Seminario
La dirección de la
cura en el análisis con niños:
la pulsión y el objeto
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Organizado por PsicoMundo y Fort-Da
Dictado por : Marité Ferrari
Clase 10
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Puntuaciones
alrededor del tema pulsión
La construcción de la gramática pulsional
Iniciaremos este recorrido con una lectura de los capítulos 13, 14 y 15 de "Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis", recordando que justamente el de pulsión es un concepto fundamental, uno de los fundamentos que permiten pensar tanto la constitución de un sujeto como la lógica de las intervenciones del analista. Esto de que para el psicoanalista no es independiente el modo en que se piensa la constitución de un sujeto- no en un sentido cronológico sino lógico- del modo en que se dirige una cura, es el rasgo propio , novedoso del discurso analítico. Este seminario 11, el de la excomunión, cuando Lacan es expulsado de la IPA, marca un tiempo crucial en su enseñanza, en el cual la lectura de Freud le hace posible a Lacan escriturar sus propios matemas. Parte entonces de leer el trabajo de Freud "Pulsiones y destinos de Pulsión", para llegar a plantear su propuesta en relación a lo que definirá como tour pulsional, y gramática pulsional.
El tour pulsional
Si debe haber represión, es porque hay algo que presiona, señala de entrada Lacan. Pero esto que presiona no se confunde ,totalmente con la pulsión : porque la presión, el empuje, el drang freudiano es tan sólo un elemento de la pulsión.
Los otros tres elementos que aporta Freud en su trabajo, que Lacan traduce como " vicisitudes de la pulsión", son la fuente, el objeto y el fin.
En cuanto a la presión, deberemos identificarla como tendencia a la descarga, y lo interesante es que el estímulo, cuyo exceso energético busca eliminarse, proviene del interior. Aquí se va al concepto de Yo real inicial, este sistema nervioso sometido a una energía constante, que al provenir del interior del aparato, se vuelve perentoria, ineludible .En este sentido, la pulsión quedará signada por la lógica de la perentoriedad, siempre es el presente, lo actual , lo permanente, lo que no puede hacer el intervalo o el rodeo que el principio del realidad, como principio de placer modificado está llamado a transitar.
Luego , en el punto 3 Lacan se interroga por esto de la satisfacción pulsional. La satisfacción no es el fin, porque taxativamente señala Freud que aún en la sublimación, donde el fin de la pulsión queda inhibido, y hay sustitución del objeto, hay satisfacción.
Qué se satisface en el síntoma? , que marcadamente está atravesado más por la lógica del displacer que la del placer. Algo se satisface con él, aunque para esta clase de satisfacción el neurótico se de demasiado trabajo.
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Lo que la satisfacción pulsional nos enseña es su cualidad paradojal. "El camino del sujeto pasa entre dos murallas de lo imposible". Si la satisfacción es paradojal es porque el goce es imposible, en la medida en que el goce no puede sino quedar mordido por la operatoria de la castración, por la pérdida. El goce posible es sólo el goce recuperado a partir del goce originario perdido. En este punto el goce incestuoso es imposible, está perdido, como la experiencia de satisfacción, que sólo obtiene satisfacción en el campo alucinatorio, imaginario, no en lo real de ningún objeto. Por eso la constitución fantasmática es tan sólo un procurarse de un falso a, un objeto que esconde el verdadero objeto, que en tanto faltante hace de soporte al deseo, en condición de objeto perdido, faltante.
Aquí Lacan define a lo real como imposible, y de esto se trata en las vicisitudes del tour pulsional, procurarse un goce, una satisfacción bordeando un agujero, una superficie de borde, una superficie, que al presentar bordes implica que ha sido cortada. Hubo corte, hubo falta, hubo pérdida.
Aquí aparece lo real como lo idéntico a sí mismo, y en ese punto, lo desexualizado.
Sexualizar es hacer erótico, libidinizar ,lo real, procurarse con esto que falta un goce.
Aquí Lacan propone pensar la experiencia histérica del asco, cuando ese objeto que pierde su condición erógena, sexualixada, toma la pendiente de la realidad y se convierte en un pedazo de carne. Entonces, el velo que la vestidura fálica aportaba para la erogeneidad cae, y aparece lo real que lo soporta. Otro ejemplo de desexualización es la envidia,ni el asco es la pulsión oral ni la envidia la pulsión escópica, sino su fracaso, la imposibilidad de hacer un tour con esto que falta, procurándose un goce, que será erógeno, sexual. Esto quiere decir sexualizar, procurarse una satisfacción, un goce.
En el capítulo 15, Lacan vuelve a plantear su definición de la transferencia como la puesta en acto de la realidad del inconciente, en tanto que es sexualidad.Aquí añade que " si estamos seguros de que la sexualidad está presente y en acción en la transferencia, es en tanto que en ciertos momentos se manifiesta al descubierto bajo la forma del amor "Entonces, Lacan se propondrá articular el montaje, la gramática pulsional, con el acto de amor..
En el punto 1 define a la pulsión como el montaje por el cual la sexualidad participa de la vida anímica, de una manera que debe acomodarse a la estructura de la hiancia, que es la del inconciente. . Este acomodarse a la estructura de la hiancia, hace al homeomorfismo topológico del borde de la zona erógena , con el intervalo significante: hay corte, hay borde. Sin corte no hay sujeto en el discurso, en el intervalo entre S1 y S2. Pero tampoco hay borde erógeno.
Por eso señala Lacan que: " en el intervalo, la sexualidad. Si la sexualidad, bajo la forma de las pulsiones parciales, no se hubiese manifestado como dominando la economía del intervalo, nuestra experiencia se reduciría a la mántica"
En el punto 2 se establece como lo fundamental de la pulsión el ir y venir por su circuito, que podría asociarse a una mera reciprocidad entre mirar y ser mirado, comer, ser comido,atormentar y ser atormentado. Pero no hay tal circularidad. Algo se torsiona, hace diferencia, en el camino de regreso, y entonces aparece un sujeto, que es quien se hará ver, se hará escuchar, se hará comer, se hará atormentar. No hay sujeto de la pulsión, pero en el camino de ir y volver, hay torsión en el retorno, hay algo diferente que aparece, ya no como pasivo: ser visto, sino como hacerse ver. Pero es en su aparición en el otro, en el partenaire. Lo interno se revela en acto en el exterior. Algo sale, presionado desde la perentoriedad interior, rodea un objeto perdido, cuyas trazas son sus bordes, y finalmente vuelve al punto de partida cerrando un circuito hasta el punto de partida, pero sin simetría sin reciprocidad en el retorno. Lo que vuelve es diferente de lo que partió. En esa diferencia, hay sujeto. Sujeto cuya experiencia no es sin el recurso, la direccionalidad hacia el otro, como partenaire indispensable. Si no quedaría entrampado en el callejón sin salida del autoerotismo.
Finalmente plantea que "El camino de la pulsión es la única transgresión permitida al sujeto con respecto al principio del placer.El sujeto advertirá que su deseo es un vano rodeo que busca pescar, enganchar el goce del otro-por cuanto que al intervenir el otro advertirá que hay un goce más allá del principio del placer.
Ante una pregunta de Miller, Lacan establece la diferencia entre objeto de la pulsión, de la fantasía y del deseo. Ubica al objeto de la pulsión en la subjetivación acéfala, ese recorrido que da como acto una subjetivación , que se anudará con el intervalo significante, por esto de la unidad topológica entre el agujero que la pulsión bordea y el intervalo significante, el sujeto agujereado, escindido por el objeto. El sujeto es un aparato -destaca Lacan- este aparato es algo lacunar, y es en la laguna que el sujeto instaura la función de un objeto, en tanto que objeto perdido.. Se trata del estatuto del objeto a en tanto que está presente en la pulsión.
La fantasía- el fantasma como realidad psíquica- es el sostén del deseo, no es el objeto que sostiene el deseo.
El objeto del deseo es el señuelo- que encubre el objeto causa, ese que está por detrás, no como señuelo, por delante.
En el próximo capítulo Lacan indaga la estructura narcisisita del amor, encontrando en la génesis del yo, la raíz del amor. El primer yo establece una diferencia propia de lo real: lo que interesa y lo indiferente. Cuando se establece el principio del placer se establece un reparto entre los objetos buenos, que me procurarán placer, que coincidirán con el yo, y los displacenteros, que son expulsados. Este unlust, ajeno, displacentero es expulsado, y ahí encontraríamos la estructura del objeto como resto, como ajeno.
Por esto, no hay en este Ich regido por la lógica del placer nada del orden pulsional, por eso allí ubica Lacan la génesis del amor como narcisista.
Finalmente va a trabajar esto del "hacerse hacer" , donde se concentra la actividad de la pulsión, donde se produce un sujeto.
La gramática pulsional articulada al fantasma : Pegan a un niño
Una vez ubicadas estas coordenadas del tour pulsional, el montaje pulsional, definida la relevancia del tour pulsional en la producción de un sujeto, aparece la interrogación por este hallazgo freudiano de una frase gramatical, donde se escritura el fantasma neurótico: "Pegan a un niño". Freud se encuentra con esta frase como hallazgo clínico, como construcciones o reconstrucciones del análisis de pacientes neuróticos. , para quienes la fantasía de presenciar como pegan a un niño representa es confesada no sin un intenso sentimiento de culpa, en la medida en que se enlazan a estas fantasías sensaciones placientes, que desembocan en satisfacciones mastur batorias. El inicio de tales fantasías y el concomitante goce masturbatorio es ubicado entre los cinco y seis años . Freud destaca claramente que lo que produce goce es la mera fantasía, no así los episodios reales, acontecidos por ejemplo en la vida escolar del sujeto, los cuales en general producen repulsa, o inclusive angustia. Lo paradójico entonces de gozar de ver cómo un niño es pegado, pero meramente en una esfera imaginaria, lo lleva a preguntarse , y a interrogar al paciente mismo quién era el niño, quién era la persona que maltrataba al niño, si se trataba de un adulto o de otro niño. La respuesta de los pacientes era unívoca: " No sé ... pegaban a un niño". Lo cual lo lleva a concluir que era imposible discernir en esta fantasía de flagelación si se trataba de un goce masoquista o sádico. Freud define taxativamente esta fantasía como signo primario de perversión, perversión destinada a sufrir los efectos de la represión , o ser trasmutada por una vía sublimatoria, o eventualmente quedar fijada en la vida adulta configurando una aberración sexual.
Por ahora, lo interesante que podemos puntuar , es esta cuestión de una frase, con una estructura gramatical, no hay sujeto, se trata de un verbo con un objeto sobre el que recae la acción verbal, pegan es la acción, a un niño, el objeto. El sujeto aparece en este nivel, sustraído, Lo interesante es el modo en el que la labor clínica de Freud lo lleva a descubrir las transformaciones que la frase va teniendo en el curso del análisis.
Una primera escritura, que le es procurada por pacientes mujeres es la que transforma la frase en
"El padre pega al niño"
"El padre pega al niño odiado por mí" Se trataría del modo en el que la fantasía de flagelación satisface los celos de la paciente, si le pega a este niño es porque no lo quiere a él, me quiere a mí. Habría allí más satisfacción narcicística que goce sexual sádico, aunque enlazado a la realización fantasmática de hacerle un hijo a la madre, o tener un hijo del padre. Es decir que hay goce incestuoso, correlativo a la definición del goce sexual infantil como perverso, polimorfo.
Una segunda escritura "Yo soy golpeado por mi padre" es aquella donde la persona que pega sigue siendo la misma, el padre, pero esta vez es el propio sujeto infantil de la fantasía , con lo cual indicaría un goce masoquista. Aquí Freud apuesta a que el reemplazo del niño por el propio sujeto está relacionada con la conciencia de culpabilidad por la previa fantasía erótica sostenida en la primera. La culpa ante el goce incestuoso se expresa como " no, no te quiere, puesto que te pega". Para Freud este " ser pegado"constituye una confluencia de la conciencia de culpabilidad con el erotismo.,planteando que " no es sólo el castigo de la relación genital prohibida , sino también su sustitución regresiva, de esta ultima extrae la excitación libidinosa, que desde este punto queda unida a ella y buscará una descarga en actos onanistas. Pero esta es la esencia del masoquismo"
En relación a esta frase, lo que se escritura no es algo del orden de lo acontecido, de lo recordado, es una construcción del análisis. En la neurosis permanece inconciente
Ya en una tercera escritura desaparece la persona que golpea, que aparece indeterminada, pero lo crucial es el intenso goce sexual, que deriva en un goce masturbatorio. En esta tercera transformación aparece retornando el goce incestuoso de la primera, aunque denotando los efectos represivos de la segunda,
Freud establece una conclusión para pensar la posible equivalencia de este fantasma en los dos sexos:" la fantasía de flagelación se deriva en ambos caso del ligamen incestuoso al padre".
¿Qué lectura propone Lacan para este enigmático "pegan a un niño", donde quedaría enunciada la división del sujeto frente al goce: es tanto la reedición de un goce incestuoso prohibido cuanto su interdicción .? Es en el seminario "El envés del psicoanálisis" donde quedan desplegadas estas cuestiones freudianas .
Lacan se interroga por la encrucijada de goce que se pone en juego en la escena del ritual masoquista. En el punto 3 de "Saber, medio de goce" interroga la cuestión de las autoflagelaciones, donde el gesto de marcar en el cuerpo es equivalente al cuerpo como objeto de goce. Lacan se interroga, ¿El goce de quién? ¿Seguro que esto significa goce del Otro? Ciertamente, sigue Lacan, es una de las vías de entrada del Otro en su mundo, y ésta no es sin duda refutable. Pero esta afinidad de la marca con el goce del mismo cuerpo, es en este punto donde se indica que sólo mediante el goce, y no por otras vías, que se establece la división que distingue al narcicismo de la relación de objeto. Es decir que sólo la pérdida del goce autoerótico hace posible la investidura objetal, que en un punto parece pacificar lo tanático de gozar del propio cuerpo. En este sentido el goce masoquista en cuanto originario deberá también perderse, para recuperar algún plus de gozar que desarrolle la entropía de la repetición. Que es otra manera de leer la propuesta freudiana de la renuncia al goce masturbatorio, para salvar al cuerpo, en este caso para preservar imaginariamente al pene de la amenaza de castración. Hay que renunciar al goce autoerótico para salvar al cuerpo, y la manera de salvar el cuerpo parece quedar entonces irremediablemente ligada a la capacidad de amar de investir libidinalmente a los objetos. El acto masturba torio, y la culpa subsiguiente no pueden sino enunciar la estofa incestuosa del goce que lo sostiene. Si la fantasía de "pegan a un niño " no puede sino concluir en un ritual onanista, es que justamente porque enuncia un punto de fijación en la escena de goce incestuoso al cual renunciar para acceder a la relación de objeto exogámico. Es sólo cuando el sujeto pueda cortar amarras con el goce incestuoso que está presente en el ritual masturbatorio- tal como genialmente lo descubre Freud en "Pegan a un niño",que se hace posible la elección de objeto pero exogámica, tarea propia del despertar puberal. Es realmente un hallazgo freudiano el encontrar como sustento a la culpa por la masturbación a la excitación sexual propia de las coordenadas edípicas. Esto de renunciar al goce incestuoso para salvar a órgano implica en verdad salvar al sujeto, que dejará de quedar entrampado dentro de la fijeza del goce autoerótico. En este sentido resulta verdadero esto de que "la vida está en otra parte", fuera de las determinaciones del goce endogámico, de la escena primitiva".
No obstante, en el enunciado " mi padre me pega" aparece un padre, otro, para quien mi cuerpo sería objeto de su goce. Lo interesante de Freud es que en ningún momento se contenta con esto del supuesto goce del Otro, ese que es el que pega. Más bien Freud interroga todo el tiempo el deseo del sujeto, y esa es la línea que Lacan continúa.
Ahora bien esta cuestión del Goce de otro, que parece crucial en las dos dimensiones clínicas del acto perverso, tanto del sádico como del masoquista, condenados a no poder hacer otra cosa que hacer gozar al Otro, lo lleva a Lacan a pensar la cuestión del fantasma en la dirección de la cura en la neurosis. Porque de lo que el neurótico es de cierta cualidad gozante del partenaire, de esto o aquello que el otro me hace, para gozarme, eventualmente.
En el punto 4 de "Verdad, hermana de Goce" Lacan va trabajar la cuestión de la proposición gramatical donde se escribe el fantasma del neurótico : Pegan a un niño. Entonces comenta que " si esta proposición tiene efecto al sostenerse en un sujeto, sin duda, es un sujeto tal como Freud inmediatamente lo analiza, dividido por el goce. Dividido, quiero decir también quien lo enuncia, dado que el "tú me pegas" es esa mitad del sujeto, es la fórmula que constituye su vínculo con el goce. Sin duda recibe su propio mensaje en forma invertida- aquí esto significa su propio goce bajo la forma del goce del Otro. De eso se trata cuando resulta que el fantasma vincula la imagen del padre con lo que en un principio es otro niño. Que el padre goce de pegarle es lo que aquí da su acento al sentido, también a esa verdad que está a medias ya que asimismo el que se identifica con la otra mitad con el sujeto del niño, no era ese niño, salvo que se reconstituya, como dice Freud, el estado intermedio- nunca substancializado por el recuerdo- donde en efecto es él. Es él quien hace de esta frase el soporte de su fantasma- que es el niño a quien pegan. Este es entonces el sentido de atravesar al fantasma, es construir esa frase donde se es ese objeto del cual el Otro Goza- el padre, Dios,o algún partenaire que lo encarne- y en la dirección de la cura poder pasar de la posición de ser pegado a poder advertir de qué modo me hago pegar, cuanto de mi goce había quedado eludido en su retorno invertido del lado del Otro, es él quien me goza, quien me pega, elude mi propio goce en poner el cuerpo para ser pegado, lo activo del tour pulsional, el hacerse hacer.
Por ello Lacan concluirá en que la verdad es hermana de ese goce prohibido. La represión actúa todo el tiempo manteniendo inconciente este goce de ser pegado, o de hacerse pegar, que denota la condición incestuoso presente en lo erótico , en lo que puede derivar en una excitación sexual, siempre y cuando haya pasado por las transformaciones que la represión comporta.
Referencias bibliográficas
- "Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis" J Lacan
- "El envés del psicoanálisis" J Lacan
- "Pegan a un niño" S. Freud
Marité Ferrari