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Seminario
La dirección de la cura en el análisis con niños:
la pulsión y el objeto

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Organizado por PsicoMundo y Fort-Da

Dictado por : Marité Ferrari


Clase 3


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La angustia no es sin objeto

Esta afirmación le lleva a Lacan transitar un Seminario entero alrededor de la angustia como manifestación afectiva crucial que orienta la dirección de la cura. Si hay angustia, plantea Lacan en la clase XVII del Seminario, el objeto está próximo. Ese objeto, que se perdió, o que debería estar perdido, se aproxima al sujeto, con la promesa de goce en exceso que su presencia comporta. Recordemos que hay un objeto a perderse, para recuperar un goce posible , en el camino de recorrer el borde que rodea el agujero que muestra la falta , la pérdida del objeto. Si el objeto está próximo, entonces aparece la angustia, expresando la falta de la falta: es decir se presentifica algo que debería estar ausente, en falta, perdido. En este punto Lacan plantea que en este encuentro con ese objeto y el goce relativo a su presencia adquiere la cualidad de la certeza. A diferencia del significante, que es por definición equívoco, que nos engaña, la angustia es lo que no engaña, que comporta la verdad del goce por la presencia del objeto.

Cuando Juanito se angustia por la presencia del caballo, la serie sustitutiva lleva del caballo al falo, en especial al falo materno- que es lo que no ha posido perderse en su discurso. Si la mamá del pequeño Hans le contesta , en los tiempos de la constitución del Universal fálico, cuando Hans se pregunta si todos los seres vivos tienen la cosita de hacer pipí , que ella también tiene esa cosita, ¿ qué consecuencias tiene esta afirmación para la escritura de la castración en los tiempos del Edipo? .El pequeño necesita saber que la madre no lo tiene para poder armar la serie de lo fálico en su oposición con la serie de la castarción, para poder ubicarse en relación a su posición sexuada, haciéndose para él eficaz de la amenaza de castración, y la pérdida del objeto de goce incestuoso. Hay un corte no efectuado en la relación de Hans con su madre , relacionado con la ineficacia de la función paterna- en la medida en que la palabra del padre no ha ingresado en el discurso de la madre, que no sólo tiene la cosita de hacer pipí sino que además la lleva a la cama por las noches, ante la mirada del padre. En este punto, el significante fóbico viene a procurar un reemplazo, una sustitución del significante del Nombre del Padre. En la fobia, hay un deseo que se previene para evitar el encuentro con un objeto- que está en serie con algún objeto que debió perderse. El fóbico se previene del desarrollo de angustia que representa el encuentro con el objeto, que representa la proximidad de un goce en exceso.

Ahora bien , en nuestra clínica con niños deberemos interrogarnos por la función de la angustia, en particular por su incidencia en la dirección de la cura. Si la angustia es lo que no engaña, lo que denota la verdad del goce, la proximidad del objeto, el objeto no recortado, es obvio que es crucial ubicar del lado de quién aparece la angustia, en términos de Lacan, dónde ubicar el punto de angustia. En principio, si hay angustia, y luego de qué lado está. En el caso de nuestra clínica, si la angustia está del lado de la madre, o del padre, o si está del lado del sujeto.

No es lo mismo el caso de Hans, donde la construcción del síntoma fóbico ubicaba claramente el punto de angustia de su lado, en el tiempo de la escritura de la diferencia falo-castración, que una demanda donde la angustia puede quedar ubicada del lado de la madre- esquiziada, aterrorizada ante esto de real y con cualidad de objeto que viene a representar para ella el padecimiento del hijo .La angustia denota la certeza, la verdad del goce que debería perderse, y en este sentido, nos orienta en la dirección de la cura, nos indica por dónde cortar, por dónde debe producirse el corte, hacia dónde debería dirigirse nuestra intervención, en lo real del acto, o por la vía significante de la interpretación . En el caso de Hans, la intervención freudiana constribuyó a sostener el lugar del padre , para que el corte entre Hans y su madre pudiera establecerse. Más allá del rastreo metonímico que revela lo que está en juego en el objeto fobígeno, la dirección de la cura se orientó alrededor de producir el corte y de apuntalar la palabra de quien estaba llamado a efectuarlo.

 

Cuando falta la angustia

Otra alternativa es la no existencia de la angustia, lo que dificulta decisivamente nuestra posibilidad de intervención. Estos casos, muchos de los cuales transitan la dimensión de los fenómenos psicosomáticos, son de muy difícil abordaje. Voy a valerme de un comentario aportado por la Lic Carmen Cal, psicomotricista, asistente al Seminario, que me envía un recorte clínico muy interesante. En el mismo se ubica en el discurso materno una posición sumisa en relación al pronóstico médico, que indicaba la imposibilidad de caminar, para una pequeña de 11 meses, con retraso en el " desarrollo neuropsíquico". La angustia, queda del lado de la terapeuta, que logra revertir ese destino casi oracular a partir de una intervención psicomotroz, trabajando con lo real del cuerpo. Coincidentemente con el destete y la marcha- procesos que quedaron " atados" en el discurso familiar-, según escucha la profesional, aparece una crisis de alergia a nivel de piel y mucosas alrededor de los orificos corporales, boca, nariz, ano,vulva, orejas. Estas manifestaciones quedan asimiladas a la condición de alergia del hermano, de nueve años. La profesional se pregunta ¿es la alergia un campo de interrogación para la madre? ¿ O es casi su presentación: soy la madre de dos niños alérgicos? Esta interrogación resulta crucial para pensar esto que estamos desarrollando alrededor de la angustia y el objeto. La angustia queda en principio del lado de la psicomotricista, que se aterroriza ante la dureza real que el cuadro venía a representar- para su formación profesional. Esta angustia le permite, sin embargo dar a la pequeña un sostén corporal, que en otra escena diferente de la familiar- en la escena exogámica del consultorio-le posibilita un cambio de posición. Podríamos aventurar que el tratamiento psicomotriz le procuró un corte, al incluirla en otra escena, sobre todo por la posición de la persona encargada de dirigir esta cura, que juega evidentemente un deseo, apuesta – no sin angustia- contra un destino marcado. Pero este cambio de posisicón , que le significa contrariar el diagnóstico médico: "no caminará", la lleva también a producir un corte con la madre, camina y, en forma pegada, se desteta. El destete, ya lo desarrollaremos en la cuestión del objeto oral, ubica el punto de angustia del lado de la madre. Pero en este caso, en el lugar de la angustia, lo que aparece es una manifestación en el cuerpo, alrededor de los bordes, esos donde el objeto se pierde, esa boca que se ha cerrado al pezón, que lo ha escupido. La madre no se angustia, sino que "no encuentra explicación". Este no encontrar explicación, ¿ es una pregunta? .La profesional se interroga por este "ser la madre"- resignada a no encontrar respuesta diríamos- " de dos alérgicos". Si se tratara de esta posición del lado de la madre- no lo sabemos por lo reducido de la viñeta, de modo que sólo estamos haciendo una conjetura clínica- entonces en esta consistencia del ser de la madre, la alergia de los niños podría llegar a constituirse en fenómeno psicosomático. La alergia, ese significante que enuncia lo que pasa en el cuerpo, no viene a representar al sujeto para otro significante, de modo que se aplana la diferencia entre S1 y S2- ver para esto el final de "Los cuatro conceptos". Se es alérgico, como complementariedad de esta frase " soy la madre de dos alérgicos". El cuerpo viene a sí a quedar retenido dentro de este goce que hace a la madre " ser" .Por eso en el fenómeno psicosomático, la zona del cuerpo afectada ha quedado reteni da en este goce, haciendo de soporte a la consistencia de ser del Otro. Por eso no hay angustia del lado de la madre, nada le falta para ser, la angustia ante el corte y el destete, queda anulada por ese plus que rodea los agujeros: hay alergia. En el lugar de la falta ,hay –aunque sea brote alérgico. Si no se trabaja con los pequños sujetos en constitución , podrían quedar coagulados estos padecimientos como fenómenos psicosomáticos, estos cuadros para los cuales el sujeto no tiene nada que decir ,es más bien dicho por ese lenguaje de órganos, es objeto de un goce que lo habita por fuera del disurso, refractario a la intervención significante. Pero un análisis en estos tiempos podría trabajar en la dirección de hacer síntoma con ellos, por la vía de producir cortes, agujeros, suturas y empalme. Esta de rescatar ese cuerpo de la mera condición de darle soporte al ser de la madre. Pero ¿ será tolerable para la madre dejar de ser? En otros términos, ¿podrá soportar el desarrollo de angustia necesario para producir deseo, más allá de la armadura narcisista que sostiene el "Yo soy"?

No somos objetales sino como cuerpo

Siguiendo con la Clase XVII del Seminario de la Angustia, se introduce la cuestión de la causa. Si hay deseo en el sujeto es por que el objeto lo causa. La estofa del sujeto del deseo se volvería impensable sin la dimensión de goce que se pone en juego. Por eso el psicoanálisis no es una Filosofía. Para Lacan el soporte de toda función de la causa es ese "pedazo carnal arrancado a nosotros mismos , ese objeto perdido en los diferentes niveles de la experiencia corporal en que se produce el corte...Esa parte es cuerpo, no somos objetales- lo que quiere decir objetos de deseo-sino como cuerpo."

Esta idea de un objeto que, perteneciendo al cuerpo propio es separado de mí, se corta, se pierde, para ser causa de una búsqueda de sustitutos, por la vía metonímica del deseo, es la que trabajaremos como las diferentes modalidades del objeto a, en las manifestaciones de las experiencias corporales. No en cualquier parte del cuerpo, sino en sus bordes: los labios son los bordes de la boca, la operación es la succión, o el morder, escupir, tragar, vomitar. La succión se vuelve necearia para asegurar la supervivencia del sujeto, pero apoyada sobre la función se separa un goce que ya es del sujeto. Otro borde es la oreja- borde que tiene la peculiaridad de no poder cerrarse, es necesario taparse los oídos para no escuchar la voz, objeto que se articula a la voluntad de goce del Otro. Otro borde son los párpados, que pueden abrirse y cerrarse para ver o dejar de ver- en el final de la clase, Lacan analiza la experiencia de goce en el budismo, que implica una suspensión del goce escópico para facilitar la contemplación "interior", de allí los párpados entrecerrados de los Buda. Otro borde es el esfinter anal, que dará la posibilidad de retener o expulsar ese objeto que en tanto falo será demandado , y que en tanto falo comandará su deseo.

Se trata de bordes, bordes que rodean agujeros, que son bordes erógenos, ya que la intervención del Otro- con sus cuidados esenciales ante la menesterosidad primitiva- produce la erogeneización. La intervención del Otro introduce al sujeto en la dialécctica de la satisfacción, del goce sexual, más allá de la satisfacción de la necesidad.

El objeto oral

En cuanto a la pulsión oral, ¿dónde está en este nivel la función del corte? Ubicaremos el lactante y el pecho. ¿Cuál es la actividad esencial en este tiempo y para esta zona? La succión. ¿Qué funciona en la succión? Los labios. Allí encontraremos algo esencial en la estructura de la erogeneidad: la función de un borde..Los labios son bordes, tiene la imagen de borde. Incluso las primeras palabras, mamá y papá son articulaciones labiales..Aquí Lacan comenta, en la clase XVIII del Seminario "La angustia" la función del labio en determinadas prácticas culturales: puede ser triturado,agujereado, desplegado, de modo que se incluye en él toda función de corte.

Pero no sólo de labios trata la boca. Detrás de los labios encontraremos a la boca como recinto de los dientes, y con ellos otra actividad : la de morder. No sólo hay succión, sino también mordedua, corte y despedazamiento. Alrededor del morder se aísla la posibilidad de fantasmatizar al pezón, en tanto extremidad del pecho, como algo separable, seccionable. Este despedazamientto entre el pezón y el pecho, vuelve al pezón objeto recortable del campo del Otro, primer movimiento de corte y separación con el cuerpo materno. El corte es interior a la unidad individual, algo del cuerpo propio se separa, se corta , se pierde. El corte no es entre el lactante y la madre, sino entre la mama- especialmente el pezón- y el organismo materno. La mama, o el pezón están adheridos al cuerpo de la madre, son separables del cuerpo, por esto es que pueden funcionar como objeto a.

Lacan señala que " el vínculo de la pulsión oral se efectúa con este objeto amboceptor, que constituye el objeto de la pulsión oral, el objeto parcial, el pecho de la madre. ¿Dónde se encuentra en este nivel lo que denominé punto de angustia? Está en el lugar de la madre." El fantasma del vampirismo, o sea del agotamiento del pecho, esto de ser chupado por la voracidad..

Este punto de angustia no se confunde con el lugar del objeto de deseo. El objeto mama, pezón, en tanto recortable, separable del cuerpo materno, será objeto causa, soporte del deseo, objeto fantasmático, para el sujeto en constitución

Entonces, a nivel de la pulsión oral el punto de deseo está en el resto que se recorta del cuerpo de la madre, pero el punto de angustia está en el Otro, allí es donde lo experimentamos. Si el corte entre el pezón y la madre no logra efectuarse entonces la angustia remite al goce de la voracidad, esa de ser chupado, vampirizado por el Otro. El corte que supone el destete, por la sustitución del chupar por el morder, hace posible evitar el desarrollo de angustia, ese de quedar atrapado en el goce de la voracidad.

En la clínica con niños, es común observar en los casos más graves, cierta necesidad de apelar al morder en escenas donde el sujeto queda en posición de quedar chupado, vampirizado por el goce que le supone al Otro. Tengo la imagen de un pequeño de ocho años, que no quiere jugar sino a juegos reglados, sociales. En los casos en que al tirar los dados , el número lo desfavorece para el desarrollo del juego, se los lleva a la boca, intenta morderlos y luego los escupe. Es importante la fijación en la etapa oral, en un tiempo donde sería esperable alguna sustitución de objeto. De modo que, ante el fracaso en el corte, aparece la angustia y lo primitivo del morder como única respuesta posible . Una y otra vez se intenta fallidamente producir un corte que pueda poner en causa un deseo, que separe un objeto del cuerpo de la madre.Lo fallido tiene que ver con lo fallido de la función paterna. Es obvio que no podremos pensar la cuestión del corte sin incluir la dimensión simbólica, es decir la escritura del Nombre del Padre.

Otro caso, un pequeño de siete años que tiene grandes dificultades en la esfera del lenguaje. La analista no logra entender lo que dice. El niño no logra organizar ningún juego y lo único que puede hacer es pedir los legos, desarmarlos y esparcirlos violentamente por todo el consultorio. Cuando se le indica que es tiempo de concluir se pone a guardarlos en la caja. Como no puede hacerlo porque se le caen, la analista decide ayudarlo. Quiere guardarlos en la caja pero todos separados, cuando encuentra piezas encastradas las muerde para separarlas. Esto lo alivia enormemente. Es interesante cómo requiere del morder para separar, en tiempos donde supuestamente debería contar con la motricidad fina que le hiciera posible separarlos con los dedos. No se trata de una cuestión neurológica, sino de una cuestión de estructura. Está aún retenido en estos tiempos de apresamiento en el cuerpo de la madre y pugna por cortar con los dientes, lo que no puede darse por perdido apelando a la escritura de la falta.

En otros casos, la fantasmática oral se expresa a través del juego, no con una referencia al cuerpo propio. En estos casos ha funcionado el Nombre del padre, y el sujeto ha quedado apresado sintomáticamente en el deseo de la madre. En el caso de una colega, el pequeño de siete años , que era definido como " abebadito" por su madre, y que padecía de episodios de angustia, organizaba juegos donde víboras y arañas se comían a las personas que se le acercaban. La intervención de la analista fue interrogar esto. ¿ Las arañas y las víboras se comen a las personas o las pican? Pregunta que fue llevando progresivamente al acotamiento de los episodios de angustia. Evidentemente la angustia tenía que ver con el fantasma de devoración o vampirismo, y estaba ligado a cierta posición de bebé del pequeño," chupado" por la sobreprotección materna. Si las víboras picaban y no chupaban o engullían, algo del corte se efectuaba en el Otro, aun en la dimensión imaginaria que proponía el juego. Se reduce lo inconmensurable del cuerpo de la madre, la boca infinita del cocodrilo a una parte que pica, se recorta del todo un fragmento.

No en vano para el saber popular, " chuparse el dedo" expresa el mayor grado de pasividad subjetiva frente a la amenaza del Otro. Es quedar chupado dentro de ese goce Otro,que no puede acotarse con ningún corte.

Entonces, la angustia oral representa la presencia del Otro como cuerpo devorador- chupador. Es esa la verdad del goce oral que la angustia viene a mostrar. El objeto pezón, como causa, ordenará en cambio el deseo del sujeto, en tanto esa nada que es perdida entre los labios . Por eso el erotismo será siempre recorrer el goce que procura bordear el agujero, no enredado en la captura del objeto, que es nada. Los objetos señuelos del deseo: la comida, el cigarrillo,el alcohol están el reemplazo del objeto perdido, de la nada oral.

En este sentido, la anorexia pone en juego, como síntoma anclado en alguna fijación al goce oral, la insistencia en la búsqueda de la nada del objeto, en reemplazo del goce de poder disfrutar del acto de comer. Por otro lado confonta al sujeto todo el tiempo con la angustia , sosteniendo el cuerpo de la anoréxica la puesta en acto del fantasma de vampirización. Nada más mostrativo del exceso de goce oral al que se presta que el cuerpo de la anoréxica. Nada más vampirizado, cuerpo chupado al extremo de querer negar la diferencia de los sexos. La anorexia puede estar presente en estructuras neuróticas o psicóticas, pero la fijación en el goce oral es el rasgo común. Si bien la dirección de la cura se planteará en la singularidad del caso por caso, podemos pensar que algo del corte en el cuerpo del Otro, algo de la castración debería efectuarse .

Lic. Marité Ferrari


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