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Seminario
El sujeto en los laberintos del discurso
De las agencias del Saber (sujeto) a la agencia de Sujeto Supuesto Saber

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Organizado por PsicoMundo

Coordinado por : Juan Dobón


Clase 8

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La escuela de la homogenización a la diversidad.
Escenas de un imposible
María Victoria Depalma

Introducción

La experiencia de trabajar desde el año 1990 en el sistema educativo de la Ciudad de Buenos Aires, me convoca a pensar las prácticas en las escuelas. La inserción específica ha sido en un principio, el trabajo con niños y posteriormente, desde el área de la psicología, como orientadora escolar, abordaje que me ha posibilitado el contacto con todos los actores de esta comunidad educativa, niños, docentes, padres, conducción. Esta posición me ha permitido tener en cuenta ópticas diferentes acerca de los diversos atravesamientos que intervienen en el proceso.

Desarrollaré aquí tres ejes, en el primero a partir de hechos recurrentes del presente que sostienen su eficacia en las formas, que desde la modernidad ha tomado la educación, su arquitectura, su organización del tiempo, su filosofía, intentaré recorrer aquellos conflictos que permitieron algunas condiciones que hoy atraviesan a la escuela como dispositivo privilegiado para educar, en el que se observan resabios, marcas, matrices, inscripciones de aquellas adjudicaciones que a lo largo de la historia se fueron otorgando a dicha función y su saber fue apropiándose de ellas, autorizándose a tener algo que decir.

En el segundo, abordaré los efectos de las cristalizaciones en las diferentes posiciones de discurso y la incidencia en el proceso pedagógico de los saberes totales y los obstáculos que esto genera en la producción de subjetividad.

En el último eje tomaré algunos efectos del discurso mercado en las prácticas educativas.

 

1° EJE - Genealogía de la función de educar.

La escuela, es una construcción histórica, así, un abordaje genealógico, nos abre a una forma de escribir y mirar la historia con perspectiva crítica., pensando a la escuela como un espacio de discusión acerca de qué es un niño, qué es educar, para qué se debería someter a una población de determinada edad a semejante proceso.

Es una institución jerárquica, cerrada, que se sostiene a través del saber y el poder, con el que se conduce un grupo en un proceso.

Educar en el sentido moderno y la forma de llevarlo adelante, está íntimamente relacionado con las formas de gobernabilidad de cada época y cada cultura.

Freud, habla de las tres profesiones imposibles, posiciones de discurso que desarrollaré mas adelante, donde vincula educación, psicoanálisis y gobierno, en tanto las tres pretenden modificar al sujeto, siendo su resultado irremediablemente insuficiente.

Antes de la modernidad existieron otras experiencias pedagógicas, pero el aula elemental es una invención del occidente cristiano del año 1500 y de sus rasgos fundantes se sostienen aún, muchas de las prácticas escolares.

Educación y gobierno de los niños, transmitir capital cultural y gobernar un grupo, en tanto se organizan energías y se resuelven conflictos, es lo que la pedagogía se adjudicó desde la modernidad, momento de agrupamientos, grandes concentraciones humanas, con objetivos colectivos, formación colectiva de una subjetividad.

Siendo los dispositivos pedagógicos fenómenos naturalizados de la cultura, (nadie duda que un niño debe ir a la escuela, todos sabemos de que se trata, ya que todos hemos pasado por ella) me interesa tomar algunos momentos de este recorrido que fueron constituyendo la función de educar, ya que nos permitirán hacer a través de ellos una lectura sobre lo que, de sus efectos, atraviesan las prácticas escolares actuales.

En el origen, la escuela medieval era reservada al ámbito de la iglesia, los intelectuales, eran mayoritariamente clérigos, fue por lo tanto en los espacios religiosos en los que se inició la discusión acerca de la forma que iban tomando las instituciones y como se reguló la transmisión del conocimiento. Aún sigue pesando en la tarea del docente la metáfora del sacerdocio. El malestar docente tiene algo del sacrificio y del sufrimiento que éste supone, que lo marca en el origen.

Las relaciones de mando y de obediencia, empezaban a ser atravesadas por la idea de convencer a los súbditos de la pertenencia a una unidad colectiva o a un determinado orden social.

Al finalizar la edad media, con la estructuración territorial de los estados, la creciente urbanización y el surgimiento de una nueva forma de saber, las ciencias, aparecen por una parte, una nueva sensibilidad hacia los niños. Según Philip Arie surge aquí la necesidad de gobernarlos, necesidad que se ajustó a un modelo de encierro en instituciones. Por otra, la necesidad de perfeccionar el gobierno de los fieles que generó la reforma protestante y las guerras religiosas. Momento en que, se volvió necesario, un cierto control sobre las creencias, buscando una obediencia reflexiva que garantice la base de la propia conducción. Foucault llama a esto, técnicas del yo,".... es a la vez, una técnica de poder y un procedimiento de saber. Se trata de organizar lo múltiple, de procurarse un instrumento para recorrerlo y dominarlo, se trata de imponerle un orden".

Para este trabajo, los educadores dispusieron de dos metáforas, con suficiente vigencia como para no abrir alguna pregunta ante fenómenos tan naturalizados acerca de lo que es una escuela para la cultura occidental.

Una de estas metáforas:

El ejército, la tropa, la disciplina, no solo en el arte de distribuir los cuerpos, de acumular tiempo, sino de componer fuerzas para obtener un aparato eficaz.

La idea de tropa servirá en educación, para crear sujetos gobernables.

Gobernar, supone la conducción de conducciones. En primera instancia, que los alumnos sientan que deben conducirse a sí mismos, cumplir reglas, luego, agruparlos, organizarlos.

Las escuelas sostienen, muy a su pesar, rituales de tropa: el sistema jerárquico, la ubicación en el espacio, la gramática escolar.

La otra metáfora disponible:

- El pastorado.

Un grupo de niños como rebaño. El pastor ejerce su poder sobre un conjunto de personas que se mueven, con una identidad en común, subrayando las obligaciones, con el objetivo de salvar al otro, intentando la constitución de una moralidad colectiva, obediencia aceptada e interior.

Tanto los jesuitas, haciendo hincapié en las relaciones entre la enseñanza, el gobierno y la prédica, en que el docente, a modo de confesión, a través del respeto de las jerarquías y el ejercicio de la memoria, purificaba el alma.

Como Comenio quien sostiene un sistema de metáforas que se apoya en la naturaleza dentro de la corriente panteísta. Nombrado por la Escolástica como "ordenado a Uno", es decir, la variedad empírica y concreta de la naturaleza, es en realidad un orden que proviene de un Uno o totalidad singular como principio organizador, la posición del maestro(el Uno) que ordenará a una variedad de alumnos entre sí.

O La Salle, fundador de las escuelas para pobres, quien, instala relaciones de poder sustentadas en la capacidad de mirar y juzgar, en las que todo detalle estaba reglamentado, considerando el silencio como un factor determinante en el aula.

Todos han ejercido notables influencias a lo largo de dos siglos, desde su pertenencia al ámbito religioso. Tanto la condición del silencio para dar la clase, la idea de dar o tomar la lección que remite a la práctica de la confesión, como las metáforas acerca de la naturaleza son tan útiles en las prácticas reeducadoras, dan cuenta del fuerte sello que sirvió de primera base a las prácticas educativas disciplinadoras.

Posteriormente, la Revolución industrial implicó la emergencia de un nuevo tipo de producción y l os Estados centrales comenzaron a mostrar mayor interés en la cuestión de la educación elemental, que hasta aquí había quedado a cargo de la caridad. Aquí también la pedagogía tuvo algo que decir en relación a la preparación de estas nuevas identidades.

El método Lancasteriano sirvió a este cambio, ha sido comparado con el funcionamiento de la industria naciente, Foucault lo denomina la máquina pedagógica: El tiempo de todos los alumnos ha quedado ocupado. Todo sistematizado e interconectados los pasos.

En las posiciones de Herbart y pestalozzi la figura del maestro se presenta como ejemplo, se persiguen y reprimen los dialectos y hablas populares, se legitima el habla escolar e ilustrada. El conflicto es juzgado como algo ingrato, inculto, incivilizado. Se reconocía lo heterogéneo de un aula considerando la multiplicidad, pero esta debía seguir un solo molde.

En el siglo XX se produce un proceso de naturalización y universalización de la escuela, convirtiéndose en parte de un aparato masivo, bajo la conducción de un Estado Nacional; el sistema educativo fue el modelo y centro de la transmisión de la cultura letrada. Momento de homogeneización y centralización de las formas de educar

Este proceso es simultáneo a lo que Foucault ha llamado Bio- poder: un tipo de poder que ya no se aplica sólo al cuerpo individual, como en el caso de las disciplinas, sino que es un poder cuyo objeto es el grupo, población. A las acciones de la Bio-política las denomina regulaciones, es decir, la administración de crecimiento, y la dirección que debía seguir. La regulación, prescribe cual es la conducta habitual y esperable, la medida común será " la norma".

El educador era entendido como el portador de una cultura que debía imponer, civilizando. A partir de la creación de una norma general en términos de la cual se puede medir las singularidades, en su desvío a un parámetro común. Lo"Uno " es la norma.

El niño se concibe como un sujeto negado de la cultura, bárbaro, al que había que normativizar.

El estado se presenta como un unificador de prácticas que producían un mismo tipo subjetivo a través de todas las instituciones, misma idea de ley, de futuro, de progreso.

En el siglo XXI se han desarrollado teorías acerca de la función, de la concepción del proceso de enseñanza -aprendizaje, se han implementado políticas y lineamientos que incluyen variables, ausentes hasta el momento: la constitución de un sujeto de aprendizaje, la efectividad de los vínculos, los intereses de los niños, el aporte de las disciplinas psicológicas. Lo concreto es la dificultad para poder implementar prácticas que puedan sostener estas nuevas concepciones y que no hagan, solo, repetir las marcas de origen.

Ninguna teoría puede desarrollarse sin encontrar una especie de muro y se precisa la práctica para perforar ese muro.(1) Solo instaurando las condiciones para que los actores de una institución puedan hablar y actuar en su propio nombre se puede oponer una representatividad legítima a aquella falsa representatividad del poder que fluctúa, pero hegemoniza de acuerdo a los distintos intereses de cada época.

 

2° EJE- EDUCAR, TRANSMITIR.

A lo largo de estas experiencias se fueron desarrollando intentos de perfeccionar los métodos, siempre con el objetivo de modificar sujetos, pasándolos por el tamiz de la cultura y el imaginario social de cada época, creando subjetividades.

El recorrido realizado, nos permite pensar en primera instancia, la vinculación histórica y sus efectos entre las formas de educar y las formas de gobernar.

Me interesa tomar aquí algunos elementos que desarrolla Lacan en una investigación que realiza en 1969 sobre la noción de discurso. Discurso en términos lingüísticos es el conjunto de los enunciados, se refiere a un lenguaje común que rige las formas de lazo social.

Distingue cuatro discursos, que al escribirlos, repite para cada uno, los mismos términos, ubicados en lugares diferentes. Señala para cada posición de discurso, un lugar dominante llamado lugar del agente. Así diferencia:- el discurso del Amo cuyo lugar dominante es el S1(significante amo)identificado con la ley, con el derecho, con el orden; el discurso Universitario, en el que el lugar dominante es el S2 , un saber surgido del discurso de la ciencia; el discurso de la Histérica, cuyo dominante es el síntoma dando cuenta del sujeto dividido, por último, el discurso del Analista, discurso que ubica cómo envés del discurso del amo, cuyo dominante es el pequeño "a", objeto causa.

Nos dice que de la relación fundamental de un significante con otro significante, emerge un sujeto S; que S1, como exterioridad del significante interviene en el campo ya constituido por otros significantes, S2, y que de este trayecto surge algo que se define como pérdida que se produce de la repetición en el ser que habla, el objeto a.

Entonces de acuerdo al agente que domine la fórmula, dominará también una posición de discurso. Se trata de posiciones en la toma de la palabra.

Un docente, por formación, se inscribe en el discurso Universitario, analiza, compara, comenta los conocimientos recibidos, con imparcialidad. Resulta complejo tomar posición ante saberes definitivos. Pero al mismo tiempo, en la puesta en juego de estos saberes, al enfrentar al otro, jerarquiza, clasifica, ordena y es aquí donde aparece la riesgosa y común tendencia de los docentes de virar al discurso del Amo. La investidura del saber, sirve para ocultar fallas, "... el saber sirve a la represión " dice Lacan, oculta la verdad del inconsciente y robustece defensas. En el vínculo pedagógico se combina esta investidura del saber sumada al deseo de control total del proceso. En ese marco, la posición del docente, no tolera conjeturas.

Las posiciones de discursos no giran por la voluntad ni por la decisión consciente del agente del discurso. Si no que lo hacen por (d)efecto de la relación dialéctica con el Otro, sus demandas que lo interpelan. (2)

Dentro de un sistema jerárquico, sostenido en el lugar del que sabe, el docente es objeto de apremiantes demandas, desde los alumnos, las autoridades y los padres mas, ese saber todo que le fue adjudicado. Estas demandas, sacuden sus certezas. La confrontación con su impotencia y su incompletud lo harán tender a buscar un principio unificador, una intención inamovible, bajo la creencia en la supremacía de la ciencia y su saber totalizador.

Puede suceder también, que la posición con la que el docente aborde su práctica, este relacionada, mas que con un saber, con un no saber. Esto es, sobre su propio síntoma. Cuando esto sucede, la relación con los alumnos es vivida, no ya desde la función sino sobre la adjudicación que el docente siente sobre su propia persona.

Freud en psicología del colegial alude a que, si alguna influencia tuvo la experiencia escolar para la vida futura, fue la que marcaron las personas de sus profesores, factor determinante en la relación de aprendizaje, influencia poco registrada por muchos docentes, me refiero a los fenómenos de transferencia.

La transferencia como concepto psicoanalítico consiste en el ingreso de un sujeto a un estado regresivo, reviviendo el amor y el odio de la infancia en relación a las imagos parentales.

Lacan considera que en la transferencia la posición de los sujetos en presencia no es de ningún modo equivalente, a esta relación la denomina disparidad subjetiva. En esta disparidad uno de los sujetos detenta algo que el otro no tiene a su disposición, la forma en que suele aparecer este objeto, está vinculada al poder y al saber. Es cierto que el docente, en la disparidad es el portador de los conocimientos escolares, pero eso no debe dejar de lado la reciprocidad en la relación, en la que el niño puede ubicarse como un sujeto que enseña algo a su docente, un saber sobre el ser niño.  

En el proceso educativo intervienen fenómenos de transferencia, sostenidos y dirigidos sobre lo que esta sublimado, sobre el saber como objeto social. Cuando un docente mantiene su posición de sujeto que detenta un saber y un poder real, puede producir efectos de avasallamiento en la subjetividad, ya que el acto educativo hace lazo, en lo social, pero también produce sujeto en lo singular.

El proceso de enseñanza aprendizaje, supone una investidura del aprender y de lo que se aprende, un placer por pensar, y una pasión por introducirse en el conocimiento, pero esta investidura, se lleva adelante sobre una persona concreta que cause este recorrido. Aprender incluye algo de transgresión, a ir mas allá de lo conocido, de desear y que sea el deseo que conduzca hacia las preguntas, atreverse a preguntar. Esto no es corroborar lo que puede probarse, sino más bien, interrogarlo.

Podría pensarse, siendo uno de los objetivos de la escuela despertar el deseo de saber, en que medida está  inhibido allí, este deseo.

En segundo término, aparece como recurrente, esta idea de lo "Uno" como principio ordenador, ya sea bajo el nombre de la divinidad, la naturaleza o el canon patrón que ofrece la norma.

Si educar implica hacerlo ordenando a Uno, esto trae aparejado una posición ante lo diverso, lo múltiple, una concepción de la alteridad que conlleva una valorización.

Parménides en sus hipótesis acerca de lo Uno y lo Múltiple ya se plantea esta tensión, que sigue presentándose como conflicto al pensar en el sentido (dirección)de la educación:

La existencia de Lo Uno, nos impone una especie de mutismo por el principio de la identidad, si se lo pone absolutamente, tal posición excluye todo lo múltiple, todo cambio.

Si se postula que lo Uno es el ser, ya no como predicado, sino como sujeto de un juicio de existencia, esta posición admite los contrarios, la existencia de lo múltiple, pero lo hace introduciendo a lo otro como distinto de lo Uno.

Lo Uno se adjudica siempre una posición de verdad, aquello que en el lenguaje lo hace adecuado para ser verdad.

La verdad, según Foucault, estará presentada" bajo la forma del discurso científico en las instituciones que la producen, la verdad no es sin poder.

Si la verdad queda siempre del lado del docente, del lado del saber académico, de las ciencias, o del mercado, de esta forma, se congela un lugar absoluto, una verdad total que pone obstáculo a todo saber parcial, a todo lugar de invención, de libertad y de posibilidad de que el alumno se apropie de ese saber de manera diferente. Cuando la educación toma este perfil, se convierte en dogma, en verdad inamovible, en axioma. Como si el intelecto humano fuera capaz de alcanzar la certeza absoluta y el conocimiento de la realidad tal como es.

 

3°EJE - EFECTOS DEL DISCURSO MERCADO

La potencia del Estado Nación de la modernidad sostenido por un principio jerárquico, ha caído. La gobernabilidad moderna requería de dos condiciones: la conducción de sí mismo y la articulación, combinación de muchas conducciones.(del padre, del maestro, del médico, con la conducción global del estado moderno). Autoridad, norma, amparo, protección, cumplimiento, temor, penas.

El mercado ocupó su lugar y sustituyó este principio jerárquico por el principio del consumo. Ya no se trata de un sujeto que tiene derechos y obligaciones conferidas a su lugar de ciudadano, sino de un sujeto de consumo. La autoridad en el discurso mercado, ya no es temida, es mas bien cotizada.

La ilusión de posibilidad, no está dada por el lazo, no hay un sujeto constituido alrededor de un sistema de referencias compartido, ni de una idea de futuro, es sujeto fragmentado, sujeto de la inmediatez. Deleuzze lo denomina, como " dividuo", en el sentido de un individuo, ahora divisible, de acuerdo a los universos de acceso, que tiene un passwor que le permite acceder o no, a algunos objetos de consumo.

El mercado supone la independencia de un referente colectivo que en lace en una pertenencia, no se necesita al otro como semejante, el otro es prescindible.

En el caso del dispositivo pedagógico, el saber y el poder se combinan con el discurso mercado, para definir su objetivo:

Enseñar?, Educar?, Alfabetizar? , Capacitar?

Este se va modificando de acuerdo a una cuestión de intereses, pero su cotización responde al mercado. Escolarizar a un niño en una escuela bilingüe, en un barrio privado, con un circuito de relaciones y convenios con universidades nacionales e internacionales, no es lo mismo que hacerlo en una institución pública, con bajos presupuestos y la carga burocrática que en ese ámbito pesa sobre la escuela, sostener los resabios de un estado que caen a sus espaldas cargando de obligaciones que no acarrean, mas que unos pocos derechos.

El atravesamiento de lo mediático es el password común de acceso para las mayorías; para algunos, de aquellas cosas que próximamente consumirán, para otros, de universos inaccesibles, concatenados en imágenes que no cesan de repetirse, sin diferencia. El niño es concebido como un potencial consumidor, a diferencia de la idea de niño moderno, débil, frágil, inocente.

Los niños, de todas las épocas, van construyendo recursos de significación, para interpretar el mundo y su lugar en él. Hoy, la familia y la escuela son las dos instituciones que sostienen, en una costosa pendiente, esta construcción, compitiendo diariamente con la eficacia simbólica de los medios de comunicación.

Si entendemos la caída de este principio jerárquico que combinaba conducciones, si encontramos en declive la función ordenadora de la familia como legitimadora de los discursos sociales, si no podemos relevar standares compartidos, si palpamos en la práctica, la ineficacia de una autoridad que no ancla, por que pretende preservarse en un paradigma que salió de la contemporaneidad de las nuevas generaciones, tal vez es momento de pensar las prácticas educativas a la luz de nuevos reales.

Si esta jerarquía que ordenaba, ya no opera, de lo que se trata no es de entregarse impotente, a un trágico destino, a la lógica del mercado, sino construir otra forma de autoridad, otra forma de conducir, ya que las formas hegemónicas, administran intereses, pero ya no amparan ni protegen, y las consecuencias de la ley a veces son la primera forma que nomina a alguien que no fue alojado antes de otra manera.

Preparar a los nuevos para la vida, supone ofrecer, las claves para el acceso a la realidad en la que se inscriben, teniendo en cuenta su singular forma de apropiarse de la herencia. Quien educa, da su versión, y ésta, no es neutral ni aséptica. Dar lugar a otras versiones implica un margen de libertad, que tiene mas que ver con la idea de la transmisión.

Transmitir, implica propiciar tiempos para inventar significaciones que soporten la diferencia, acompañar en espacios que, a través de una posición crítica, pongan en movimiento las cristalizaciones que adquiere un discurso cuando no es permeable, cuando es todo.

La educación puede ser también, ofrecer herramientas para poder allí donde los sujetos están conminados a un destino, abrir un lugar para lo múltiple, no como diferente de lo Uno, sino como lugar de invención, de alternativa, de posibilidad.

La diferencia permite una brecha de libertad, en tanto los planteos puedan pensarse como abiertos, esto protege contra el adoctrinamiento.

Hacer uso del método, del saber sistemático, instalando una puesta en escena con una sintonía específica, que contemple la manera, el momento en que se lo pone en práctica. No se trata de formular teorías sino de poner en marcha una práctica social productora de conocimiento, abriendo horizontes de sentido. Ya que transmitir implica recrear.

Una transmisión ofrece a quien la recibe un espacio de libertad y una base que le permite abandonar el pasado para reencontarlo después, no bajo la repetición sino que es en la serie de diferencias donde se inscribe una transmisión cuando tiene algo de verdad, cuando algo genuino se pone en juego.

El proceso de aprendizaje necesita de una comunidad que se sostenga en la confianza para "poder no saber", ya que el conocimiento implica un proceso social, compartido, de cooperación y es el lugar donde puede acontecer la construcción de una posición responsable.

El docente tiene que estar convencido de que no tiene todas las respuestas y que todos los sujetos son fuentes posibles de sabiduría. Tal vez así, las escuelas pueden propiciar en sus alumnos la capacidad para producir juicios, para tener un pensamiento crítico y creativo que los impulse a tomar parte de la construcción y el cuestionamiento de las instituciones que afectan su modo de vida, teniendo presente que en la escuela todo acto es un acto educativo, los niños no solo aprenden lo que el maestro quiere que aprendan, aprenden de lo que ven, de lo que allí se dice y de lo que allí se actúa.

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NOTAS:

(1) Gilles Deleuze/Michel Foucault. " Un diálogo sobre el poder"

(2) Juan Dobon. Seminario "Incertidumbre, el destino y la diferencia" Clase 5. Destino y diferencia

BIBLIOGRAFÍA

-Lacan Jaques. El reverso del psicoanálisis. Seminario 17. Editorial Paidos 1969-1970

- Foucault, Michel. Un diálogo sobre el poder. Alianza Editorial. 1990.

-Dussel, Inés- Caruso, Marcelo.. La invención del aula. Editorial Santillana. 1990

-Castoriadis, Cornelius. Figuras de lo pensable. Editorial fondo de cultura económica. 1999

-Deleuze, Gilles. Post scriptum. Traducción de Sergio Negrete Salinas

-Cordie, Anny. Malestar en el docente. La educación confrontada con el psicoanálisis

Ed. Nueva visión 1998


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