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Seminario
En el consultorio de Freud: H. D.

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Organizado por PsicoMundo

Dictado por : Rebeca Hillert


Clase 3
Desciframiento


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1 – ¿Deseo de unión?

Habituado a vagar largamente por mares desesperados,

Tu cabello de jacinto, tu rostro clásico,
Tu aire de náyade, me han traído al puerto
A la gloria que fue Grecia
Y a la grandeza que fue Roma

Se trata, por supuesto, del muy citado Helen, de Edgar Allan Poe, y mi madre se llamaba Helen.

Freud interpretó el viaje que hizo la paciente a Grecia como un deseo de unión con su madre, por el nombre de ésta, Helen. Durante este viaje, en 1920, la autora había visto proyectarse unos escritos sobre la pared de la habitación de su hotel. A Freud este síntoma le pareció de gravedad. A continuación, voy a transcribir los párrafos donde describe estas figuras, esas figuras que denomina "escrito". ¿Por qué no dibujado?

De las 3 figuras que describe en principio, afirma que son familiares. No menciona ningún sentimiento asociado a ellas. Tiende a asociarlas con objetos y símbolos. Pero aparte, trata de descifrarlas, sola y en el análisis. Su importancia no podría desdeñarse, desde el momento en que prestan su título al libro. Además se trata de una experiencia el hecho de verlas. Y esta experiencia viene a confirmar lo que en la clase anterior señalé con respecto a la mirada y la prevalencia de la pulsión escópica.

Puedo decir que nunca, ni antes ni después, he tenido una experiencia semejante. Vi formarse una figura confusa sobre la pared entre los pies de la cama y el lavatorio. La tarde estaba avanzada; la pared era de un color ocre opaco, mate. Pensé, al principio, que se trataba de la luz del sol que se filtraba vacilante a través de las sombras de los naranjos, llenos de hojas y de frutos y de flores, que se hallaban frente a la ventana del dormitorio. Pero inmediatamente me di cuenta de que nuestro lado de la casa estaba ya en la sombra. Las figuras de la pared eran como calcos, incoloros o "calcomanías", como pretenciosamente las llamábamos cuando niños. La primera era una cabeza y hombros, tres cuartos de perfil, sin rasgos marcados, un estarcido o un estampado de una soldado o de un aviador, pero la figura era de una luz vaga sobre sombra y no sombra sobre luz. La silueta recortada sobre luz, no en sombra, y tan impersonal como puede serlo cualquiera, de casi cualquier país. Y sin embargo había algo claramente familiar en la cabeza con su gorra de visera, inmediatamente fue alguien no identificado por cierto, pero alguien que sugería una pregunta: ¿Hermano muerto?; ¿Amigo perdido?

Parecía una copa, sugería en verdad el cáliz místico pero era la forma familiar de vasos que todos conocemos, con base redonda y pie de cristal. Este cáliz es tan grande como la cabeza del soldado, o simplemente ocupa la misma cantidad de espacio, como si ambos fueran formas impresas en tarjetas ilustradas, o también (ahora que lo pienso) en cartas de barajas. He dicho, con el Profesor, que pondría mis cartas sobre la mesa. Estas eran las cartas; hasta dos de ellas. La tercera sigue inmediatamente o ahora la percibo. Es un diseño simple en perspectiva, o que por lo menos sugiere perspectiva luego de las otras dos imágenes planas. Es un círculo o dos círculos, el inferior es el más grande de los dos; en él se reúnen tres líneas, no en un plano, como digo, sino en perspectiva, un objeto fácil de dibujar, una vez entendida la idea de inclinar los planos para dar sensación de espacio. Y ese objeto es tan simple y tan familiar que pienso otra vez, "Es una sombra". En verdad, no podía haberlo sido, porque esta sombra era "luz"; pero la réplica exacta de esta figura se hallaba sobre el estante superior del antiguo lavatorio, junto con el vaso de los cepillos de dientes, con el jabón y con otras cosas como éstas. Era exactamente la base de la pequeña lámpara de alcohol que teníamos (lámpara de alcohol?)* Y yo sé que, si estos objetos son proyectados por mi propio cerebro, es una limpia trampa, un atajo, un equívoco, una especie de broma. Porque el soporte de tres patas de la lamparita de alcohol que está con los demás objetos amontonados sobre el lavatorio, no es otra cosa que nuestro viejo amigo, el trípode del elfos clásico. Así, el trípode, este objeto venerado del culto del dios sol, símbolo de la poesía y de la profecía, está vinculado por asociación con esta estructura que corresponde al pequeño recipiente y se usa como soporte de éste cuando hervimos agua para esa taza de té reanimadora que tomamos en nuestra habitación. El trípode está pues asociado en el pensamiento con algo amistoso y ordinario, el tercero o segundo miembro de mi equipo de viaje, usado como base para la lamparilla de alcohol y como soporte del recipiente de aluminio. El trípode ahora es un objeto que debe ser aún más venerado. De cualquier manera, allí está la tercera de mis cartas sobre la mesa.

2 – Lo escrito en la pared

Resumo las asociaciones: Ve 3 figuras de luz, o sea iluminadas, lo cual es coherente con la idea de algo espiritual, relacionado con la lámpara de alcohol. Pero remite a calcomanías, las figuras de su infancia, esto también hace familiar a lo escrito.

El primer diseño: se trata de una cabeza y hombros, de un soldado, aviador; una gorra por la visera. Tal vez se trate de su hermano muerto o de un amigo perdido.

El segundo: una copa, un cáliz. Asocio: su abuelo en el púlpito, la iglesia. No lo sé. Son vasos.

El tercero: tiene perspectiva. Es un círculo o dos círculos. El inferior es el más grande. Están unidos por tres líneas. Asocia con la lámpara de alcohol sobre el estante del antiguo lavatorio. Por un juego de palabras indica: lámpara de espíritu. Además es un trípode venerado, y ahora debe ser más venerado, agrega. ¿Por qué más? ¿Por qué se prepara el té reanimador? Porque es algo amistoso, ordinario, familiar.

El trípode del elfos clásico que la autora menciona, era un objeto venerado del culto del dios sol: símbolo de la poesía y la profecía. Tiene algo que ver con el templo de Delfos, de Apolo.

Apolo es el dios de los oráculos, de la medicina, de la poesía y de las artes, de los rebaños, del día y del Sol, llamado a veces Febo.

Anotemos que el objetivo de Hilda Doolittle cuando se propone ir a Grecia era el llegar al templo de Helios, el sol. Las letras nos llevan a Hellas, Helen. Como le había sugerido Freud, un viaje de unión con la madre, o tal vez, con el nombre de la madre. De ahí a: el Sol. No hay razón en confundir ese nombre con la figura materna, ya que remite a una cultura entre otras cosas. El trayecto no fue posible hacerlo, era considerado ese año muy peligroso. Su amiga lo había hecho con el padre: ese era el recorrido por la ruta sagrada.

En 1919, H. D., enferma, le había dicho a su amiga: "Si pudiera sentir que voy a poder recorrer la ruta sagrada de Delfos, sé que me recobraría."

Hasta aquí tenemos un anhelo que traduce algún deseo, un anhelo muy fuerte asociado con el trípode.

Si tratamos de seguir las vías asociativas, dando por seguro que se trata de vías muy conocidas por la autora, averiguamos lo siguiente. Apolo era considerado el inspirador de los artistas y patrono de los médicos. El libro que estamos leyendo lleva una dedicatoria:

A Sigmund Freud
médico sin tacha

El hijo de Apolo, Asclepio, era conocido como el "medico sin tacha", por lo cual, Sigmund Freud, resulta hijo de Apolo. Apolo, Dios de los oráculos. Esto nos da una idea sobre la transferencia de la autora, como paciente, hacia Freud.

Para los griegos, la religión, el arte y la medicina iban juntas. Volver a reunirlas devenía una nueva forma de pensamiento. Cito:

El trípode, sabemos, era el símbolo de la profecía, del lenguaje profético o de la ciencia oculta o escondida; la sacerdotisa o pitonisa de Delfos se sentaba en un trípode cuando pronunciaba sus dísticos, las famosas sentencias délficas que, se decía podían leerse de dos maneras.

La autora asocia, haciendo un paralelismo. Asegura que su escrito puede también leerse de dos maneras.

Ella entonces lo llamó escrito, a lo que vio diseñado sobre la pared, por la razón de que admite y hasta solicita ser leído. Copio:

Podemos leer mi escrito, el hecho de que hubiera un escrito, de dos maneras o en más de dos maneras. Podemos leerlo o traducirlo como un deseo reprimido de "signos y maravillas" prohibidas que rompiera sus ataduras, como a un deseo reprimido se ser profetisa, de ser importante de algún modo, lo llaman megalomanía; un deseo oculto de fundar una nueva religión, descubierto por el Profesor en la reciente imagen de Moisés.

O sea, hallamos dos niveles de lectura. Uno, significado suficientemente por la palabra megalomanía; es el nivel del narcisismo, deseo de ser importante. Otro: un deseo "de signos y maravillas". En este último encontramos un deseo causado, más oculto, un deseo que implica ruptura, corte con prohibiciones y ataduras. Es un deseo enganchado al movimiento pulsional, a la curiosidad y a la creación.

O quizá este escrito-en-la-pared es meramente una extensión de la mente del artista, una imagen o un poema ilustrado, tomado del contenido del sueño real o de la ensoñación diurna y proyectado desde afuera, realmente una idea de gran poder, simplemente sobreacentuada, sobre-pensada, se podría decir, el eco de una idea. La reflexión de una reflexión, un pensamiento "extravagante " que hubiera escapado del control, que hubiera llegado demasiado lejos, un "síntoma peligroso". 1

Además lo escrito busca traducción. Sigamos:

Pero, síntoma o inspiración, la escritura continúa escribiéndose a sí misma o siendo escrita. Es evidentemente pictografía, aunque sus símbolos pueden traducirse en términos de hoy; es griego en su espíritu, más que egipcio.

En negrita, algo más adelante, la autora dice, mirando la pared, entre el pie de la cama y el lavatorio: El dedo que se mueve escribe.

Describe dos puntos de luz que se alargan desde el centro, se acercan, de dos líneas forman una. Siente como que sus músculos faciales se entumecen. Cree que puede quedar congelada como "una de aquellas enemigas de Atenas, la diosa de la Sabiduría, a quienes Perseo mostró la cabeza de la Gorgona." Continúa:

¿Estoy mirando la cabeza de la Gorgona, un sospechoso, un enemigo con el que tendré que habérmelas? ¿O soy yo misma Perseo, el héroe que lucha por la Verdad y por la Sabiduría?

Ahí aparece una especie de impugnación a lo idealizado del héroe, ya que nada haría sin la protección de Atenea. Además él también podría convertirse en piedra si miraba demasiado de cerca. Nuevamente surge la mirada. Aquí asociada a un destino horrible y al mal. Volveremos sobre este tema de la mirada. Este apartado continúa y culmina con esta frase:

Pero aunque dudaba, mantuve la mirada firme y concentrada en la pared ante mí. 2

Ahora vamos a adentrarnos en el imaginario de la paciente. Es la forma de que el trabajo analítico no se transforme en un juego de fonemas y asociaciones fuera de escena o caprichosos. Para ello, nos conviene averiguar quien fue Perseo, héroe por quien la protagonista se pregunta, en el caso de que fuera ella misma, identificada a él, luchando por la Verdad y la Sabiduría.

Perseo, según informa Graves, era hijo de Dánae, y de una lluvia de oro con que la bañó Zeus. El oráculo había predicho que el nieto mataría al padre de Dánae: Acrisio. Ella estaba presa cuando fue fecundada por Zeus. Entonces, Acrisio encerró a madre e hijo en un arca de madera que arrojó al mar.

El tema del bebé en el agua se repite en la referencia a Moisés y en el sueño ya relatado de H. D. Ella y su hija corrieron peligro de muerte a raíz de una enfermedad.

Por otro lado Perseo prometió llevar la cabeza de la medusa al rey que lo había criado para que no se casara con su madre.

Cuando regresó con el trofeo, enterado de que el rey insistía en casarse con su madre, sorprendió a este en un banquete, sacó la cabeza de la Gorgona que había conseguido y petrificó a todos. "Luego entregó la cabeza a Atenea, quien la fijó a su égida".

Por lo tanto, la autora del libro, puede identificarse con Perseo, el niño salvado de la muerte. Como no vale la contradicción para el inconsciente y sí la yuxtaposición, ella también es la que ve la cabeza que la petrifica: el hermano muerto. Esta asociación podría resultar válida para el primer escrito en la pared.

Según Graves (partimos de la base de que la paciente conocía sobre mitología), Perseo "el destructor", probablemente representaba a los helenos patriarcales que invadieron Grecia y el Asia Menor al comienzo del segundo milenio A. C. y desafiaron el poder de la Diosa triple. Con este mapa entramos de lleno al terreno de la castración, de la Diosa o de la Madre.

Por lo tanto, ¿era para unirse a la madre que había viajado a Grecia? Así lo había asegurado Freud. Pero su inconsciente la derivaba a Perseo, y a la castración de lo que desde la teoría de Lacan se denomina Otro. Porque su inconsciente escribe, casi viniendo de lo real, una cabeza que la petrifica. La égida o escudo de Atenea, es el escudo símbolo de la castración. De allí a Atenea, diosa de la sabiduría, hija de Zeus.

Al final de su libro: Advenimiento, basado en las notas tomadas durante las sesiones, escribe:

El Profesor dice que Atenea es la Isis velada, o Neith la diosa guerrera. Tomó la estatuilla de Atenea y la puso en mis manos. Hay otra Atenea, o Niké alada, en el vaso que vimos cuando yo describía mi Escrito en la Pared.

Insiste con Atenea. Volveremos sobre Isis. También con Niké.

Hubo un trayecto hasta aquí, no creo en el azar para dar con él.

Se trata en su punto de partida de lo nacido muerto. Pasa por lo no nacido, y luego sigue por la profecía, la poesía, el signo, la maravilla, la escritura.

3 – La producción del inconsciente

Esto me lleva a hacer un recorrido paralelo, posterior a Freud. Va a enriquecer nuestro análisis. Se trata de los desarrollos de Lacan.

Cuando Lacan trabaja en su seminario XI, sobre los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, el concepto de inconsciente freudiano, apunta a algo diamentralmente opuesto a la idea que hegemonizaba el psicoanálisis por ese entonces. Lo cito:

"El inconsciente, en primer lugar se nos manifiesta como algo que se mantiene a la espera, en el aire podría decir, de lo nonato. Que la represión vierta en él algo no debe sorprendernos... /.../Esta dimensión debe evocarse con certeza en un registro que no tiene nada de irreal, ni de desreal, sino de no – realizado". 3

Y antes afirmaba:

"Pues el inconsciente nos muestra esa hiancia por donde la neurosis se conecta con algo real – real que muy bien puede no estar determinado".

Más aún, sigo buscando para atrás:

"... entre la causa y lo que afecta, hay siempre cojera".

Notemos que Lacan no identifica lo inconsciente con lo reprimido sino con lo no nacido. Por otra parte lo ubica en función de la muerte, o de la vida. Pero en esa oposición.

El hecho de que Lacan introduce una diferencia en la teoría con el inconsciente elaborado por Freud, fue destacado en nuestro medio por el psicoanalista Norberto Rabinovich. Pero está explícito en el seminario citado más arriba:

"/.../ ¿quiere decir eso que pienso retener los conceptos introducidos históricamente por Freud bajo el término de inconsciente? Pues bien ¡no!, no lo pienso." 4

Retomo y luego aclaro: el escrito en la pared relatado no es el mismo escrito que apareció como visión. El relato se hace en análisis, por lo tanto en transferencia. Además del relato surgen asociaciones y las figuras no cuentan como tales.

Ahora bien, si no sigo mal las señalizaciones de Lacan, interpreto que lo diseñado y visto como luz es el lugar donde el inconsciente se cierra. Hay ahí lo que podemos llamar con Freud una cicatriz. Y conjeturamos un agujero en el saber del inconsciente, una hiancia, que ha sido puesta de relieve por una pictografía a descifrar.

Recuerdo que: el saber no está en falta, hay una falta en el saber. Lo interesante en este caso es que H. D. nos va llevando hacia la misma materia de la curiosidad sobre el saber. Un saber simbolizado por Atenea. Ese saber lleva como escudo el símbolo de la castración: la cabeza de la Gorgona.

¿Qué más decir? ¿No es acaso una forma poética de intuir la falta que aqueja a todo saber? O, lo que es lo mismo, el saber no se completa. La ciencia lo sabe, pero trabaja sin descanso para irlo completando. ¿El psicoanálisis? No trabaja para descompletarlo, si no sería una histérica. La histérica está trabajando para mostrar lo que el amo no tiene, lo que le falta a su saber de amo. El psicoanálisis, si aceptáramos que trabaja, es en la producción de un significante, Uno más. Entonces hablamos de creación, y concluimos que el tratamiento psicoanalítico rebasa la rememoración, va más allá de la reminiscencia.

Lacan afirmaba en lo citado que la neurosis conecta con algo real. Podría conformarme pensando que este real es un límite. Pero arriesgo: se presenta como un objeto, y en este caso una visión.

Este o estos objetos vistos, en lo imaginario remiten a lo familiar. Están a un paso de lo siniestro, que es familiarmente extraño. Desde lo real brillan. Desde lo simbólico aluden a Atenea y al escudo de la castración. Como comprobaron, me serví de los tres registros lacanianos: imaginario, real, simbólico.

Agrego: estos escritos no se vuelven siniestros ni pueden encasillarse fácilmente como alucinaciones porque este escudo protector de la castración está operando en H. D. Hay un momento en que se pierde y queda desubicado, entonces aparecen fenómenos percibidos como parálisis. Dije escudo protector de la castración. Aclaro.

Me refiero a la castración no como falta imaginaria de un órgano. Esto va a aparecer en alguna interpretación de Freud cuando se refiera a lo que llamó envidia del pene en la mujer. Entonces, cuando más arriba hablé de castración me refería a una característica del lenguaje: no cierra. No hay universo del lenguaje, porque lo simbólico no llega a recubrir totalmente lo real, falta un significante. La consecuencia de esto, es el juego abierto para la palabra, la metáfora, la metonimia y la libertad del significante con respecto a lo que quiere significar.

Pasemos ahora a leer las notas de la autora, las que están bajo el número 12 en "Advenimiento".

6.40 p.m.

Hoy le hablé al Profesor de la pictografía, o del Escrito en la Pared. Quería saber detalles del tamaño exacto de las imágenes proyectadas que vi en el dormitorio del Hotel Belle Venise de Corfú, cuánto tiempo real había durado la materialización de las series, la hora del día que era. Miré a mi alrededor y encontré lo que buscaba; en uno de sus vasos griegos había una imagen de la Victoria, o de Niké, como yo la llamaba, igual a la de la serie de imágenes. Exclamé, "Ah, allí está".

El Profesor y yo fuimos hasta la vitrina. Algunas de las imágenes tales como las vi y las describí pueden haber sido siluetas de vasos griegos. 5

Vamos a detenernos en el "pueden haber sido". Lo notable es el tiempo del verbo. Produce el mismo efecto que ese futuro anterior donde vive el tiempo lógico. Un futuro que realizará a partir de este instante el pasado por significación retroactiva. El sujeto de la oración no es el agente de ninguna acción. El sujeto en plural son siluetas. Esto no devuelve a lo delineado en la pared como objeto. Arriesgo: un objeto donde se ve el sujeto anonadado, en ese objeto, por esa luz. Insiste la mirada ahí mismo donde se borra el efecto de castración, o se reduce al mínimo. El observador está anulado por la mirada. La gramática lo pone de manifiesto. La forma gramatical acentúa la falta de implicación del sujeto que recuerda las siluetas. Esto se produce por el infinitivo del verbo haber, en "pueden haber sido", y también por la forma pasiva del verbo ser. Además, está en tercera persona. Según Benveniste, la tercera persona es en la conversación una no-persona.

La gravedad del síntoma entre otras cosas, reside en que las figuras se imponen y no aparece el agente de la acción.

Hasta aquí podemos adelantar que, la eficacia de este análisis reside en su propio recorrido. Pasa del cadáver de un niño , que remitía al primogénito de la madre, a un movimiento que tiende hacia la realización de lo no nacido.

Retomemos ahora el recuerdo encubridor citado en otra clase. Tomemos nota de la insistencia de las formas. Las larvas se movían en círculos. Lo no nacido toma movimiento circular y así se escribe sobre la pared. Ella comenta así el recuerdo, es realmente de manera muy bella:

Había cosas debajo de las cosas, así como cosas dentro de las cosas.

No hace falta buscar la cuadratura del círculo, porque el círculo circunscribe la infinitud de las cosas a encontrar, no necesitamos ningún otro significado. Sólo articularlo con el recuerdo de los fósforos prohibidos por el padre, que son homofónicos con pares, que viene por la vía asociativa del árbol con las peras. Recordemos:

"Pero ustedes, niños, saben que no deben jugar con fósforos". Era uno de los pecados imperdonables. (¿Fósforos?)

Entonces: pares prohibidos, fuego prohibido, sabiduría, círculos en pares, la lámpara de alcohol, el espíritu... La sabiduría le sería quitada al Otro. Le faltaría al Otro. Pero ella no se dedicó a la ciencia como le habían recomendado. Es notable, su padre era científico: matemático y astrónomo.

Pero entonces, ¿cuál sería la sabiduría anhelada?

En el final del Prólogo escrito por Noman Homes Perrazo, para "Escrito en la pared", encuentro una respuesta coincidente con la mía:

""Escrito en la pared" proponía preguntas. Osiris, con la ayuda de Freud, señalaba la dirección hacia las respuestas. Es como H. D. dice en su Tributo: "La pictografía, el jeroglífico del sueño, era la propiedad común de toda la raza; en el sueño, el hombre, como en el principio de los tiempos, habló un lenguaje universal, y el hombre, encontrándose en la comprensión universal de lo inconsciente o de lo subconsciente, dejaría de lado barreras de tiempo y de espacio; y el hombre entendiendo al hombre, salvaría a la humanidad". El hombre escribiría, o al menos podría hacerlo."

De esta manera interpreta el autor del prólogo la ambición de H. D. Creo que la idea de salvación se encuentra en el texto por ejemplo en la interpretación del sueño de la princesa. Pero no entiendo la ilusión de dejar de lado las barreras en el sentido de la unificación y la realización integrada a un todo.

Es por eso también que coincido con quien escribe la Introducción al libro, Kenneth Fields. Voy a detenerme en este detalle porque me parece que ilustra muy bien dos maneras de conducir un análisis. Lo cito:

"El ensayo de Holland sobre el Tributo va mucho más allá de lo que fue Freud mismo con el material de H. D. en el pasaje siguiente ha subrayado las frases que sugieren su método: "El psicoanálisis, aun sin ninguna información acerca de la poeta, habría adivinado que un deseo de alcanzar una unión intemporal con el pasado brota de un deseo oral de fundirse con la madre nutriente. Esperaríamos – y encontramos – una gran cantidad de imágenes orales en los escritos de H. D. El psicoanálisis sugeriría también que, en una mujer, el deseo de transformar su propio cuerpo o el de otro, en partes firmes, exactas, y reales, deriva de un deseo de reponer algo perdido – pene, madre, padre, amor –algo." 6

No es así desde mi punto de vista. Las imágenes que estoy hallando son imágenes visuales, lo digo sin redundancia: imágenes escópicas. No hay deseo de unión, sino de fractura, de desciframiento, de sustracción con respecto al lugar del Otro (esto es de Lacan), al lugar de la conformidad y la paz de la familia. De hecho está confirmado en su biografía.

H. D. escribe:

"Debo elegir, porque de ello depende mi vida entre la científica y la artista. Me las arreglo, en el segundo año de la escuela, para sufrir un ligero colapso, y me las arreglo para quedar comprometida con Ezra Pound."

El prologuista comenta:

"Hizo su elección. Sus padres no aprobaron a Pound como yerno. Había dejado Bryn Mawr, luego dejó Philadelphia por Nueva York, y luego Nueva York por Londres. Desde entonces estuvo sola".

Hasta ahora no encontré ninguna pista en el relato de su análisis que aliente la idea de que el camino elegido por la autora fuera la unión con la madre, con el padre, o con la familia. Pero si un psicoanalista se propusiera desde su sillón llevar a su paciente hacia la persecución de ideales de completamiento de lo que le falta a los otros, el precio sería el de la sumisión. En H. D. esto no suceda. ¿A pesar de Freud? ¿Por la dirección que Freud le imprimía a su trabajo?

Lo seguiremos discutiendo.

Notas

*Juego de palabras intraducible; en inglés spirit lamp: literalmente, lámpara de espíritu. (T)

1 Op. Cit. Pág. 99-100

2 Idem. Pág. 101

3 Lacan, J. Seminario XI. Seix Barral Ed. Pág. 34.

4 Idem, pág. 33

5 H. D. Advenimiento. Pág. 220. Las negritas son mías.

6 Op. Cit. Pág. 35


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