Seminario
Neurosis y Psicosis
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Coordinado
por :
María Laura Maldonado
Clase 2
Horacio Martinez
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5 de junio de 1996
Vamos a tener veinticuatro reuniones de las cuales doce van a ser teóricas y el resto van a ser reuniones de trabajo más reducidas en la medida en que se van a desarrollar dentro de grupos de trabajo repartidos entre los docentes del curso.
Este sistema de doce reuniones se extiende en esta primera parte más allá de las vacaciones de invierno y, probablemente, exista un período entre estas primeras doce reuniones y la segunda parte de reuniones para darle a Uds. tiempo de elaborar el tema de investigación que propondrán como parte del curso.
En este primer ciclo vamos a iniciar el trabajo respecto a uno de los dos grandes títulos del seminario que es: la Neurosis.
Más allá del programa que presentamos, y de cómo planteé ese programa respecto al tema de la neurosis, tenía dificultades cuando pensaba la clase de hoy en el sentido de ver de qué manera abordar el tema de la neurosis dado que es un tema muy vasto y que tiene muchas posibilidades de acceso, un campo del cual es en psicoanálisis en general de lo que se habla, muchas cosas que uno lee, comenta y trabaja tienen que ver con el campo de la neurosis. Dado que tenemos sólo seis de las doce reuniones para dedicar al tema de la neurosis pensaba de qué forma encarar el tema para poder transmitirles algunas ideas que sean claras para Uds., no sólo para entender la neurosis sino también para entender cómo concebir la cura de la neurosis.
Encontré un camino que planteo en el programa y que implicaba pensar la neurosis en relación a los tres registros que postula Lacan, la neurosis en relación al registro de lo real, de lo simbólico y lo imaginario; no estaba mal pero no me terminaba de convencer esa forma.
A partir de las cuestiones que se fueron planteando la clase anterior se me ocurrió una vía de acceso que intentaré presentarles el día de hoy, la cual creo que nos va permitir trabajar esta relación de la neurosis con los registros a través de un concepto central que es el de transferencia porque existe una estrecha relación entre la noción de neurosis y la noción de transferencia y porque ésta última puede ser pensada desde los tres registros; me pareció que era una buena vía de acceso a algo que es nodular respecto de la neurosis tanto desde la concepción teórica de la neurosis como de la clínica.
Me interesaba arrancar a partir de algunas cuestiones que Héctor López planteó la semana pasada que generaron cierto murmullo en la sala, el asunto de la cura de la neurosis, de la psicosis, si existe cura, etc. Pensaba que estos términos tienen cierto sentido popular, un sentido que cualquiera le podría asignar al término cura y que cuando uno utiliza ese término en psicoanálisis responde a un campo más acotado; me pareció interesante, por ello, ingresar a nuestro tema por esta vía circunscribiendo más el término cura.
El nacimiento del psicoanálisis es consubstancial con la neurosis, el psicoanálisis nace a partir del pensamiento que una persona elabora desde su encuentro con la neurosis; hay, entonces, una estrechísima vinculación del psicoanálisis y la neurosis desde el origen.
Lo que Freud busca desde el primer momento es una teoría capaz de explicar la causa de la neurosis para poder proponer una terapéutica efectiva. Esta teoría no es una teoría que describe un fenómeno, creo que nos confundiríamos si pensáramos al psicoanálisis como una teoría que describiría un fenémeno; qué quiero decir con ésto ?, que existe la neurosis, como existen los árboles y los elefantes y que va un científico, se pone al lado, anota sus características y las describe. Me parece que no es lo que Freud hace respecto de la neurosis, sino que lo que hace es inventar una gran ficción para intentar darle existencia, que la neurosis cobre existencia como entidad a partir de un discurso que dé el fundamento de lo que es la neurosis; es como si yo les dijiera que el delito no existe hasta tanto no haya un discurso (en este caso jurídico), que reglamente normas y que determine que hacer tal cosa es un delito, recién allí un delito cobra existencia, allí hay delito; aquí es lo mismo, lo que el psicoanálisis define y describe como neurosis tranquilamente lo podemos plantear como una creación del psicoanálsis, la creación que lleva a Freud a construir una complejísima teoría para dar cuenta no sólo de la neurosis sino también del funcionamiento mental. La teoría de Freud es una teoría del psiquismo, del aparato psíquico. Esta idea del aparato psíquico es una ficción freudiana, no hay nada que uno pueda decir que en la experiencia freudiana se parecía al aparato psíquico, eso es un invento de Freud.
Acerca de ese aparato hay cosas que Uds. conocen y vamos a decir que lo más esencial lo podemos pensar como la relación existente entre un sistema de representaciones o huellas y una cantidad de energía, hay una cantidad de energía psíquica y un sistema de huellas encargado de hacer algo respecto de esa energía; de estos, aparentemente, sencillos principios se forma esta teoría del aparato psíquico.
El texto inicial de Freud que busca plantear los grandes fundamentos respecto de la teoría de las neurosis es un texto escrito hace más de cien años, conjuntamente con Breuer que es "Estudios sobre la Histeria"; en esos estudios ya nos encontramos con el desarrollo del psiquismo humano y cómo en el funcionamiento de este psiquismo podemos pensar eso que se llama neurosis (histeria en este caso).
Freud va a hablar de algo que funciona como causa, y luego de un desarrollo de la enfermedad. No es una enfermedad simple la histeria sino que tiene todo un proceso. En general el momento de la consulta nunca es (en este devenir del proceso de la enfermedad) cercano al momento de la causa, la consulta se realiza algún tiempo después de esta causa y con todo un trabajo realizado por la enfermedad. La descripción de este proceso del enfermar le permite a Freud postular un método de trabajo curativo que implica el recorrido del mismo camino en sentido inverso, podríamos decir que la cura de una neurosis es absolutamente solidaria con la forma de enfermar de un neurótico pero al revés, se empieza por lo cercano y se va recorriendo el camino hacia atrás, hacia la causa. Ya en este texto de "Psicoterapia de la Histeria" Freud dice que el método que propone de cura (en esa época lo llamaba catártico) no es causal, no cura la causa del padecimiento, puede devolverle la salud pero no puede curar. La histeria introduce una diferencia entre el desarrollo de la enfermedad y lo estructural del psiquismo.
Este aparato psíquico se organiza de diferentes maneras de acuerdo a un mecanismo psíquico determinado, y de acuerdo al mecanismo psíquico que halla organizado cada aparato. Si produjera ese aparato una enfermedad, la produciría acorde al tipo de organización que tiene. Ésto sería un primer intento diagnóstico posible dentro de la teorización freudiana, diagnóstico que reconoce un modo particular de organización del aparato que sería el que determinaría una forma particular del desarrollo de una enfermedad1. La concepción lacaniana de un diagnóstico de estructura se asienta sobre esta diferencia, por lo tanto, la estructura neurótica no es igual al desencadenamiento de una neurosis y la estructura psicótica no es igual al desencadenamiento de una psicosis. No se cura la estructuración psíquica de un sujeto, no hay normalidad sino distintos modos de estructuración psíquica; neurosis y psicosis son dos estructuras distintas. En este punto los nombres coincidirían pero no indicarían lo mismo, habría una neurosis que correspondería a la estructuración psíquica y una neurosis que correspondería al proceso patológico desencadenado. En ésto podemos plantear una homología entre lo que Lacan estudia para la psicosis: la existencia de una estructura psicótica, y en algún momento del devenir de esa estructura un posible desencadenamiento de un cuadro psicótico; ésto mismo lo podemos plantear para la neurosis, la estructura neurótica no necesariamente implica el desencadenamiento, el padecimiento, y si se desencadena, es en razón a eso que un neurótico podría llegar a hacer una consulta y es respecto de eso que un psicoanálisis podría curarlo, curarlo de ese desencadenamiento, no podría curarlo de su estructuración psíquica porque no sería curar a nadie desarmar la estructuración psíquica (aparte de que no se puede); todo ésto se entiende si uno se quita de la cabeza la idea de que existe algo que podríamos llamar normalidad.
Lo que alienta nuestro seminario es suponer que existen dos grandes modos que son la neurosis y la psicosis, modos distintos que no plantean que uno sea mejor que otro o que curar a uno sea retrotraerlo al otro, es decir, por ejemplo, que curar a un psicótico sea neurotizarlo; son dos estructuras distintas, como si un botánico pudiese curar algún tipo de enfermedad que tuviese un pino, pero no por curarlo va a transformarlo en un plátano.
Lacan introduce una noción (que estaba en Freud, pero sin nombre), de dirección de la cura, es decir, hacia qué lugar ideal uno dirigiría como analista la cura de una neurosis, ideal porque ésto no es más que un planteo teórico. Freud dice que la neurosis se desarrolla de la siguiente manera:
Es conveniente y obligado para su curación recorrer los mismos caminos que la enfermedad recorrió para el avance; hay rodeos, detenimientos, circunstancias que uno no puede preveer ni puede forzar. La dirección de la cura aparece como un punto ideal y éste tendría que vincularse con la noción que cada analista tendría de un final de análisis. Se supone que ese punto ideal a donde uno dirigiría la cura sería el punto final de un análisis. La dirección de la cura implica esas dos cosas, el camino a recorrer y, por lo tanto, como uno concibe la formación de una neurosis y el punto final donde uno supone ya recorrido el camino y terminada la curación; ésto para los analistas es todavía un problema teórico porque no existe una dirección de la cura y una finalización de análisis; Freud habló bastante al respecto, tiene todo un texto dedicado a este tema que es "Análisis Terminable e Interminable", y Lacan hizo lo suyo, tán así que inventó un dispositivo para que los analistas pudiesen investigar acerca de ésto, un dispositivo institucional que implicaba la suposición de que en las instituciones analíticas habría gente interesada en investigar estas cosas y que (así como Héctor López decía la vez pasada que el psicótico es el mártir del inconciente), tendría que haber analistas que fueran mártires de la causa y que dieran testimonio de su análisis, que pudieran hablar de su fin de análisis para ver qué era eso. Desde mi punto de vista ese aparato que Lacan creó bajo el nombre de pase tenía esta función y que fracasó en la medida que se le intentó dar una función institucional, función de acreditación; pero era interesante porque se buscaba investigar qué era el fin de análisis; no está resuelto pero está planteado dentro del campo de lo posible.
Existen grandes corrientes que a lo largo de los años de la existencia del psicoanálisis han postulado distintos ideales hacia los cuales conducir un análisis y que están en relación con la manera de concebir qué es la neurosis; por ejemplo, en la medida que toda la conceptualización psicoanalítica norteamericana entiende a la neurosis como una inadaptación provocada por las tendencias del Ello (inadaptado por naturaleza), que no se adapta a la 'realidad del serrucho' (que hablaba López la vez pasada) y de un Yo que sucumbe a la tiranía del Ello, que cede y se enferma, habrá una terapéutica que buscará fortalecer a este Yo para que tenga las armas suficientes para contrarrestar la fuerza del Ello y adaptarlo a los requerimientos de 'la realidad del serrucho'; ésta es una concepción de la neurosis y una concepción de cuál sería el fin último de la cura en un sentido adaptativo, a las exigencias cambiantes de cada realidad.
Así como podemos ubicar esta forma de entender la dirección de la cura y el fin del análisis en lo que es la Psicología Psicoanalítica del Yo (la corriente norteamericana del psicoanálisis), también podemos pensar cuestiones parecidas respecto a lo que sería la forma de concebir la clínica por parte de Klein, la forma de concebir la clínica por parte de Lacan y a partir de Lacan por los distintos grupos que se relacionan con el pensamiento de Lacan y que entendieron lo que planteó Lacan como pudieron; aún en lo que se llama el univesro lacaniano hay concepciones casi opuestas de lo que es la cura y el fin del análisis, entonces, lo que yo plantee aquí no es algo que se plantee como universal sino como una forma particular de concebir estas cosas, quiero decir, que no lo tomen como algo verdadero, funciona para mi en la medida que yo lo entiendo así y creo que me encuentro con ello en mi práctica clínica; hago esta aclaración para que Uds. lo puedan tomar como material a discutir y a contrastar por Uds. mismos, con los demás y con su práctica clínica.
En este seminario interesa básicamente situar aquello que puede funcionar como causa y, por lo tanto, aquello hacia lo cual tendería el análisis como horizonte que es el problema de la castración, es decir, no queremos situar allí el problema de la realidad en los té minos harttmanianos (una realidad como exigencia social a la que habría que adaptarse), ni tampoco nos interesa situar en este punto lo que es, para mi, una conceptualización desvirtuada2 de la castración que es la que M. Klein lleva adelante, sino situar la castración como el eje de la neurosis, de lo que la causa y de aquello a lo que un análisis tendría que llegar a arribar.
Hay otra noción que va a ser imprescindible que manejemos y cuyo uso no es el uso habitual o corriente que se le da al término sujeto. Nosotros estamos atravesados por una serie de discursos de la época que suponemos que son eternos, pero que en realidad le tomó al ser humano siglos llegar a construirlos; una de estas nociones es la de sujeto. La noción de sujeto no es una noción idéntica a la noción tal cual aparece en el pensamiento moderno, por ejemplo, no aparece de la misma forma en el planteamiento de los filósofos griegos.
Quien "machaca" más esta noción de sujeto es Lacan (y este "machacar" pareciera que tiene que ver con la cultura filosófica que los europeos tienen o tenían por lo menos en la época de Lacan), e insiste mucho en situar esta noción y hacerla nacer del pensamiento de un francés que es René Descartes. Qué problema introduce Descartes, vía la filosofía, en el pensamiento de los seres humanos ?, uno de los grandes problemas es el del conocimiento en sí, de la posibilidad de conocer el mundo; tiene la idea de plantear que tal vez lo que uno percibe no es lo que es, que podemos engañarnos, podemos percibir mal, que inclusive puede haber un genio maligno que nos esté haciendo ver cosas que no existen, es decir, Descartes siembra la semilla de la duda en algo que hasta ese momento para las personas era algo dado en tanto estaban los objetos y los sujetos y la posibilidad de conocimiento. Esa relación de conocimiento entre el sujeto y el objeto aparece cuestionada por Descartes y a partir de este cuestionamiento la filosofía se va a dedicar básicamente a estudiar el problema del conocimiento, es decir, cómo hago para percibir un objeto y cómo sé si eso que percibo es lo que es o no. Por más vueltas que dió la filosofía las cosas siempre estuvieron planteadas entre un sujeto cognocente y un objeto a conocer de una forma unidireccional donde el sujeto siempre es activo en esta relación.
Si pensamos en el esquema gnoseológico clásico:
objeto cognocente à objeto conocido podemos suponer que Lacan lo que hizo fue ampliarlo e invertirlo cuando realiza sus primeros seminarios y plantea el esquema Lamda que tiene la siguiente forma:
En este esquema aparecería del lado izquierdo el sujeto y del lado derecho el objeto, pero al desplegar el acordeón las funciones se desdoblan, sigue estando el sujeto pero se le agrega algo que es el Yo y el objeto se divide en un objeto chico y en uno grande (lo Otro):
Este otro implica una relación con el lado sujeto planteada en el vector Yo-objeto a la cual Lacan le da el sentido de relación especular:
Si pensamos la relación especular (alguien frente a su imagen en el espejo), es muy difícil poder situar dónde estoy Yo y dónde está el objeto porque cada lado del espejo son equivalentes. Uds. me podrán decir que lo que está del lado de allá es una imagen y lo que está del lado de acá soy Yo pero Lacan nos diría que yo me creo que soy, porque para poder creer que soy Yo tengo que creer que soy aquél, sin aquél yo no podría creerme que soy lo que soy, es decir, me engaño. Para consistir de este lado tengo que darle consistencia a este otro Yo que está del espejo para allá.
A partir de allí el Yo no es sin el otro, es una pareja inseparable e indistingible el uno del otro. La relación de conocimiento queda subvertida porque es al revés, no hay un Yo que conoce al otro sino que a partir del otro es que Yo me conozco. Relación que llamamos imaginaria, que subsiste en este registro de lo imaginario y que es diferente a esta otra relación que nos queda entre el Otro y el Sujeto, representado en el vector Otro-Sujeto que tiene una relación al revés, la flecha va del lado del Objeto para el lado del Sujeto.
Cómo entender esta relación ? Primera cuestión, Lacan llamaba al Otro, el tesoro del significante, es decir, el aparato del lenguaje, entendido el lenguaje como una organización significante. Diferenciaremos entre lo que sería cualquier sistema de códigos y lo que es el tesoro del significante. Recuerden el signo sussureano:
Ste
------
SdoUn código es un sistema de signos donde cada significante o imagen acústica viene acoplada con su signific ado, por ejemplo, el código de las señas con banderas de los barcos donde cada seña es decodificada perfectamente.
El tesoro del significante implica la existencia de significantes separados del significado y, como dice Lacan, con una barrera resistente a la significación, es decir, que hay algo que se opone a que Ste se junte con Sdo; cuando digo que se opone quiero decir que hay algo que yo tengo que hacer, un trabajo para que ese proceso se dé. El Otro es tesoro de significante. El sujeto, va a decir Lacan, es efecto del significante, por una operación que los significantes realizan se produce algo que podremos llamar sujeto.
Vamos así entendiendo otro aparato (pero tán aparato como el de Freud) en el cual, en lugar de haber un sistema de huellas y energía donde hay algo que tenemos que hacer con ellas, tendremos un universo de significantes que nada quieren saber con el significado, donde existe la posibilidad de realizar un trabajo que genere cierta relación entre estos significantes y que dé por resultado un sujeto. Ésto me habla de que el sujeto no es algo que persiste en el tiempo, es una producción que no se parece a la producción de una fábrica sino que se parece más a esas pompas de jabón que los niños fabrican, que están un tiempo suspendidas en el aire y luego desaparecen, no tienen mucha vida; por lo tanto, no se parece a nada substancial, no lo podemos confundir con un individuo, con una persona, ni siquiera con un Yo, porque el Yo por más que también sea una especie de invento es un invento que por todos los medios trata de ser consistente, de perdurar en el tiempo, mientras que el sujeto aparece y desaparece; es más interesante pensar al sujeto como efecto que como sustancia.
Nos vamos a encontrar que en este campo de las neurosis hay muchas cosas que se entienden mejor si las pensamos más como efectos que como sustancias, pensar que se refieren a procesos en continuo movimento. Mi intención es, por ejemplo, que también lleguemos a pensar que la transferencia tiene que ver con ésto, que la transferencia es más útil para un analista si éste la puede pensar como un proceso más que como una sustancia, incluso hay formas que tenemos los analistas de hablar que hacen dar la impresión que se trata de una sustancia, por ejemplo: la instalación de una transferencia, como si la transferencia viniera como un plato volador, bajara y se instalara; uno trata de imaginarse en lo que le pasa, por ejemplo, en la relación con un paciente, qué es eso que se instaló allí pero, en realidad, uno también puede pensar en la transferencia como algo que tiene que ver con un sujeto y no con el paciente que tenemos enfrente; entonces, este efecto sujeto es algo que tenemos que pensar en relación a este otro efecto que es la transferencia y que no necesariamente coincide con la relación entre este señor que soy yo y este paciente como señor o señora que sea.
Pregunta: Podrías dar alguna relación entre el aparato de Freud de huella mnémica y energía y lo que plantea Lacan sobre la teoría del significante ?
Lic. Martínez: Hacer esa relación llega a ser hasta una vía docente que se utiliza para plantear lo que postula Lacan como un retorno a Freud, un efecto de lectura sobre los textos freudianos; Lacan llega a decir que en los textos iniciales de Freud como son "La Interpretación de los Sueños" o "El Chiste y su Relación con el Inconciente" está planteada la linguística que él luego va a postular. Podría plantearse así sólo que en algunos puntos, para mi gusto, traería ciertas dificultades porque hay cosas que tiene la teoría freudiana que no aparecen (por lo menos a mis ojos) como evidentes en la teoría del significante y hay ciertas cosas que tiene la teoría del significante que no aparecen evidentemente en lo que Freud dice, ya que sería intentar hacerle decir a Freud cosas que no dice o hacerle decir a Lacan cosas que Lacan no dice y eso sería forzar las cosas.
Podemos homologar, por ejemplo, significante con huella mnémica por esto que dije del significante que es algo que aparece en Freud en la "Interpretación de los Sueños" cuando habla de lo que es el trabajo de elaboración, pero lo que dice Lacan tiene una riqueza tal desde el punto de vista linguístico que me parece que homologar significante de una forma absoluta a lo que dice Freud de huella mnémica tiende a quitarle valor y, a la inversa, podríamos decir que cuando pensamos, por ejemplo, en toda la conceptualización de Freud acerca de la pulsión (uno de los pilares indiscutibles de su forma de concebir la neurosis), que no se lleva muy bien con la teoría del significante; es muy difícil articular una cosa con otra (y ésto no quiere decir que Lacan no haya hablado sobre la pulsión), porque por momentos le quita potencia al pensamiento freudiano. Por ejemplo, en los primeros seminarios Lacan equipara la noción de pulsión de muerte freudiana con el funcionamiento del lenguaje entendido como una máquina; es una metáfora muy interesante sobre todo para concebir la función que Lacan le da al lenguaje pero eso le quita cierta potencialidad que el concepto de pulsión de muerte tiene, que Freud va más allá de este planteo y que aún para Freud era un concepto obscuro. Cuando uno se encuentra en un ámbito como éste donde intenta explicar algun cosa inevitablemente va "mochando" la potencialidad de algunos conceptos aunque para compensar eso tratemos de tomar ciertos conceptos para darles la mayor dimensión posible. Les decía al principio de este seminario que tal vez potenciemos algunos conceptos en desmedro de otros.
Lo que venía explicando hasta acá intentaba ser una introdución respecto de ciertas nociones básicas que tendremos que manejar con presteza para continuar hablando de otras cosas.
Voy a introducirme en un tema que nos va a dar el pie para seguir trabajándolo dentro de dos semanas. Hay un texto capital de Freud respecto de la clínica de la neurosis que es "Inhibición, Síntoma y Angustia" que toma tres conceptos que describen fenómenos que acontecen en la clínica de la neurosis. Uno podría decir, en principio, que en cualquier neurosis hay angustia, hay síntomas y hay inhibición. El texto busca describirlas para poder diferenciar unas de otras como tres conceptos distintos, y a su vez, ver qué posible relación puede haber entre ellos tres y pensar en el quehacer del analista frente a estas manifestaciones. De distintas formas uno podría acentuar alguno de estos tres elementos como lo más importante dentro del campo de las neurosis.
Hubo una especie de moda, sobre todo con el inicio del auge del lacanismo, que puso al síntoma en el centro de la cuestión en la medida que era lo que más propiamente aparecía en la conceptualización lacaniana como efecto de la producción significante, se lo concebía en relación con la teoría del significante, por lo menos, con ciertas cosas que Lacan decía en los primeros textos que se empezaban a traducir al castellano, como el Seminario de las "Formaciones del Inconciente". Luego, en el "Seminario de la Angustia", seminario que Lacan dedica a la lectura de este texto de Freud, para algunos la angustia ocupa un lugar preponderante para concebir la neurosis.
Me parece también interesante pensar toda una cuestión relativa a la neurosis relacionandola con el concepto de inhibición, porque sería posible llegar a concebir la neurosis en términos de la inhibición; ésto nos va a llevar a lo que decía al principio de esta clase sobre las primeras concepciones freudianas del aparato psíquico y todas sus primeras teorías acerca de la pulsión. Este aparato freudiano tiene en sus primeros textos una doble demostración; hay una serie de textos que Lacan citaba como textos linguísticos de Freud ("La Interpretación de los Sueños", "Psicopatología de la Vida Cotidiana" ), que son una serie de textos que tratan de demostrar la existencia del inconciente y, por lo tanto, son textos que hablan del funcionamiento de un sistema de huellas. En el año 1905 o 1907 Freud introduce un texto diferente en el sentido de que va a hablar de la sexualidad, no tanto de un aparato de representaciones como de todo un cuerpo erógeno, cuerpo pulsionalizado, en el cual sostiene la idea de la existencia de un período de sexualidad infantil. Entonces, "Tres Ensayos de una Teoría Sexual" es el primer texto de envergadura que Freud le dedica al tema de la pulsión, este texto, como su nombre lo indica, está dividido en tres ensayos; el primero dedicado a las perversiones sexuales, el segundo dedicado a la sexualidad infantil y el tercero dedicado a la pubertad. En este segundo ensayo Freud hace una suerte de "encabalgamiento", habla al principio de las perversiones para plantear la existencia de un infantilismo respecto al fin sexual; imaginemos otra ficción freudiana que es la energía sexual que, para Freud y en el caso de los adultos, sería una tendencia cuyo fin sería la relación con el objeto (heterosexual), fin último de la pulsión sexual. Todo lo que se aparta de ese fin, sea por la vía del objeto o sea por la vía del fin sexual, es decir, que no busca el objeto o no busca el fin sexual, cae dentro del terreno de lo que él llama la perversión. La perversión está explicada por Freud por un infantilismo que implica la inserción de finalidades distintas de la finalidad del acoplamiento sexual entre hombre-mujer; ésto le permite postular la existencia de una sexualidad infantil, es decir, la existencia de sexualidad en la infancia sin orgasmo ni eyaculación, donde no hay fin sexual todavía como lo hay en la adultez; por lo tanto, las pulsiones sexuales se parcializan, cada una se maneja a su manera, busca una finalidad por sí misma y funciona perversamente; Freud postula la estructura perversa en el niño.
Para pensar el segundo ensayo Freud tuvo que dar toda esta vuelta para postular la existencia de la sexualidad infantil. Como el tercer ensayo va a ser sobre la pubertad y a ésta Freud la concibe como un redespertar de la sexualidad, entre la etapa de la sexualidad infantil y la pubertad tiene que haber una etapa de no sexualidad, es decir, hay una sexualidad infantil que se interrumpe y resurge en la pubertad; Freud dice es una sexualidad en dos tiempos con un período intermedio de no sexualidad. Este período de no sexualidad no quiere decir que la sexualidad se corte, sino que lo que hay es represión de la sexualidad en el llamado período de Latencia, etapa en la cual la sexualidad infantil es reprimida y al parecer no quedan vestigios de la sexualidad.
Respecto a ésto podríamos pensar dos cuestiones:
1) Si la sexualidad es reprimida tán bestialmente como para que no quede huella de ella y ni siquiera quedan recuerdos (amnesia) de la existencia de este período sexual, algo tiene que haber pasado.
2) La segunda cuestión es la que Freud plantea en el segundo ensayo en dos títulos que no están numerados: "Negligencia de lo Infantil" e "Indiferencia Infantil", que les invito a leer, pero lo que me interesaría es que se dediquen al primer punto que se llama: "El Período de Latencia Sexual en la Infancia y sus Interrupciones". Me interesa que lean ésto porque es allí donde Freud postula el mecanismo de la inhibición como ese mecanismo que va a intentar por primera vez meter un freno y derivar esta cantidad de energía sexual. Aquí aparece una idea freudiana que se asemeja, como preguntaba la compañera, a esta idea lacaniana de la operatoria y el trabajo significante que tiene que ver con la idea de transformación y derivación de la energía; aquí no sólo hay represión sino también hay un proceso de transformación de esa energía para poder utilizarla para otro fin distinto al fin que esa energía tenía preconcebido, cuestión que como mecanismo Freud llama sublimación, la posibilidad de transformación de la energía. Este es un trabajo que cae a cuenta de la inhibición.
Les pediría que lean este último texto para ir detallando esta idea de la inhibición y para poder pensar la inhibición como algo central de nuestro tema que es la neurosis, que nos va a abrir un camino que nos lleva a este seminario de Lacan, "Seminario de la Angustia", donde tiene todo un trabajo en torno a la idea de inhibición y algunas ideas relacionadas al tema de la inhibición.
Lacan va a ser algo interesante, toma los tres conceptos de Freud y los escribe escalonadamente, lo cual le permite hacer una cuadrícula dentro de la cual le quedan seis casilleros libres; en esos casilleros Lacan va a ir desplegando otros fenómenos de la clínica de la neurosis relacionados con la inhibición, el síntoma y la angustia.
Vamos a incorporar alguno de estos fenómenos para ir pensando esta relación de la inhibición con el terreno de la neurosis.
Pregunta: Me parece que es un concepto bastante dificil de entender esto de la desexualización del objeto; no entiendo eso de un período no sexual o de desexualización de la libido.
Lic. Martínez: Supuestamente esta etapa de la Latencia implicaría, lo que este compañero planteaba, como la desexualización de la libido que en sí es un concepto raro y contradictorio porque Freud define en este mismo texto a la libido como la energía de la pulsión sexual y, si se trata de la energía de la pulsión sexual cómo desexualizarla sin que pierda su esencialidad. Si nos ponemos a pensar un poco creo que nos mete en un gran problema porque Freud insiste muchas veces en que tenemos que tener una idea mucho más amplia de la sexualidad que no la reduzca a la genitalidad y, si uno ve, por ejemplo, los "Tres Ensayos..." también tendría que quedarnos la idea de que la sexualidad tampoco está ligada con algo parecido a la satisfacción o algo parecido al placer. No necesariamente. Lo que empieza a resultar costoso entender es qué cosa es la sexualidad ?, qué cosa es la sexualidad que no necesariamente tiene que ver con lo genital, no necesariamente tiene que ver con la satisfacción ?, cómo concebir eso que Freud llama sexual ?, cómo concebir, aparte, una energía que tenga carácter sexual ? Puedo suponer una imagen que tenga connotación sexual, puedo suponer un afecto que tenga un sentido sexual, pero cómo pensar una energía que lleve en ella lo sexual ? Vos decías, entonces, que por ahí se trata de lo que la rodea, o como diría Freud de dónde surge y hacia dónde se dirije, de dónde parte, cuál es la zona de la que parte y hacia dónde se dirije ?, que cosa aporta ese sentido sexual ?. Vos decís: podría ser el objeto pero, si yo cambio el objeto, si ya no se trata de la madre entendida como objeto propio de la situación edípica y la derivación de esa energía hacia otra cosa y, si esa otra cosa en la medida que no sea un objeto de índole sexual, desexualizaría la libido. Me parece que es un problema, como vos bien lo señalabas. Preferiría que tratásemos de sostenerlo como problema lo que más podamos antes de darle una solución que cierre cierta posibilidad de utilizar esta idea.
Hasta aquí, tomé algunos momentos planteados por Freud, algunos mecanismos que tienen que ver con esos momentos pero no hablé de los elementos en juego, en este caso y como dice el compañero, la libido y los destinos posibles si bien hablamos de inhibición y de represión; sería interesante vincular todo ésto con la noción de libido para poder pensar cómo entenderlo.
La primera versión de "Tres Ensayos..." y hasta el año veinti pico no tomaba en cuenta lo que luego Freud introduce como la Fase Fálica, por lo tanto, esta diferencia entre sexualidad infantil y pubertad implicaba (básicamente para Freud), que no se habían reunido las distintas pulsiones parciales respecto a una que gobernase, que tomara la primacía. Dice Freud que en la pubertad el asunto tiene que ver con lo genital, ahí está puesto todo el interés y de ahí se obtiene todo el placer y que, en la sexualidad infantil no hay nada que comande, que gobierne. Cuando escribe "La Organización Genital Infantil" propone a la Fase Fálica como algo que dentro de este período organiza y esta organización está dada por la idea de falo. En los "Tres Ensayos..." todavía no tiene esta noción de falo pero (Uds. lo van a leer en las primeras páginas) sin embargo, daría la impresión de que hay algo que gobierna la sexualidad infantil. Ésto me parece interesante porque es otra manera de entender lo que el compañero preguntaba, no ya por la vía del objeto sino por la vía de la zona erógena, es decir, la connotación y el contenido sexual que se le aporta a la pulsión está dado por la zona erógena pero no sólo en términos de erogeneidad, es decir, no solamente tiene una connotación sexual (porque se trata de una experiencia erógena que uno lo asocia con algo de carácter sexual), sino porque me parece que lo sexual en Freud hay que pensarlo (por lo menos en el campo de la neurosis) vinculado a la cuestión fálica, es ahí donde cobra un sentido psicoanalítico, un sentido que lo desprende de la idea de sexualidad ligada a la satisfacción porque si no las cosas se confunden; es muy difícil pensar, por ejemplo, que todo lo que implica este recorrido que vamos a ver en relación a la neurosis plantea, por ejemplo, que un síntoma como la ceguera histérica es una satisfacción sexual y Freud dice que es homologable a la satisfacción sexual, pero de qué satisfacción sexual estamos hablando? porque no podemos pensar en un orgasmo o algo parecido sino que tenemos que pensar en algo que está mucho más vinculado a la idea del falo y de la castración.
Notas
1Ésto sería el caldo de cultivo en el que se asienta la concepción lacaniana de una clínica de estructura, un planteo estructuralista respecto del diagnóstico clínico, la posibilidad de establecer mecanismos específicos que determinen por un lado estructuras psíquicas y por otro lado desencadenamientos posibles de patologías
2Desvirtuada porque, si bien en Medaline Klein está presente en su teorización el problema de la falta del objeto hay un predominio de un cierto tipo de objetos (que no es el falo), como, por ejemplo, el pecho que no opera de la misma manera que el falo y por lo tanto las consecuencias en la clínica son diferentes; es decir, Klein puede llegar a pensar o a postular que la pérdida del pecho por parte del lactante es una experiencia negativa, mientras que la castración no podemos pensarla como una experiencia que sería mejor evitar (si bien es cierto que la castración genera conflictos).