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Seminario
Sistema de Exner

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Organizado por : PsicoMundo

Dictado por : Javier Escobar


Clase 1
Las Técnicas Proyectivas


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Al abordar el estudio de las técnicas proyectivas nos encontrarnos con la dificultad de no poder encontrar una definición, lo suficientemente exacta, como para que estén de acuerdo una gran mayoría de autores.

Buscando entre la gran cantidad de definiciones existentes, nos hemos decidido por una, que nos parece que recoge las principales características de las técnicas que nos ocupan, Nos referimos a la de LINDZEY (1961) que las define como:

Aquellos instrumentos considerados especialmente sensibles para revelar aspectos inconscientes de la conducta, los cuales permite provocar una amplia variedad de respuestas subjetivas; que son altamente multidimensionales y evocadoras de datos, inusualmente ricos, con un mínimo conocimiento, por parte del sujeto, del objetivo del test. Generalmente, el material estimular presentado es ambiguo, su interpretación depende de un análisis global, estimula la imaginación del sujeto, y de ellos no se derivan respuestas correctas o incorrectas.

En esta definición encontramos las principales características de los tests proyectivos, que son:

- Dedicación a una tarea relativamente no estructurada que permite una variedad casi ilimitada de respuestas.

- Representan procedimientos de examen disfrazados, pues el sujeto no sabe que tipo da interpretación se hará de sus respuestas.

- La atención se centra en el con junto de la personalidad, de forma global y no sobre rasgos específicos

- Son especialmente eficaces en la revelación de aspectos encubiertos, latentes o inconscientes de la personalidad

Aunque, aparentemente, esta definición zanjaría cualquier tipo de discusión en torno a lo que se considera como técnica proyectiva, el problema de su definición es más amplio y alcanza incluso a la mera denominación de estos instrumentos.

El problema de la denominación reside en que existen autores como ABT (1959), BELLACK (1959) o CATTEL (1963), entre otros, que consideran que estas técnicas no se pueden denominar proyectivas. Debido a que el término proyección, introducido por FREUD (1911), hace referencia a un mecanismo de defensa del Yo frente a la ansiedad y la culpa, subyacentes a los trastornos paranóides. En sucesivos escritos FREUD amplía el término a condiciones no patológicas y la define como: "el mecanismo por el cual, percepciones internas, provocadas por procesos ideacionales y emocionales, son proyectadas en el mundo exterior. Aun, a pesar de esta ampliación del término, éste conserva ciertas características que, según algunos autores, no permiten que se pueda aplicar a lass técnicas que nos ocupan, y que son:

1. Lo proyectado es inaceptable para el sujeto y, por ello, ha de ser colocado fuera de él.

2. La tendencia. a proyectar es algo característico de la personalidad del sujeto.

3. La proyección adcribe a otro objeto una tendencia propia, el sujete percibe el material proyectado como ajeno a él; siendo inconsciente tal tendencia.

Si intentamos aplicar estos aspectos básicos de la proyección, descritos por ZUBIN (1965), a los instrumento que se denominan como técnicas proyectias, veremos que existe una considerable diferencia entre lo que es la proyección y al mecanismo que actúa en los tests proyectivos, en estos últimos se observa que:

a) Lo proyectado no es inaceptable para al sujeto, sino que se trata de características de su personalidad, que el sujeto suele aceptar y que no tiene necesidad de arrojar fuera de él.

b) Este tipo de proyección se da durante la prueba, sin que sea condición necesaria al que el sujeto tenga tendencia a usar dicho mecanismo, ya que las pruebas se pueden aplicar a cualquier sujeto, sin requerir un determinado tipo de personalidad.

c) El sujeto no percibe al material como ajeno a él, ni es atribuido a ningún objeto especifico.

Debido a estas diferencias conceptuales hay autores que denominan a estas técnicas con otro nombre, así ABT (1959) y BELLACK (1959) las llaman aperceptivas, al igual que CATTEL (1963) que las considera como tests de percepción erronea.

Sin embargo el término de proyectivas sigue aun en vigor, ya que los profesionales que utilizan dichos instrumentos piensan que estas pruebas no utilizan al término proyección en el sentido en que FREUD (1911) lo consideró.

RAPAPORT (1946) afirma que cuando se utiliza el concepto de proyección, hablando de tests proyectivos, se habla en realidad de exteriorización y no del mecanismo de defensa. Lo que se entiende por proyección es lo que FRANK (1939) expresó al decir:

Cada individuo tiene un mundo privado que esta estructurado de acuerdo con los principios organizatívos de su personalidad y los tests proyectivos estudian estos principios organizativos, induciendo a sujeto a ponerlos dé manifiesto utilizando un material no estructurado, que el sujeto incorpora a su mundo privado.

La diferencia entre el concepto de FRANK y el psicoanalítico es que éste último tiene su base en la exteriorización de una tensión específica, mientras que la base del primero está en la organización de la percepción en términos de los principios organizativos intrapsíquicos.

En esta misma línea, MEILI (1961) zanjó la cuestión distinguiendo entre proyección afectiva y estructural. La primera respondería al concepto psicoanalítico, a la proyección de contenidos afectivos sobre otra persona; la segunda, la estructural, sería al reflejo de la estructura de personalidad en los tests proyectivos.

El marco teórico de las técnicas proyectivas es el psicoanalítico, aunque hoy en día se ha ampliado al enfoque teórico y se ha intentado establecer su fundamento desde el paradigma Estimulo-Respuesta, (AULD, 1958) y desde la psicología experimental, (WERTHEIMER, 1957; BRU NER, 1948; GIBSON, 1950; etc). No obstante, la imposibilidad de encontrar un teoría única que permita conceptualizar las técnicas provectivas, ha motivado el que la investigación se centrase en estudios clínicos, de resultados contradictorios; lo que las ha ido alejando del modelo experimental y acercandolas al dinámico, siendo, hoy en día, éste su principal enfoque.

Los métodos proyectivos tuvieron una gran aceptación debido a que tradicionalmente la estimación de la personalidad se había basado casi exclusivamente, en la información que proporcionaba el historial biográfico y la autocalificación. Ambos procedimientos resultaban insuficientes, ya que los primeros carecían de fiabilidad, y los segundos presentaban grandes oscilaciones, según fuese el nivel cultural y social de las personas que los corregía. Los psicólogos encontraron una técnica que permitía salvar esta dificultades,en los métodos proyectivos; ya que proporcionaban una información completa de la estructura de personalidad de los sujetos, sin que apenas distorsionasen los restultados, debido a que el individuo no era consciente del objetivo del examen, y a que no influía al nivel cultural de los mismos.

De esta forma, durante más de cuarenta años las técnicas proyectivas han sido sinónimo de psicodiagnóstico, pues eran utilizadas con una gran frecuencia por los psicólogos clínicos.

Según algunos autores, a partir de los años sesenta, al interés por estas pruebas comienza a decrecer; SHEMBER y KELLEY (1970) encuentran que dichas técnicas ocupaban un lugar menos importante en la formación de los psicólogos clínicos en esta época de los setenta, y BIEDERMAN y CERBUS (1971) obtienen resultados similares. Las razones que aluden para este decrecimiento son de diversa índole, destacandose como las más utilizadas:

a) El énfasis en la evaluación global sobre la base de argumentos contra las etiquetas diagnósticas.

b) El desarrollo de numerosos sistemas de intervención, que parecían relativamente independientes del entendimiento del paciente.

c) Los resultados negativos obtenidos en las investigaciones sobre estos procedimientos.

d) La dificultad de objetivizar y standarizar estas pruebas.

e) La controversia en torno a su fiabilidad y/ validez.

A pesar de estas razones, y algunas más que no hemos expuesto, y de todas las críticas que no dejan de surgir, existe evidencia empírica de que su utilización no ha decrecido. Así lo confirman numerosos autores, como GARDFIELD y KURTZ (1973), WEINER (1972), WADE, BAKER y M0RT0N (1978), entre otros.

En nuestro país (España) el Rorschach es la tercera técnica más utilizada, según informa FERNANDEZ BALLESTEROS (1980). Esta misma autora encuentra que en España a las técnicas proyectivas se les dedica el 17.4 % de los programas de psicodiagnóstico. Estos resultados son confirmados por la revisión de BUROS (1978), en la que al Rorschach y el Test de Apercepción Temática (TAT) aparecen como la segunda y la tercera técnica más importante, en orden al número de referencias bibliográficas. En esta misma revisión encontramos que el número de estudios e investigaciones realizados desde 1965 a 1978 es mayor que los que se hicieron desde 1960 a 1965


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