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Seminario
Los nombres del padre
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Organizado por : PsicoMundo

Dictado por : Lic. Alfredo Eidelsztein


Clase 2: La noción de padre y su argumentación

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El psicoanálisis como novedad absoluta – Los Nombres del Padre y su base axiomática – Herencia y función paterna – Sugestión – Final de análisis y caída de la transferencia – Pulsión de muerte – Teoría de la evolución y creacionismo – Matriarcado y patriarcado.

 

Les voy a presentar el argumento, que en mí justifica el trabajo que les estoy proponiendo para estas primeras reuniones.

Lo primero: Hay que reconocer que el psicoanálisis implica algo de la índole de lo absolutamente nuevo. La aparición del psicoanálisis, como la obra de Freud, implica algo de la índole de lo nuevo... Hay muchos problemas en psicoanálisis lacaniano con el concepto de lo "nuevo". Decimos que en el conjunto de los significantes, tan sólo por la incorporación de un elemento nuevo, ya todo el conjunto cambia y también, cambian cada uno de sus elementos. Si cada uno de ellos es meramente la diferencia respecto de todos los otros, aquí el ser de X es no Y y no Z. El ser de X aquí cambió porque también es no A.

Uno podría decir: ¿Qué novedad absoluta es en Occidente la entrada del psicoanálisis si el capitalismo siguió siendo mas o menos lo mismo, si el cristianismo siguió siendo mas o menos lo mismo? Tendríamos que revisarlo muy bien, porque quizá la mera entrada de un elemento tiene una virtud, ya que es un elemento que tuvo éxito, o sea fue tomado por el conjunto de la sociedad, al menos en muchas ciudades del mundo. No todo el mundo, y tampoco parejo en todos los lugares de Occidente. Hay resultados muy raros. ¿Vieron qué distinto es el desarrollo del psicoanálisis en Italia? Porque prácticamente no pasa nada o casi nada. A diferencia de sus vecinos, Inglaterra, Francia, Alemania y Austria donde se desarrolló, pero en Italia no... Con lo cual hay diferencias muy notables. El psicoanálisis implica una novedad absoluta y la relectura que propone Lacan es otra vuelta también novedosa, en el mismo sentido que quizás otras, como por ejemplo Klein. No hay que perder de vista que esa cosa nueva que está implicada en el psicoanálisis, está sostenida con argumentos no psicoanalíticos. O sea, la base argumentativa, o con la que se sostiene el psicoanálisis, tanto el freudiano como el lacaniano, no es psicoanalítica. Y diciendo que esa base argumentativa no es psicoanalítica, estoy queriendo darle todo su alcance. La base argumentativa sobre la que sostenemos nuestros argumentos, en realidad es una base axiomática. Los axiomas sobre los que se funda el psicoanálisis no son psicoanalíticos.

Si alguno de ustedes manejase de adelante para atrás y de atrás para adelante la enseñanza de Lacan, podrían poner una salvedad y es que Lacan intentó, finalizando ya su obra, proponer axiomas estrictamente psicoanalíticos. Pero van a ver que están hechos sobre la base de material axiomático tomados de otras disciplinas. En Freud, me parece muy importante no olvidarnos lo que él toma de Darwin, que es fundamentalmente la teoría de la evolución y la horda primitiva; lo que toma de Haeckel y Lamarck que es la teoría de la recapitulación; lo que toma de Sellin, que es la teoría del asesinato de Moisés, que Sellin lee muy delirantemente para todos los comentaristas modernos, el libro del profeta Oseas del Antiguo Testamento. Es una bibliografía que nosotros vamos a revisar, porque para los Nombres del Padre no es posible no hacerlo. También, no hay que olvidarse que tomó de Abel rudimentos de lingüística que es donde apoyó el sentido antitético de las palabras primitivas. Además, hay que tomar en cuenta a August Weisman, de quien tomó la existencia de células germinales. Weisman fue el biólogo que descubrió la existencia de dos tipos de células. Si ustedes aflojan el oído, como son todos buenos lectores de Freud, efectivamente, se dan cuenta que estos autores le sirvieron a Freud para saltearse la necesidad de argumentación. Es tal como demostró Abel que las palabras antiguas tienen un sentido antitético, de esas palabras antiguas está hecho el inconsciente. No tengo por qué trabajar en la demostración de que las palabras antiguas tenían un sentido antitético porque fue demostrado por Abel, un lingüista de muy segunda línea en la época de Freud mismo, para nada reconocido, que no formó escuela. Entienden ustedes qué es base axiomática, ¿no? Porque el axioma cumple esa función: Evitarme un desarrollo formal, una demostración.

En Lacan, hay que recordar a varios autores. De Saussure toma la teoría del significante, de Jakobson toma el formalismo de la lengua, la lengua como sistema formal. De Claude Lévi-Strauss, no fundamentalmente sus estudios de antropología, sino su concepción de la estructura. Su apoyatura en la teoría matemática como la teoría de conjuntos, el trabajo de Frege en la oposición de cero y uno (0; 1), la raíz cuadrada de menos uno (), la topología combinatoria, la teoría de los nudos. De física: el principio de indeterminación de Heisenberg, las leyes de la óptica. O sea, observen ustedes que la maniobra que les propuse hacer la vez pasada y que sigo sosteniendo, es revisar la base axiomática de estos autores. Por ejemplo, hoy día Roman Jakobson está profundamente criticado porque se lo considera hiper formalista, o sea que ha exagerado la vertiente formal de la estructura de la lengua. Con lo cual hay una polémica allí, que alguna vez tendremos que encarar, porque nosotros tenemos una apoyatura total en el sistema de Jakobson. Para Lacan, el inconsciente tiene una estructura cuatripartita porque el inconsciente está estructurado como un lenguaje. O sea, la estructura cuatripartita del inconsciente la toma del lenguaje, que es lo que queríamos decir como la canción de Les Luthiers. ¿Y de dónde sacamos que la estructura mínima funcional requerida para el lenguaje es cuatripartita? Es una propuesta sólo y exclusivamente de Roman Jakobson, muy criticada en la actualidad. Con lo cual, tenemos que ver qué destino le daremos nosotros a ese argumento, para colmo en una época en dónde todos los considerados estructuralistas están siendo prácticamente abandonados en las ciencias sociales.

Mi propuesta es revisar en torno a la problemática de los N ombres del Padre, no más allá de eso, cierta base axiomática de los desarrollos freudianos a la luz de esos autores, los que le brindaron esa base axiomática. Freud los toma y directamente los considera verdad y considerándolos verdad, los incluye en los fundamentos del psicoanálisis. Les voy a proponer revisar un poco de bibliografía desconocida pero muy difundida, especialmente en el psicoanálisis de Buenos Aires que es de crítica a esa base axiomática de la cual hablamos. O sea, nosotros estamos trabajando, queriendo sostener en un Occidente científico hoy, que el psicoanálisis es una práctica racional, a diferencia de otras prácticas sugestivas que reinan en el campo "psi", pero estamos haciéndolo desde una base absolutamente no racional porque nuestra base axiomática ha quedado caduca total y ni siquiera estamos informados de esa caducidad, lo que es un problema gravísimo. Seguimos sosteniendo que tenemos razón sobre la base de argumentos tomados de mediados del siglo XIX, que ya la ciencia de comienzos del XX descartó totalmente. Y la descartó, para colmo, no porque hay teorías. La descartó porque esa pobre gente no había tenido en sus manos el manejo de descubrimientos que la descartaron totalmente.

Para los que conocen un poco de la epistemología freudiana, sabrán que todos los autores dicen que Freud era lamarckiano. En la correspondencia Freud – Abraham, se lo menciona en la carta a Abraham del 5 de Octubre de 1917, les extraigo esta frase:

"Como le escribo con tan poca frecuencia, no sé si ya le he hablado del trabajo sobre Lamarck, cuyo tema principal ha de ser que la "omnipotencia del pensamiento" fue otrora una realidad."

El sesgo lamarckiano, ¿ven cómo Freud se sostiene? Porque es lo que Freud requiere. Para Freud lo que el neurótico tiene de neurótico, es la herencia de lo que fue realidad vivida del hombre primitivo. ¿Ven cómo se toma de Lamarck para decir "es lo que yo digo"?

En la carta del 11 de Noviembre de 1917, dice:

"¿De veras que no le escribí nada de la idea respecto de Lamarck?"

Sí le había escrito, porque está en la carta anterior, pero parece que Abraham le dijo: "no, no me dijo nunca nada".

"Surgió entre Ferenczi y yo, pero ninguno de nosotros tiene ahora tiempo ni ánimo para dedicarse a ella. El propósito es poner a Lamarck enteramente en nuestro terreno, y mostrar que su ‘necesidad’, que forma y transforma los órganos no es otra cosa que el poder de la representación inconsciente sobre el propio cuerpo, de la cual encontramos restos en la histeria, en una palabra, la ‘omnipotencia del pensamiento’".

Esto es un delirio que se los voy a explicar porque es catastrófico. Pero esta gente no conocía de genética porque no se había desarrollado la genética. ¿Saben de qué está hablando Freud? Que la necesidad cambia el cuerpo, por ejemplo, como empezó a desaparecer los brotes bajos en la pradera, a la jirafa se le fue agrandando cada vez más el cogote... Cosa que es una idea obvia, si uno hace el ejercicio muchas veces, el músculo se pone enorme. Lo ridículo es que eso se herede. Para Lamarck y para Freud, eso se heredaba. Algo muy necesario y practicado mil veces por un conjunto numeroso de individuos, termina transformando al cuerpo, un cuerpo que se hereda. Hoy sabemos por genética que es ridículo. Nada de lo que ustedes le enseñen a vuestro perro, cuando vuestro perro tenga cría, esa cría lo tendrá. Se lo tendrán que enseñar todo desde cero, no pasará por el cuerpo. A pesar de todo, era la teoría que imperaba. A Freud le venía como anillo al dedo para decir: si en una época, muy repetida y muy significativa socialmente se mató al padre, etc., etc., etc., eso terminó pasando por herencia a todos nosotros y hoy en nosotros es el superyó. Heredamos el superyó de lo que antes fue realidad. Lo que pasa es que tiene una teoría ridícula de la herencia, absolutamente fallida, muy mitológica.

Continúa la cita de la carta de Freud a Abraham:

"De esta manera quedaría explicada psicoanalíticamente la finalidad; sería el completamiento del psicoanálisis. Quedarían establecidos dos grandes principios de la transformación que lleva al progreso: el primero mediante la adaptación del propio cuerpo, y el segundo, mediante la transformación del externo (autoplástica y heteroplástica), etc."

Con lo cual, observen ustedes, que para Freud evidentemente es la base axiomática. Incorporaba el lamarckismo íntegramente porque justifica las teorías que Freud tenía.

Esto que acabo de mencionar era para sentirme menos delirante.

¿Se acuerdan que les he propuesto que la primer parte de nuestro trabajo llevaba por título un chiste que les proponía designar como: "Acto de fe atea"? Intentemos hacer un pacto, acto de fe es religioso, obviamente es un chiste, de fundar lo que vamos a decir verdaderamente en el ateísmo. ¿Por qué? ¿Qué problema habría si aquí estuviese presente un psicoanalista? No veo problemas, tampoco habría problemas con que haya aquí presente uno que no lo sea. Pero, ¿alguien que sea psicoanalista y que crea en Dios? Si hay alguien que está presente, es psicoanalista y cree en Dios, hay un problema allí. Porque para esa persona opera una figura del Otro, que tendríamos que ver, si esa figura del Otro al ser sostenida, no implica necesariamente un freno en la dirección de la cura. Podría serlo si, por ejemplo, la dirección de la cura explicase operar sobre otra figura del Otro. Supongan una versión ingenua del análisis, como la de Freud. Para Freud el desarrollo de un análisis tiene esta estructura: un comienzo y un fin. Ustedes saben que hay un problema ético planteado por Freud al final del análisis y es la caída del analista. Esta caída del analista al final del análisis, es una caída propia al psicoanálisis. Otros profesionales que operan en la misma posición que el analista, al final del tratamiento no tienen por qué caer y aún, conviene que no caigan. ¿Quiénes son? Los médicos. ¿En qué hay que caer o no hay que caer? En toda la función sugestiva del análisis. El análisis tiene una función sugestiva y esa función sugestiva es lo que Freud dice que al final de un análisis debe interrumpirse. O sea, el analista debe dejar de estar en la posición. Es la caída de la transferencia.

La figura del Otro, teóricamente hablando, está en juego en posición de causa del hipnotismo y es en su estructura, similar a la de Dios. Lo escribimos como A (a mayúscula sin barrar). Lo que les propongo es que si hubiese un psicoanalista que fuese realmente creyente en Dios, y realmente creyente en Dios quiere decir para mí dos cosas: que podría haber aquí alguien presente que cree que no cree pero sí cree. Es muy sorpresivo. El otro día un paciente mío que es esquizofrénico, y una de las figuras persecutorias es el diablo dice que lo persigue el diablo, que lo quiere matar. ¿De dónde era? Nada, nada, hasta que se fue el diablo. Pero ahora volvió el diablo y no solamente que volvió el diablo sino que volvió el cortejo, volvieron también algunos recuerdos, y es que el abuelo materno siempre se mataba de risa al cometer él un desaguisado, que era emborracharse y le decía que él iba a terminar sentado al lado del diablo. Siempre se mataba de risa. El día que se murió solito de viejo, le descubrieron una estampita entre las manos. Quiere decir que cuando le llegó el momento de enfrentarse con la muerte, resultó que el tipo era fervientemente creyente. Un psicólogo salido de la Facultad de Psicología de la U.B.A., que cree que todas las cosas son al revés de lo que son, por el sentido antitético de las palabras primitivas, diría: hubiese desconfiado igual. Ya tanto hablar del diablo, ya me indicaba que era un poco creyente. Pero si trabajamos así nada es nada. Puede haber aquí gente que crea que es no creyente y cuando se les aprieta resulta ser absolutamente creyente, o viceversa: gente que se cree que sí lo es pero en el fondo no lo es. Es muy difícil establecerlo con precisión. Pero en todo caso, si quisiesen como analistas dirigir la cura bajo una posición que no sea la de la sugestión, van a tener allí un problema. Van a tener la interferencia de esta figura del Otro, porque la figura del Otro que opera en la sugestión es equivalente a aquella en el hombre moderno. El hombre primitivo no conoce la sugestión y el primitivo no posee figura de Dios, como por ejemplo, personificada como hombre mayor, barbudo, masculino, etc.

Intervención: ¿Esto sería desde una posición sugestiva del analista?

Sí, es claro. Pero a lo que voy, es que ningún analista puede conducir la cuestión sugestiva en juego en el análisis que él dirige, más allá de donde ha sido conducida la que le está explicada. Ya que lo contrario sería: ¿Y cómo podría? ¿Cómo podría ir más lejos de lo que él fue? No estoy trabajando como se trabaja habitualmente con los puntos ciegos o los déficits que impedían. Lo que estoy diciendo es cómo alguien puede ir más lejos... ¿Cómo alguien les puede enseñar más matemática que la que sabe? ¿Cómo alguien les puede ayudar a reflexionar sobre la filosofía en el punto donde no ha llegado? Con lo cual, les propongo que hay un profundo problema en el analista posicionado como analista que es creyente en Dios, si practica un psicoanálisis que se oriente en la cuestión de que la figura del Otro es crucial para el análisis.

Eso para introducir el tema, pero quiero que lo escuchen en Lacan. Les traigo sólo dos citas, muy sencillas, sobre la pulsión de muerte en las clases del Seminario VII número 16: "La pulsión de muerte" y número 20: "Las articulaciones de la pieza".

De la clase 16:

"Quiero decir sencillamente que la pulsión de muerte en Freud no es ni verdadera ni falsa. Es sospechosa, no propongo nada más, pero basta que haya sido necesaria para Freud, que ella lo remita a un punto abisal...".

Para Lacan, es muy dudoso que exista algo como la pulsión de muerte. Pero lo que sí para Lacan es crucial, es que Freud se haya visto llevado a la necesidad de articular la pulsión de muerte, pulsión de muerte que lo lleva a Freud a un punto abisal. Saben lo que es lo abisal ¿no? Viene de abismo, y es en el fondo del terreno marino. El terreno marino puede llegar a cuatro, cinco o seis mil metros de profundidad. Todo lo que supere 200 metros para abajo es abisal, o sea punto de máxima profundidad.

"... fundamentalmente problemático, para ser reveladora de una estructura del campo. "

Lacan dice: No existe la pulsión de muerte. Pero le fue necesario como argumento a Freud. ¿Por qué le fue necesario como argumento a Freud? Porque revela la estructura del campo. ¿Cómo es ese campo? Supongamos que el campo freudiano sea así:

Para Lacan, la virtud de no descartar la pulsión es escribir un punto abisal en ese campo. Entonces, tiene un campo y un punto pero no hay forma de representarlo. Porque un punto no tiene superficie. Pero es un campo que tiene un punto que implica un abismo. Eso es lo que está diciendo Lacan, ese es el valor de la pulsión de muerte, que como tal no existe.

Por problemas técnicos falta gran parte de la grabación.
A continuación transcribo las citas correspondientes a la parte faltante.

Continuación de la cita del Seminario La Ética del psicoanálisis, clase número 16 "La pulsión de muerte":

"Indica ese punto que les designé alternativamente como el de lo infranqueable o el de la Cosa. Freud despliega allí su sublimación en lo concerniente al instinto de muerte, en tanto que esa sublimación es fundamentalmente creacionista.

"También aquí yace el fondo de esa advertencia cuyo tono y nota les di mñas de una vez –desconfíen del registro del pensamiento que se llama evolucionismo. Desconfíen de él por dos razones –lo que diré ahora parecerá quizá dogmático, pero esto es más aparente que real.

"La primera es que, cualquiera sea la contemporaneidad y las afinidades históricas del movimiento evolucionista y del pensamiento de Freud, existe una contradicción fundamental entre las hipótesis de uno y otro pensamiento. Les muestro la necesidad de un punto de creación ex nihilo del que nace lo que es histórico en la pulsión. Al comienzo era el Verbo, lo que quiere decir, el significante. Sin el significante al comienzo, es imposible articular la pulsión como histórica. Y esto basta para introducir la dimensión del ex nihilo en la estructura del campo analítico.

"La segunda razón podrá parecerles paradójica, pero no es menos esencial –la perspectiva creacionista es la única que permite entrever la posibilidad de la eliminación radical de Dios."

Seminario VII La ética del psicoanálisis , clase número 20 "Las articulaciones de la pieza" :

"Las fronteras del a partir de la nada, del ex nihilo, son aquellas en las que se sostiene necesariamente, tal como se los dije en los primeros pasos de nuestras formulaciones de este año un pensamiento que quiere ser rigurosamente ateo.

"Un pensamiento rigurosamente ateo se sitúa en la perspectiva del creacionismo y sólo en ella."

 

De la página de Internet "El palacio de la ciencia" de Llorenç Vallmajó Riera.

Índice:
1. La teoría de la evolución
   1.1 Partiendo del fijismo
   1.2 La teoría de la evolución de Darwin
   1.3 La teoría sintética de la evolución
2. Implicaciones
   2.1 Generalización de la idea de evolución
   2.2 Versiones sociales del darwinismo
   2.3 Del 'creacionismo-evolucionismo' al 'finalismo-azarismo'
3. La grandeza de Darwin

 

1. La teoría de la evolución

1.1 Partiendo del fijismo

A pesar de que el viejo Anaximandro de Mileto (siglo VI a.C.) había ya intuido la idea de evolución de los seres vivos, el pensamiento occidental ha defendido, hasta pasado medio siglo XIX, una concepción fijista de la vida. Según el fijismo, tanto la naturaleza como las especies vivas son una realidad definitiva y acabada: los seres vivos son formas inalterables, siendo hoy tal y como fueron diseñadas desde su comienzo. Obviamente, el fijismo iba apareado al creacionismo. Incluso el gran botánico sueco, Carl von Linné (1707-1778), autor de la célebre clasificación u ordenación de todos los seres vivos en géneros y especies, atendiendo semejanzas y proximidades entre formas de vida, nunca escribió sobre la posibilidad de un origen común de las especies parecidas. Las especies habían sido creadas de un modo separada e independiente.

La paleontología y la anatomía comparada, ciencias nacidas a comienzos del siglo XIX, proporcionaron datos que cuestionaban la concepción fijista. Tanto los fósiles de animales nunca vistos, más extraños e increíbles cuanto más antiguos eran los estratos geológicos, como las semejanzas y correlaciones entre los diferentes organismos, incluidas las formas extinguidas, hacían que los científicos del momento se encontrasen en una situación inquietante y conflictiva. George Cuvier (1769-1832), el fijista fundador de la anatomía comparada, intentó solucionar el conflicto sugiriendo que la Tierra había sufrido frecuentes cataclismos o catástrofes, como el diluvio universal de la Biblia, que provocaron la extinción de todas las especies y que, posteriormente, nuevas formas habían sido creadas.

Pero los mismos datos de la paleontología y de la anatomía comparada fueron interpretados de manera diferente por Jean Baptiste de Lamarck (1744-1829). Fue él quién propuso la primera teoría coherente de la evolución o, mejor dicho, de la transformación de los seres vivos. Pero la falta de pruebas de un transformismo según el cual el alargamiento del cuello de las jirafas era un carácter adquirido que se explicaba por los persistentes esfuerzos adaptativos, facilitó que la teoría de las catástrofes de Cuvier, agresivo adversario de Lamarck, acabase imponiéndose. Así, hacia el 1840, el debate sobre fijismo y evolucionismo estaba resuelto: parecía que el fijismo había ganado la batalla.

En estos mismos años, uno joven inglés, Charles Darwin (1809-1882), estaba reflexionando sobre multitud de observaciones hechas durante los cinco años de viaje acerca de la tierra a bordo del barco [Beagle]. La infinitud de observaciones anotadas en su diario, le decían que la vida es evolución y que unas especies se originan de otros.

 

1.2 La teoría de la evolución de Darwin

Uno de los libros que el joven Charles Darwin había escogido de compañía en su viaje era Principios de Geología, el autor del que era su amigo Charles Lyell (1797-1875). Lyell explicaba los cambios del pasado en la superficie de la tierra por la acción gradual de las mismas causas observables que en el presente actúan, es decir, defendía que el funcionamiento geológico no había cambiado y que iba con extrema lentitud. Darwin asumió este planteamiento de Lyell: los cambios biológicos en el pasado se explican por las mismas causas que actúan en el presente. Otro libro influyó en el joven pensamiento de Darwin, el Ensayo sobre el principio de población de Thomas Malthus (1776-1834), en el cual habla de la inevitable lucha por la vida y de la ventaja que en ésta tienen los individuos más bien dotados; de aquí emerge la célebre idea de la selección natural.

Es conocido que, independientemente de Darwin, el naturalista inglés Alfred Wallace (1823/1913), tras viajar por la Amazónica y otros lugares, llegó a las mismas conclusiones en los mismos años. La elevada calidad personal de ambos naturalistas evitó polémicas sobre quién fue el primero en establecer las ideas claves de la teoría de la evolución. En el año 1858 apareció una publicación conjunta: un artículo de Wallace sobre la evolución y un resumen de las ideas evolucionistas que Darwin exponía en su manuscrito El origen de las especies por medio de la selección natural, que no osó publicar hasta el 1859. Fue el mismo Wallace quién comenzó a utilizar la expresión darwinismo para designar este común conjunto de ideas.

La teoría evolutiva o darwinismo se concreta en los siguientes puntos o postulados:

Las formas de vida no son estáticas sino que evolucionan; las especies cambian continuamente, unas se originan y otros se extinguen.

El proceso de la evolución es gradual, lento y continuo, sin saltos discontinuos o cambios súbitos.

Los organismos parecidos se hallan emparentados y descienden de un antepasado común. Todos los organismos vivientes pueden remontarse a un origen único de la vida.

La selección natural es la llave, en dos fases, que explica todo el sistema.
La primera fase es la producción de variabilidad: la generación de modificaciones espontáneas en los individuos.
La segunda, la selección a través de la supervivencia en la lucha por la vida: los individuos mejor dotados, los que han nacido con modificaciones espontáneas favorables para hacer frente al medio ambiente van a tener más posibilidades de sobrevivir, de reproducirse y de dejar descendencia con estas ventajas.

Charles Darwin, en su libro de 1871 titulado El origen del hombre y sobre la selección en relación con el sexo, aplica directamente al homo sapiens las anteriores ideas evolucionistas. Obviamente, las teorías evolucionistas desencadenaron polémicas y violentos críticas; para mucha gente constituía un insulto intolerable a la raza humana. Con el darwinismo, el ser humano ya no era un ser especial y diferenciado, sino, como el resto de los seres vivos, resultado de un mismo proceso vital.

Los postulados 1º i 3º, a saber, la afirmación de un mundo en evolución sustituyendo la idea de un mundo estático y la afirmación de la comunidad de descendencia partiendo de un antepasado común, fueron aceptados pronto por la mayor parte de científicos serios. Sin embargo, polémicas y caricaturas mostraban un rechazo popular a la inclusión del hombre en la comunidad de descendencia de los animales.

El 2º postulado, el del gradualismo, siguió trayectorias desiguales: biólogos profundamente convencidos de las ideas evolucionistas, por ejemplo Thomas Henry Huxley, nunca aceptaron un origen gradual y continuo de las especies, defendiendo, alternativamente, un origen saltacionista.

El 4º postulado, el que se centra en el mecanismo de la selección natural, ha sido el más discutido tanto por biólogos como por filósofos. El postulado implicaba atribuir al azar un protagonismo que la ciencia determinista del siglo pasado sólo con resistencia podía aceptar: la harmonía ascendente del mundo de los seres vivos no podía ser un resultado arbitrario y aleatorio de la selección natural, era una harmonía u orden que exigía un proyecto.

 

1.3 La "teoría sintética de la evolución"

En las décadas de 1930 y 1940, la teoría de la evolución, recogiendo nuevas investigaciones y nuevos descubrimientos, se reformuló en una "nueva síntesis".

Auguste Weismann, un alemán seguidor de Darwin, diferenció, por primera vez, dos tipos de células: las somáticas y las germinales. Demostró la imposibilidad de transmitir los cambios adquiridos, cambios que no estaban registrados en las células germinales. Con esta distinción, Weismann excluía la herencia de los caracteres adquiridos propia del lamarkismo: el alargamiento del cuello de las jirafas no se podía explicar por los persistentes esfuerzos adaptativos.

El nacimiento de una nueva ciencia, la genética, dio pie a una reactivación del fijismo. Las leyes de Gregor Mendel, redescubiertas a comienzos del siglo XX, parecían un golpe fatal al evolucionismo. (El monje checo, Gregor Mendel, 1822-1844, había descubierto el 1865 las leyes que llevan su nombre; las publicó en un diario local pero fueron totalmente ignoradas). El mismo efecto produjeron las investigaciones de Thomas Hunt Morgan (1866-1945) sobre los cromosomas y los genes. Leyes de Mendel y cromosomas parecían obedecer más a un principio de constancia y regularidad que a un principio de cambio.

Un retorno a las ideas evolucionistas se hizo viable con las observaciones del botánico holandés Hugo de Vries (1848-1935), las cuales daban testimonio de la aparición súbita de variantes en el proceso de reproducción de ciertos tipo de plantas.

Concluía que nuevas especies elementales aparecían a consecuencia de mutaciones o variaciones bruscas. De Vries cuestionaba tanto el gradualismo como el mecanismo de la selección natural.

En el primer tercio del siglo XX, dominaba una continua lucha de datos y afirmaciones entre fijistas, lamarkistas, darwinistas, geneticistas, etc. Gracias a los esfuerzos de Dobzhanski, Ernst Mayr y G.G. Simpson, entre otros, nació una concepción general e integradora, la teoría sintética de la evolución; la nueva teoría perfeccionaba la de Darwin a la luz, principalmente, de la teoría cromosómica de la herencia iniciada por Mendel y de la genética de poblaciones.

La teoría sintética de la evolución o neodarwinismo se caracteriza por:

Un rechazo de la herencia de los caracteres adquiridos,

La ratificación de los gradualismo en la evolución y

El reconocimiento del mecanismo de la selección natural con sus dos fases actualizadas.
Primera, la producción de mutaciones cromosómicas o variabilidad genética.
Segunda, la selección de los portadores de dotación genética más favorable para hacer frente a las presiones ecológicas; éstos, estadísticamente hablante, tienen una probabilidad de supervivencia y de procreación más alta que el resto de la población.

Hoy, el consenso entorno de la teoría sintética está debilitado. Ciertamente, es una teoría que se presenta con firmeza, pero con importantes dificultades u obstáculos. Dos muestras. El genetista y neodarwinista J. B. S. Haldane (1892-1964) argumenta que no se explica la permanencia de una especie cuando parte de sus individuos han evolucionado hacia formas más aptas constituyendo otra; una dificultad que es conocida como el «dilema de Haldane». El paleontólogo y neodarwinista S. J. Gould, partiendo del voluminoso registro fósil actual, no ve justificado hablar de proceso evolutivo gradual: la evolución ha avanzado mediante cambios súbitos, a saltos. Así, pues, hoy hay muchas y diversas maneras de considerarse darwinista.

 

2. Implicaciones

2.1 Generalización de la idea de evolución

Darwin se centró en la evolución biológica. Antes de él, Lyell había escrito sobre los mecanismos de la evolución geológica y, más anteriormente, una evolución cósmica había sido esbozada por Kant y Laplace. Por otro lado, unos cincuenta años antes de la publicación de El origen de las especies, la filosofía alemana dominante ya había defendido una concepción dinámica de la naturaleza y del propio pensamiento. El romántico Hegel (1770-1831) especulaba que todo está en proceso de superación, un desarrollo constante e total conocido como proceso dialéctico.

No debe sorprender, pues, que después de Darwin se constatase o estableciese evolución en pluralidad de ámbitos, es decir, se generalizase la idea de evolución: evolución en el mundo físico, en el mundo social, en el mundo psíquico. El biólogo alemán Ernst Haeckel (1834-1919) fue unos de los primeros en extrapolar la evolución biológica; más allá de lo que permitía la ciencia del momento, intuyó que el proceso evolutivo no quedaba restringido a la biología, la evolución -decía- va «del átomo al hombre».

Evolución más allá de la biología

El pensador inglés Herbert Spencer (1820-1903) concibió la evolución como un principio cósmico que afecta a los humanos especialmente en su dimensión social. Subrayó, por influencia de su lamarkismo, que la mayor virtud es la adaptación al medio. Los individuos que con esfuerzos conscientes y exitosamente son capaces de adaptarse a las cambiantes necesidades del medio social, son los individuos que sobrevivirán y dominarán. Fue precisamente Spencer quién introdujo la expresión supervivencia del más fuerte; en el conjunto de su obra, la biología es utilizada para apoyar las tesis de la economía liberal inglesa. Muy posteriormente, Edward O. Wilson (nacido el 1929) con su polémica La sociobiología, publicada el 1975, aplicó de nuevo la biología y la teoría de la evolución a las ciencias sociales. Wilson ve las sociedades humanas, como las hormigas que tanto ha investigado, prisioneras de sus genes. Las hormigas son robots o animales altamente programados. Los humanos, en menor medida, también: en los nuestros genes se hallan escritos muchos de nuestros comportamiento, por ejemplo, la prohibición del incesto.

La idea de evolución también fue asumida por la naciente psicología. Unos de los pioneros, Francis Galton, primo de Darwin, inició la Psicología Diferencial; más tarde, se abrió camino la Psicología Genética. También, impregnado de evolucionismo, es el mismo psicoanálisis de Sigmund Freud, que identifica momentos evolutivos o etapas tanto en la trayectoria de crecimiento del individuo como en la formación cultural de la humanidad.

Este evolucionismo generalizado, desde el mundo inorgánico al mundo orgánico, desde la dimensión mental a la social, ha reforzado la vieja intuición de los primeros filósofos griegos según los cuales el cosmos tiene una unidad esencial y sólo puede ser comprendido desde una perspectiva global e integradora. Una concepción que hoy está más asumida, pero inaceptable por muchos coetáneos de Darwin y para los que el ser humano era único e inclasificable. Recordemos que el mismo Linné, el naturalista que elaboró la actual clasificación de los seres vivos en géneros y especies, hasta la décima edición (1758) de su majestuoso Systema naturae no hizo aparecer la expresión, por él introducida, «homo sapiens»: no se atrevía en incluir el ser humano dentro de el conjunto del mundo animal.

 

2.2 Versiones sociales del darwinismo

En su viaje de cinco años a bordo del Beagle, Darwin anotó muchas observaciones de la vida social (esclavitud, pobreza, agresiones…) de los diferentes lugares que visitaba. Escribió: «Si la miseria de nuestros pobres no se debe a la naturaleza sino a nuestras instituciones, grande es nuestra culpa». En vida suya ya comenzaron los intentos de fundamentar en la naturaleza tanto las organizaciones como las diferencias sociales. Así, el darwinismo, en versión social, incidió en los acontecimientos sociopolíticos del finales del siglo XIX y de todo el XX.

a.

En Alemania arraigó hondo el evolucionismo. Su historia reciente era interpretada como una confirmación de la idea de supervivencia de los más aptos. El 1871, doce años tras la publicación de El origen de las especies, Alemania salía victoriosa de la guerra francoprusiana; unificada y llena de entusiamo nacional, se proclamó, en el conquistado palacio de Versalles, el II Reich. Luchando, Alemania se elevaba por encima de todos. Un Imperio que le hacía falta, como las otras potencias europeas, poseer aún más colonias. Posteriormente, Hitler, apropiándose ideas de Nietzsche de raíz darwinista, loará las extraordinarias excelencias de la raza aria, la más idónea en la lucha por la vida. El suyo III Reich estaba destinado en durar mil años.

b.

En los EEUU enraizó también una versión social del darwinismo. La ética del cowboy, forjada en los tiempo de conquista del oeste, encajaba con la idea de lucha por la supervivencia. Un individualismo que valoraba la libertad, la desigualdad y el triunfo del fuerte. De un teórico norteamericano es la afirmación: «los millonarios son el resultado de la selección natural»: los débiles e incompetentes se han de aplastar, en la lucha por la vida no han tenido éxito. Las guerras coloniales o las imposiciones raciales representaban la irresistible tendencia del proceso evolutivo.

c.

En un contexto muy distinto, Karl Marx encontró en Darwin soporte para sus propias teorías, una versión social de las teorías biológicas de Darwin. Como la evolución biológica, la evolución social responde a unas leyes, unas leyes de transformación social que el marxismo buscaba. Y como en la evolución biológica, el cambio es hace con lucha, una lucha que conducirá a una sociedad mejor.

 

2.3 Del 'creacionismo - evolucionismo' al 'finalismo - azarismo'

La publicación de El origen de las especies desencadenó un nuevo conflicto entre ciencia y religión. A pesar de que Darwin declaraba que «no veía ninguna razón válida por la que las opiniones expuestas ahogasen los sentimientos religiosos de nadie», su pensamiento abrió duras polémicas.

Se iniciaba, pues, un apasionado debate entre partidarios de la evolución y partidarios de la creación. En un primer momento, creación y evolución aparecieron como dos conceptos totalmente contradictorios. Posteriormente, surgieron conciliaciones. Si interpretemos el relato bíblico de un modo literal, ciertamente, creacionismo y evolucionismo son concepciones contradictorias. Pero ya el papa Pio XII, en la encíclica Humani Generis, pontificó que el texto del Génesis se había de interpretar, que sólo indicaba que Dios intervino en la formación del mundo y del hombre, el 'cómo' es una cuestión que ha de aclarar la ciencia: en la Biblia no hay que buscar explicaciones científicas. Igualmente, creación y evolución son contradictorios si a la idea científica de evolución asociamos la idea filosófica de autonomía o de autosuficiencia de este proceso.

Para muchos creyentes, una creación desarrollada por evolución es tan admirable como el relato bíblico del Génesis. En esta línea es preciso entender la obra del paleontólogo y pensador cristiano Pierre Teilhard de Chardin(1881-1955), el objetivo de la cual fue conciliar cristianismo y evolucionismo. Concibe el hombre, no de un modo autónomo, sino en el marco de la naturaleza, formando parte de un universo en evolución ascendente, irreversible y lleno de intencionalidad: el universo, tal y como su nombre dice, tiende 'hacia Uno', un Absoluto o punto Omega que está implicado en todo el proceso evolutivo.

El conflicto creacionismo-evolucionismo se ha transformado hoy en el conflicto finalismo-azarismo , planteado en los siguientes términos: ¿el orden natural es resultado de un designio o finalidad, o bien es una realidad imprevisible y casual, un producto del azar?

La introducción de la idea de finalidad en la evolución proviene de un razonamiento analógico. Así como en la vida diaria sólo las operaciones conducidas según objetivos previstos dan buenos resultados, mientras que cuando se actúa sin propósito el orden no suele imponerse, análogamente, el proceso evolutivo constante, el crecimiento de orden y complejidad en la naturaleza, se explica por obra de un Agente que ha dotado de intencionalidad todo el proceso.

Creciente en orden y complejidad

Para los azaristas, esta argumentación no es más que una ilusión antropocéntrica. El hombre se cree un ser necesario, inevitable, un producto esperado desde siempre; la argumentación finalista no sería más que un desesperado esfuerzo para negar la contingencia humana. Para los azaristas como Jacques Monod y otros, los fracasos que la evolución muestra son prueba de falta de intencionalidad: la aparición del Homo sapiens es el resultado de una enorme lotería.

 

3. La grandeza de Darwin

Nunca podremos observar el cambio evolutivo. Los pocos miles de años de vida humana no constituyen sino una etapa insignificante en relación al largo periodo en que se ha realizado la evolución. La grandeza de Charles Darwin está en haber inferido este largo proceso de la vida. Imaginemos que una efímera, éste insecto que no vive más que una día, observase diferentes momentos de la vida humana: vería recién nacidos, niños, adolescentes, jóvenes, adultos, viejos, pero no descubriría ningún desarrollo ni cambio.

La efímera Charles Darwin ha sabido ver más allá. De la ordenación sistemática de las especies existentes, es decir, de la clasificación de los animales, desde los organismos unicelulares, pasando por las diferentes formas de animales marinos, y siguiendo con los peces, anfibios, reptiles, aves, mamíferos, hasta el 'hombre, de esta ordenación sistemática, Darwin ha inferido una ordenación histórica de su génesis: la vida comenzó con unos primitivos seres vivos unicelulares y, en el curso de millones de años, ha continuado en formas cada vez más complejas hasta llegar al ser humano.

Freud es evolucionista, recapitulacionista.
La recapitualación: evolución.
"Conductas infantiles"
"El niño juega"
"El adulto está adaptado a la realidad"
"Las conductas repetidas se heredan"

Freud, S., "Tótem y Tabú. Algunas concordancias en la vida anímica de los salvajes y de los neuróticos", capítulo III:

"Si nos estuviera permitido ver en la demostración de la omnipotencia de los pensamientos entre los primitivos un testimonio del narcisismo, podríamos atrevernos a comprar los estadios de desarrollo de la cosmovisión humana con las etapas del desarrollo libidinoso del individuo. Entonces, así en el tiempo como por su contenido, la fase animista correspondería al narcisismo, la religiosa a aquel grado del hallazgo de objeto que se caracteriza por la ligazón de los padres, y la fase científica tendría su pleno correspondiente en el estado de madurez del individuo que ha renunciado al principio de placer y, bajo adaptación a la realidad, busca su objeto en el mundo exterior.

"Sólo en un ámbito, el del arte, se ha conservado la "omnipotencia de los pensamientos" también en nuestra cultura. Únicamente en él sucede todavía que un hombre devorado por sus deseos proceda a crear algo semejante a la satisfacción de esos deseos, y que ese jugar provoque –merced a la ilusión artística- unos afectos como si fuera algo real y objetivo. Con derecho se habla del ensalmo del arte y se compara al artista con un ensalmador: Pero acaso esta comparación sea más sustantiva de lo que ella misma pretende. El arte, que por cierto no empezó como "l’art pour l’art", estaba en su origen al servicio de tendencias que hoy se han extinguido en buena parte. Entre ellas, cabe conjeturar toda clase de propósitos mágicos."

Continuación de la grabación.

Es una crítica a la teoría de la evolución. Pero fíjense el malentendido. Les leo la necrológica del diario El Día de España, de la muerte de Stephen Jay Gould, un científico yanqui, de izquierda...

"Ha muerto Stephen Jay Gould. Stephen Jay Gould murió el 20 de mayo en su casa de Nueva York, a la edad de 61 años. Un cáncer contra el que venía luchando desde los 40 años, probablemente relacionado con la exposición al asbesto, acabó finalmente con uno de los más conocidos científicos de nuestra época."

Es el sucesor en popularidad de Karl Sagan. Pero a Karl Sagan lo conoce todo el mundo y a este autor no lo conoce nadie. Sin embargo, es más importante que Karl Sagan porque Karl Sagan fue mero divulgador y poco investigador. Este fue un gran investigador con un montón de teorías y además un enorme divulgador.

"Gould fue, sin duda, el biólogo evolucionista más influyente del siglo XX, Su teoría de los "equilibrios puntuados", junto a Niles Eldredge, trata de explicar cómo surgen las especies de forma rápida desde el punto de vista geológico. Además de sus aportaciones a la teoría evolutiva, Gould fue justamente célebre en su faceta de divulgador de la evolución, y su lucha contra el fanatismo creacionista."

Me voy a apoyar en Gould para sostener el creacionismo. Es un problema. Me estoy metiendo en un terreno que podría ser, como dice Lacan, altamente paradójico.

"Algunos de sus libros, como "El pulgar del panda" o "La vida maravillosa" , figuran entre las mejoras obras de divulgación jamás escritas.

"Su influencia entre los científicos, educadores, filósofos y religiosos ha sido (y será) inmensa. Tal vez tan solo Asimov o Sagan hayan contribuido tanto a la divulgación científica como él."

Les traje la traducción. En los libros de Stephen Jay Gould, un autor permanentemente requerido, comentado y tomado en cuenta es Sigmund Freud. En, Ontogenia y filogenia directamente hay dedicado un capítulo. Este libro está enteramente, sostenido en Freud. Todo este libro es freudiano, porque él va a trabajar una de las heridas narcisistas de Freud, la de Darwin. Él va a proponer que Freud no llegó a dar la cuarta herida narcisista Y es la que no se produjo.

Les leo la página 96, donde hay un capítulo entero dedicado a Freud, que se llama "Psicoanálisis freudiano". Dice así:

"A pesar que los lamarckianos fácilmente identificaron el proceso que puede producir recapitulación, su intento de explicar cómo ese proceso operado fue conquistado por la frustración auto reconocida y por proeza, fracasó. Ellos evitaron la salida fácilmente y se contentaron ellos mismos exhibiendo el proceso y haciendo casuales llamados al misterio de la herencia."

Ellos dicen que la herencia de caracteres se producía por frustración auto reconocida o por proeza. Los lamarckianos utilizaban la misma teoría que utiliza Freud, que es: una experiencia repetida produce un saber que es la frustración auto reconocida. Y la proeza, ¿cuál sería? La de la jirafa.

"Esta frustración meramente reflejaba un problema más general de la biología evolucionista antes de los primeros años de este siglo {XX} –ignorancia del mecanismo de la herencia. Entre las numerosas teorías propuestas entre el trabajo original de Mendel y su redescubrimiento, una fue tan atractiva para los lamarckianos como conductiva a una explicación de la recapitulación: la analogía entre memoria y herencia."

Esto es Freud. Una teoría que trabajaron mucho, es que es idéntica la memoria a la herencia. Escuchen si no es Freud:

"La forma general del argumento era simple y aceptable para todos los adherentes: la adquisición de un carácter es como un aprendizaje: a partir de que el carácter así adquirido es heredado en proporción a la intensidad del estímulo, producto de la herencia como una memoria (el aprendizaje es retenido a través de la memoria; la memoria es reforzada por repetición constante durante largos períodos; acciones invocadas primeramente por el pensamiento consciente se convirtieron en automáticos cuando fueron repetidos con una frecuencia suficiente. Los instintos son el recuerdo inconsciente de cosas aprendidas con tanta fuerza..."

Es Freud, pero no es Freud. Es la teoría de la evolución imperante a mediados del siglo XIX. El lunes a la noche fui a una reunión de psicoanalistas donde todavía, año 2003, se decía que el instinto seguía viniendo de adentro, sigue todo igual... ¡Somos los únicos que lo seguimos sosteniendo! Los biólogos se alejaron de esta teoría por ridícula hace más o menos cien años. Sigo leyendo:

"Los instintos son el recuerdo inconsciente de cosas aprendidas con tanto fuerza, impresas indeleblemente en la memoria, que hasta las mismas células germinales fueron afectadas y pasaron el rasgo a las futuras generaciones."

Con lo cual, observen ustedes, Freud es efectivamente lamarckiano y para nosotros, que se trata de estudiar, entonces, la función paterna y como ella incide en la cuestión histórica y en el pasaje del tiempo, nos es crucial ver cómo vamos a considerar que se producen estos cambios.

La vez pasada trabajamos Bachofen, el inventor del concepto del matriarcado y autor del libro de 1861 El matriarcado, el cual es citado por Lacan. Vamos a trabajar algunos problemas en relación a la posición de Lacan respecto del matriarcado. La primera es que tuve que hacer un mea culpa pública la vez pasada, ya que el año pasado había sostenido, con mucha tranquilidad, que era obvio que el sistema freudiano del asesinato del padre como surgimiento de la cultura humana, no podía suceder debido a que era evidente que las sociedades humanas habían nacido matriarcales. Y eso a mí, me resultaba obvio porque me parecía lo más natural del mundo que el primer nucleamiento humano sea la mamá con los hijitos, como un perro y sus cacharros. Además, eso me venía como anillo al dedo para explicar un problema, que en Freud eso está planteado como problema, pero no resuelto, y es porque las deidades femeninas son más antiguas que las masculinas. A mí me venía como anillo al dedo la idea que el matriarcado era anterior al patriarcado, porque me justificaba que esa madre, la del matriarcado, haya sido como decía Freud idealizada, hasta el punto de ser convertida en diosa y todo eso me justificaba a mí que haya primero diosas mujeres que dioses hombres.

Saben ustedes que hoy, esto es moderno de la última década, están surgiendo muchos trabajos que están poniendo en tela de juicio la obviedad del comienzo de la civilización por una fase matriarcal. Hay muchísimos autores que empiezan a decir que los argumentos que había dado Bachofen, que fue el primero que lo propuso en 1861, y los que siguieron subsecuentemente, son súper dudosos. Con lo cual, si los argumentos son dudosos ¿por qué hay que creer en el argumento? Ya no nos resulta obvio. Si en todo caso fue así, no tenemos demostración. Y si no tenemos demostración, ¿por qué sostener que fue así? Tenemos que decir que no sabemos cómo fue, o habrá que empezar a comparar las explicaciones que sostienen primero que la sociedad humana surgió como matriarcal o como patriarcal. La tendencia moderna, a mí me resulta muy sorprendente y en esto empecé a respetar un poco la intuición freudiana, es que efectivamente las sociedades más antiguas que se conocen, parece, fueron patriarcales. O sea, en eso Freud tuvo una intuición que fue verificada muchos años después, aunque en la época de él se proponía ya la teoría de Bachofen. Freud lo cita a Bachofen, pero Bachofen no se impuso hasta el trabajo sobre la familia de Engel, que fue el primero que lo hizo popular.

Lacan lo cita una sola vez a Bachofen y es en La familia. Y quiero que escuchen lo que dice Lacan de Bachofen porque después, aunque parezca mentira, treinta y tres años después sostiene una idea bastante parecida. Y es: ¿cuál es la posición psicoanalítica? ¿Las cosas comenzaron con el matriarcado o comenzaron con el patriarcado? ¿Cuál es la que debemos sostener nosotros? Retomo el problema planteado la vez pasada y lo termino provisoriamente con estas dos citas. Son problemas gruesísimos, son el núcleo de las cu estiones humanas. Nosotros no podemos ser psicoanalistas y no reflexionar al menos una vez y revisar los autores fundamentales que han planteado cuestiones en relación a estos temas. Hay cosas sobre las que inexorablemente tenemos que leer, porque sino no tenemos cómo posicionarnos respecto del complejo de Edipo, metáfora paterna, superyó temprano de Melanie Klein. ¿Quién tiene razón? Porque sino sólo decimos: "Y, a mí me gusta más..." Una vez fui a un congreso internacional de psicoanálisis lacaniano en Buenos Aires, y al lado mío estaban sentados dos brasileros, era 1986. Con un amigo nos volvimos en un taxi con una jaqueca que nos mataba, y él me dice: "Che, ¿qué es eso del objeto a?" Porque los franceses habían venido con el objeto a y nosotros no habíamos escuchado hablar del objeto a. Congreso Internacional del Campo Freudiano en Buenos Aires, termina y los dos brasileros sentados junto a nosotros, uno le dice al otro: "¿Voçe gosta Lacan?" Y el otro le dice: "Gosta". No voy a decir, a mí me gusta más la teoría de Klein, para mí el superyó es primitivo. Y otro va a decir, no, a mí me gusta más la de Freud, yo me quedo más con el asesinato del padre. Y es así, dense cuenta que son puras fantasías, puro mitos y estamos eligiendo entre mitos. Es patético. Tenemos que asumir alguna posición. Y para asumir alguna posición, tenemos que ir a esos núcleos problemáticos fundamentales sobre la cultura humana. Eso nos exige un poquito de antropología, de paleontología, de biología. Lacan tiene una teoría muy interesante sobre cuál es la posición que debe asumir el psicoanálisis respecto del matriarcado o del patriarcado y por qué. Les leo La Familia, Capítulo I:

"El complejo, factor concreto de la Psicología familiar. Por el contrario, la imago paterna proyecta la fuerza original de la represión en las sublimaciones mismas que deben suponerla precisamente porque está catectizada por la represión..."

Lacan dice que la imago paterna introduce represión. Y al introducir represión genera el movimiento de ir más allá de la represión. Es decir que si yo hago fuerza, eso necesariamente va a generar la contra fuerza, genera fuerzas, genera movimiento. Sigo con la lectura:

"... la fecundidad del complejo de Edipo se basa en el hecho de que articula en tal antinomia el progreso de esas funciones."

Dado que hay antinomia, lo que quiere para un lado y lo que lo reprime, esa antinomia se convierte en factor dinámico. Ahora les voy a explicar de qué estamos hablando: la fecundidad del complejo de Edipo. ¿En qué es fecundo el complejo de Edipo? Lacan dice que porque en el complejo de Edipo la imago paterna -no trabaja con el significante, todavía dice imago- la imago paterna es represora, eso lo hace dinámico. Porque es una fuerza contra otra fuerza. Si a una fuerza no te le oponés, esa fuerza no intenta salir. Un poco más:

"Esa antinomia actúa en el drama individual, y veremos cómo se confirma en él a través de efectos de descomposición; pero sus efectos de progreso superan en mucho a ese drama, al estar integrados en el inmenso patrimonio cultural,, ideales normales, status jurídicos, inspiraciones creadoras."

Para Lacan el complejo de Edipo, en Occidente, dado que incluye en sí una fuerza represora introduce el conflicto. Y el conflicto es el que produce progreso social. ¿De qué está hablando Lacan? Lacan esta hablando de un fenómeno y es que hay sociedades eminentemente cambiantes, como Occidente, la nuestra, y hay sociedades llamativamente no cambiantes. Si no fuese por la entrada de los blancos a muchísimas culturas de pueblos muy cerrados geográficamente, como por ejemplo una tribu que vive en una selva, lo que se verifica es que por cientos de años, la tribu vive exactamente igual. No son ni animistas, ni salvajes, ni primitivos, ni no evolucionados. Si no que se caracterizan por vivir en sociedades de poco cambio social, donde la repetición opera con un éxito notable. Nosotros, en cambio, vivimos en una sociedad altamente cambiante. Cualquier libro de historia de cualquier país, de cualquier cultura, de cualquier estado implica cambios notables a nivel científico, religioso, ideológico, artístico. Por ejemplo, los pueblos que hacen representaciones artísticas sobre los cuerpos de los miembros, por ejemplo los que producen las escaras en las ceremonias de iniciación. Las escaras son unas pequeñas incisiones que le meten algo que produce una irritación y van produciendo dibujitos. ¿Ustedes creen que ahí hay progreso artístico? No, porque ahí eso es arte, pero es arte eminentemente repetitivo. Y nadie se ve ni siquiera impulsado a crear. No es que matan al que cambió de colores. No hace falta matar a nadie porque toda la gente se ve bien representada en el ejercicio de una función que repite. Lacan dice que esas sociedades son muy distintas a las nuestras porque para nosotros el cambio es un elemento constante. Hay sociedades que son más costumbristas y repetitivas que otras, pero a pesar de lo cual Occidente es una sociedad de cambio. Lacan dice que eso es así a consecuencia del complejo de Edipo, porque trae un conflicto y el conflicto, dice Lacan, es generador de movimiento. ¿Y qué trae de conflicto el complejo de Edipo? La imago paterna que interviene como represora. Freud afirma que hay ganas de tener relaciones sexuales incestuosas, el padre se opone a ello. Lacan dice: Si no opera el padre las sociedades esas quedan incestuosas. Si quedasen incestuosas, como no hay conflicto en el ejercicio de esa función, esa sociedad va a funcionar homeostáticamente sin cambio. Lacan dice que como hay una represión que introduce conflicto, ese conflicto obliga a darle soluciones al conflicto. Esas soluciones al conflicto serán creativas, no pueden ser repetitivas. Sigo leyendo:

"El psicólogo no puede descuidar esas formas que, al concentrar en la familia conyugal las condiciones del conflicto funcional del Edipo, reintegran en el progreso psicológico la dialéctica social engendrada por este conflicto."

Lacan dice que el psicólogo no puede olvidar estudiar cómo ese conflicto repercute en la familia conyugal, porque el conflicto de Edipo impactó sobre la sociedad y ese impacto social se registra en la familia conyugal. Sigo un poco más:

"Que el estudio de estas formas se refiera a la historia constituye ya un dato para nuestro análisis..."

Si hay movimiento, hay historia. En una sociedad que repite homeostáticamente durante trescientos años, ¿cuál sería la historia? Todo fue igual durante trescientos años. La historia se remite a un párrafo, no hay historia.

"... en efecto, el hecho de que la luz de la tradición histórica sólo se observe plenamente en los anales de los patriarcados, mientras que afecta solamente en sectores reducidos –precisamente aquellos en los que se realiza la investigación de un Bachofen- a los matriarcados, subyacentes por doquier a la cultura antigua, se origina en un problema de estructura."

Lacan dice que los matriarcados a diferencia de los patriarcados, se caracterizan porque los matriarcados son sociedades altamente estables, que han perdurado con las mismas formas de funcionar socialmente durante siglos. Mientras que el recurso a la historia para entrar en las sociedades patriarcales, nos indica que las sociedades patriarcales son altamente cambiantes, por eso tienen historia. ¿Por qué tienen historia? Porque se revela la estructura. ¿Cuál es la estructura? El ejercicio de la imago paterna como represora, que introduce conflictos y al introducir conflicto produce historia.

Fíjense lo que dice Lacan. Tiene varios lugares donde habla del matriarcado. E lijo uno porque voy a un punto. Pueden revisar la teoría de Lacan sobre el matriarcado, es muy interesante. Lacan reflexionó sobre estos problemas muchísimo al comienzo de su enseñanza. Lacan revisó mucho el campo de las ciencias sociales, entre el ‘30 y el ‘50, y con ese bagaje gigante, con eso empezó a producir la represión del ’53. Lean la obra de Lacan entre el ’30 y el ’50, tiene muchísimo que no es psiquiátrico, y van a ver que es de profundo interés por las ciencias sociales de su época. En el Seminario XVIII De un discurso que no fuese semblante, clase número 10 del 16 de junio de 1971, dice:

"No obstante querría situarles lo que corresponde al mito de Edipo a la luz de esas observaciones. "

Este es el Seminario XVIII, pero en el XVII, Lacan se animó y produjo la crítica definitiva al complejo de Edipo, por eso en El envés del psicoanálisis hay que trabajar con otra teoría del padre.

"De alguna manera el mito de Edipo produce algunas molestias, porque aparentemente instaura la primacía del padre, que sería una especie reflejo del patriarcado. Querría hacerles sentir algo, en eso por lo cual, a mí por lo menos, no me parece en absoluto un reflejo del patriarcado. Muy lejos de eso. Nos hace aparecer esto: un punto de acceso por donde la castración podría ser aferrada por un acceso lógico y de esta manera que designaría por ser numerable."

El mito de Edipo, dice Lacan, no coincide con el patriarcado, y respecto del patriarcado dice que podría hacer de la castración algo numerable.

"El padre no solamente está castrado, sino que es castrado precisamente al punto de no ser más que un número. Esto se indica claramente en las dinastías. Hace un rato, les hablaba de un rey al que no sabía muy bien como llamar, Georges III o Georges IV. Piensen que aquello que justamente es, lo que aparece de más típico de la representación de la paternidad, o sea la realiza, es así como pasa eso: Georges I, Georges II, Georges III, Georges IV. Pero en fin, es muy evidente que eso no agota la cuestión, que no solamente hay números: hay número. Para decirlo de una vez, veo allí el punto de percepción de la serie de los números naturales, como se expresa y como se expresa no tan mal, porque ustedes lo ven están muy cerca de la naturaleza."

Los números naturales. Lacan dice que el padre es castrado, pero es castrado en la medida en que pasa a número, de dónde Lacan dice que proviene la serie de los números naturales. Es mentira como dicen los historiadores de las matemáticas, que los números surgen por necesidad de contar al ganado. Siempre la idea utilitarista como generadora de creación y no como sublimación. Es porque teníamos ganado y hacía falta contarlo que surgieron los números, para responder a esa necesidad. Es como estirar el cogote de las jirafas. Lacan dice que no. En ese punto no ve tan mal llamar a los números, números naturales porque surgen del engarce naturaleza-cultura, donde un hombre se hace padre. ¿Cuándo un hombre pasa a padre? Cuando se lo castra. ¿Y qué quiere decir castrarlo? Que valga por número, es el pasaje al número, pero uno podría preguntarse: ¿de qué esta hablando?

"Querría hacerles notar, ya que siempre se evoca en el horizonte a la historia, lo que por supuesto es una razón de sospecha extrema, simplemente querría hacerles observar esto: el matriarcado, tal como se lo expresa, no tiene necesidad de ser empujado hacia los límites de la historia: el matriarcado consiste esencialmente en esto: en cuanto a la madre, como lo subraya Freud para el caso, no hay duda."

¿Se acuerdan esa cita de Freud en latín que dice que la madre es segurísima, certera, y el padre no?

"Se puede dar el caso de perder a la madre en el subte desde luego, pero en fin, no hay duda sobre quién es la madre,..."

Se la puede perder, pero no hace que se dude sobre quién es la madre.

"Tampoco hay dudas sobre quien es la madre de la madre, y así sin interrupción. La madre en su descendencia diré, es innumerable."

La madre de una madre, de una madre, de una madre. Ponen puntos suspensivos para la derecha y también hacia la izquierda.

"Es innumerable en todos los sentidos propios del término, no se puede numerar porque no hay punto de partida. Por más que la descendencia materna esté necesariamente en orden, no se la puede hacer partir de cualquier parte. "

No es que el analista dice que se confunde la abuela con la madre o con la nieta. Lo que dice es que no pasan a número. En ese punto, digamos, la madre no es castrable. Solamente el padre es castrable. Y ¿por qué? Porque es incierto. Y ¿qué quiere decir con incierto? Que no es natural el vínculo. Si no que el vínculo es simbólico, y como el vínculo es simbólico, adviene como número. Pero cómo adviene como número aquello que corta naturaleza y cultura, qué bárbaro que lo llamaron números naturales.

"Querría hacerles notar por otra parte, esto que parece ser la cosa que se toca habitualmente, porque después de todo no es raro eso, no es para raro que se pueda tener por padre a su abuelo – quiero decir por verdadero padre- incluso a su bisabuelo. Si. Cuando la gente vivía, tal como nos es dicho, en la primera descendencia de los patriarcas en los alrededores de los años 900..."

¿Ustedes conocen el problema de que en la época de los patriarcas, el Antiguo Testamento, la gente vivía en el orden de los novecientos años? Abraham y Sara. Sara era infértil porque tenía ciento dos años cuando quedó embarazada. ¿Pero cuántos vivió? Setecientos treinta y ocho. Con lo cual todos los ingenuos dicen: "Pero entonces no estaba estéril", porque tiene la misma proporción que una nena de doce y una "jovata" de ochenta. Cuando era chiquito si una persona se moría a los setenta se decía: "afortunadamente vivió muchos años". En cuarenta años cambió eso. Cuando era chiquito si una persona vivía cien años, se decía que era vieja como... Matusalén. Y ¿quién es Matusalén? Un personaje bíblico que vivió setecientos noventa y cuatro años. Lacan va a explicar porqué la gente vivió setecientos noventa y cuatro años. Nunca se lo pudo explicar... y Lacan lo explica.

Por problemas técnicos falta gran parte de la grabación.
A continuación transcribo las citas correspondientes a la parte faltante.

Continuación de la cita anterior del Seminario XVII:

"... recientemente volví a releer eso, es muy excitante, es una falsificación absolutamente sensacional, todo esta hecho para que los dos ancestros de Noé, ahí, los mas directos, mueran justo en el momento en que el Diluvio se produce; se lo ve, está perfeccionado. En fin dejemos eso de lado. Simplemente es para ponerlos en la perspectiva de lo que sucede con el padre.

"De éste, ustedes ven lo que resulta, es que si definimos a la histérica por esto que define –eso que no le es particular- al neurótico, a saber la evitación de la castración, hay muchas maneras de evitarlo. La histérica tiene este simple procedimiento: es que ella lo unilateraliza del otro lado, del lado de la pareja. Digamos que a la histérica le hace falta el compañero castrado. Que esté castrado es claro que corresponde al principio del goce de la histérica. Pero aún es demasiado. Si él estuviese castrado, quizá tendría alguna pequeña posibilidad, ya que la castración es justamente lo que he definido hace un rato como siendo aquello, que permite la relación sexual. Es necesario que sea solamente aquello que responde en lugar del Falo." .

Freud, S., El interés por el psicoanálisis:

"En estos últimos años los autores psicoanalíticos han reparado en que la tesis "la ontogénesis es una repetición de la filogénesis" tiene que ser también aplicable a la vida anímica, lo cual dio nacimiento a una nueva ampliación del interés psicoanalítico."

 

25 de Abril de 2003


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