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Seminario
Función del padre en el discurso analítico
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Coordinado por :
Maria Laura Maldonado


Clase 4
Horacio Martinez

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Miércoles 24 de mayo 1995

El Dr. López con respecto al tema de la separación en el Seminario 11 hablaba de algo que podía pensarse casi como un juego de los niños o una fantasía y que tenía que ver con el hecho de pensarse muertos. Concretamente Lacan decía algo así como la pregunta que el niño se hacía con respecto al deseo de los padres planteada en términos de 'podrá vivir a partir de mi ausencia?, qué le pasará si muero?'. Me acordé cuando escuchaba esa cita de un caso clínico que cuenta Winicott que quizás algunos hallan leído porque está en un texto de los más difundidos de él que es dentro de "Realidad y Juego" que es el famoso texto de objetos transicionales y fenómenos transicionales.

Dentro de ese texto que escribió por primera vez en el año '50, '51; uno de los casos que él cuenta para ejemplificar su idea de los fenómenos transicionales lo tituló Cordel.

Era un chiquito por el que le van a consultar en su consulta hospitalaria y que hacía muchos juegos en su casa de unir objetos con sogas; y en un juego que le propone Winicott en la única sesión que tiene con el chico es un juego de garabatos, una técnica que utilizaba Winicott en sus entrevistas, y el chico todo lo que dibuja tenía que ver con sogas, cordeles, cuestiones atadas.

En ese caso me había resultado interesante utilizarlo hoy porque Winicott dice algo así como que él tenía la impresión de que quizás esa entrevista que tenía con esa gente iba a ser la única entrevista que iba a poder tener. Algo tenía que hacer, alguna operación tenía que realizar; él ligaba la actitud del chico con algo que planteaba como una depresión del lado de la madre, él leía esta cuestión del cordel como un símbolo de la unión del chico con la madre, y vamos a decirlo en estos términos: él dice: eso podría llegar a ser un objeto transicional, pero pervertido, demasiado usado o usado fuera de tiempo, y entonces podría ser la base de una futura perversión. Entonces le recomienda a la madre que hable con el chico si ella considera que las palabras de él encuentran algún eco en ella; que hable con el chico de las separaciones que han tenido, porque parece que la madre tuvo una serie de internaciones en las cuales estuvo desvinculada de su hijo cuando éste era pequeño. Le pide concretamente que hable de la separación. No que sea más protectora o que intente reparar lo que supuestamente no le había dado en la infancia, sino que hable.

Me pareció interesante porque ciertas lecturas de Winicott y aún ciertas cosas que Winicott dice, hacen pensar que la cuestión de la madre era importante, no en los términos que lo planteaba el Dr. Héctor López, sino casi podríamos decir, todo lo contrario. Winicott instituye esa especie de concepto que es la madre suficientemente buena y a partir de eso si la madre no es suficientemente buena es, bueno, una especie de cascada de males que pueden aparentemente recaer sobre el niño.

Este niño pareciera ser dentro de la óptica de Winicott aparentemente no había tenido en su infancia suficientemente buena, una madre que había sufrido internaciones psiquiátricas, una madre muy depresiva....y no obstante Winicott no le plantea a la madre ninguna reparación del vínculo, lo que le pide es que hable.

Se da una consulta posterior como 6 meses después donde el padre le cuenta que un día estaba en el jardín de la casa y encuentra al chico colgado de un árbol como si se hubiese ahorcado. y el padre dice: 'debe ser un juego', y está como una hora trabajando en el jardín sin darle bolilla hasta que el pibe aburrido de estar en esa posición --que debe ser bastante incómoda--, se baja.

Pero al otro día vuelve a hacer la misma pantomima, ahora, dice Winicott, en un árbol que estaba muy cerca de la cocina, y que la madre podía ver, y que la madre reacciona a ésto con una gran crisis de angustia.

Yo me acordaba entonces de esto que decía Lacan del juego de hacerse el muerto; parece que el chico no sólo fantaseaba sino que lo ponía en práctica.

Me pareció interesante esta marcación que hacía Winicott, como detalle clínico, que esas reacciones de la madre, probablemente, no le permitieran al niño llegar a realizar la separación que tenía que realizar. Y lo plantea en estos términos, en términos de separación, no está hablando evidentemente de las operaciones lógicas que plantea Lacan, entre otras cosas porque ésto es muy anterior al Seminario 11 de Lacan; pero me parece que los elementos que pone en juego Winicott en ese texto son los mismos que Lacan pone en juego cuando habla de la operación de separación. Quiero decir: pone en juego, en primer lugar, la existencia de un objeto que de alguna manera (por lo menos Lacan lo lee de Winicott), sería este objeto primero que el niño puede crear y ceder, indicar en este espacio de separación entre la madre y el hijo. Esa sería un poco la función que Lacan le asigna al objeto transicional y que claramente Lacan dice: se trata de un objeto a. Podríamos decir que como un pequeño homenaje de Lacan a Winicott le reconoce es haber creado antes que él el objeto a, del cual Lacan dice que es su único descubrimiento teórico.

Pero también me acordaba de algo que Lacan dice en el seminario anterior, en el seminario de la angustia; en ese seminario él intenta hacer una operación algebraica, un tanto exótica y que no nos vamos a detener en ella, porque no viene al caso; pero intenta plantear algo así como una división entre A y s (el Otro y el sujeto); él se pregunta en A cuántas veces s ?, como si uno dijera en 100 cuántas veces 2?. Como la división no da perfecta aparece:

Por un lado uno podría decir que todos estos símbolos que aparecen aquí:

tienen que ver con lo que él luego va a llamar operación de separación. También podríamos ponerle como lo pone en el Seminario 11, el Otro, el sujeto, perdiendo ambos el objeto a, por lo cual los dos quedan barrados.

Pues dice de estos pisos habla: de goce, de angustia y de deseo, como si fueran tres planos.

Me pareció interesante pensar que el punto ese donde estaba la historia del cordel y de jugar a hacerse el muerto de alguna manera se ubicaba aquí en relación a lo que del lado de la madre aparece como angustia.

En todo caso me dio la impresión que ésto es lo que leía Winicott, es decir que esta división no se terminaba de producir, por lo tanto, este objeto no se terminaba de desprender como resto y por lo tanto, algo de este deseo, decía él, no termina de funcionar en este chico, hay algo de esta operación que él no puede terminar de realizar; y ésto lo cargaba claramente a cuanta de la angustia de la madre. Era una reflexión ilustrativa nada más pero, me parecía interesante rescatar un autor que me parece potencialmente interesante como teórico y por otra parte para poder desde algún anclaje clínico pensar estas cosas que veníamos hablando la vez pasada. Para los que quieran ampliar un poco el asunto, ésto está en "Realidad y Juego" y es el cáp. que se llama: "Fenómenos Transicionales y Objetos Transicionales".

Pasemos al tema de hoy. Mi intención era plantearles de la manera más despojada que pueda una serie de recortes clínicos de muy distinta procedencia. Lo más despejadamente posible, justamente, para que nos pueda servir de material para luego debatirlos entre todos en función a el tema que veníamos trabajando hace 15 días que tenía que ver en principio, por lo menos como yo lo había planteado, en relación a la problemática del padre, por lo menos del lado masculino. Se acuerdan que lo habíamos dicho que al menos en la casuística freudiana aparecía básicamente el padre como un problema masculino, sobre todo en la medida de lo que se trataba era del deseo de muerte del padre y que este deseo de muerte del padre encuentra su razón de ser en el Complejo de Edipo para el caso del varón.

Antes de meterme con los casos clínicos quería leerles dos citas, una la había mencionado la vez pasada que es una cita de un texto de Oscar Masotta que se llama "Consideraciones sobre Padre en el Hombre de las Ratas", y que está publicado o bien en una colección que se llamaba "Los casos de Sigmund Freud", que está en el tomo dedicado al Hombre de las Ratas, y también está retomado en "Ensayos Lacanianos" que es un texto que reúne textos de Masotta.

Masotta comienza diciendo así:

"La idea de que la psicosis es un intento de restitución de las funciones del sujeto, intento llevado a cabo por el mismo sujeto, es hoy un lugar común. Se recuerda menos que la fórmula debe también ser aplicada a las neurosis. Si volviéramos al texto de Freud sobre el hombre de las ratas, encontraríamos que la función que en este caso el sujeto trata de reconstruir es en primer lugar la función del padre".

Una primer cita que me parecía interesante por dos cuestiones, primero porque me parece interesante esto que Masotta resalta que no sólo en el caso de la psicosis hay funciones a restituir también pasa ésto en el plano de la neurosis y también en el plano de la neurosis, la cuestión del padre, o la función del padre tiene que ser reconstruida o como dice al principio, restituida. La idea de restitución se acerca bastante a la de delirio en el sentido de poder realizar una operación que fue fallida en algún momento. Digamos que es interesante por lo menos empezar a pensar que ésto no es privativo de la psicosis.

La otra cita es una pequeña cita de un texto mucho más largo y muy rico de un analista francés que se llama Alain Didier-Weil. Este analista es invitado por Lacan a dar una clase dentro de su seminario, en el año '79 cuando Lacan estaba trabajando un Seminario que se llamó "La Lógica y El Tiempo", un seminario bastante obscuro, bastante poco conceptual podríamos decir (por decir algo del seminario), pero que tiene algunas personas invitadas para hablar de temas en particular, fundamentalmente (por lo menos la versión que yo tengo), los invitados son Didier-Weil y Nasio, que toma la última reunión para hablar de cuestiones de topología y que luego aparece publicado por Nasio en uno de sus primeros textos.

La exposición que hace este analista es sobre el Superyó, y casi hacia el final hace un comentario acerca de la Metáfora Paterna que me pareció interesante poder plantearla hoy. Dice lo siguiente:

"Las metáforas se gastan. Observen un chiste, produce efecto por un tiempo, un chiste se gasta, una vez gastado es monótono. Diría que el desgaste de la metáfora se produce bajo el efecto del impacto de esos significantes que persisten en lo real y que son corrosivos para la metáfora. Ese desgaste está ligado a la aparición del desecho en nuestro desecho".

Hoy quiero rescatar dos cuestiones nada más: una es esta idea, que me parece interesante de pensarse, de que las metáforas, entre ellas, la que más nos interesa en este seminario, la metáfora paterna, se gasta, no es eterna, que no la tenemos agenciada para toda la vida.

Inclusive yo quería encontrar otra cita, pero no la pude encontrar, de este mismo texto, donde este analista dice que en todo caso para cualquier sujeto es necesario cada tanto tiempo, algo así como volver a realizar la operación de la metáfora, volver como a ajustarla por este proceso de desgaste. Y se desgasta, dice, porque hay significantes que persisten en lo real y que son corrosivos para la metáfora; y une esta idea de este significante persistente en lo real y corrosivo con la idea de desecho.

Les puedo contar que esta idea de desecho él la liga con lo que es la idea de desecho en psicoanálisis que en principio podríamos decir el asimila con la idea de resto, y concretamente con la idea de resto metonímico, o sea, la idea que Lacan plantea, creo que es en el Seminario 5, cuando analiza este famoso olvido de Signorelli que habla de los restos metonímicos, es decir, lo que desgasta la metáfora es la metonimia. Estos restos no asimilables por el significante, que de alguna manera van corroyendo esta especie de nudo que podríamos suponer que la metáfora le da consistencia.

Esto lo traigo también por algo que, de alguna manera, a mi me quedó la impresión que yo lo había sugerido la vez pasada con respecto a operaciones como esta operación cuando uno las trabaja lógicamente y como muy abstractamente; daría la impresión que son operaciones que se realizan de una vez y para siempre o que no tienen casi coincidencia con la vida individual de cada uno de nosotros.

Justamente estas reflexiones me parecen que lo que introducen es el problema del tiempo; hablar de un desgaste habla de que con el tiempo la cosa no es igual que al principio.

El primer caso de los que le quería hablar es el caso de una persona que consulta porque está padeciendo una gran crisis de angustia, una angustia que le hace llorar, que le pone muy mal, y a la cual él no encuentra ningún motivo para estar como está; pero este estar como está no le permite dormir, no le permite comer, no le permite trabajar. Esto que no le permita comer se relaciona también en la historia de esta persona con una serie de episodios, al parecer, del estilo que podríamos pensar como una úlcera estomacal, que en algún momento unos meses antes que haga esta consulta requiere una intervención que, por lo menos como es relatada, no queda claro cómo se llevó a cabo, si fue simplemente un estudio endoscópico para ver el estado de su estómago o si realmente fue una intervención. No se podría afirmar si se trató de una operación quirúrgica o de un estudio exploratorio; pero aparentemente surge de allí, de esta consulta clínica y de estos problemas digestivo que le dice: 'por qué no va a ver un psicólogo; lo suyo es nervioso'. La cuestión es que esta persona relata de su historia --lo que más insistentemente cuenta--, tiene que ver con su soledad actual luego de haber tenido una esposa y tres hijos. Esta esposa y estos tres hijos, hace como 20 años atrás, pasaron a integrar una religión que son los testigos de Jehová. Y empiezan a participar de reuniones, empiezan a hacer actividades, y por supuesto quieren que él también forme parte de ésto y él se resiste porque él se consideraba católico y consideraba que esa otra religión era otra religión, que por lo tanto no le interesaba participar de eso; que les estaban lavando la cabeza, que los estaban enloqueciendo. Bueno, esto empieza a traer malestar y discusión en la familia, y de un día para otro su mujer se va con los tres hijos. A partir de eso él queda solo, pero lo que él dice es que esa soledad nunca le pesó hasta ahora, que ahora no soporta vivir solo.

No voy a abundar mucho con detalles que por ahí no van a nuestro tema de interés. A lo que quería llegar es a lo siguiente: de hecho la posibilidad de tener entrevistas le producen cierto alivio a este estado de angustia, y de alguna manera se empieza a aferrar a la posibilidad de una cura por medio de medicaciones, de medicaciones que son dadas por distintos profesionales y que tiene que ver desde cuestiones que le dan para la úlcera, cuestiones que también le dan para la úlcera pero en el sentido de medicamentos así que son psicofármacos que no vienen por la vía médica-clínica; vitaminas que le dan por kilos que había perdido; y él a través de ésto empieza a hacer como teorías de que por ahí se va a salvar. Cuenta las pastillas que toma, entonces dice: 'bueno yo tomé 100 pastillas de esta cosa y no estoy mejor, entonces ésto no sirve', descarta pastillas, ve a miles de médicos..., hasta que en una de estas consultas, casi como le había dicho el primer médico que le dijo 'mire lo suyo es nervioso', alguien le dice: 'mire, lo suyo es del alma', para que pudiera ubicar un poco más que por más pastillas que tomara, por más vitaminas que se diera, no iba a estar mejor. Pero a partir de esto del alma, él hace una interpretación religiosa de ésto que él le dice. No lo piensa como lo pensaba Freud cuando hablaba del tratamiento por el espíritu, por ejemplo. Esta persona lo toma como algo del alma en un sentido religioso y que por lo tanto quizás de lo que se trata es que él estaba en pecado y por eso estos males, que él estaba desconectado de Dios y que por ésto sufría todo lo que sufría; entonces comienza a deambular por distintas religiones. Empieza, por supuesto, por la religión a la que él pertenecía (así que no era practicante). Luego un vecino lo invita a esas reuniones de un templo evangelista, se somete a esa especie de cura milagrosa donde el pastor le toca la cabeza, pero bueno va un par de veces, le tocan la cabeza, ve que no le pasa nada, ve que la cosa no va, hasta que en un momento entran a su casa (como puede pasar en la casa de cualquiera si uno la abre), testigos de Jehová, que le ofrecen orar por sus males. y le proponen algo interesante, que van a orar porque él olvide su pasado. Este hombre le pide a Dios que el pasado desaparezca. Y él queda convencido que, a partir de eso, su pasado ya no existe más. Luego, entonces, empieza a pedirle a Dios por cada cosa que tiene que hacer; por ejemplo tenía muchas dificultades para comer porque él tenía la idea de que todo lo que comía le hacía daño. Entonces le empieza a pedir a DIOS que le permita digerir tal cosa.

A partir de estos pedidos, a partir de esta manera de meter a Dios como mediador de todos los actos que antes estaban sintomáticamente planteados para si vida, empieza a poder comer, a poder dormir; "mejora" de todo aquello que en un principio lo hacía padecer.

Este como un primer caso que me interesaba poder relatarles. Los otros dos figuran en textos así que les voy a leer partes. Uno es el que les había pedido que leyeran todos que es el caso del pintor Christoph Haizmann, y en función a este pintor --como yo les había dicho que ya había sido trabajado Analía Cachiari en un ciclo de conferencias que la cátedra hace unos años atrás-- voy a tomar algo que ella también tomó en aquel momento que es así como una especie de autocaso clínico que Masotta cuenta de sí mismo antes de ser analista, y que lo pueden encontrar en un texto que se llama "Sexo y Traición" de Roberto Ar que es un texto de crítica literaria que Masotta escribe en los años '60, y que por lo menos en esta edición que es la de Centro Editor de América Latina, al final tiene como texto lo que fue en realidad la presentación de este libro echa por Masotta mismo. Hoy está incluido en el texto, antes no estaba porque es un discurso oral. Texto donde Masotta dice una frase un tanto famosa:

"De aquí en unos años mi vida será un caso que cualquiera podrá poner en duda".

Dice así: "Qué era lo que había ocasionado la enfermedad, eso estaba a la vista, era la muerte de mi padre. Se lo podría decir así: cuando supe que él iba a morir yo ya no pude vivir más. Como dos amantes?, tal vez, pero nuestro amor había estado escondido, y no ironizo. Mi padre no tuvo una muerte dura, fue una muerte como la que él siempre había deseado, en ésto fue un hombre con suerte, murió en su cama. Y además tuvo otra ventaja puesto que siempre le había temido a la muerte, no darse cuenta de que se moría. Estaba en la cama, conversando de cualquier cosa, enfermo de leucemia --pro él lo ignoraba--, y sonriendo tal vez cuando lo sorprendió la muerte. Sonriendo digo, puesto que cuando lo vi en el cajón y envuelto en sus mortajas, tenía un ritus de tranquilidad y de alegría en la boca. Para entonces yo ya había enfermado y habría preferido no acercarme al cajón, pero mis parientes me arrastraron a él. No puedo olvidar la impresión que me causó su rostro. Por detrás de la insobornable certeza que yo amaba esa cara, una mezcla de indignación y repulsión".

El otro caso es el que aparece como "Una Neurosis Demoníaca en el siglo XVII", manuscrito que le fue acercado a Freud por Payer-Thurn director de la Biblioteca Imperial de Viena, y quien le pide a Freud que escribiera un dictamen médico sobre el caso. El manuscrito se divide en dos partes de naturaleza diversa: el informe en latín echo por el compilador monacal y un fragmento de diario íntimo en alemán, escrito por el propio pintor.

" El 5 de setiembre de 1677, el pintor bávaro Chritoph Haizmann fue llevado a la cercana Mariazell con una carta de presentación del párroco de la aldea de Pottenbrunn. Allí se leía que en el ejercicio de su arte había residido varios meses en Pottenbrunn, en cuya iglesia, el 29 de agosto, fue acometido por terribles convulsiones; y como éstas se repitieron en los días siguientes, el párroco de Pottenbrunn lo examinó para averiguar qué le oprimía y si no había consentido en tener un comercio ilícito con el espíritu maligno. Ante ello confesó que efectivamente, nueve años antes, en una época de desaliento con respecto a su arte y de incertidumbre sobre la posibilidad de procurarse el sustento, había cedido al demonio, que nueve veces lo había tentado, comprometiéndose por escrito a pertenecerle en cuerpo y alma transcurrido ese lapso. El término del plazo expiraba pronto, el 24 del corriente mes. El desdichado --proseguía la carta-- se había arrepentido, y estaba seguro que sólo la gracia de la Madre de Dios, de la Virgen de Mariazell, podía salvarlo, obligando al maligno a devolverle ese pacto escrito con sangre. Por esta razón el párroco se permitía recomendar a la benevolencia de los Padres de Mariazell (...)".

[...]

" Tras pasar largo tiempo entregado a la penitencia y a la oración en Mariazell, el 8 de setiembre, día de la Natividad de María, hacia las doce de la noche, le fue devuelto, por el diablo que apareció en la Santa Capilla en figura de dragón alado, el pacto escrito con sangre. Más tarde nos enteraremos, para nuestro asombro, de que en la historia del pintor Christoph Haizmann hubo dos pactos con el diablo: uno anterior, escrito con tinta negra y uno posterior, escrito con sangre. entonces, la escena del exorcismo que se nos comunica en los documentos se refiere al segundo pacto, como se ve también en la imagen de la portada".

Lo que Freud va a intentar es hacer una interpretación psicoanalítica de ésto. Entonces, lo primero que se pregunta es cuál es el motivo de los pactos, concretamente, qué le pidió al demonio?.

Freud tiene una oportunidad que no va a desperdiciar de citar nuevamente el pacto de Lect, que parece que era su libro de cabecera, donde justamente de lo que se trata es de un pacto con el demonio; pero él dice claramente en el Fausto como en otros textos que hablan de pactos con el demonio que el que pacta pide algo para hora y luego paga con su vida. Si yo hago un pacto con el demonio hoy, yo pido dinero, fama, dinero, mujeres y bueno de acá a 10 años cuando se acabe la juerga soy tuyo.

Cuestión que le llama la atención entonces porque dice: 'miren los textos de los pactos que este hombre escribe'. Antes de eso dice, que en diario parece ser que a Haizmann, el demonio venía y le ofrecía estas cosas, le ofrecía mujeres, le ofrecía dinero, y él lo rechazaba todo, no quería nada de eso. Y cuando va al pacto..., tenemos el texto de los dos, el primero que escribió con tinta dice:

"Yo, Christoph Haizmann, me suscribo con este señor: a ser su hijo carnal por 9 años. Año 1669".

Segundo pacto, año 1669: "Christoph Haizmann. Yo me comprometo con este satán a ser su hijo carnal, y a pertenecerle en el noveno año en cuerpo y alma".

Freud dice: 'este debe ser el primer sujeto que hace un pacto sin pedirle nada a cambio y por puro sometimiento'. No queda en concreto cuál es la contraprestación. Pero Freud con su suspicacia descubre en el diario de Haizmann que Haizmann dice que había caído en una onda depresión que lo lleva a pactar con el diablo a raíz de la muerte de su padre. El padre había muerto y entonces este pintor ya no podía con su vida, y ahí aparece la contraprestación del diablo; el diablo se ofrece a ser su padre por 9 años. Cuestión que queda planteada al revés en el compromiso de Haizmann de ser su hijo por 9 años. Bueno, pero si alguien se ofrece a hacerle de hijo, el Otro, como contraprestación, se ofrece a hacerle de padre por 9 años en esta tierra, y de ahí a la eternidad en el infierno con él; es decir, lo que hizo Haizmann con este pacto es garantizarse un padre por toda la vida y para toda la muerte.

Este era el motivo, motivo como ven que se relaciona con el motivo de Masotta.

La siguiente pregunta de Freud es: cómo llega el demonio a ser un sustituto del padre? Les leo un par de párrafos al respecto:

"El echo de que el demonio sea elegido como sustituto de un padre amado parece realmente extraño, pero sólo cuando nos enfrentamos con él por primera vez pues sabemos algo que puede aminorar nuestra sorpresa. Que Dios es un sustituto del padre, o mejor dicho, un padre ensalzado; o todavía de otro modo: una copia del padre tal como se lo vio y vivenció en la infancia --el individuo en su propia niñez, y el género humano en su prehistoria, como padre de la horda primordial--. Después el individuo vio a su padre de otro modo, más pequeño, pero la imagen-representación infantil se conservó, fusionándose con la huella mnémica --heredada-- del padre primordial para formar en el individuo la representación de Dios. Sabemos también, por la historia secreta del individuo (según lo ha descubierto el análisis), que el vínculo con ese padre fue ambivalente quizás desde el comienzo mismo o, en todo caso, devino tal muy pronto, vale decir, abrazó dos mociones de sentimiento contrapuestas: no sólo de sumisión tierna, sino de desafío hostil. De acuerdo a nuestra concepción, esta misma ambivalencia gobierna el vínculo de la especie humana con la divinidad. A partir del antagonismo no resuelto entre añoranza del padre, por un lado, y angustia y negatividad del hijo, por el otro, hemos explicado importantes caracteres y decisivas peripecias de las religiones".

La otra cita dice así: "Trátase pues del proceso, harto familiar, por el cual una representación de contenidos contrarios --ambivalentes-- se descompone en dos opuestos nítidamente contrastantes. Ahora bien, las contradicciones dentro de la naturaleza originaria de Dios son espejo de la ambivalencia que gobiernan el vínculo del individuo con su padre personal. Si el Dios bueno y justo es un sustituto del padre, no cabe asombrarse de que en la creación de satán haya encontrado expresión también la actitud hostil, que lo odia, lo teme y le promueve querella. Por consiguiente, el padre sería la imagen primordial {Urbild; el prototipo} individual tanto de Dios como del diablo". Pero entonces las religiones responderían a la repercusión inextinguible del hecho de que el padre primordial primitivo era un ser ilimitadamente malo, menos parecido a Dios que al diablo".

En una nota al pie dice algo que se engancha con algo que dice al principio del texto:

"En estos momentos es muy raro encontrar primero un neurosis demoníaca y en segundo lugar, alguien que sustituya al padre por el diablo".

Dice algo interesante: para los cristianos, al menos hasta el siglo pasado, la idea de Dios no se sostenía si no se la contraponía a la idea del diablo. Esta división entre bien y mal era necesaria de sostener, e inclusive, y esto todavía en algunos catecismos que funcionan en nuestras sociedades aparece, digamos, lo que más se transmite en todo caso es una cuestión demonológica, es decir, todos los males que el diablo puede causar, a partir de lo cual para apartarnos de eso, nos acercamos a Dios. Quiero decir que un sentido al parecer educativo la iglesia forma a los futuros creyentes en principio no enseñándoles a amar a Dios, sino en principio a temerle al diablo. Parece interesante la necesidad del odio a partir de todo esto; el odio es necesario inclusive, podríamos decir, para sostener la función de Dios.

Ésto me hacía recordar un comentario que Lacan hace en un seminario tomando una cita de un muy antiguo pensador griego que si no me equivoco es Empédocles, que llegó a decir algo así como que Dios era un ignorante porque no conocía el odio; luego Lacan va a vincular esto con la idea de la mujer. pero en principio parecía interesante esto: el Dios cristiano, ese Dios que es solo amor, para sostenerse necesita la contrapartida del diablo, como que este Dios sustituto del padre amado solamente no logra representar toda la conflictiva ambivalente, entonces hace falta el demonio.

Esto son, digamos, como los pilares fundamentales.

Otra cuestión que me parecía interesante remarcar antes de abrir la discusión, es algo que dice Freud acerca de Haizmann y que también aparece en el texto de Masotta y que él dice acerca de sí mismo, cuando llega al final del texto dice algo así como que Haizmann era un pobre tipo, en el sentido que era alguien que no podía con la vida en términos de conseguir su sustento, y que en todo caso su derrotero neurótico lo llevó primero a pedir auxilio al demonio, luego a la Virgen María y finalmente a otros Padres de la parroquia de Mariazell con los cuales terminó viviendo, convirtiéndose en un monje; dice algo así como que el problema fundamental de Haizmann parecía ser este: como si le faltara libido, cierta energía para poder afrontar la vida y que en algo de esto parecería relacionarse con el padre, como si algo esto tuviera que ver con una transmisión que viene del padre.

Bueno, presentados que están los materiales, me gustaría que abriéramos un poco a debate y comentarios para que pudiéramos trabajar con ellos.

Pregunta: No se si es en la cita que vos mencionaste, por eso es una pregunta, cuando referiste a esta idea de que el temor al diablo es necesario para sostener la función de Dios; creo que en esa cita él hace mención al diablo de la religión cristiana fue un ángel que fue echado o castigado.... Me parecía interesante porque vos nos mostraba que uno se sostiene haciendo diferencia con el otro; el odio y el amor, poder marcar esta diferencia.

Yo pensaba que en un primer momento fue una sola cosa, por lo que Freud menciona allí, que el ángel luego se convierte en diablo, al principio era de la misma pasta del Dios, era como lo mismo ?, no se qué pensas de ésto, de esa aclaración que hace.

Lic. Horacio Martínez: Mirá yo tampoco conozco mucho de esa particularidad, es cierto que esto es comentado y retomado por otros autores en el sentido de plantear que el demonio era un ángel, ese ángel caído.

Lo que sí recuerdo es una de las hipótesis que plantea aquí y que en realidad me parece por primera vez la plantea en "Totem y Tabú", ya no como un origen teológico sino como un origen antropológico de las religiones, él dice que por lo general los dioses de los pueblos conquistados se convierten en demonios de los dioses de los pueblos conquistadores.

Freud dice que una nueva religión nunca puede barrer con una religión anterior de un pueblo y que en todo caso los nuevos dioses quedan del lado del bien y los antiguos dioses del lado del mal. Las religiones antiguas pero no ligadas a la religión judeo-cristiana, y sobre todo no monoteístas, ésto es así; sobre todo las religiones germánicas hay como castas de dioses que se han enemistado y peleado entre sí, hay dioses gobernantes que no podríamos decir que son buenos, son los que están, de la última generación y hay dioses malos ligados a lo malo, y por lo menos lo que plantea la tradición germánica antigua es que en final de los tiempos, al contrario de la religión cristiana, va a haber un triunfo del mal, lo que se llama la caída de los dioses (Wagner hizo una reconstrucción musical de eso), que implica la pérdida del apogeo por parte de los dioses del período humano. Lo cual aparece claramente, lo podemos leer en función a estas imposiciones de nuevos dioses sobre dioses ya prexistentes en religiones anteriores.

El monoteísmo complica las cosas, ya vamos a poder avanzar un poco sobre los textos que Freud dedica al análisis de las religiones monoteístas que él al menos plantea una sucesión.

Para plantarlo esquemáticamente la sucesión que Freud plantea arrancaría del padre de carne y hueso planteado como este padre de la horda primitiva, el hecho de su muerte por parte de los hijos y el echo a posteriori de su elevación a la categoría de dios. Este primer dios se ligaría con costumbres totémicas, o sea, sería un dios sobre el cual recae la prohibición de volver a cometer el crimen (un animal totémico es un animal preservado, no se lo puede comer, no se lo puede maltratar), salvo en festejos donde una vez cada una x cantidad de tiempo se vuelve a repetir la escena que dio origen a su muerte. Cuestión que de alguna manera se liga con lo que yo antes comentaba de la metáfora que se vuelve a reciclar; parece que en los primitivos esto estaba pautado.

Freud planteaba que hay como una evolución de la religión a partir de la forma totémica en varias partes, en el sentido que se evoluciona del animal al hombre, del dios animal, el totem como la rana, el camello a dioses que son mitad hombres mitad animales, a dioses que son totalmente hombres acompañados por un animal y finalmente a dioses que son hombres, pero son muchos, es decir, son religiones politeístas, como uno puede encontrar en las religiones antiguas griegas.

Dentro de esas religiones politeístas también hay algunas que son con fuerte arraigambre matriarcal y otras con arraigambre patriarcal, y que la culminación de ese proceso de evolución de la religión, por lo menos desde el punto de vista de Freud sería el monoteísmo, y por lo menos Freud plantea que el punto último del monoteísmo tiene que ver con lo que en algún momento se consideró como la revolución econoclasta, es decir, no sólo que halla un único dios sino que ese dios sea invisible y que no se esté permitido representarlo de ninguna manera; cuestión que no ocurre exactamente así con la religión cristiana pero sí con otras religiones monoteístas como el judaísmo y el islamismo. No hay imágenes, no hay nada que represente al dios, el dios es una abstracción. Todo esto como una especie de gran progreso cultural; pero con este progreso de esa gran dispersión que era el toteísmo y luego las religiones monoteístas se llega nuevamente a lo que era el punto de partida, es decir, al padre; a situar un único dios que claramente está representado por una función simbólica que no es nada que pueda tener una imagen.

Esta es la idea freudiana de la evolución de las religiones. En particular como él analiza básicamente la religión judía, el problema del diablo no aparece planteado; él incluso habla en "Moisés y la Religión Monoteísta", de el cristianismo como un desprendimiento posterior del judaísmo y que tiene sus razones epocales para aparecer. Pero que en todo caso lo que él rescata el Dios judío es que justamente no se parece al Dios católico en los términos del amor; este Dios que es amor, no es el Dios judío. El Dios judío más bien aparece como un Dios terrible, bastante intolerante que también para Freud a tenido toda una evolución; su tesis fuerte es hacerlo arrancar de un movimiento religioso egipcio. Cuando nos metamos un poco más en ese texto lo vamos a poder rastrear un poco más; pero más allá de que sean hipótesis antropológicas o religiosas de Freud (que habrá que ver si tiene razón o no tiene razón), lo interesante para el psicoanálisis es esta particularización de la función de Dios ligado al padre.

Pregunta: Lo que yo estaba pensando cuando hablaban de la cuestión del padre, lo que más conserva la religión cristiana no es precisamente el amor, sino más precisamente el temor de Dios, es decir, porque básicamente lo que une y cohexiona la religión cristiana es el temor a Dios, y toda una actitud vinculada al dogma de no salirse de la norma, de la raya, por el temor; este Dios tan amoroso es básicamente temido porque puede ser terrible.

Pregunta: En la contrapartida esa que marcaba entre el amor y el odio, toda esta cuestión del ángel que se convierte en diablo y no se entiende exactamente por qué, pero hay algo que sí está bastante claro que es la cuestión de por qué son echados Adán y Eva del paraíso, que no tenía que ver con la cuestión del odio, sino del saber; ellos quieren comer del fruto prohibido que les da el saber, quién sabe si no se puede plantear desde aquí qué pasa, Dios es todo amor pero también es todo saber.

Lic Horacio Martínez: Ahora voy a ésto: los cristianos tienen un problemas que es que una parte de su tradición religiosa la toman prestada, lo que en el cristianismo se conoce como el antiguo testamento es en realidad la historia de la religión judía.

Los cristianos empiezan a partir de un nuevo testamento que contiene la historia de Cristo, y lo particular del cristianismo es el Nuevo Testamento, lo otro es una herencia que de alguna manera encuentran su anclaje en la figura de Cristo, en tanto El es judío e hijo guiado por el Padre para redimirnos de nuestros pecados.

Ahora voy a ésto: me parece que ese Dios terrible, ese Dios trememundo que destruía las ciudades, que convertía a las mujeres en estatuas de sal, que era bastante iracundo y bastante no razonable a veces, ese Dios es claramente el Dios judío; e insisto, por lo menos en el análisis que hace Freud no es un solo dios, es un conglomerado de dioses, él lo hace arrancar de un conglomerado de dioses del antiguo Egipto, de una religión monoteísta que existió, según sus cálculos, en Egipto en la época en que los judíos estuvieron cautivos. Ese Dios, es un Dios terrible, mientras que la contrapartida que nos propone Cristo, es un Dios que nos ama, que nos ama tanto que nos manda a su hijo para que lo matemos; y a partir de matarlo redimamos nuestros pecados. En este sentido podemos pensar que es un Dios que entrega lo más preciado para que nos salvemos; en ese sentido yo hablo de un padre colocado del lado de lo bueno, del lado del amor; y me parece que ese Dios es del que habla Empédocles como el Dios ignorante, es el Dios que generaba tantos debates teológicos en la Edad Media. Y justamente porque era un Dios que no conocía el odio, no había por qué temerle. Por eso creo, que la cuestión del temor se introdujo por la vía del diablo, o sea, a lo que había que temerle era al pecado, y lo que nos llevaba el pecado era el demonio. Si nosotros nos dejamos tentar por el demonio y íbamos tras la senda del pecado, nos apartábamos de la senda del Padre, de Dios; y nos convertíamos en algo así como ovejas descarriadas.

Pregunta: Yo creo que tiene que ver con lo de Adán y Eva, porque ahí aparece la sexualidad y la muerte. Adán y Eva dejan de ser inmortales porque engendraron hijos, y a partir de ahí 'parirás con dolor'. Por eso creo que esto que tiene es la cuestión del psicoanálisis: las sexualidad y muerte, viene como marcado, porque fue Lucifer quien les dijo que debían comer del árbol del conocimiento. Y yo no recuerdo bien, pero creo que Lucifer era una especie de primer ministro, era una cosa muy importante.

Lic. Horacio Martínez: yo no querría que ésto se transforme en algo teológico, pero yo diría que ésto es una lectura posterior. Lo que aparece en el Antiguo Testamento y sobre todo si uno tiene la posibilidad de leer una biblia judía fue una víbora. Es en las versiones cristianas de esa biblia donde te mandan a pie de página y te dicen que esa víbora es un representante de Satán. Pero en realidad lo que plantean originariamente es una víbora, que luego se castiga y que es el único animal que no se recoge en el Arca de Noé.

Vamos a decirlo en estos términos: me parece que resulta más interesante para el psicoanálisis, en todo caso, la religión judía que la religión cristiana, por lo menos en lo que respecta al problema del padre (ésto como primer punto), lo cual no quiere decir que la religión cristiana no nos pueda permitir ciertas elucubraciones por las vinculaciones que plantea, y sobre todo por los efectos clínicos como el que yo contaba al principio, de alguien que recurre a ese padre que la religión ofrece.

Esto como una cuestión, esta posibilidad que ofrece la religión cristiana de armar un delirio (vamos a decirlo en estos términos); que ese Dios sirva como argumento para un delirio; el diablo en el caso de Haizmann, al que se pueda recurrir como elemento restitutivo con respecto a la función del padre.

Lo de Adán y Eva, es interesante para pensar no sólo estas cosas que están en estos textos, sino para lo que vamos a tener que pensar más adelante de este seminario que son las distintas posiciones del hombre y de la mujer con respecto a Dios, caso Adán y Eva, o el padre, caso que nos compete.

Se acuerdan que yo les decía que hasta ahora nos metimos en una vía que parece exclusivamente masculina; tendríamos que analizar cuál es la posición de la mujer. Ya en este mito de los orígenes, de Adán y Eva, la posición de la mujer es otra que la de Adán. En todo caso podríamos decir que la que es tentada, en todo caso, es ella. La fruta prohibida la ofrece la víbora a la mujer y es la mujer la que lo tienta al hombre. Yo no sé si el hombre era más obediente, pero en todo caso, le daba lo mismo porque lo tenía a Dios, mientras hubiera Otro que supiera, él nadaba en la estupidez, y estaba bárbaro, estaba en el paraíso. Parecería que es preferible que el saber lo tenga Otro, para vivir en el mundo como si fuera el paraíso; 'lástima que están las mujeres y las víboras'; y separé: 'las mujeres y las víboras' (ésto último en tono cómico).

Pero, uno podríamos hacer una lectura en este sentido: en todo caso ahí la mujer aparece claramente como objeto de deseo y ésto por dos cuestiones, por un lado, por este posicionamiento de la mujer como objeto, y por otro lado, por una especie de doble camino que tiene que hacer con respecto al deseo, es como que para poder desear, primero tiene que hacer desear al otro. Si se convierte en objeto lo hace desear y luego desea que la deseen.

Pero también pensaba en algo que está en relación al saber; Uds. recordarán que cuando Lacan introduce la cuestión de los discursos y habla del saber en términos de discurso, habla en primer lugar del discurso del amo y dice que el saber no era algo del campo del amo, en todo caso lo define al amo como un idiota; en todo caso el saber estaba del lado del esclavo, y la pregunta que se hace es: 'cómo se vincula, en algún momento, el amo con el saber?', 'cómo llega a querer saber?', y bueno una de las respuestas que yo hallo en ese seminario es que la mujer, en este caso, como el discurso de la histeria, como siendo aquel que le genera un interrogante al amo. La histérica le plantea al amo una pregunta por su deseo, por el de ella, que aparece velado como una incógnita. Y ahí es donde genera el deseo de saber del lado del amo, que casi ubica nuevamente a la histérica como nuestra primitiva Eva, allí en esa posición de estar más cerca del saber pero tentar con eso al hombre, como que desde su posición hacer que el hombre quiera saber.

Hay otra cuestión más que podemos extraer de esta cuestión de Adán y Eva y es que arrojados del paraíso, el castigo que le da al lado masculino es algo así como 'ganarás el pan con el sudor de tu frente', que es justamente una de las cosas que sufre Haizmann y también Masotta y también el paciente del que hablábamos. Masotta cuenta concretamente que a partir de la muerte del padre no pudo trabajar más y se convirtió, y lo dice en estos términos: en un imbécil. Y Haizmann también, no puede pintar más y no puede ya procurarse el sustento. Como si en algún punto hubiera algo del padre que funcionara como una especie de garantía que de alguna manera nos da la impresión que estamos en el paraíso, y habría una posición a vencer, me parece a mi, en la vida de cada uno, donde uno es expulsado del paraíso y se las tiene que arreglar no ya con un padre como una presencia sino con eso funcionando simbólicamente.

Parece ser que mientras Adán estaba en el paraíso, con Dios, no digo que se tuteaban pero andaban de muy buenas migas y se podían ver cuando quisieran. Una vez que lo expulsa, una de las cosas que se acabó para todos es el contacto con Dios. Nunca más pudimos hablar con Dios. Por lo menos, la tradición judía plantea que hubo algunas personas, los profetas, que en trance místico recibieron mensajes de Dios y los transmitieron, y otro de los personajes era Moisés que era el único de todo el pueblo que se bancaba frente a frente escuchar la palabra de Dios, para el resto eso está prohibido. A si que si queremos tener alguna relación con Dios no es más que a partir de su ausencia., es decir, claramente, a partir de algún símbolo, a partir de que el aparato simbólico lo represente, pero que El ya no está más. Y esto, digo, es algo que incide en la vida de algunas personas en términos de poder superar la ausencia del padre, la ausencia con respecto a la presencia concreta del padre, superar lo que aquí aparece como la muerte del padre, superarla de tal forma de poder realizar de ella una inscripción que permita la vida fuera del paraíso; en el cual no estamos; pero me parece que ésto antes yo planteaba medio como cómicamente sobre la debilidad mental, de alguna manera nos permite esa ilusión: si hay Otro que garantice ciertas cosas, bueno, la vida es como si fuera en el paraíso.

 

Lic. María Teresa Bertolami: Decime Horacio, no sería un equivalente de lo que aparece cuando Lacan habla de ésto y plantea la cuestión de Moisés y lo que plantea es esto de cuando lleva a las huestes y no pueden acceder a la tierra prometida, no sería un homólogo como el no poder acceder al paraíso.

Lic. Horacio Martínez: Desconozco en la religión judía, el peso del acceso a la tierra prometida, digo en el sentido de si en algo se asemeja al paraíso.

Lic. María Teresa Bertolami: Digo esto de ahí no van a poder llegar, y por ésto lo matan.

Lic Horacio Martínez: Eso en la versión freudiana, en el 'evangelio apócrifo de Freud'.

Lic. María Laura Maldonado: pero, en realidad, y según la versión judía, es Moisés el que no puede entrar a la tierra prometida porque es "quién vio a Dios", y por verlo a Dios, no entra, y supuestamente no lo matan.

Lic. Horacio Martínez: Por eso, una de las cosas que Freud descubre y que conmociona al mundillo religioso no sólo es que a Moisés lo matan sino que hay dos Moisés. Pero ésto es todo un planteo que hace Freud.

Lo que uno encuentra en esos textos bíblicos es a Moisés como un patriarca que le transmite la ley, y luego finalmente llegan a la tierra prometida pero sin él, porque muere en el camino.

No sé si tiene esa función la tierra prometida del paraíso perdido, en el sentido de volver a donde se estuvo. Es entendible que se plantee que no se llegue a ese lugar. Curiosamente me acuerdo que hay un texto de Klein, que habla del duelo y su relación con los estados maníacos depresivos, donde habla justamente del duelo de algo en relación al paraíso perdido pero, donde ella dice: paraíso perdido y reencontrado, como que la posibilidad de reparación es una manera de volver al paraíso.

Pregunta: Me había quedado pendiente, y me parece original, el planteo de la metáfora que se gasta, pero el tema es que si ahí hay algún comentario por la cuestión de la estructura y el hecho que la metáfora paterna sí halla funcionado en algún momento y halla dejado una marca tal, que por más que se gaste 'un poquito' no se borra. Y pensaba en esa cuestión de los dos pactos y del caso del chico que vos contabas que el padre lo ve, y sin embargo sigue en el jardín trabajando. Pensaba en estas cuestiones de la puesta a prueba de la metáfora paterna, es en esas cuestiones que uno podría llegar a pensar que se gasta?. El paciente que vos traías pierde tres hijos con esa entrada en esa religión y esa pérdida no dice nada más?, porque en ese momento no produjo angustia y la angustia aparece 20 años después.

Lic. Horacio Martínez: Eso es lo que relata, pero, podríamos decir que 'casualmente' en esa época se estaba dando un cierto acercamiento a los hijos pero en términos de encontrar un lugar donde ser cobijado.

Lo que él buscaba, pero no de una manera explícita (pero casi), es que sus hijos se hiciesen cargo de él en la entrada a su vejez, y de alguna manera, creo yo transferencialmente, plantea ésto con respecto a todas a estas personas, médicos, enfermeros, que de alguna manera están en torno a su salud, y que es interesante, por ejemplo, porque si algunas de estas personas se toman vacaciones, falta, la angustia vuelve a aparecer; por lo menos durante un tiempo. Creo que algo de ésto luego se modifica porque, las vueltas de la vida, la religión a la que termina entrando es la misma en la cual él no había querido entrar y había renegado hacía 20 años atrás, y la persona que lo bautiza es su propio hijo, y él comenta algo así como esta gente es muy buena y que lo van a ayudar económicamente, y que si no tiene algo se lo van a dar..., como lo que él encuentra es un poco el paraíso perdido, se reencuentra en ésto como una hermandad.

El tema de la metáfora que se desgasta por un lado es un aguijón en el sentido de plantearnos una preocupación. Una preocupación, en todo caso, de poder introducir la dimensión del tiempo en los pensamientos, en las cabezas de aquellos que solemos ser a veces demasiado estructuralistas.

Por otra parte, yo pensaba que --esto que antes comentaba como la vida de los pueblos primitivos que se regían por ciertos regímenes totémicos-- ésto aparece, es decir, hay una necesidad. Un texto en donde yo lo encontré mejor planteado es casualmente no un texto antropológico sino una novela de un escritor argentino que se llama Juan José Saar, una novela que se llama "El Entenado". Se las recomiendo fundamentalmente por ésto: porque esa novela intenta reconstruir ficcionalmente la vida de una persona que es ubicado como el grumete de la nave de Solís que de alguna manera nos descubrió hace ya muchos años. Se acuerdan que Solís llegó aquí pensando no sé qué cosa, bajó, y lo mataron. Sabemos hasta ahí. Lo que intenta Saar es saber qué pasó después con un español que quedó vivo. Bueno, lo que cuenta la novela (no se las voy a contar toda), es que este hombre es llevado cautivo a una tribu y con horror él ve como esos indios se comen a Solís y a todos los demás. Está cautivo durante 10 años, y lo que relata la novela son esos 10 años de cautiverio y, en principio, la desesperación y la perplejidad de un europeo que trata de entender mínimamente cómo viven y por qué viven esos seres extraños que tiene a su alrededor. Por lo tanto el libro intenta reconstruir desde la cabeza de un español del siglo XVI, cómo es la vida de estos salvajes. Y lo que está muy bien planteado es que es un momento determinado del año empieza a haber una especie de disgregación de esa sociedad, todos empiezan a estar como en una especie de excitación que nadie se banca, y rápidamente se empieza a conformar la ceremonia, salen los cazadores, cazan personas de algún pueblo cercano y se realiza una orgía totémica en donde hacen lo que en todo el resto del tiempo no hacen, porque la descripción del resto del tiempo es una vida absolutamente metódica y obsesiva, pero este método y esta obsesión de empieza a disgregar hasta que la cosa estalla, luego gran festival orgiástico para luego volver a la calma por un tiempo más.

Es muy interesante la descripción de esta cosa inexplicable que empieza a ocurrir por la cual todo armazón simbólico muy primitivo se empieza a desarmar y es necesario volver a realizar un acto casi fundacional, podríamos decir. En este sentido digo es una novela muy interesante. Y en este sentido, ésto que también está descrito por antropólogos y que toma Freud en "Totem y Tabú", me parece que plantea esta cuestión: cuando menos simbolizada está cierta cosa, cuando más pegada está a la realización de ciertos rituales, es necesario que estos actos rituales funcionen con cierta periodicidad.

Uno podría suponer que eso que Freud llama en estos textos un progreso cultural o una renuncia pulsional que implica todo eso cultural, generaría cada vez aparatos simbólicos más consistentes que entonces haría menos necesario realizar algún tipo de actividad ritual.

Sin embargo, me parece que en esta breve cita que yo les leí al principio de este analista Alain Didier-Weil, lo que él rescata allí es que por más perfecto que sea el simbolismo siempre hay algún resto, y es más siempre produce resto en su operación, y el problema son los restos. si la operación fuera perfecta, quizás también volveríamos al paraíso, bueno no estaría el padre, pero estaría un sustituto perfecto del padre en el orden simbólico. Bueno, parece que ésto no se consigue, entonces están los restos, y el problema --como parece que viene siendo en el mundo-- es qué hacemos con los restos?; no es un problema sólo ecológico sino también psicoanalítico.

La cultura progresa, produce restos y el problema ahora no es el progreso, sino es el bagaje de restos que no sabemos ya dónde meterlos.

Pregunta: En ese sentido, lo que vos llamas restos, no serían productos metafóricos que se repiten una y otra vez, digamos, una insistencia repetitiva y que en función de que lo simbólico falla, o no hay la verdad para el sujeto, de ahí la insistencia.

Lic. María Teresa Bertolami: Yo diría como repetición, ésto que finalmente Lacan va a llamar...., lo que queda para el sujeto en el mejor de los casos es el goce de la repetición.

Lic. Horacio Martínez: Pero yo pondría esta repetición del lado de la metonimia y no de la metáfora, y les explico por qué: mentalmente lo pienso con el esquema de la lanzadera que alguna vez lo he comentado. La aguja y el tejido. La aguja atraviesa con el hilito y hace la lazada y eso queda, pero hay algo, podría ser la urdimbre de la tela que, continúa en esta otra dirección.

Metafóricamente podríamos decir: son aquellas dos famosas dimensiones del lenguaje que alguna vez Susurre, Jackobson comentaron, un eje en donde podríamos ubicar la metáfora y otro eje donde podríamos ubicar la metonimia.

Daría la impresión ya desde los textos lingüísticos que la metáfora tiene un grado de perfección mayor que la metonimia, es más, en cierto sentido podríamos decir en Lacan que la metáfora alcanza el nivel del significado mientras que la metonimia no; él habla de, si planteamos los dos ejes que Lacan plantea, significante - significado; si la metáfora opera en este sentido parecería que algo del nivel del significado se logra atrapar, mientras que él dice que la metonimia corre por debajo del significante y como significado que se nos escapa.

También se ha planeado cierta similitud entre los procesos de condensación y los procesos de desplazamiento. Esto podría llevarnos a pensar que aquellos síntomas que se constituyen por la vía metafórica, son más consistentes, y por lo tanto hablando de calidad, mejores que aquellos que se producen por una vía metonímica.

Freud dice, por ejemplo, que la histérica, la histeria, sustituye una representación por otra y aparece el síntoma histérico como producto de una sustitución; y dice, del lado de la paciente, si el síntoma es bueno, no hay angustia, hay como una especie de barrimiento de la angustia. De la neurosis obsesiva dice que el mecanismo fundamental es el desplazamiento, que la idea obsesiva va produciendo eternos desplazamientos, que lejos de alejarse del punto traumático, cada vez se acerca más al punto traumático y que no le permite al obsesivo un segundo de paz y mucho menos que no se angustie. En ese sentido podríamos decir: no es un síntoma exitoso, no lo calma por mucho tiempo.

Si uno hablara, como vos decías de ciertos síntomas residuales que pueden quedar, pensando en un hipotético fin de análisis, me parece en todo caso que deberían tener la forma de la metáfora para generar este efecto de anclaje de esos restos. Los restos van a quedar, pero van a quedar por fuera de ese síntoma y por lo tanto son productos del malestar; mientras que ese síntoma no necesariamente.

Fíjense que este mismo modelo hay pensadores que lo han aplicado a pensar esto que en algún momento se dio a llamar la modernidad; creo, si no me equivoco, que es Vodellac quien habla que uno de los fenómenos de la modernidad tiene que ver con esta especie de metonimización y él dice claramente falta de metáforas centrales; cuestión que, en otros territorios totalmente distintos, uno puede escuchar cuando ciertos pensadores de la actualidad dicen, por ejemplo, que ciertos problemas sociales como el robo, la drogadicción, tienen que ver con que faltan estructuras centrales que, de alguna manera, en otras épocas mejores, cuando todavía estábamos en el paraíso existían como la familia, el padre, etc.

Quizás se equivoquen al suponer esta idea que es muy propia de ciertos pensadores de que 'todo tiempo pasado fue mejor'. Pero, es interesante pensar ésto: que hay ciertas cuestiones que funcionaban como metáforas centrales de toda una cultura que de alguna manera re-enviaba a rituales, a procesos que se repetían --pero en esta repetición que podríamos llamar simbólica, esta especie de automatón--, y que de hecho, y esto es claro, en nuestras sociedades actuales falta. Se da esta especie de fenómeno de disgregación.

Antes de que se vayan, les hago una pregunta: nos quedan cuatro reuniones más. Dentro de ellas, mis aspiraciones eran tomar básicamente dos textos de Freud: "Totem y Tabú", y "Moisés y la Religión Monoteísta", y culminar, en alguna idea acerca de lo que Lacan plantea acerca de los matemas de la sexuación para poder pensar esta cuestión del hombre y de la mujer, o de lo masculino y de lo femenino, en relación en torno a la cuestión de este seminario que es el padre.

El tema es el tiempo, tenemos cuatro reuniones y los textos de Freud son farragosos. Hay ciertas cuestiones esenciales en "Totem y Tabú" que son retomadas por Freud en "Moisés..", hay otras cuestiones, que no por no ser esenciales son muy ricas, que no están retomadas. Entonces podemos saltearnos "Totem y Tabú" o no, podemos tomarlo, recorrerlo y pasarnos a "Moisés...", qué preferirían?.

La cuestión aparentemente esencial de "Totem y Tabú" es el asesinato del padre que es retomada en "Moisés..." casi tal cual; yo les pediría que si se van a abocar a "Totem y Tabú" no lean eso, pero que traten de rastrear en las otras cuestiones. Entonces quedamos en esto.


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