Seminario
Psicopedagogía
analítica del maltrato infantil
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maltrato@edupsi.com
Organizado por PsicoMundo y Fort-Da
Dictado por : Silvia Casado
Clase 2
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Del hijo del deseo al hijo de la necesidad (periodo sensorio-motor).
En la clase anterior habíamos empezado a ubicar a este infance, que veníamos construyendo desde la teoría, como un producto de su propia natura nurtura: su herencia genética y biológica más el condicionamiento del medio ambiente que lo rodea.
Pero este sello específico de cada uno se incluye además en un proceso histórico personal y social, lo cual demuestra que no es casual el interés que este seminario ha despertado en profesionales y estudiantes avanzados de distintos países del mundo. ¿Por qué? Porque estamos descubriendo entre todos la magnitud de todas estas formas de violencia que a diario digitamos sensorialmente sea ya porque hay daño por la vía del hambre, por la vía de la falta de amor, de la falta de cuidados, de la existencia de tratamientos sustentados en medicaciones que obturan síntomas que denunciarían su origen en los comportamientos adultos (léase por ejemplo depresión que se confunde con cuestiones orgánicas).
Violencias que traspasan el límite de lo tolerable y que al carecer de tramitación interna repiten su ciclo: niños que apuñalan o balean a otros niños, que van armados al colegio, niños entregados a la guerra (en otros países), etc.
Hoy nos movemos con un concepto de niño diferente, niño que también ocupa un lugar distinto en una familia en la que, además, los sistemas de relación son otros. Asistimos a una era donde el concepto de familia se resignifica y surgen por ejemplo las familias ensambladas, o por el contrario aumenta el porcentaje de recién nacidos abandonados en la vía pública, tapados con cartones. Poderoso estatuto de objeto.
Recordemos algunas definiciones clásicas de familia:
Para Raquel Soifer, la familia es: "la estructura social básica con un interjuego diferenciado de roles, integrada por personas que conviven en forma prolongada en interacción con la cultura y la sociedad dentro de la cual se desarrolla el niño, requerido por la necesidad de limitar la situación narcisista y tranformarse en un adulto capaz.
"El objetivo primordial es la defensa de la vida".
Freud la enuncia como "matriz primordial del desarrollo psíquico del niño y de los conflictos planteados entre él y las imágenes introyectadas de sus padres y hermanos".
Destaca, además, la importancia de las relaciones familiares en el desarrollo del carácter y la actividad del individuo.
Lacan sostiene que "la familia gobierna los procesos fundamentales del desarrollo psíquico, la organización de las emociones (...) y transmite estructuras de conducta y de representación cuyo desempeño desborda los límites de la conciencia".
Laing detalla más explícitamente la inscripción de todo lo sensorial que se pone en juego, cuando escribe "la familia es un sistema al que se logra acceso mediante la vista, el oído, el gusto, el olfato, el tacto, el dolor y el placer, el calor y el frío; un océano en el que el niño aprende pronto a nadar.
Por más que el enunciado de las definiciones sea distinto en apariencia, la lectura que se infiere es, que en todos los casos no solo se habla de un Otro que deba prestar su presencia real como soporte sino que además, aquello que dé, debe darlo con amor y dentro de un interjuego relacional.
Advertidos, entonces, de que no siempre esto fue y es así, recordemos que es Kempe quien en la Reunión Anual de la Academia de Pediatría presenta su Síndrome del niño apaleado,acción que pone al descubierto todo lo siniestro que culmina en esta mostración de lo que en la escena privada familiar ocurría y era definido por los padres como "accidentes".
Padres que golpean a sus hijos porque desconocen cómo educarlos en el amor y en los que la compulsión a la repetición los lleva a lastimarlos aunque no lo quieran. Padres que reeditan en forma activa aquello que se inscribió como pasivo.
Pasamos así del freudiano "su majestad el bebé" al niño víctima: paradójicamente ubicado dentro del contexto de posmodernidad y neomodernidad donde todo aparece hecho y presentado a su servicio: hay infinidad de materiales didácticos que posibilitan desarrollos psicomotrices y de funciones del pensamiento en sus distintas etapas, la expansión y difusión de los medios de comunicación que incluyen las páginas Webs de niños (junto con la pornografía que además los "vende"), leyes de protección, etc. Además hay sistemas de poder e instituciones que victimizan (Estadosociedad, familia, escuela, albergues, patronatos, etc.).
Hago la salvedad de que la violencia y el maltrato infantil, no se circunscriben a lo urbano marginal solamente ni son patrimonio exclusivo de clase social alguna; sucumben sí, a otras formas más sutiles de violencia cuando la clase social es más alta y más alto su nivel de poder.
Caroline Eliacheff (1) rescata las palabras de Alice Miller (2) en su libro "c´est pour ton bien", quién retoma el concepto de "pedagogía negra" desarrollado por Katharina Rutschky en 1977 y que alude a las formas de educación que prevalecían en Europa al comienzo del 1900. Dice al respecto: "las formas de oprimir a los vivos son las siguientes: trampas, mentiras, astucias, disimulación, manipulación, intimidación, privación del amor, aislamiento, desconfianza, humillación, desprecio, burla, vergüenza y uso de la violencia hasta la tortura". Reconoce como método de esta pedagogía el transmitir informaciones y opiniones falsas desde el principio, las que son transmitidas transgeneracionalmente aún sin palabras.
Retomo aquí algunas de ellas que sirven al desarrollo de este trabajo:
- La obediencia fortifica
- El sentimiento del deber engendra del amor
- La dureza y la frialdad son una buena preparación para la vida
- Los padres siempre tienen razón.
El niño debe constituir un mundo representable y comunicable, mundo que debe ser reconocido como exterior a él y capaz de ser significado.
El niño responde y actúa no solo frente a los deseos explícitos del adulto sino también frente a los implícitos. Operan siempre los mandatos familiares: ser lo que el Otro quiere. Matriz de aprendizaje familiar que se traslada al resto de las relaciones interpersonales durante toda la vida.
En su proceso de separación individuación el niño parte de una exploración y asimilación del mundo familiar que lo rodea y luego se extiende hacia áreas más extensas, grupos extrafamiliares, intentando acciones desafiantes y probatorias de sus ideales del yo donde las imagos parentales nunca se pierden.
Esta impronta del crecimiento, este rebelarse, es sano y necesario y tal vez convendría ser pensado en términos Winnicottianos en cuanto a que estos puntos de la pedagogía negra se incluirían en las acciones que conducen al concepto de niño "deprivado"(3) (sinónimo de enfermo para este psicoanalista).
Para Winnicott hay seis casos de deprivación. Para este trabajo me interesa retomar tres:
- Un hogar deshecho por la separación de los padres que no son buenos como tales.
- Un hogar incompleto por ausencia del padre (hijo ilegítimo) donde la madre no es buena.
- Nunca hubo hogar alguno.
Desde este enfoque, para estos niños ya victimizados, solo quedan dos alternativas posibles: represión profunda del odio o pérdida de la capacidad de amar. A esto pueden sumarse posibles regresiones infantiles a etapas más satisfactorias o también una introversión patológica o una disociación de personalidad.
Esto podría encontrarse en niños sometidos en apariencia pero con un interior plagado de fantasías peligrosas. Puede causar depresiones profundas, estados paranoicos, una estructura perversa, autismo, etc.
A manera de ejemplo y en relación al síntoma enurético (que muchas veces hacen los niños golpeados) agrega Winnicott: "Lo que busca el niño que moja la cama es la falda de la madre, que está allí para que él la moje en las primeras etapas de la existencia".
Relacionando esta "búsqueda" con lo que Piaget propone debe haber un sujeto epistémico y yo agrego que desee ser epistemofílico.
En la clase anterior estábamos ante un niño que al acceder a la imagen mental luego del atravesamiento Yo No Yo, sustituye y presentifica una ausencia. Winnicott dice que el desarrollo del niño depende de un ambiente suficientemente bueno "facilitador" que deja su huella ya en las primeras etapas y que tiene amplia incidencia en los potenciales madurativos.
Hablábamos, además, acerca de las dos posiciones kleinianas: esquizoparanoide y depresiva.
Es en la posición depresiva que la madre es integrada como objeto total y por lo tanto el niño también lo es. Es aquí donde se juega la ambivalencia amor odio.
Hay un miedo absoluto a destruir al objeto amado y se carga a ese Yo de duelo, nostalgia y culpa.
La culpa que el bebé siente es en realidad angustia por estos impulsos y fantasías de destrucción del bebé hacia su madre (por supuesto inconscientes).
Winnicott llama"preocupación por el otro" a la culpa contenida pero no sentida como tal. Si no hay madre a reparar tampoco hay preocupación por el otro, lo que se traduce en una angustia más primitiva.
En esta etapa aumentan los procesos introyectivos y el mecanismo de defensa es justamente la reparación del objeto que intentó destruir.
Winnicott llama a ésta, la etapa de Humpty Dumpty (4)para graficar la fragilidad del niño en relación a la falta de regazo.
Mahler hablaba del proceso de separación individuación (que se inicia alrededor de los 8 meses) como lo constitutivo de lo psicofísico. Al separar los cuerpos se logra la autonomía intrapsíquica.
Este lento trabajo que se construye de a poco involucra el desarrollo de la imagen corporal por diferenciar su propio cuerpo del de la madre.
De la simbiosis de los primeros momentos por ruptura del cascarón y atravesando la separación se llega a la individuación.
Es en la fase de consolidación donde se logra la constancia objetal internalizando a la madre y pudiendo evocarla (alrededor de los 3 años) .Se apunta a la autoidentidad.
La interacción mamá bebé que nuestro niño ha atravesado tendrá mucho que ver luego en su relación alumno docente.
Si la posición a lograr en el niño es la objetivación de la realidad a través de una abstracción empírica, donde extrae información de los propios objetos descartando propiedades ajenas a ellos, y la coordinación de las acciones que el niño realiza al actuar sobre el objeto lo llevan luego a una abstracción reflexiva, pensemos qué pasa con el niño maltratado.
¿Qué lógica del pensamiento se construye? ¿Cómo se instalan las estructuras operatorias?
Piaget habla de una equilibración que deberá ir lográndose a través de sucesivos procesos de asimilación y acomodación que darán paso a adaptaciones nuevas del sujeto al medio. ¿Qué asimila de ese objeto (madre) un bebé que es pasivo de maltrato y/o abandono físico, psicológico o prenatal?
¿Qué doble construcción (hacia afuera y hacia adentro) puede construir?
¿Qué significación le confiere a lo que percibe? ¿Cómo se acomoda para recibir ese objeto?
Spitz teorizó profundamente sobre el marasmo (hospitalismo): niños que no deseaban "vivir" (adaptarse) frente al abandono materno sufrido y simplemente se negaban a ser alimentados hasta que la muerte advenía.
Como teoría de la equilibración, Piaget sostiene que la adaptación se logra pasando de un estado de equilibración a otro superior, atravesando desequilibrios causados por perturbaciones, que operan como motor del desarrollo lográndose (en el mejor de los casos) reequilibraciones posteriores.
Podemos inferir que probablemente nuestro niño maltratado o abandonado no tendrá una conducta adaptada por falta de plasticidad en los esquemas de acción .Por rigidez del esquema, por ejemplo, caerse sin poner las manos y golpearse mal desde lo motor o repetir siempre lo que los otros quieren escuchar, sin analizar respuestas posibles intentando sobreadaptarse todo lo que pueda para lograr, por medio de acciones internas o externas, pasar el caos al cosmos y ser ese bebé bueno y tranquilo que no llora, no molesta, no "nada".
Esta dimensión Piagetiana del "conocer actuando" contempla también la instalación de la intencionalidad la que deberá conectarse con 3 tipos de motivaciones: intrínseca, por el logro, y por el miedo al fracaso, lo que resaltaría la importancia de los intercambios comunicativos entre quien enseña y quien aprender (madre hijo, docente alumno).
El poder representar un objeto, un acontecimiento, o un concepto (un significado) se logra por medio de un significante diferenciado porque se refiere tanto a lo que está presente como a lo que no percibe. Hablamos acá del último estadío del sensorio motor donde se logra la función semiótica y que abarca cinco conductas de distinto orden de complejidad:
- Imitación diferida: primero imitaba en presencia del modelo, luego lo hace sin él.
- Juego simbólico o juego de ficción: un inconsciente que habla más allá de la semántica (se ve en la clínica diaria).
- Dibujo o imagen gráfica: se inicia con el realismo fortuito del garabato puro, donde el dibujo es solo placer motor. Más adelante le pondrá nombre a aquello que hizo (etapas del desarrollo de dibujo de Luquet).
- Imagen mental como posibilidad de representar y de evocar.
- Lenguaje: con prevalencia del significado sobre el significante.
El conocimiento sensorio motor del mundo se logra mediante un desarrollo también sensorio motor que implica aprender a oír, a ver, a tocar, a mover los objetos. Construcción apoyada en el ejercicio de los reflejos.
El contacto que tuvo entonces con estos objetos le posibilita tener representaciones mentales no solo de ellos sino además de las acciones que necesita poner en juego. Esto implica prever antes de probar discriminando acciones exitosas y acciones destinadas al fracaso. Por combinaciones mentales logra inventar nuevos medios. Culmina de esta manera la primera etapa de la inteligencia (inteligencia práctica hasta este momento). Esta es una base decisiva para la etapa siguiente: período preoperatorio.
Sabemos además que en el aprender se juega la triangularidad del primer momento, padre, madre, hijo (o quien cumpla su función) que luego se reeditará en docente, alumno y objeto de conocimiento. El investir libidinalmente a este objeto tendrá que ver con la búsqueda de placer, pero también a causa de los golpes (en caso de la violencia familiar) el niño puede verlo como un objeto causa de no deseo, retirándole las catexias, con un movimiento de desinvestidura libidinal.
Hablábamos de la capacidad del niño de alrededor de 2 años de poder representar en ausencia del objeto, poder de evocación, poder de imaginar: es esta una etapa muy rica en cuanto a las combinaciones que el niño realiza para lograr los objetivos que se propone.¿Qué pasará si estos intentos de corregir a priori acciones para que sean exitosas son canceladas a golpes y a gritos? Como siempre, 2 caminos: sobreadaptación, no lo intentará más, o ciclo de violencia, hará todo "más y peor" (decía la madre de un paciente de 7 años severamente golpeado al que luego del "cintazo" colocaban una bolsa de arpillera en la cabeza que lo privaba del aire y de la visión). Aprendizaje de la violencia. Cuando él le hacía lo mismo al hermano... "más cintazos". Niño que además no posee una inteligencia "atrapada" teniendo un nivel de pensamiento más elevado según su edad cronológica, pero que por descatectización del objeto de conocimiento, no aprende. Teniendo el potencial, no lo logra. "Quiero pero no me sale", me dirá en una entrevista. Doble angustia, malas notas, más cintazos.
Decíamos que en este estadío el cuerpo es concebido como un objeto más en el espacio que es ahora objetivo. El niño es aquí una simple causa y un simple efecto, un objeto entre todos.
Y si es cierto además que ya puede elaborar grupos representativos porque hay una representación espacial, por ejemplo, podría reconstruir la causa a partir del efecto y viceversa. Aparece la madre con un cinturón en la mano porque él se subió al banquito, y viceversa, cada vez que rompa algo sabrá "a qué atenerse".
Elaborada la causalidad, la construcción de lo temporal adquiere un tremendo valor: el niño evoca recuerdos no ligados a la percepción directa y esto configura para él su propia historicidad en el caso de la violencia familiar.
Dentro de este diacronismo hay un cuerpo en su instancia biológica más la significación simbólica que con él y por medio de los sentidos, otorgará al mundo: mundo hostil para esta "víctima".
Un cuerpo sobreinvestido o un cuerpo desinvestido poco puede aprender.
Es desde las formas sutiles de maltrato que se logra que los niños sean sede de necesidades insatisfechas. El cuerpo es concebido con estatuto de objeto: objeto anudado a la flagelación o al desamparo.
Me gustaría presentar acá un caso clínico.
Se trata de José. Al momento de la derivación (hecha por la maestra de primer grado a los 3 meses de comenzadas las clases porque el niño es muy "desprolijo"). José tenía allí 6 años y 9 meses. Me entrevisto (en la escuela) con la mamá que insiste en que se la atienda pronto porque está apurada. Asiste con su hija: hermana melliza de José.
Describe al niño como "muy desprolijo, muy tímido, muy quedadito".
Producto de un embarazo no deseado por la precariedad de su situación económica, José se instala en esta familia como el "aplastado". "Estaba aplastado en la panza porque Inés ocupada todo el lugar", dirá la mamá.
"Ella es todo más, más, y él es todo menos, menos".
Frases de este tipo son dichas en presencia de la niña.
Hago la salvedad de que Inés tuvo que quedarse en el gabinete ya que no existía ninguna posibilidad de que alguien se hiciera responsable de su cuidado dentro del establecimiento.
_"José se quemó a los 2 años. Yo siempre cociné en las hornallas de atrás y en un segundo abrió la puerta del horno, se subió a la cocina, y dio vuelta el sartén hirviendo y se quemó el cuello y el hombro". "Fue mi culpa"
_"La obra social me pagó 2 chalecos de silicona pero no se los poníamos porque él no los quería usar. Yo no le insistí, la culpa es mía".
Hay además un relato confuso sobre el "corte del ojo" de su hijo mayor (16 años) cuando tenía 7 u 8 años.
_"Jugaba con la prima y no sé qué pasó creo que le tiró el pico de una botella rota". "El corte por suerte fue interno, uno lo mira y no se le nota nada. Solo ve doble (...) ¡gracias a Dios!".
En otra parte de la entrevista, pregunto sobre los aprendizajes asistemáticos de los primeros años; las respuestas irremediablemente remiten a lo mismo.
_"Inés caminó a los 11 meses; de él no me acuerdo pero tardó mucho más..."
La historia se repite en cada uno de ellos. Para poder establecer un lazo con el hijo debe pasar primero por el parámetro de la hija.
Los destetes fueron abruptos "del pecho que se los saqué a los 2 años ,porque era un vicio,pasaron a la comida".
_"Lo levantaba a la noche para hacer pis y caca porque era vago; con Inés no tuve ese problema".
"¿Caminar? Iba solo, agarrándose de la cama".
En fin... la lista podría seguir. Hay un padre ausente desde el relato. A la entrevista no asistió por cuestiones laborales.
En cada tramo del discurso materno aparecía una frase reiterativa "Llora todo el día. No sé por qué". "Parece un chico golpeado. No me gusta que sea así. Van a creer que le pego pero no es así". "Soy nerviosa pero solo le grito"; "él se asusta y me dice: no grites".
Cuando veo al niño en la hora de juego, no establece aproximación a la caja de juegos.
Tuve que inducirlo con preguntas tales como... ¿no te gustaría ver qué hay adentro?
Sacaba los juguetes y sin mirarlos los volvía a guardar en la caja aplastándolos para poder cerrarla.
Nada parecía interesarle. Solo guardar.
Toma la plastilina e intenta hacer una pelota pero como no le sale lo aplasta con la palma de la mano y me lo devuelve así: "No sé qué es" Responde casi inaudiblemente (a mi pregunta sobre lo realizado).
Al pedirle el DFH (que adjunto a este seminario) me dice "es un nene agachado".
Hasta acá puro coagulamiento de un sujeto que está en posición de objeto. Trae un signo que lo tiene apresado, que lo significa como el aplastado.
Interrogo a la madre sobre qué sabe el niño sobre su quemadura.
_"Él no se acuerda nada. Solo dice no te arrimes al fuego. La más impresionada fue ella que vio todo (por Inés)".
Llevó casi un año empezar a producir en estos padres un corrimiento del niño de ese lugar tanáticamente asignado: había que armar un espacio donde todo sea ligado simbólicamente: ir mucho más allá del cuerpo.
Ambos padres han asistido a mi consultorio cada vez que han sido citados (se buscó un horario en el que el padre pudiera incluirse).
Son padres que a su vez fueron hijos salvajemente golpeados "porque no le compré vino una madrugada a mi viejo me hizo poner la mano abierta y me pegó un martillazo" (el padre tenía 11 años en ese momento).
El padre de la madre abandonó a su mujer con 11 hijos; la madre de José está semialfabetizada: sigue escuela de adultos.
Frente a una pelea "terrible" entre la madre y el hijo mayor, ésta le parte el palo de escoba en la espalda al joven, quien amenaza con denunciarla ("al que ve doble").
El padre dice al respecto: yo no les pego jamás y le digo a ella, no le pegués en cualquier lado, le vas a reventar un pulmón, un riñón, pegale en la nalga hasta que te cansés, que ahí no pasa nada".
En la primera sesión, el niño quiere jugar a las bolitas conmigo (se sentía pateado como una bolita). Y me gana(algo no extraño ya que no sé jugar bien ) ganando además un espacio en la mirada, en mi mirada. Me ganó a mí como persona que lo tuvo en cuenta.
José no podía construir una secuencia temporal: no existían las categorías de ayer, hoy y mañana. Hubo que trabajar sobre eso. Había un agujero en su diacronía. Agujero de lo innombrado. Se trabajó por vía del porre (poniéndole palabras a su dolor).
La pulsión escópica no estaba organizada; no sostenía la mirada, no miraba ni a los juguetes ni a mí.
La mirada y la voz están implicadas en el síntoma. Cerrando los ojos, la voz se escucha siempre mejor. La voz emerge plenamente "sos el aplastado, el quemado, el todo menos, el quedadito". Voz que inscribe en el cuerpo lo que la mirada corrobora: cicatrices.
Como función de espejo ¿qué sentimiento le devuelve la mirada de su madre? ¿El otro posibilito el surgimiento del yo a través de una identificación narcisista con su propia imagen? ¿Qué sucedió además con la palabra que enlaza la mirada y la boca?
Necesitó de una quemadura en el cuerpo para poder ser tenido en cuenta escópicamente, aún bajo la forma de rechazo. "Todos lo miran porque le quedó muy feo", dirá la madre.
No establecía analogías simples (en que se parece un perro a un gato).
No establecía relaciones causa efecto.
No podía responder preguntas como por ejemplo ,qué hacer si perdía la pelota de un amigo.
Su nivel de pensamiento, concreto.
Había que armar un campo donde además pudiera confiar en la palabra de Otro y donde no intentara poner su cuerpo en peligro. Acotar el goce materno (hubo además dos deshidrataciones y fractura de un dedo luego de la quemadura).
La madre avanzada sobre el cuerpo de ese hijo que además dormía con ella en el medio de la cama (usado otra vez como objeto de separación, evitando así la relación sexual de los padres).
El tema era cuerpo a cuerpo .
José creía que solo siento pegado era amado.
Trabajamos también la representación simbólica de lo traumático.
Armaba la escena con muñecos articulados (paymovil) que sufrían graves accidentes automovilísticos y quedaban "tirados" en el hospital, casi muertos sin quejarse, sin dolor, (sin cuerpo). Cabe acotar que, según el relato de la madre, el niño había permanecido más de una hora en la camilla del hospital sin ser atendido.
Empezamos a poner palabras al dolor; a pedir un lugar de atención ("ambulancia, rápido que estoy herido", gritaba en otro juego). Poco a poco fuimos llevando un registro de lo que había comido ayer, o del programa que había visto en Tv., o de lo que vería mañana. (La T.V. lo capturaba entre 6 y 8 horas diarias sin censura parental).
Secuenciamos las sesiones: cuando llegaste usamos tal cosa, después pasamos a tal otra y al final guardamos todo.
Se medía en la pared y hacía marquitas para comprobar cuánto iba creciendo físicamente, a eso le establecíamos comparaciones con lo que "no le salía antes" y con lo que ahora podía.
Trajo fotos de su familia, de él siendo más chiquito. Armamos su historia. Así fue surgiendo lo temporal.
Cada miembro de la familia comía cuando quería y en su cuarto. El tema de la alimentación estaba rodeado de aspectos "desprolijos" y paradójicamente a la precariedad en la que vivían, los hijos "tenían un televisor para comer solos frente a él".
En otro momento del tratamiento aparecían más representaciones simbólicas "A las mujeres las voy a encerrar a todas en un auto"decía durante un juego. Las mujeres de la casa no solo lo habían aplastado sino que lo habían quemado y lo habían metido en la cama.
Hubo que hacer un recorte con los padres sobre esto.
En cada sesión con el niño hacíamos una analogía (Vamos a ver quién piensa una adivinanza "¿en qué se parece una mosca a un mosquito?" Primer respuesta: "son negras".
Poco a poco llegamos a un nivel de abstracción más importante: "los dos son insectos". Él me proponía estas adivinanzas a mí: "¿en qué se parece una casa a un perro?" Fue descartando lo no comparable; se autocorregía. Se acomodaba a nuevas situaciones. Ya no era asimilación pasiva. Había otros esquemas de acción en juego, una equilibración menos rígida. ¡Ah! No, me equivoqué, no se pueden comparar.
Un hecho a destacar era la confusión que me creaba en el juego: si me asignaba el rol de buena, al rato era la mala, si era ladrona, también era policía. Continúa debatiéndose entre la unificación de la madre como objeto total: la madre "buena y mala", es a la vez el mismo objeto. La que pega y la que mira el cuaderno. Ambivalencia pura.
La madre no podía abrazar ni besar a los hijos. "No me sale", "No soy de besarlos".
La que no participó de sus primeros aprendizajes, la que no libidinizó los agujeros pulsionales, es la misma que hoy le mira el cuaderno, que asiste al consultorio y que ya no teme en el cuaderno desprolijo del hijo, verse ella reflejada como madre desprolija.
En cada sesión apuntamos al inconsciente y a las funciones del pensamiento no logradas. Va saliendo lentamente de la estereotipia de repetir; de querer ser la copia de la hermana. En su sobreadaptación repite lo que los otros quieren.
Empieza a operar el corte, el tercero finalmente aparece. Le compran una cama. "Yo me parezco a mi papá" "Le voy a preguntar a mi papá cómo se hace para tener novia".
Sus figuras superyoicas tan severas y desvalorizantes no habían producido en el niño satisfacciones narcisistas del yo ideal. Los ideales del yo funcionaban en decibeles mínimos y en la aspiración del yo actual en relación al yo ideal solo le quedaba un intento yugulado: sobreadaptarse al deseo del Otro. Había un yo empobrecido intentando mediar entre las pulsiones del ello y del superyo. Se movía en un como sí permanente. Y a pesar de las burlas de sus compañeros creía en la cigüeña y en Papá Noel: hablamos casi 8 años y medio.
En algunas sesiones pedía pasar al baño "para hacer caca", se llevaba lo bueno, me dejaba su caca.
Con los "ojitos de la mente" buscaba datos en su memoria, intentaba comprender hechos, sucesos, normas, reglas.
Armamos un espacio: su espacio en su casa y en mi consultorio: su caja con su nombre, arriba de la de..., a la derecha de..., etc.
Y finalmente José deseó aproximarse al objeto de conocimiento. Hubo sesiones donde directamente pedía que le instalara en la computadora el juego del Abrapalabra (para iniciación en la lectoescritura); tipeaba él solo el título, elegía qué caminos tomar, a veces respondía rápido y lo primero que se le venía a la mente por falta de tolerancia a la frustración. Se frustraba si la respuesta no era adecuada.
Aprendió a relajarse, a aceptar que se podía equivocar, a verbalizar los pasos de un proceso, a reírse de sus propios errores. La sobreadaptación que lo significaba fue dejando lugar a su deseo.
Hoy lleva 19 meses de tratamiento, está próximo al alta. Hecho que la madre no acepta porque "a lo mejor soy yo la que no quiere separarse de usted".
Los padres nunca hicieron terapia y yo no soy su terapeuta pero ellos han colaborado ampliamente en la cura de José. Empezaron a ver que ya no estaba aplastado.
Se trabajó siempre en un marco de "no culpabilizarlos" puesto que la madre tenía una tendencia absoluta a ello.
Para finalizar agregaría lo siguiente: deliberadamente he tomado este caso porque si bien no es uno de los "más graves en la urgencia del golpe", había abandono físico y psíquico. Había un niño bordeando la oligotimia. No utilizo los C.I. como factores determinantes (ni los comunico) en este caso los valores eran casi border: 67.
Tuve que analizar respuesta por respuesta del Wisc III para poder comprender cuáles funciones que eran sostén de los ítems del test no estaban logradas y trabajar sobre ellas.
En el material proyectivo administrado durante el proceso diagnóstico (DL DFH CAT HTP) se ponían en evidencia los ítems que he detallado más arriba.
Poco a poco su Bender fue mejorando.
Se inició con una edad madurativa de la función gestáltica visomotora de 5;9/ 5;11 (cuando él tenía 7;3 años), que evidenciaba falta de discriminación, perseveración, fallas de integración, dificultad en el control de las emociones, inseguridad, impulsividad, incapacidad de situarse en el espacio, ensoñación, y labilidad yoica (incluyo el primer Bender y el correspondiente al final del primer año de tratamiento).La mejoría está a la vista.
Finalizando acá esta entrega y deseando compartir este espacio de intercambio con todos ustedes, he elegido este final como corolario metafórico acerca de lo que la individuación implica :
"Y todavía sé una cosa más: que ahora estoy frente a mi última cima y ante todo cuanto me ha sido evitado durante largo tiempo. ¡Ay, tengo que emprender mi más dificultosa ascensión! ¡Ay, he iniciado mi más solitario viaje!
Mas quién es de mi estirpe no puede escapar a semejante hora, la hora que le dice: sólo ahora es cuando sigues tu camino de grandeza. ¡ Las cimas y los abismos constituyen ahora una sola cosa!" ( fragmento extraído de Así habló Zarathustra, Friedrich Nietzsche).
Agrego yo, ese será nuestro desafío como terapeutas en nuestra lucha contra el maltrato infantil.
Notas
1 - Caroline Eliacheff- Del niño rey al niño víctima- Bs.As. Nueva Visión-1997
2 - Alice Miller- Cest pour ton bien- Racines de la violence dans leducation de lenfant-Paris-Aubier 1984
3 - D.Winnicott-La flia. y el desarrollo del individuo- Lumen Horné-Bs.As.-19951
4 - Personaje - era un huevo - de una canción infantil que dice así:
- Humpty Dumpty se sentó en la pared.
- Humpty Dumpty tuvo una gran caída
- Ni todos los hombres ni todos los caballos del rey
- Pudieron juntar a Humpty Dumpty otra vez