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Seminario
Epistemología:
Una mirada post-postivista
http://wwww.edupsi.com/epistemologia
epistemologia@edupsi.com

Organizado por : PsicoMundo

Dictado por :
Dra. Denise Najmanovich


Clase 4


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Queridos todos:

En primer lugar quiero disculparme por el largo silencio, pero en la Argentina tuvimos vacaciones de Invierno que me he permitido disfrutar, y luego tuve que hacerme cargo de la acumulación de trabajo.

En fin que estoy de vuelta para proseguir estos encuentros. Les envío hoy un material mío sobre la posibilidad del conociemiento que intenta explorar desde un enfoque de la complejidad la dicotomía escepticismo-dogmatismo.

Espero que les resulte interesante y que tengamos una participación más activa de todos luego de las vacaciones (de invierno o verano) que seguramente nos mereciamos.

Cordiamente me despido hasta muy pronto

Denise

 

Es posible conocer ?

Denise Najmanovich

¿Donde se halla la sabiduría que hemos perdido con el conocimiento, dónde se
halla el conocimiento que hemos perdido
con la información?
T. S. Eliot

¿Es posible conocer ? Quién no se ha hecho alguna vez esta pregunta. Particularmente en épocas de crisis cómo la actual, el hombre ha puesto en tela de juicio sus conocimientos. La duda se extiende hasta tomar proporciones epidémicas, nada parece categóricamente verdadero ni definitivo. Tal vez por eso, es que en los momentos de grandes cambios aparecen los nuevos profetas, los líderes fanáticos, los vendedores de certezas. Pero también son estos tiempos de ebullición creativa, de aparición de novedades, de generación de doctrinas. Cuando caen con estrépito los sistemas establecidos, son muchos los que suelen aferrarse a las viejas verdades conocidas, otros se lanzan "ligeros de equipaje" por los nuevos caminos. La mayoría oscila entre una y otra actitud, pero ninguno deja de sentir el fragor del terremoto.

En esa situación nos encontramos hoy, cerca de fin de siglo, luego de la caída del muro de Berlín, del fin por falta de contrincante de la" Guerra de las Galaxias" de Reagan, escuchando el rumor de nuevas teorías como las del Caos, Estructuras Discipativas, Ciencia de la Complejidad y preocupados por las nuevas pestes como el Sida y la vuelta de las viejas como la tuberculosis y el cólera.

Es en este contexto particular en que aparecen con fuerza las preguntas: ¿ Es posible conocer ? , ¿ Que cosas podemos saber ? ¿Cuáles son los límites del conocimiento ? ¿ Nos traerá la ciencia más sabiduría o solamente tendremos más información ? Los versos de Eliot, dejan de ser literatura para hacerse carne, entran en cada uno de nosotros y nos empujan a dudar de cosas que hace treinta años eran evidentes. Todos, o casi todos, hemos dudado alguna vez, pero en la actualidad el tema del conocimiento, sus posibilidades y límites, sus sistemas de producción y de validación están en el centro del debate.

El modelo de pensamiento dicotómico, característico de nuestra cultura, -fomentado hasta el hartazgo por los medios masivos de difusión- nos lleva a concebir exclusivamente posturas extremas, sin matices ni relieve. Respecto al conocimiento oscilamos entre el escepticismo radical y el dogmatismo extremista (fundamentalismo). Pero, ¿ son estas las únicas alternativas ? ¿ Existen otros modos de pensar o todo se reduce a elegir entre el blanco y el negro, o entre buenos y malos absolutos, limitándonos a concebir polos excluyentes sin distinguir grados ni niveles? ¿Es forzoso elegir entre un conocimiento absoluto (que supuestamente estaría representado por la ciencia) o la imposibilidad de arribar a saber alguno?. No es este un problema exclusivamente académico, de interés sólo para especialistas. Todo lo contrario, la forma en que concebimos el conocimiento redunda en todas las esferas de nuestra vida, en nuestra producción intelectual tanto como en nuestra vida de relación. Qué es lo que podemos probar, cómo podemos hacerlo, qué es verdadero o simplemente verosímil, cómo diferenciar entre una falacia y un pensamiento correcto, qué lógica utilizamos y qué alternativas conocemos. Todas éstas son preguntas de las que se ocupa la epistemología. Sin embargo, todos tenemos una epistemología aunque muchos no lo sepan, y la peor de todas es aquella que no sabemos que tenemos, como nos enseñaron Bateson y Heinz von Foerster.

Escepticismo Versus Dogmatismo?

Cada vez más, se ha hecho costumbre en occidente analizar todos los problema en términos dicotómicos. Y cuando un problema está planteado en estos términos son muy pocas las personas capaces de "patear el tablero", es decir: rechazar el modelo de preguntas dicotómico.

Esto es justamente lo que propongo que hagamos para pensar a fondo el tema del conocimiento. Valiéndonos del Principio de la Relevancia de las Distinciones Graduales (RDG) (1) trataremos de generar un pensamiento más rico y sutil. En primer lugar, propongo que utilicemos un experimento mental que puede ayudarnos a concebir el problema de una manera nueva.

Imaginemos que un ser humano ha sido sometido a una operación por un diabólico científico. El cerebro de tal persona ha sido extraído del cuerpo y colocado en una cubeta de nutrientes que lo mantienen vivo. Las terminaciones nerviosas han sido conectadas a una computadora supercientífica que provoca en esa persona la ilusión de que todo es perfectamente natural. Parece haber gente, objetos, cielo, etc.; pero en realidad todo lo que la persona está experimentando es el resultado de impulsos electrónicos que se desplazan desde la computadora hasta las terminaciones nerviosas. La computadora es tan ingeniosa que si la persona intenta alzar su mano, el ' feedback' que procede de la computadora provocará que 'vea' y 'sienta' que su mano está alzándose. Por otra parte, mediante una simple modificación del programa, el diabólico científico puede provocar que la víctima 'experimente' ( o alucine) cualquier situación o entorno que él desee. También puede borrar cosas de la memoria de funcionamiento del cerebro, de modo que la víctima crea que siempre ha vivido en ese entorno. La víctima puede incluso creer que esta leyendo estas misma palabras acerca de la suposición, divertida aunque bastante absurda, de que hay un diabólico científico que extrae los cerebros de los cuerpos y los coloca en una cubeta con nutrientes que los mantiene vivos. Las terminaciones nerviosas han sido conectadas a una computadora supercientífica que provoca en esa persona la ilusión de...".(Tomado de @ (2))

El lector que intente encontrar alguna forma para demostrar que no es él la víctima de tan espantoso experimento, seguramente tendrá una horrible experiencia. Sencillamente no podrá hacerlo. Se encontrará entonces ante una disyuntiva: aceptar que efectivamente el caso es posible ( cuantas veces en la vida pensamos que hilos invisibles nos mueven y que no somos los artífices de nuestros destinos !), o negar de plano tal posibilidad, a despecho de la lógica y legitimando su experiencia vital ( en general no creemos que ninguna computadora domine nuestra vida de manera tan radical).

¿ Cómo salir de atolladero? Cuando caemos en la trampa del modelo de pensamiento dicotómico solemos optar por una de las alternativas y, simplemente, olvidar o negar toda validez a la otra. En este caso, sonrisa irónica o gesto de cansancio mediante, descartaremos la alternativa de considerarnos a nosotros mismos como un " cerebro en la cubeta ". El sistema es muy eficaz (muerto el perro se acabó la rabia), pero si meditamos un poco sobre esta "solución" veremos que entre todas las posibles es una de las más extremas y perniciosas, ya que nos lleva a creer que negando los problemas estos desaparecerán.

Los escépticos han gozado de una fama bien merecida a lo largo de miles de años. Desde la lejana figura de Protágoras, que puso en tela de juicio la posibilidad de un conocimiento absoluto y verdadero, pasando por Pirrón, fundador de la escuela escéptica. Descartes lo tomó provisoriamente como un punto de partida necesario, e inventó la "duda metódica", Voltaire fue su propagandista, y Boyle dijo ser un fiel cultor del escepticismo. Desde su nacimiento en la antigua Grecia, el escepticismo ha pasado por épocas de ocaso y de gloria.

El escepticismo extremo niega toda posibilidad de conocimiento, y es, ante todo, una postura estéril ya que nos lleva al silencio, la inacción y el ostracismo . El dogmatismo sin fisuras afirma que el ser humano puede conocer con absoluta certeza. Ambas son posiciones extremas dignas sólo de los fanáticos. Ahora bien, buena parte de los pensadores a quienes apreciamos y sobre cuyas producciones se ha desarrollado nuestra cultura pueden ser considerados como dogmáticos débiles: Aristóteles y Platón, San Agustín y Santo Tomás, Galileo y Newton, Gandhi o Nietzsche, afirman un conocimiento determinado. Todo creador de doctrina, todo teórico o pensador, que sostenga un punto de vista, es -necesariamente- un dogmático en sentido débil.

La postura dogmática extrema, en cambio, une la afirmación de lo propio con la negación de lo ajeno. El dogmatismo radical implica pasar de la afirmación a la intransigencia, y del plano del conocimiento al ético (3).

En el plano ético el dogmatismo radical afirma una teoría, una doctrina, o una religión como saber absoluto y definitivo, no admite crítica ni cambios. Quienes se creen poseedores de este saber absoluto pretenden que todos lo reconozcan como la única verdad. De allí que su postura lleve a la conquista, a la guerra, a la tortura, a la excomunión de los diferentes. Entre el dogmatismo radical y la tiranía hay un solo paso.

El escepticismo débil admite la posibilidad de conocer, pero no admite la certeza absoluta, reconoce la necesidad del cambio y la transformación; como actitud vital implica el reconocimiento de la diferencia (4).

Partimos de la dicotomía dogmatismo-escepticismo y aplicando el principio RDG llegamos a una situación donde dogmatismo fuerte y escepticismo fuerte son parientes muy cercanos en el plano ético, ya que implican actitudes extremistas: el primero, afirmando poseer un conocimiento universal, absoluto y total, quiere imponerlo a capa y espada a todos los demás, el segundo, negando la posibilidad de conocer algo completamente, quita todo valor al conocimiento y se retira del mundo.

Ahora bien, en el plano social la influencia de estas dos concepciones es completamente distinta. El dogmatismo radical(DR), tiene como una característica más notoria la intolerancia discriminatoria y su influencia sobre la sociedad es muy profunda . El escepticismo radical(ER), tiene como representante extremo al ermitaño, y generalmente es de escasa gravitación .

El dogmatismo débil se caracteriza por una actitud afirmativa básica que permite conocer e implica afirmar aquello que por la experiencia, el estudio o la investigación creemos que es legítimo, verosímil y valioso. Esta actitud es complementaria con el escepticismo débil que actúa como señal de alarma contra la creencia en la omnisciencia humana y contra las tentaciones despóticas siempre latentes en todo dogmatismo.

En la primera figura podemos ver un esquema de la dicotomía clásica. En las siguientes hemos desplegado varios planos, cada uno con una importante cantidad de matices, que implican diferentes compatibilidades y complementariedades. Este esquema no pretende ser exhaustivo, solo nos muestra el peligro del pensamiento dicotómico y algunas alternativas que surgen de un primer examen de la temática utilizando el principio RDG (5).

Hasta ahora hemos analizado el tema exclusivamente desde una perspectiva abstracta, desencarnada, que aunque nos permitió construir un esquema conceptual más rico que la clásica oposición dicotómica, no ha tomado aún la fluidez de la problemática cuando se encarnan esta posturas en personajes históricos, en contextos culturales específicos. Examinaremos a través de diversos pensadores cómo se entrecruzan y comunican los distintos planos, cómo hasta los más grandes eruditos pueden tomar posturas contradictorias con sus discursos o producir combinaciones extrañas de creencias y actitudes.

En fin, guiados por las recomendaciones de Goethe que nos dijo que " la teoría es gris pero el árbol de la vida es siempre verde" trataremos de acercarnos a la complejidad del problema del conocimiento de la mano de sus creadores y tomando en cuenta el contexto de su producción.

El nacimiento de la razón:

Tal vez a muchas personas les resulte extraño este título. Se preguntarán que quiero decir con " nacimiento " de la razón. ¿ No es acaso la razón aquello que nos diferencia de los animales, no es algo innato, propio y característico del Homo sapiens ?. ¿ No es verdad que desde que el hombre está sobre la tierra, ya sea porque fue expulsado del Paraíso por comer la fruta del árbol del conocimiento o porque la selección natural permitió su evolución a partir de los primates, la naturaleza del hombre es ser racional y, por lo tanto, esta es una característica definitoria que no es necesario explicar?

" El hombre es un animal racional ", Aristóteles dixit. Casi todo el mundo acepta que esta frase como verdadera, ya que distingue una importante característica humana que nos diferencia de los animales, aunque no es esta la única peculiaridad notable de nuestra especie. Sin embargo, pocos se molestan en aclarar qué entienden por "racional" (6), y corremos el riesgo de caer en graves desvaríos si no aclaramos a la brevedad su significado. Cuando intentamos llevar a cabo este cometido, rápidamente nos damos cuenta de que aunque utilicemos la palabra con frecuencia y la leamos en los textos sin que suscite dificultad alguna, al querer definirla se nos escapa, y nos sentimos perplejos, como San Agustín cuando se preguntó ¿ qué es el tiempo ? y respondió "si no me lo preguntan lo se; pero si me lo preguntan no lo se para decirlo". En esta etapa de nuestro análisis podemos recurrir al diccionario donde encontraremos algunas de las siguiente definiciones:

Razón: Facultad de discurrir * Palabras o frases con que se expresa el pensamiento.* Argumento o demostración que se aduce en apoyo de una cosa. * Causa, motivo. * Orden y método de una cosa. * Justicia, rectitud en las operaciones.

( Dic. Enciclopédico Salvat)

¿Sólo tenemos que elegir y ya sabremos qué es la "razón"?. Así nos enseñaron a proceder en la escuela, y como en muchas ocasiones ha mostrado ser un método bastante cómodo y eficaz. Sin embargo, apenas intentamos desarrollar la más mínima sofisticación en nuestro intento de compresión del término " racional ", vemos que se abre ante nosotros una enorme gama de significados. Si acudimos a un diccionario de filosofía, por ejemplo, podemos encontrar :

"La idea de "razón" aparece en la filosofía Griega bajo nociones no identificables entre sí. Aparece, en unos casos, como la acción misma de pensar; un pensar orientado a una sabiduría que nos lleva a entender las cosas, para situarnos frente a ellas y poder actuar justamente. O bien se presenta como una facultad pensante; el que la posee es el ser inteligente, que obra consecuentemente.(...) O bien aparece como logos, cuya significación primaria fue la de recoger o reunir, de donde elegir o contar algo como perteneciente a una determinada clase de objetos y de donde también enunciar o nombrar algo. Común a todas estas nociones es la suposición de que la realidad tiene un fondo inteligible y de que e posible comprender semejante fondo o, cuanto menos orientarse en el mismo. Por ese motivo se nota a través de la variedad d sentidos de la razón y de la multiplicidad de los términos empleados para designarla en la filosofía griega, el intento de ligar la razón como facultad a la razón como substancia u orden de la realidad. "

( Extractado de "Razón" en " Diccionario de filosofía abreviado " de José Ferrater Mora. Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1970 ).

La palabra "razón" no nos remite a "algo" que está allá afuera en el mundo esperando ser nombrada. Su polisemia indica que sólo el contexto nos puede ayudar a saber su significado en cada caso específico (7). El debate sobre la racionalidad es uno de los temas candentes de la cultura contemporánea, se halla a la orden del día en las agendas de los congresos de filosofía, de antropología cultural, de sociología, psicología, ciencias políticas, medicina, economía, entre otras.

En su trabajo sobre " Ciencia y Razón" el destacado filósofo Georg von Wright nos dice que esta polémica " ha ocasionado más confusión que claridad, pero, por lo menos nos ha enseñado que la racionalidad humana es algo multidimensional"( Georg von Wright, 1989) . Para poder comprender cabalmente su significado emprenderemos un pequeño viaje con el objeto de encontrar las raíces de la razón occidental. Iremos hacia atrás en el tiempo ( siglo VIII a.C. ), y nos transportaremos en el espacio hasta arribar a Grecia.

Hasta hace un momento hablaba de razón a secas, y repentinamente aparece el adjetivo "occidental". ¿ Cómo explicar esta brusca aparición en escena ? Varias son la razones que me han llevado a hacerlo, pero las fundamentales son dos: 1) al abandonar el paraíso de la abstracción y plantearme la búsqueda de los orígenes de la razón he debido buscar un momento (aprox. s. VIII a.C.) y un lugar (Grecia). Esto generó un límite espacio-temporal, un punto de partida, un nacimiento. 2) A partir de este momento se puede pensar en una tradición ( ya que nuestra búsqueda es necesariamente retrospectiva). La pregunta por el origen lleva a la encarnación de las ideas. La "razón" que muchos gustan de representar como pura, abstracta, impersonal, deviene en una "razón occidental", terrena y temporal, nacida en la polis griega que no es simplemente una ciudad, en el sentido arquitectónico y de concentración de la población, sino una nueva forma de vida y de relación social entre los hombres que dará origen a una forma peculiar de razón: la "razón argumental" (8).

Jean P. Vernant, uno de los más importantes estudiosos de la cultura Griega, nos dice que:

"el sistema de la polis implica, ante todo, una extraordinaria preeminencia de la palabra sobre todos los instrumentos de poder (...)Entre la política y el logos hay, así, una relación estrecha, una trabazón recíproca. El arte político es , en lo esencial, un ejercicio del lenguaje; y el logos en su origen adquiere conciencia de si mismo, de sus reglas, de su eficacia, a través de la función política. Históricamente, son la retórica y la sofística las que, mediante el análisis que llevan a cabo de las formas del discurso como instrumento de victoria en las luchas de asamblea y del tribunal, abren el camino a las investigaciones de Aristóteles y definen, al lado de una técnica de persuasión, las reglas de la demostración; sientan una lógica de lo verdadero, propia del saber teórico (Geometría), frente a lo verosímil o probable de la discusión pública".(Vernant, 1962)

Podemos decir que en la polis se produce una revolución del saber, que de pertenecer solo a ciertas personas, como los sacerdotes o los príncipes, que lo recibían directamente de las divinidades, pasa a ser público y se expresa en la redacción de las leyes. Al escribirlas se asegura a la vez su publicidad, se les garantiza permanencia y también, paradójicamente, se abre la posibilidad a los ciudadanos de cambiarlas. La ley, encarna una norma común a todos, sometida a discusión y modificable . Las ciudades estados, polis, Griegas forman un nuevo tipo de estado en el que el Juez representa a toda una comunidad de ciudadanos con iguales derechos y encarna a un ser superior a las partes, resolviendo de acuerdo a su conciencia y a la ley. Los términos prueba, testimonio y juicio adoptan un significado nuevo y abren las puertas al nacimiento de la racionalidad argumental.

 

Protágoras:

"Qué bella disputa sofística nos aportas Menón; es la teoría según la cual no se puede buscar ni lo que se conoce ni lo que no se conoce: lo que se conoce porque, al conocerlo, no se necesita buscarlo, lo que no se conoce porque ni siquiera se sabe que se debe buscar" Platón.

¿ Quién era Protágoras ? Un maestro en el arte de la elocuencia, un sofista. Este último término suele ponernos en guardia, pues ha quedado unido, casi con exclusividad, a la actividad productora de sofismas, es decir, a la construcción de razonamientos aparentemente correctos, aunque engañosos. La pereza intelectual ha llevado a muchos a pensar que los sofistas eran únicamente maestros del enredo, mercenarios del pensamiento al mejor postor, sin comprender porqué ocuparon un lugar importante en la historia del conocimiento, cuando supuestamente tendían a confundirlo todo. Esta leyenda surge de la descontextualización, ya que es producto de incomprensión del valor de la palabra en los sistemas democráticos. Una democracia directa como la griega implica la necesidad de defender la propia opinión en la asamblea de ciudadanos y en el tribunal. La palabra en tiempos de Pericles toma un preeminencia fundamental en la vida de los griegos, quien dominara el arte del discurso tenía abierto el camino del éxito en la vida política. Todos los ciudadanos tienen los mismos derechos, la palabra no es más un don exclusivo de un grupo que la recibe directamente de los dioses y cuyo valor tiene que ver más con la jerarquía del que la pronuncia que con la validez, verosimilitud o belleza de lo dicho (9).

Si aplicamos el principio RDG podemos encontrar una enorme variedad de matices y procederes que no nos hacen oponer a los sofistas con las demás escuelas filosóficas sino que por el contrario las complementan. Veremos también que todo el saber Griego está profundamente comprometido bajo un lema fundamental: La confianza en la razón. Los sofistas a diferencia de las escuelas anteriores, se dedicaron casi con exclusividad al análisis del discurso, a conocer su técnica interna llegando hasta su más íntima estructura. Esto les permitió encontrar las debilidades y fortalezas de los distintos argumentos, explorando críticamente las hipótesis utilizadas, desarmando los argumentos en busca de perfeccionar el valor instrumental de la palabra. Surge con ellos la retórica, que en acepción sofista es mucho más que el arte de hacer un discurso "bonito" sino que es la ciencia que estudia el hablar correcto, concluyente, bien construido. Protágoras y Gorgias fueron los sofistas más importantes. El primero nació hacia el 480 a.C. y gozó de la protección de Pericles y del aprecio de sus contemporáneos, pero finalmente sus enemigos lograron acusarlo de impiedad y expulsarlo de la ciudad.(601 a.C.) (10).

Los elementos centrales de la doctrina de Protágoras son los siguientes:

Protágoras, como otros sofistas, gozaron de gran prestigio y admiración de sus contemporáneos, pero también de la persecución firme de sus enemigos (independientemente de si ciertos detalles han sido confirmados o no ). Sin embargo, estos "primeros profesores" pasaron e la historia como mercenarios del conocimiento, porque cometieron el pecado de cobrar sus lecciones, y como predicadores de la confusión y la falsía, cuando puede considerárseles fundadores de la retórica, primera disciplina que se ocupa del ámbito de la legitimidad y valor del conocimiento, de las condiciones de su producción y expresión. Tal vez, podamos achacar al enorme peso de la crítica platónica contra los sofistas que este término sea peyorativo prácticamente (12) hasta la actualidad.

Si pensamos a Protágoras desde la perspectiva dicotómica clásica, no tenemos más remedio que ubicarlo en el compartimento de los escépticos. Sin embargo, aplicando el principio RDG, encontramos a un escéptico débil, con un positivo rol social y a un pensador que ha hecho un importante aporte en el plano cognitivo.

Muy distinto es el rol de Pirrón de Elis (365-275 a. C.), quién fundó una escuela escéptica de muy corta duración ( sus miembros seguramente no creerían en ella ). Desde su punto de vista, sólo una convención nos hace considerar a las cosas como verdaderas o falsas. Por lo tanto, quienes no quieran contentarse con los convencionalismos deberán "suspender el juicio" y callar. "

Si consideramos a Protágoras y Pirrón simplemente como escépticos y no hacemos diferencia alguna entre uno y otro nos condenamos a ver el mundo en blanco y negro, cuando es posible disfrutar de su policromía y su enorme cantidad de matices. Las diferencias entre estos dos pensadores son enormes. El primero vivió durante el Siglo de Pericles, la época de Oro de la Grecia Antigua, enseñó y fue estimado ( y odiado) por ello. Su concepción de la posibilidad de conocer se caracteriza por un escepticismo débil que abrió la puerta a la comprensión de las relaciones entre conocimiento y lenguaje, que luego sistematizará genialmente Aristóteles. Pirrón aportó mucho menos a sus contemporáneos y sucesores, no porque sus afirmaciones carezcan totalmente de interés o valor, sino porque no podían fertilizar en aquella época. Su actitud extrema, que unida a su posición negativa absoluta en el campo del conocimiento, hicieron que se retirarse de la sociedad en busca de la imperturbabilidad de espíritu, que se logra sólo mediante el silencio. Paradójicamente, al afirmar la imposibilidad del conocimiento, se le está brindado certeza a esta única afirmación . Esta se convierte en el único saber absoluto. El escepticismo radical puede rebautizarse como: dogmatismo-escéptico.

Pirrón vivió en la época helenística, caracterizada por la transmisión de saberes ya adquiridos y la especialización progresiva del conocimiento, en cambio Protágoras disfrutó de la cultura más comprensiva y creadora de la era de Pericles.

El gran filósofo y matemático Alfred North Whitehead nos dice al respecto: " El cambio de la brillante edad helénica cuya fase final se centró en Atenas, a la época helenística cuya capital intelectual fue Alejandría, corresponde a una nueva dirección del espíritu constructivo. (...) La literatura fue reemplazada por la gramática, y el pensamiento especulativo por la tradición erudita. Estos hombres hicieron al saber convencional, pero lo aseguraron..." (Whitehead, 1933). El pasaje de las ciudades estados autónomas al imperio de Alejandro Magno produjo grandes cambios sociopolíticos. La cultura no podía quedar ajena ante estas transformaciones que implicaban todos los modos de relación: las capacidades oratorias ya no tenían la misma eficacia social que cuando el centro de la vida pública era la asamblea ciudadana. Un escepticismo activo y débil como el de Protágoras ya no podía fertilizar en ningún terreno. Bajo el imperio de la cultura helenística, de carácter cosmopolita y unitario, el eje de la vida cultural se desplaza a la biblioteca de Alejandría, se apagan los debates para dar paso a las compilaciones, el amplio pluralismo de la asamblea ciudadana es reemplazado por la escolarización, la cultura extensa y múltiple de la polis, deja paso al saber especializado. La riquísima producción creativa de los filósofos helénicos, sus textos vitales y profundos dan paso a los tratados eruditos, las definiciones dogmáticas y los "manuales". El escepticismo débil, paridor de ideas, señal de alarma contra la omniciencia y su correlato social, la omnipotencia, no tiene cabida en esta sociedad porque ya no está a la orden del día el debate de ideas entre iguales. Nace entonces una escuela escéptica liderada por Pirron, que poco aporta y a nadie inquieta.

Esta esquemática y breve comparación entre las figuras de Protágoras y Pirrón, mirada en el contexto de sus respectivas épocas hecha nueva luz sobre la distinción entre escepticismo débil y escepticismo radical, permite generar nuevos matices y extender el análisis de la dimensión individual a la social, de lo puramente cognitivo a lo político (13). La diferencia entre Protágoras y Pirrón no se entiende cabalmente sino en el contexto de dos sociedades distintas: la helénica y la helenística (14). Fuera del ámbito de la polis, del debate pluralista, de la igualdad ciudadana, el escepticismo débil y creativo no puede desarrollarse. Solo prosperarán versiones más o menos radicales, pero siempre ajenas a la producción del conocimiento que ya no es de incumbencia de todos los ciudadanos sino que se ha especializado, escolarizado y refugiado en la erudición, más proclive a la ortodoxia que a la creatividad. En este marco conceptual, la conciencia del error que desde una perspectiva escéptica o dogmática débil es lo que nos puede llevar a parir ideas nuevas, a la transformación y al cambio, es opacada por una confianza dogmática cada vez más radical . En un marco escolarizado, de repetición más que de creación, el error es pura patología o incapacidad del alumno . Cuanto más extrema es la persecución del error, más intransigente la ortodoxia y más estéril la razón que la ampara. No debemos olvidar que la propia razón occidental nace de la "humanización" de la palabra, cuando esta deja de ser designio de los dioses a través de sus representantes exclusivos: los sacerdotes y los nobles. El logos, la palabra, pertenece a todos los ciudadanos por igual y no tiene garantía alguna, sino la que cada quién puede aducir a su favor. Sólo de la conciencia y la vigilancia frente al error y no de su negación o pretendido aniquilamiento surge el saber creativo. La erudición al no aceptar la posible presencia del error en su seno, elimina la semilla de su fructificación y se esteriliza voluntariamente. El saber erudito es más sistemático que creativo, más conservador que revolucionario, más especializado que holístico.

" Para los eruditos, los temas razonables de este mundo están encasillados en regiones aisladas entre sí, son tal o cual materia, separada, y el erudito consciente se ofende ante la especulación etérea que quiere conectar su propia zona de conocimientos con el de su vecino; ve sus conceptos esenciales interpretados, retorcidos y modificados y se ve desterrado de su propio castillo por especulaciones de generalidad inquietante que violan la gramática de sus pensamientos", nos dice A. Whitehead. (Whitehead,1933)

Cuanto más proclives al pensamiento dicotómico estemos, más probable será que nos figuremos a los especialistas eruditos como los villanos de esta historia, especialmente si no les ponemos nombre, si nos quedamos en un arquetipo abstracto. Pero... ¿ qué pasa cuando pasamos de la abstracción a la historia? Sucede que esos "antipáticos" eruditos abstractos se convierten en Euclides ( hacia el 300 a. C.) el autor de los " Elementos de Geometría" y gran sistematizador de los conocimientos geométricos de los Griegos; Arquímedes (280-212 a.C.) genial investigador que realizó aportes extraordinarios a la matemática, física e ingeniería (15), Aristarco (320-250 a.C.) quién imaginó un sistema astronómico heliocéntrico, Hiparco (190-120 a.C.) el fundador de la trigonometría y gran astrónomo; Eratóstenes (280-200 a.C.) que realizó la medida del tamaño de la tierra con una excelente aproximación. Frente al impacto que nos produce esta lista de grandes genios no debería tentarnos el hacerles jugar el rol de villanos. Nos encontramos nuevamente ante la riqueza y variedad de matices que tenemos en el mundo viviente, probablemente nos sintamos perplejos, nuestras viejas categorías absolutas de "Buenos versus Malos" pueden parecernos ahora mediocres simplificaciones.

Si realmente comprendemos la importancia de abandonar el "Reino de las dicotomías", si consideramos que es imprescindible anudar nuestras categorías abstractas con los procesos históricos, entonces estamos preparados para emprender el viaje al mundo de la complejidad, con sus paradojas, sus texturas, sus "bucles extraños".

Para transponer los límites de un sistema cognitivo-categorial son necesarios más que discursos y tatuajes, es preciso desanudar ligazones fuertemente establecidas, concebir nuevas relaciones, atreverse a innovar. Comprender la intrincada red de relaciones de la que han dado origen a nuestras más profundas creencias, implícitas y explícitas, puede ayudarnos a buscar salidas creativas y a superar el estado de confusión en que nos encontramos. Aunque aceptemos que es imposible arribar a con certeza absoluta al puerto de la "Verdad", vale la pena navegar, conocer los paisajes del conocimiento humano que aunque no nos lleven al paraíso de lo indudable pueden depararnos todavía teorías hermosas, fértiles y creativas para manejarnos en este mundo profundamente vivo.

Notas

(1) Este principio fue propuesto por Ulises Moulines en "Exploraciones metacientíficas", Ed. Alianza, Madrid, 1982

(2) Este experimento mental no es de mi autoría, pero me ha sido imposible encontrar la fuente original de donde lo he tomado

(3) Una postura ética, aunque esta relación no es directa ni lineal. La ética está siempre presente en todas las dimensiones de la vida humana, es como el pentagrama de nuestra existencia, sobre él construimos la música - o el ruido- de nuestra vida.

(4) Se puede ser al mismo tiempo dogmático radical y esceptico débil, pues se trata de dos dominios diferentes: el cognitivo y el ético.

(5) No es este un texto sobre escepticismo y dogmatismo, por lo tanto no intentaré proseguir en el despliegue de planos que por otra parte es una tarea infinita. Sin embargo, un primer esbozo es imprescindible para abordar la temática del conocimiento

(6) Habitualmente damos por sobreentendido el significado de las palabras, y es razonable que así sea pues sería imposible sostener una conversación si la interrumpimos constantemente para preguntar por el significado de cada nueva palabra utilizada. Sin embargo, en el contexto de " conocer el conocimiento" es imprescindible andar con suma cautela y cuestionarse a fondo por el significado de términos fundamentales como: racional, verdadero, real, objetivo, subjetivo, etc

(7) Este principio es válido para todas las palabras pero es particularmente evidente en aquellas en que las posibles asignaciones de significado son múltiples

(8) Aún a riesgo de ser repetitiva, es necesario destacar que esta razón ya no es la razón abstracta, propiedad de una especie conocida como homo sapiens ( humana), sino una entre otras: la oriental, o la hopi ( que a su vez pueden ser heterogéneas), común al genero humano no como propiedad biológica innata sino como resultado de la evolución bio-psico-social en la historia de cada sociedad. (Ver Clefoor@ Geertz " La interpretación de las culturas ).

(9) Una de las críticas más violentas que recibieron se relaciona con que cobraban la lecciones! Este hecho demostraba, sin lugar a duda, su villanía -al menos ante los ojos de muchos de sus aristocráticos contemporáneos- ( criterio que aún sigue empleándose con los docentes en muchos países ). Es interesante destacar que Confucio introdujo la misma costumbre en China, más o menos para la misma época, y nadie se horrorizó por ello.

(10) Bertrand Russell descree de que Protágoras haya sido perseguido.

(11) Tomado de la " Historia de la filosofía occidental de Bertrand Russell " Espasa-Calpe, Madrid, 1978 (1961). que la extrae del texto de Protágoras " Sobre los dioses "

(12) Las escuelas de comunicación norteamericanas de este siglo, reivindican el papel de los sofistas y sus aportes al conocimiento occidental. Por otra parte, el resurgimiento de los debates sobre las paradojas y el desafío congnitivo que presentan tanto en la lógica como en la matemática y la filosofía en general replantearon vivamente la polémica sobre el lugar que debía asignárseles a los sofistas en la historiografía

(13) Utilizo el sentido más amplio del término política, que entiende a esta como la relación del hombre con su sociedad.

(14) Sociedad helénica: Apogeo de Atenas en el siglo se Pericles, Aprox 450-350 a C. Se destacan las figuras de Sófocles (497-406), Eurípides (480-406), Aristófanes ( 445-385), Heródoto (484-425), Tucídides (460-396), Protágoras (480-600), Sócrates (469-399), Platón (427-347), Aristóteles (384-322). En esta época de esplendor de la cultura se construyó el Partenón.
Sociedad helenística: Aprox. 300-220 a.C. Expansión y universalización de la cultura Griega. Imperio de Alejandro Magno. Biblioteca de Alejandría.

(15) Su figura se inmortalizó por su determinación del peso específico del agua, supuestamente mientras se bañaba en una tina de la que salió al grito de EUREKA ( lo encontré). Anécdotas al margen, la figura de Arquímedes es considerada por muchos filósofos de la ciencia actuales como el precursor de la ciencia moderna.

 

Bibliografía:

Jean Vernant, " Los orígenes del pensamiento Griego " EUDEBA, Buenos Aires, (1962) 1970

Georg von Wright, " Ciencia y razón " en " Ética & Ciencia" Año II, (2)pag 7

Alfred North Whitehead " La aventura de las ideas ", Compañia General Fabril Editora, Buenos Aires, 1961 (1933).


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