Ir a la página principal del Programa de Seminarios por Internet de PsicoNet
Seminario
Función del padre en el discurso analítico
http://wwww.edupsi.com/funcionpadre/
funcionpadre@edupsi.com

Coordinado por :
Maria Laura Maldonado


Clase 9
Hector Lopez

Transferir clase en archivo .doc de Word para Windows


Miércoles 12 de julio

 

Lacan dijo que en la obra de Freud existen dos interrogantes que insisten y que se refieren al deseo femenino y a qué es un padre.

En Lacan, a pesar de que se podría llegar a plantear esquemáticamente toda su obra como una interrogación para llegar a dar respuesta a este problema de la paternidad, hay dos tiempos muy privilegiados donde eso se retoma e insiste. Un tiempo es la época del Seminario 3, de la Psicosis, donde se manifiesta la cuestión del padre; y ésta surge fundamentalmente a partir de la carencia o de la falta de la estructura de ese significante paterno que produce efectos psicotizantes sobre el sujeto. Unido dentro de ese momento estaría la formulación de la Metáfora paterna, dos años después en el Seminario 5: "Las Formaciones del Inconsciente", donde los cáp. 7 y 8, a diferencia de los otros seminarios, lleva título: "La Metáfora Paterna".

Luego habría que saltear casi toda la obra de Lacan hasta un momento culminante donde estaría fundamentalmente en el Seminario 22: RSI, y el Seminario 23, donde aparece nuevamente el problema de la psicosis centrado en función del significante paterno. Es decir, que cada vez que aparece la psicosis aparece el padre, o cada vez que aparece el padre, aparece la psicosis como problemática.

La psicosis, mas que ser un problema materno es un problema con el padre.

Este abordaje es complejo, y se ha puesto muy en boga abordar la cuestión a partir de los últimos aportes de Lacan, viéndose uno obligado a remitirse al Seminario 23 a fin de desarrollar los esquemas topológicos que se plantean; a hablar y a diagnosticar a Joyce a través de su obra, cosa que el mismo Lacan hace lamentablemente y que obliga a la gente a convertirse en topólogos aficionados y críticos literarios aficionados.

Para acentuar esta idea les voy a decir que, leyendo el Seminario 23 que se llama "Le Sinthome" dedicado a la psicosis estudiada a través de Joyce y sobre todo a través de un texto bastante temprano de Joyce que es: "Retrato de un Artista Adolescente" y relacionado luego con "Finnegans' Wake" (considerado como el último libro de Joyce), la sensación de la lectura de este último seminario es que existe una postura lacaniana con respecto a lo que es el autor, lo que es la lectura y con respecto a lo que es la relación entre psicopatología y una obra literaria contradictoria con toda su posición anterior, y con un concpto muy pre-freudiano sobre la cuestión.

Concretamente: en principio la afirmación de que en Joyce hay un padre carente, insuficiente, un padre que no sostiene los blazones de la paternidad, y que en relación con ese padre aparecería todo una problemática psicótica en Joyce, que ante la carencia paterna se ve obligado a fundar una operación de suplencia de la carencia de padre y que tiene que ver con su actividad de artista.

El padre al que se refiere Lacan como causa de la psicosis es John Joyce, padre de él, es decir, algo psicologista (cuando Lacan había dicho en el Seminario 5 y en Seminario 3, 'el padre es un significante' que excluye el padre imaginario), que argumenta y organiza ésta en base a la personalidad del padre de Joyce.

Por otra parte, en Joyce hay unos textos: "Epifanias" (textos anodinos, insignificantes, poemitas en prosa, breves, a veces de diálogos escuchados), en el cual, un personaje de Joyce que es Sthefen Dedalus, recorre las calles de Dublín y escribe lo que escucha, lo que ve, lo que le produce a él una especie de epifania, de aparición, de iluminación a través de textos que escucha o impresiones insignificantes y que tienen para él un peso, una significación muy particular.

Primer error: Lacan dice que eso es de Joyce , cuando en realidad es de Sthefen, independientemente que halla sido Joyce quien halla escrito y recorrido las calles de Dublín; aparece una homologación sin tran sición y sin mediación entre Sthefen y Joyce, es decir, la explicación de Joyce por su personaje; error psicologista más banal y más criticado por Lacan mismo a lo largo de toda su obra. Yo no sé qué le paso a Lacan ahí, tal vez una transferencia con Joyce, porque en realidad Lacan quería hacer lo mismo que Joyce, quien escribía para darle trabajo a los universitarios a lo largo de 300 años, y de alguna manera Lacan quería también darle trabajo a los universitarios (esto es una interpretación mía).

Nosotros en la cátedra de Desarrollos en Psicoanálisis nos hemos casi como especializado en insistir en la diferencia de lo que es el autor de lo que es el personaje y el régimen al que tiene que someterse una lectura en tanto tiene que ser una disciplina.

La otra cuestión es que en estas iluminaciones (como las llama Sthefen ), en que consisten las Epifanias, lo relaciona con el fenómeno elemental de las psicosis, en esta cuestión de la iluminación, de la certeza, de la revelación, del encuentro con lo inefable, lo toma como prueba de una estructura psicótica y de un padecimiento de fenómenos elementales, de intuiciones delirantes.

La cuestión del padre yo la había percibido como algo que no entendía hasta que hallé un texto de Juan Ritvo (psicoanalista argentino): "Joyce o la Travesía del lenguaje (Psicoanálisis y Literatura)", que me sorprendió porque encontré a alguien que, sustrayéndose de los imperativos de la moda, no ensalza el análisis joyciano que hace Lacan.

En principio dice:

"Lo que Lacan dice de Joyce es no sólo insatisfactorio sino por momentos totalmente arbitrario. [...] Éstas breves citas, y en otras concordes del Seminario 23 advertirán Uds. junto conmigo, que Lacan se deja llevar por los vientos maléficos del psicoanálisis aplicado"

Se refiere a esto de tomar por personalidad de Joyce el discurso literario de su personaje que es Sthefen.

"...no escuchando, de alguna manera, las advertencias del propio autor que en el retrato del artista adolescente --no Joyce sino el personaje-- la forma narrativa ya no es puramente personal, la personalidad del artista se diluye en la narración misma....Fluyendo en torno de los personajes y a la acción como las ondas de un mar vital la personalidad del artista primeramente un grito, una canción, una humorada; más tarde una narración fluida y superficial luego llega por fin a exasperarse o evaporarse la personalidad del artista fuera de la existencia, a impersonalizarse, por así decirlo".

Lo que dice Joyce está muchísimo más cerca de lo que Lacan ha dicho sobre la relación del autor y su obra (que después Foucoult lo retoma en su texto: "Qué es un autor").

"(...) Habrán advertido también los saltos en la argumentación, saltos y confusiones. Por ejemplo, cuando habla del padre carente comete una confusión increíble: confunde la figura del padre de John Joyce, como sujeto, con el mismo nombre en tanto es agente. La carencia de un sujeto no permite concluir sobre el carácter forclusivo de su acción sobre el hijo, puesto que lo hay que interrogar es qué lugar tiene como agente en el campo del Otro. Y esta diferencia es la que Lacan descuida completamente. Ah, era un sujeto carente. No hay la menor duda, John Joyce había fracasado en todo lo que había emprendido y se parecía a un irlandés aquellos de las viejas películas de la década del '40: reflejo caricaturesco de una realidad ya de por sí caricaturesca; pendenciero y sentimental, cantor pagado de su voz y borrachín consumado; está bien, y podemos seguir así hasta el cansancio. Pero la pregunta adecuada es la siguiente: cuál es lugar y qué vínculo mantiene con el padre mítico?".

Después se pregunta otra cosa: "...Se pueden reducir las voces que Joyce escucha en sus Epifanias a las palabras impuestas tal y como aparecen en la formación delirante?. En absoluto".

Había dicho un poco antes: "...Por momentos Lacan parece poseído por el espíritu patológico de un psiquiatra".

Esta es una breve referencia al cuidado que tenemos que leer a Lacan mismo.

Hay un libro citado por Ritvo que es de Catherine Millot que se llama "La Vocación del Escritor", que tiene un cáp. que se llama Epifanías referido a las epifanías Joyceanas y que a pesar de la captación del problema artístico del principio, se siente como substraída al análisis lacaniano, y termina haciendo de las Epifanías cosas como por ejemplo, de confundir a Joyce con Sthefen cuando dice:

"Sthefen se demoraba en las calles de Dublín para recoger, como otros tantos tesoros ocultos, las frases vulgares que captaba al azar de los encuentros. Se repetía enseguida esas frases anodinas hasta evacuar de las palabras sus sentidos vulgares y huecos. En todas las cosas buscaba atravesar hasta el corazón, sede de la significación.

Las Epifanías representan, por una parte, algo de vacío, de un sentido perfectamente fútil, inconsistente, y por otra parte, una densidad absoluta de la significación, inefable, intransmisible, sobre la que Joyce funda su vocación. Esto no sucede sin desbocar los límites de la relación con la significación que representan los dos tipos de alucinación, claves en el texto del presidente Schreber, que corresponden, por una parte a las frases interrumpidas que suspenden el sentido hasta su complementación por el sujeto; y por otra, a los elementos de las palabras de la lengua fundamental que concentran una significación tanto más plena cuanto más enigmáticas".

Aquí se confunde en tanto: las Epifanías son de Sthefen o de Joyce?; además lo relaciona con los atributos que le da Lacan a la palabra del fenómeno elemental, a la palabra del neologismo o a la palabra escuchada en la alucinación, o la futilidad del sinsentido y de algo anodino y trivial que el psicótico escucha o a aquella palabra que pertenece a la lengua fundamental schrebereana, que no tiene sentido pero que aparece como cargada de sentido.

Están los dos extremos en el fenómeno elemental en la psicosis: el estribillo, repetición de cosas sin sentido, y la palabra que se torna en eje de acumulación de significación.

Aparece así como el modelo de análisis para las Epifanías el modelo del discurso delirante de Schreber.

Ahora bien, Schreber escribe, pero no pertenece al género literario. Podríamos crear un género que como autobiografía, que como testimonio, el género es delirante. Cuál es la diferencia entre el "Retrato del Artista Adolescente" de Joyce, y el famoso cuento de Guy de Moupassant, El Horla, que cuenta un proceso psicótico y, el texto de Schreber ?

Para mi podría ser la diferencia entre el género literario y el género delirante en este sentido: no solamente en el género literario hay metáforas y en el género del psicótico, al menos en Schreber, no las hay, sino que en el texto literario hay mediación y en el género delirante del psicótico no hay mediación. Aunque esté escrita una psicosis, como en el cuento de Guy de Moupassant, hay una hiancia, una separación, una distancia entre el personaje y el autor. En un texto literario el autor se excluye del texto, queda en la sombra, dice: 'esto le pasa a mi personaje', por más que podamos hallar en el texto de un autor resonancias de su vida y de su personalidad; en cambio en el género delirante del texto de Schreber dice 'ésto me pasa a mi', es pura enunciación, es todo un acto de decir, no hay un dicho separado de quien lo dice fundando dos lugares diferentes.

Les quería leer un ejemplo de epifanía que está transcripto por Catherine Millot para ver si a Uds. les parece en su banalidad algo como los estribillos de Schreber.

Dice: "--la muchacha con una voz discretamente arrastrada-- ah si, yo estaba en la ca-pilla, --el muchacho en voz baja-- yo --la muchacha con dulzura--pero useted es muy malvado".

Esa es una epifanía. Este es un diálogo que él al pasar escucha de una pareja que está parada en un zaguán y lo transcribe.

Y acá directamente es donde Catherine Millot, siguiendo al Seminario 23 de Lacan ya lo emparenta directamente con la psicosis. Dice refiriendo a Joyce:

"Su empresa culmina con la tentativa de construcción de una palabra que diría todo; de un significante de lo inefable que tocaría a lo absoluto. La famosa palabra de cien letras del Finnegans' Wake representa el punto extremo. La última palabra de un lenguaje perfecto, la aspiración de un punto final se confunde con la búsqueda de lo que podría significar esta plenitud enigmática del sentido: name, escribe Joyce, nombre impronunciable, cien letras no se leen, como el de Dios que se reduce a un gorgorismo, al ruido del trueno que viene a soportar el nombre del padre que forjaría, según Lacan, el arte de Joyce".

Toda esta cuestión viene a que habíamos dicho que se debe cumplir una operación que, además de que funciona el Otro del lenguaje, tiene que funcionar el Otro de la ley del lenguaje, lo que le da régimen al lenguaje para que no opere autónomamente como sucede en la psicosis donde el lenguaje habla solo; dice Lacan: eso habla. La alucinación es eso hablando, pero hablando por sí mismo, no subjetivizado.

Es necesario que la estructura del lenguaje se estabilice en el campo de significación que permita al sujeto enfrentar la incógnita, lo incognoscible del deseo del Otro.

Para que una estructura se estabilice es necesario que funcione la Metáfora Paterna, es decir, que el Nombre del Padre como significante resultante de la Metáfora Paterna funcione estabilizando el campo de la significación del sujeto de forma tal que no sea invadido por la estructura del significante, sino que tenga un coto, un límite, una organización que le permita el sentido.

Qué pasa cuando no funciona la Metáfora Paterna, cuando el significante del Nombre del Padre está ausente de la estructura?. Sucede la psicosis como estructura, que puede estar estabilizada y compensada por otros recursos.

En la época del Seminario RSI y del Seminario Le Sinthome, Lacan dice que si a una estructura la Metáfora Paterna no la estabiliza, existen formas de suplencia de carencia. Estabilización y suplencia son dos conceptos nuevos que juegan a fin de acceder a la idea de cómo es posible que un sujeto no padezca del desencadenamiento de una psicosis cuando es clínica y estructuralmente verificable que el significante del Nombre del Padre no opera en tal sujeto.

El ejemplo que vamos a dar (ya hechas las críticas) es el de Joyce. Joyce, por este padre carente, es un sujeto que carece del Nombre del Padre pero que ha sido capaz de suplir esta carencia y estabilizar su estructura. Jung, que era el terapeuta de la hija de Joyce, le dijo a éste: 'su hija se ahoga donde Ud. nada'.

La cuestión de la suplencia y de la estabilización tendríamos que relacionarlo con un problema topológico para poder entenderlo, pero que no voy a tomar ahora.

De qué manera está analizado en el Seminario 23 que Joyce hace la suplencia del Nombre del Padre y permite la estabilización de la estructura. Esto viene de toda una problemática, para los que no han hecho aún ese recorrido, acerca de que, y de un forma muy amplia, la Metáfora Paterna misma ya de por sí es una suplencia y una estabilización. Qué es lo que supliría?: el problema de la falta de objeto, es decir, ante el problema del encuentro del sujeto con la castración y a través de la significación fálica, esta operación viene a darle al sujeto un campo de objeto; no habría objeto, no habría realidad si no mediatizada por la significación fálica. La realidad no es objetiva, a eso es a lo que me refiero, el sujeto está orientado en la realidad por la significación fálica. De ahí que la fobia no sea solamente un cuadro psicopatológico sino que sea una fase estructurante fóbica, el sujeto se orienta fóbicamente, huye de todo aquello que represente la castración y se engancha con los brillos de la significación fálica y así es como construye su realidad.

La Metáfora Paterna ya es suplencia de alguna carencia estructural y estabiliza la realidad, pero no a la manera de como el psicótico lo hace, sino de manera tal que el sujeto hace coincidir la realidad misma con la estabilización en la que vivimos. La realidad no es la realidad objetiva, es la estabilización de la realidad que hemos adquirido por la significación fálica; en ese sentido existe una significación amplia del concepto de suplencia y de estabilización que es estructural, es de todos; y existe un concepto de suplencia y de estabilización que hace a la carencia de la Metáfora Paterna que es clínico, accidental, y propio de gente, que como Joyce, en ausencia o carencia del significante paterno no son psicóticos; lo cual contradice toda la primera parte de la teoría lacaniana. Cómo hace Joyce entonces para no ser psicótico, siendo psicótico?; porque el que carece del significante del nombre del padre está en la psicosis. Cómo es?.

Toda la obra de Joyce, es darse el nombre que le permite un acceso a lo simbólico. Pero entonces tenemos que decir que la obra de Joyce es una producción simbólica.

El libro más complicado de Joyce es "Finnegans' Wake", que es el último, que es prácticamente ilegible. Todo lo contrario del texto de Schreber que es perfectamente legible porque el texto maneja la convencionalidad imaginaria del lenguaje. En Joyce sucede algo muy diferente.

Qué es el delirio ? Lacan dice que es un fenómeno elemental en el sentido que es tan impuesto, tan anideico, tan ajeno, como es el fenómeno elemental o la alucinación que el psicótico escucha. El delirio, con toda la complejidad discursiva que tiene también es impuesto. Tanto es así que los núcleos del delirio Schrebereano es la lengua fundamental, y la lengua fundamental son palabras, que algunas se le escucha alucinatoriamente y otras que él escribe, pero que él dice: 'estas palabras no son mías, éstas son de la lengua fundamental'. Son imposiciones del Otro del lenguaje que no tienen freno por carecer de la estabilización que da la Metáfora Paterna.

En Joyce, la cosa es mucho más ilegible, y la diferencia es que no son impuestas sino que son un trabajo que Joyce hace sobre la lengua hasta pulverizarla, pero que esta sujeto a reglas que nosotros desconocemos. Se sabe que él trabajaba con condensaciones en muchos idiomas y con una erudición impresionante donde lo que aparece es la condensación; es una gigantesca metáfora de todo un trabajo propio. No trabaja el Otro del lenguaje y Joyce pasivamente transcribe la acción del Otro del lenguaje.

Juan Ritvo también dice que ve diferencias con respecto a la pobreza del discurso Schreberano como lengua fundamental y lo que es una obra como la de Joyce. Dice Ritvo:

"También (debe ser completamente evidente para Uds. y Lacan no deja de señalarlo, aunque luego no opere en su discurso), está en juego la formidable ironía de Joyce y su capacidad de evocar, con frecuencia de un modo paródico, múltiples voces, un tejido contrapuntístico de voces que hace de sus textos, cualquiera de ellos, verdaderos jeroglíficos del mundo. La palabra impuesta del delirio es pobre, y no termina por dejar espacio alguno para el sujeto a pesar de su valor restitutivo. Las voces que Joyce escucha, y elabora en sus epifanías, son las del artista como personaje que encarna el lugar de intermediario entre el otro y los otros, pero lo hace bajo la perfección de la significación fálica de la belleza y por ello no se confunde ni con una figura perversa, ni tampoco con una psicopática o delirante".

En Schreber no está la intención de producir un texto literario (donde se entiende que la belleza está en juego), sino que está él mismo sin mediación. No tiene ni siquiera el valor de un testimonio.

Les voy a leer una pequeña parte para que tengan Uds. idea qué es el "Finnegans' Wake". Este es de un cáp. traducido por Ricardo Silva Santistevan. Este cáp. ("Shem, el escritor") dice:

"entonces piadosnea conforme al fulminante firmamento que prescribe al terrestre treviruso que cuando llegue la llamada habrá de producir mistamericamente de su cuerpo no celeste una no incierta cantidad de material obsceno sin protección de derechos de autor en las estrellas unidas de aurania o en el acto barda banda y varsada para él con este doble tinte llevado al calor de la sangre ácido gaélico sobre material de hierro en las entrañas de su miseria y carnalmente fiel sucio convenientemente ese mensebique esuano y del primero al último alsemista escribió sobre cada pulgada de papel disponible su propio cuerpo hasta por su sublimación corrosiva un tiempo presente continuo se integumenta lentamente desplegada toda la precasidad de escribir la modicalada historia siclogivica reflejando con su propia persona individual vida invivible transaccidentada a través de los lentos fuegos de la conciencia dentro de un caos dividual peligroso potente común a toda carne mortal y únicamente humano pero con cada palabra que no pasaría por su propia quibidad quedaría enbiombado aislandola del cristalino mundo que se desvanecía algrinoso y dorangreyano en su hechizo eso existe qué hiciste después de haber dicho lo que sabemos y sin dostorna sin dos y el dos con tos sin vos por dios así tal vez boquihablando aglagalomerativamente después de todo y al frin y al pin de su última desaparición circulando el cuadrado por la festimuerte de San Ignacio y el dramata de la voluble muchedumbre hacia el sexto día de otcubre arsesinaron a nuestro rey que yace bajo tierra y sacudiéndo su campanudo lapicero en destellante hombrellave de los desiertos del cambio si lo que es manso para el ganso es danza para la gansa el londo policía creyó que la tinta estaba fuera de foco en lo profundo pero correcto en lo esencial".

Esta cuestión de pensar que esto es puro goce...; pero el problema de la psicosis es que el goce no es evacuado del cuerpo (esta cuestión vinculado con el objeto materno), acá está evacuado del cuerpo y puesto en la realidad de una obra literaria (que aunque nosotros la veamos como caprichosa y sin sentido), tiene detrás toda una cuestión vinculada con la historia de Irlanda --"historia siclogivica" que alude a Vico en eso de que los ciclos de la historia se repiten--, y neologismos como por ejemplo, cuando dice: "arsesinaron a nuestro rey"; que es una producción de significación condensada muy rica de: 'a nuestro rey lo asesinaron con arsénico' (arsesinaron).

Inclusive hay una palabra que es una de las primeras palabras con que empieza el libro "Finnegans' Wake" que le permite a J-J. Derrida escribir todo un libro sobre qué puede estar implicado en esa palabra.

Luego se descubre que Joyce trabajó con muchísimas libretas en donde había anotaciones en varios idiomas que le permitió ir jugando con ésto. Lo que quiero marcar es que a Joyce no se le imponían las palabras.

Pensemos, si quieren y como dice Lacan, en una falta del significante del Nombre del Padre. Qué implica esta cuestión de la suplencia, cuáles son las condiciones para la suplencia?. Porque si la suplencia es: el Nombre del Padre y la función de la ley del lenguaje, no tenemos que pensar acaso, como yo había dicho antes, que hay una cuestión estructural que está primero, que la suplencia del Nombre del Padre exige que esté instalado el Nombre del Padre en algún lugar del lenguaje y funcionando?

La otra cuestión es que el delirio también es una suplencia, también es una estabilización; la metáfora delirante suple y estabiliza el campo de la significación. Dice Freud: 'un psicótico que estabiliza su delirio está curado', es decir, está curado de su psicosis, no de su delirio.

También me parece interesante decir que en Schreber hay dos momentos: el momento en que están los elementos del delirio pero que no producen metáfora (cuando Dios es el perseguidor; y el ser del mal que quiere obligarlo a gozar femeninamente y obligarlo a que se transforme en una mujer); y el otro momento (mediante una ilusión de la memoria él lee en el diario su propia muerte), en el cual se reconcilia con esta idea y la pone del lado del orden universal; el orden universal exige que se convierta en mujer y que tenga hijos de Dios.

El pasaje que va desde la persecución, a este delirio erotomaníaco y melagomaníaco es el momento cuando se produce la metáfora delirante y su delirio se pone de acuerdo con el orden universal, momento que él muere como sujeto (en la ilusión de la memoria de leer su muerte en el diario).

Nos faltaría relacionar esta cuestión con el problema topológico que aparece en el Seminario 22 y el Seminario 23 de Lacan.

Lacan descubre la Cadena Borromea que está compuesta por tres anillos; a ésto él le pone imaginario, simbólico y real.

Él había hecho una jerarquía: lo simbólico estaba primero, lo real era lo que existe excluido por lo simbólico y lo imaginario sería lo que queda como efecto de lo simbólico que no es lo real sino que es lo imaginario; y la condición era que (según dice en el Seminario 3), la ausencia de lo simbólico desestructuraba al sujeto produciendo efectos imaginarios devastadores; es decir, lo simbólico es el agujero, lo imaginario es la consistencia y lo real la ex-istencia. Lo simbólico es el agujero porque no tiene ningún sentido, pero sin embargo de él depende el sentido, es la estructura significante como agujero, inclusive porque agujerea lo real. Lo imaginario es la consistencia en tanto es la pregnancia de la imagen lo que le da consistencia a la realidad. Lo real es lo ex-istente porque es lo que cae fuera de lo que está lingüísticamente nombrado, dicho.

Cuando Lacan descubre el Nudo Borromeo se terminan las jerarquías en tanto esta cadena son tres anillos anudados entre los cuales existe una equivalencia perfecta; y por tanto no hay ninguna orientación, un anillo es igual al otro; y si uno no le pone un nombre o un color a cada uno no puedo diferenciarlos, es decir, no hay orden en la cadena Borromea, no existe una jerarquía.

Por eso la importancia de la nominación, la etiqueta, pero tal es exterior. A tal función de ordenamiento, de estabilizar el nudo, Lacan lo llamó el Cuarto nudo, como función de nominación.

Cuando falta el Cuarto nudo, que es lo que mantiene unido a los otros tres nudos, se suelta el anillo de lo imaginario produciendo todas las catástrofes imaginarias y de fragmentación que conocemos en la psicosis. La suplencia, en este esquema, es lo que viene a suplir el Cuarto nudo mediante un nudo artificial, inventado, que vuelve a anudar lo que estructuralmente está desanudado.

Lacan efectúa, en el Seminario 23, el nudo de Joyce: cómo anuda Joyce y logra estabilizarse en el campo simbólico?

Pregunta: Según Lacan no está en Joyce el Nombre del Padre; pero Ud. decía que tiene algunos elementos para poder efectuar el nudo; podría explicar un poco más ésto?

Dr. Héctor López: yo no sé si lo dije tan así..., pero hay una cosa que es taxativa según Lacan, en Joyce no operó el Nombre del Padre por carencia de Metáfora Paterna, y lo relaciona psicológicamente con John Joyce. Ahora, nos tendríamos que meter en el campo de la suplencia del nombre del Padre, y en este sentido la obra literaria funciona como Cuarto nudo.

Pregunta: Pero la pregunta que yo me hago es: podría haber producido esa obra sumamente metafórica si no hubiera tenido el Nombre del Padre?

Dr. Héctor López: Justamente esto es lo que yo me preguntaba. Pero Lacan no dice que Joyce es clínicamente psicótico, sino que dice que gracias al anudamiento producido por el Cuarto nudo evitó ser psicótico.

Pregunta: pero la pregunta vuelve ahí porque: no está funcionando ya para que pueda hacer esa obra?

Pregunta: Yo quería hacer una pregunta que tal vez viene a abrir algo en relación a esto que Ud. planteaba acerca del significante del Nombre del Padre como una suplencia estructural y, la suplencia que viene a ser luego esto de lo literario de Joyce. Se escucha por ahí, o se ha leído que el significante del Nombre del Padre tendría que aparecer en algún momento en que se requiere de él; y ésto lo traigo a colación de lo que Ud. decía, porque por más que un sujeto sea psicótico habría que ver cómo están las leyes del lenguaje porque éste en el lenguaje esta y otra cosa es pensar que una persona en determinado momento de su vida necesite recurrir al significante del Nombre del Padre que es el significante no inscrito.

Dr. Héctor López: Eso es lo que está planteado en el Seminario 3; pero lo que yo encuentro en éste es que hay una carencia del significante del Nombre del Padre compensada, es por eso que habíamos hablado que hay muchas formas de suplencia; una manera de suplencia es lo que Lacan habla del 'como si...el sujeto supiera de qué se trata' como una identificación imaginaria donde se reduce a ser lo que hace el vecino, pero el sujeto no entiende gran cosa. Aquí opera lo imaginario posibilitando cierta consistencia a lo largo de su vida; pero cuando el sujeto es llamado a responder por el significante del Nombre del Padre es donde se revela que ahí hay un agujero, ese momento revela el agujero en el campo del significante; Dice Lacan: precipita en cascada la desestructuración de todo el campo del significante. La falta de ese significante produce el desencadenamiento (palabra topológica), porque indica que los anillos de la cadena se separan.

La argumentación que hace Lacan sobre Joyce es pobre porque plantea: si no hubiera sido porque Joyce sufre y produce una estabilización en la estructura hubiera sido psicótico porque el padre era carente.

Pregunta: Es psicologista; el Seminario 23 es psicologista, porque eso de volver a remitir la cuestión del Nombre del Padre al padre de carne y hueso...

Dr. López: Y acuérdense Uds. como en el Seminario 5 había bombardeado esa idea...

Lic. Horacio Martínez: yo quería plantear algo: por un lado observandolo como lo estamos mirando hasta resultaría irrespetuoso con respecto a Joyce este análisis. Es decir, qué nos importa si una persona era o no psicótica, como si confirmar eso fuera una especie de "lacra" con respecto al interés clínico.

Lo que si me parece es que ésto pone en cuestión el problema de la estructura como estructura (con respecto al diagnóstico).

Al escuchar todas estas críticas, que el propio Lacan hace sobre su propia obra frente a la obra de Joyce, parecería que lo que entra en cuestión es el diagnóstico estructural de psicosis porque si empiezan a aparecer todos estos datos como las posibles suplencias, la manera como un supuesto psicótico estructural se las arregla para no ser psicótico, lo que pierde peso es el diagnóstico de psicótico estructural (que alguien pueda proclamar con absoluta certeza que alguien es o no psicótico).

Parece que lo que viene a cuestionar es lo que Lacan dijo hace muchos años atrás; pero no sé si se trata de una contradicción donde el mismo Lacan se desdice y entonces hay que optar por uno u otro Lacan; sino que él está planteando una cuestión. Entonces, si el diagnóstico estructural no se sostiene tan fuertemente como parecía sostenerse, de qué agarrarse para hacer un diagnóstico?

Vos decías Héctor, en la cuestión de los tres redondeles que van a armar el nudo, que no hay privilegios; sin embargo, pareciera que Lacan en sus últimos seminarios le da cierto mayor valor a lo imaginario?

Dr. Héctor López: yo creo que sí; al menos en el Seminario "Les non Dupés...", Lacan dice que lo imaginario es condición de lo simbólico (lo cual no significa que este antes); es decir, que no hay posibilidad de simbólico si no está sostenido en una consistencia; y en ese sentido lo imaginario es condición de lo simbólico. Lacan dice: 'el modo de ser de lo simbólico es lo imaginario pero no hay otro ser que el modo de ser'.

Pregunta: Lo que pasa es que lo que Lacan está diciendo está recalificando lo imaginario que estaría en el centro de la estructura. De todas maneras no podemos pensar que la verdad está en la consistencia, es decir, la consistencia es necesaria para la estructura, pero también diríamos que el psicoanálisis apunta a la verdad y la verdad está en la existencia, en el orden de lo simbólico-real. Si el psicoanálisis apunta a la verdad no podemos pensar que debemos apuntar a confirmar la consistencia. Es necesario que exista la consistencia pero también es necesaria la existencia.

Dr. Héctor López: También hay otro paso dado en el Seminario que es la no jerarquía entre la consistencia, la existencia y el agujero.

También dice en el Seminario que: no es que lo imaginario sea consistencia, lo simbólico sea agujero y lo real sea existencia sino que hay existencia, agujero y consistencia en los tres registros; que está la consistencia de lo simbólico y lo real, la existencia de lo imaginario y lo simbólico y el agujero de lo imaginario y lo real. Ésto se ve cuando se hace el Nudo Borromeo como un objeto: hay consistencia porque está la cuerda, hay agujero porque los tres anillos lo necesitan para eslabonarse con los otros, y que hay existencia también.

En el campo de los registros ni lo imaginario, ni lo real ni lo simbólico es homogéneo. Por ejemplo, hay un imaginario de la identificación especular y de la alienación imaginaria y hay un imaginario de la necesaria construcción que hace decir a Freud: 'no se puede vivir en la verdad'; hay una dosis de necesaria hipocresía para convivir.

Hay un punto sumamente importante a partir del Seminario 24 "L'Insu que Sait...", porque aparentemente la cuestión en el psicoanálisis sería la de disolver la consistencia, las identificaciones imaginarias y conducir al sujeto a un punto de real a través de ciertas acciones analíticas. Pero hay una frase de Lacan que dice que no es necesario que el psicoanalista haga algo para hacer emerger lo real porque lo real invade por sí mismo y la función del analista es hacerle frente; es decir, que se sitúa en una cuestión vinculada con la cultura y con el discurso de la postmodernidad, donde lo real hoy día es aquello que, por falla de la simbolización social, de la metáfora cultural (eso que se dice: no hay ideologías, no hay anclajes, que no hay creencias), está ahí; entonces, la función del analista es cómo hacerle frente.

No será que en vez de estar tanto en esa cuestión de la clínica de lo real hay que volver un poco a la clínica de lo imaginario, construirle un lugar en el mundo, un lugar para vivir ? (esto es una pregunta).

Pero tampoco se puede generalizar porque cuando alguien está muy identificado a los ideales hay que desimaginarizar, pero cuando hay algún paciente invadido por lo real de nuestra cultura, de nuestros sinsentidos de la existencia, hay que construir alguna imaginarización evitando sí que se transforme en una cuestión anafreudeana (primero hay que educar al chico para después analizarlo).


Ir a la página principal del Programa de Seminarios por Internet de PsicoNet

Logo PsicoNet