goce?

Por el contrario si la propuesta es que el analista tenga las respuestas y además arreglar al Otro, el analista es un dios (toda omnipotencia), y se anula al sujeto.

En algunos tramos de mi práctica compartí formulaciones que suponen a los niños sujetos en vías de constitución subjetiva. Este postulado: no todavía ya casi..., un poco más... y llega a sujeto...; desliza como tantas pequeñas ideas (Lacan Breve Discurso a los Psiquiatras) a la clínica de déficit. Pequeñas ideas que es imprescindible registrar para ceder la posición al sujeto y no erróneamente intentar repararlo. Esto me introdujo un interrogante: ¿qué hay de poco acabado en nuestra noción de sujeto? o... ¿por qué el campo de la determinación se confunde con la causa?

Entonces Sujeto ¿qué quiere decir?

Es Lacan, quien introduce la noción de sujeto como el efecto del lenguaje en el ser viviente. Efecto que subvierte la naturalidad y torna imposible la identidad. Nunca es una identidad acabada de una vez y para siempre (sólo deviene) porque un sujeto se constituye en un significante solo para otro que lo desvanece. El sujeto tiene el estatuto de una pulsación, él es siempre lo que adviene y se pierde.

Entre lo que dice y lo que cree decir, entre lo que sabe que dice y lo que no sabe que dice se aloja el sujeto dividido. Hay una discordancia entre el saber y el ser. Discordancia que torna imposible el saber establecido sobre el sujeto: insuficiencia de saber que anima el juego... el juego de la vida.

El sujeto no es lo que el Otro determina, es la falta en el Otro. El sujeto extrae activamente la letra del Otro y en la búsqueda de ser lo que el Otro desea se identifica con el objeto. El sujeto no es un dato, no esta instituido, no es una entidad estable.

Si en la falta del Otro, puedo poner un objeto en juego (como el nieto de Freud) ¿de que objeto se trata? No hay que equipararlo con los objetos del mundo. El objeto se vacía, se ausenta de sí mismo y pasa a funcionar en otro registro como causa de mi deseo. Es lo que me mueve, sin saber por que.

El objeto a no es un objeto del mundo, no es un objeto más de intercambio. Es la falta que permite que nos pongamos en movimiento. Siempre que hay una identificación algo falta: si digo yo soy analista algo queda fuera. Queda fuera que soy mujer, que soy madre...remitiéndome a otras identificaciones, sin que ninguna alcance a nombrar lo que soy. El objeto a es lo que resta de cada identificación -es lo que soy- más allá de lo que diga que soy. Digo lo que soy pero no soy lo que digo.

El sujeto no es pasivo. El juego opera en la dialéctica de la relación del sujeto y el Otro. El juego opera en la no correspondencia, en esa zona de inclusión- exclusión, en el desencuentro primordial con el Otro.

Frente a la falta del Otro respondo con la angustia o con el fantasma. Hay un objeto muy particular que pongo en juego para no saber nada de la falta del Otro para no enfrentar la castración del Otro. La aspiración es que al Otro no le falte nada, que tenga todas las respuestas. Sosteniendo la omnipotencia del Otro.

En su jugar el niño –como un artista- dispone de los objetos en un orden nuevo y adapta los de su imaginación al mundo real. El juego es una invención –algo nuevo- no viene dado por el Otro. El juego no es adaptarse a un programa. Es una estética de la inmediatez, del disparate, del azar.

Marcela Errecondo integrante del Equipo 111- Rosario -Argentina (Centro de Día para niños psicóticos y neuróticos graves) adherente en forma manifiesta al Tratamiento del Otro (A. Zenoni) en su texto "A propósito de la psicosis en el niño" sostiene: "nuestro trabajo tendrá al goce ubicado en el lugar central pues se trata de Otro loco desbocado sin ningún tipo de límite, que toma al niño y ante el cual el mismo queda sin recursos...Si tomamos lo que dice Lacan, que la condición del sujeto (sea neurótico o psicótico) depende de lo que suceda en el Otro, nuestra intervención será a nivel del Otro"

En este Tratamiento al Otro se postulan enunciados contradictorios: "...cada niño llega a la institución con una forma de tratar su goce..." ---pero el tratamiento propuesto es buscarle una respuesta--- "Dentro del dispositivo de la institución, el hecho de leer e intentar saber algo más sobre las psicosis funciona como un elemento tercero entre los niños y el equipo..." ---pero a ese saber se lo supone producido y se lo busca en los libros--

Desde esta posición no hay lugar para el juego. Ella describe cómo Gerardo (12 años) se mueve y procede con la tira de la que no se separa. En ningún momento se hace mención a su juego ni a la transferencia: "Ante esta tira tuvimos una estrategia: considerarla como si tuviera una función, aunque en primer momento no comprendíamos muy bien cual...Lo cual nos llevo a no responder a la demanda de los padre...Por otro lado se intentó introducirlo en la demanda..."-- Pero es qué de comprender se trata. Si como Lacan lo indica "Cuantas veces advertí a quienes están en control conmigo cuando me dicen: "Creí entender que él quería decir esto o aquello", les advertí que una de las cosas que más debemos evitar es comprender demasiado, comprender más que lo que hay en el discurso del paciente ( S.1-pag. 120)

Me pregunto también, si existe algún caso en el qué haya que responder a la demanda de los padres. Esta analista permanece como observadora y se aboca a la descripción pormenorizada y exhaustiva de las maniobras del niño con las tiras. No se interroga por su goce (por lo que lo mueve) o lo que lo congela en una forma se ser.

Hay otras maneras de intervenir haciendo lugar a lo que el niño trae. Otras manera con otros efectos para el niño como en el caso Dick, (Lacan en su S.1 dice: Debemos tomar el texto de Melanie Klein como lo que es: el informe de una experiencia). M. Klein hace una descripción topológica del cuerpo del niño en el espacio y de cómo ella va jugando con esos espacios. Registra un detalle importante: "este niño no desea hacerse comprender, no busca comunicarse; sus únicas actividades más o menos lúdicas son emitir sonidos y complacerse con estos sonidos sin significación, con estos ruidos..." – Lacan subraya como en este caso Melanie Klein deja de lado lo establecido por ella misma: "debe entonces renunciar a toda técnica...no interpreta nada aquí..." Ella nombra: "...ella sólo hará este tipo de cosas, ninguna otra. Rápidamente el niño progresa".

Ella tiene la convicción que nombrando y jugando, le permite a Dick una salida. Ella no desiste al plano de la palabra. En el mismo seminario Lacan dice: "¿cuáles son los efectos de las simbolizaciones introducidas por la terapeuta? Estas determinan una posición inicial a partir de la cual el sujeto puede hacer jugar lo imaginario y lo real y conquistar así su desarrollo...En la pareja momentáneamente formada por el terapeuta y el sujeto, aun cuando su forma sea mínimamente afectiva, puede producirse una palabra verdadera."

La dimensión del análisis es una dimensión en tiempo presente, una dimensión en acto. Se trata de una experiencia. Es volver a vivir con el analista, y ahí, hacer relato a la vivencia. Importa lo que en la escena se produce y se dice de ella.

Si partimos que el saber inconsciente es lo ya dado: se intenta confeccionar(le) uno a medida. Cuando se parte de la idea que al saber inconsciente hay que descubrirlo, se cae en las teorías del trauma, en el saber referencial, en el saber causal.

El síntoma analítico requiere el anudamiento particular a la transferencia. Si no es así ¿quien responde?

-Si responde el poder establecido: los discursos Amos en las distintas épocas determinan distintos lugares para la locura: historia de exclusiones, encierros, segregaciones.

-Si responde el conductismo: es el dominio. Hay que controlar, dominar la situación. Para lo cual, se apela al adiestramiento, al condicionamiento: hay que enseñar o reemplazar a los padres y reformar a los niños. Se acumulan programas de adiestramiento (Los padres se afanan en constituirse en los mejores terapeutas de sus hijos. El efecto: es que los padres no son padres y los hijos no son hijos).

-Si responde el seudo-psicoanálisis: es la clínica de déficit: "el Otro falló hay que trata al Otro" como si fuera posible alcanzar el Ideal o la relación lograda.

 

Pienso, sería pertinente aclarar esta última respuesta (la del seudo-psicoanálisis): En su escrito De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible en la Psicosis Lacan sostiene que la falta es una falla contingente, no necesaria. Falta contingente de un significante que no es cualquiera, sino que tiene un lugar muy importante por su papel de capitonado del orden simbólico: el significante del Nombre del Padre. De allí, que todas las propuestas "psicoterapéuticas" de la psicosis (entre los lacanianos) se apoyan en este texto. Porque este texto, arrastra una concepción deficitaria de la psicosis. Ahí lo que diferencia la psicosis de las neurosis es la forclusión del Nombre del Padre y la metáfora paterna.

Esta concepción lacaniana da lugar a distintos tipos de tratamientos, a distintas prótesis simbólica. Tratamientos donde el analista se presenta en el lugar del padre. Cuando la demostración del mismo Lacan muestra que si uno se presenta en el lugar del padre, desencadena la psicosis. Pienso que en el caso de los niños esta posición incrementa los pasajes al acto y los acting-aut-.

Pero como Lacan piensa contra si mismo, modifica esta postura. Cuando ubica como fundamento no hay relación sexual, el despliegue es otro: la subjetividad es alrededor de una falta no contingente ni debida a ninguna operación o falta de ella.

Poner en valor el mensaje y el goce del síntoma posibilita un acontecimiento generador de transformaciones. En mi institución: Leo, se presenta como un personaje de dibujitos animados, ahí él, es activo en la voluntad de imponer la máscara: tiene que ser así (voluntad de auto-hipnotismo), yo soy la imagen que tengo. Es algo que el usa para-ser. Su respuesta es ser para el Otro. Cuando las caricaturas pudieron ser tomadas como juguetes, en el jugar con su analista, la máscara pudo despegar de su persona.

Al anudar el síntoma a la transferencia se apunta a desalojar al paciente del lugar de ser. De ser quien venga a completar al Otro en el sentido de correr(se) de ese lugar en que él esta ocupado. De tener él, que ofrecerse ahí, a veces al precio real de su vida.

Hasta la próxima.

Mara Barrionuevo
A cargo de la dirección profesional del Centro de Estudio, Investigación y Tratamiento de ASANA-TUCUMAN (Asociación Ayuda al Niño Aislado) - E-mail:
barrionuevomara@hotmail.com

Bibliografía:

Zenón, Alfredo. Tratamiento del Otro- "Hacia una clínica de las suplencias" Lazos

(Publicación de Psicoanálisis I.D.E.P.) Editorial Fundación Ross

Erreconto, Marcela. A propósito de la psicosis en el niño- "Hacia una clínica de las s suplencias" Lazos (Publicación de Psicoanálisis I.D.E.P.) Editorial F fundación Ross.

L Lacan, Jacques. Seminario 1- La tópica de lo Imaginario- Editorial Paidós

L Porque el saber, al no hacer todo, hace que haga falta otra satisfacción: la satisfacción de la palabra. Y en segundo lugar el oscuro objeto del deseo inscribe en la transferencia un punto de mutismo, un punto de silencio absoluto en el supuesto tenerlo.


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