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Seminario
Posición del inconsciente

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Dictado por : Alfredo Eidelsztein


Clase 2
La razón de la causa


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El tema de la clase de hoy es la causa, que es un problema con el que estamos trabajando a nivel de la época de la enseñanza de Lacan; un problema central y que, para mí, al menos, plantea cuestiones no tanto a nivel de las fórmulas de Lacan –imagino que casi todos nosotros las sabemos de memoria–, sino de índole mucho más general. ¿Por qué la causa?, ¿porqué nos interesa?, ¿de dónde viene ese tema? ¿Es una novedad lacaniana, o ya antes estaba en el psicoanálisis? ¿Tiene algo que ver con Freud? Porque, en Freud, la «causa» no está. Entonces, ¿tiene que ver, o no? Más aún, no sé a qué nivel estarán respecto del estudio del problema de la causa, pero ni siquiera quedan claros «Tyché» y «Automatón». Muchas cosas no quedan claras...

¿Cómo los traduce Lacan? No queda claro. Digo, si buscaron en el diccionario, no queda nada claro... Si leyeron la cita de Aristóteles, tampoco queda claro que lo que Lacan dice que son, sea lo que Aristóteles dice que son. Por otro lado, «Tyché» y «Automatón», ¿son causas? ¿No participan, acaso, de las cuatro causas? Si éstas son las cuatro causas de Aristóteles, ¿cuáles son las otras dos? Y si son éstas, ¿por qué tomamos las otras, y no éstas?

Hoy, mientras terminaba de armar la clase, me dio la impresión de que tengo, sobre este problema, material suficiente como para tres clases. Es una cuestión tan central, que no tengo ningún problema. No sé Ustedes –quizá, a la próxima reunión no asista nadie...–, pero probablemente le dediquemos tres clases al problema de la causa y, tal vez, produzcamos o intentemos hacer un corte en esa languidez de este tipo de preguntas que pueden llegar a durar durante años. Es necesario. En algún momento hay que determinar qué lugar ocupa la «causa» en el psicoanálisis, y cuál es la tradición de ese problema. Tenemos que establecer si Lacan, respecto a ello, aporta un problema, o una solución; y si es una solución, solución a qué, etc.

La noción, la cuestión de la «causa», a mi entender, es la respuesta que da Lacan a la noción de «pulsión de muerte» de Freud. Hace falta, conviene, es útil, introducir en psicoanálisis la noción de «causa», por el problema clínico y conceptual de la «pulsión de muerte». Ése va a ser el argumento fundamental que voy a intentar justificar.

Cuatro citas muy cortitas de «Más allá del principio del placer», para ubicar el problema. La primera es del primer párrafo, y dice así:

«En la teoría psicoanalítica adoptamos sin reservas el supuesto de que el decurso de los procesos anímicos se regula automáticamente por el principio del placer, vale decir, creemos que en todos los casos lo pone en marcha una tendencia displacentera, y después adopta tal orientación que su resultado final coincide con la disminución de aquello, esto es con la evitación de displacer, o una producción de placer».

Esto es la tendencia general de los procesos anímicos. Y no es novedad porque, justamente, es el resumen que Freud hace sobre su posición hasta, más o menos, 1914 —estamos en 1920. De este párrafo, yo quisiera que Ustedes tomen el término "automáticamente". El principio del placer regula "automáticamente" el funcionamiento del aparato psíquico, del aparato anímico —concepto, éste, que nosotros no mantenemos en la enseñanza de Lacan, pero que podríamos hacer equiparar de alguna manera a la noción de «sujeto», aunque sea provisionalmente, para ir aclimatando ideas. Podríamos decir, entonces, que hasta «Más allá...», el sujeto se regula automáticamente por el principio del placer, que es algo así como su "bien". Y conviene que vayamos pensándolo así, porque veremos que la «causa final» aristotélica, es el "bien".

Así que, el tema del bien va a reintroducirse, obviamente, en Aristóteles como "Soberano Bien". Pero Freud, hasta 1914, sostenía algo que todo Occidente sostuvo durante dos mil trescientos ininterrumpidos años: que había un reinado absoluto del "Soberano Bien" en toda conducta del sujeto. Uno podría preguntarse: si durante dos mil trescientos años se sostuvo lo mismo, ¿por qué fue tan revolucionario que lo dijera Freud? Porque Freud no fue revolucionario o subversivo a partir de 1914, lo fue en 1899–1900 con la publicación de la «Interpretación de los Sueños», por poner una fecha cualquiera. Es que Freud hizo equivaler a lo sexual a "Soberano Bien". Ésa fue la novedad. Y, por eso, se lo achacó de pansexualista. La crítica que lo acusaba de pansexualista no es pertinente si por ello se entiende que el sexo está en todo, sino por sostener que el Soberano Bien es el reinado del principio del placer. Poniendo al sexo en ese lugar, entonces sí, todo está regulado por el sexo. A partir de 1920, en cambio, todo es reinado de la pulsión de muerte. Les propongo tomar de esta manera a «Más allá...».

Voy a justificarlo con citas. Pero precisemos un poco, primero, este "más allá". Cuando digo "más allá" de la calle Hipólito Irigoyen, me refiero, por ejemplo, a la avenida Rivadavia; y "más acá" puede ser otra cosa. No es ése el uso que Freud hace del "más allá". "Más allá" quiere decir que deja de estar determinado, para ser algo que pasa a ser determinante. Porque esto reinaba absolutamente todo. La pulsión de muerte viene a colocarse aquí. Lo que estoy proponiéndoles es que no se trata del dualismo «pulsión de vida»–«pulsión de muerte». No se trata de un dualismo. Hasta me atrevería a usar categorías imaginarias como, por ejemplo, relaciones jerárquicas del tipo "esto es más importante que esto otro, y aquello es menos importante". Porque se trata de que "esto es determinante y esto otro es determinado". Ésa es la novedad expresada como "más allá"; es decir, empleado de un modo en que, habitualmente, no es utilizado en la lengua corriente.

Segunda cita de Freud. Dice en la página 17:

«Una estética de inspiración económica debería ocuparse de estos casos y situaciones...»".

Es donde termina de analizar el «fort-Da» y toda la lógica del juego del niño.

«...que desembocan en una ganancia final de placer;...».

Dominio. «Pulsión de dominio» como lógica puesta a trabajar por Freud.

«...pero no nos sirven de nada para nuestro propósito,...»

Esta "estética de inspiración económica" es, evidentemente, una soberbia manera de hablar del fantasma.

«... pues presupone la existencia y el imperio del principio del placer y no atestigua la acción de tendencias situadas más allá de este,...».

Si hay un rey y algo está situado más allá del poder del rey, es que el rey no lo domina. Ahora bien, ello lleva a la siguiente pregunta: ¿por qué, entonces, su poder permanece intacto? ¿Será, acaso, que aquello que el rey no domina es más poderoso que el rey mismo? Se verifica en algunos momentos de la historia: el Papa respecto de cualquier rey.

«...vale decir, tendencias que serían más originarias que el principio del placer e independientes de él».

Por un lado, son independientes. Pero, por otro, "más allá" significa "más originario".

Luego, va a acotarlo mejor. En la pagina 23, después del comentario de "La Jerusalén liberada", en el último párrafo de ese capítulo, Freud escribe:

«Lo que resta es bastante para justificar la hipótesis de una compulsión de repetición,...».

Ustedes saben que es justamente aquí donde ponemos a trabajar lo automático, una compulsión de repetición; automática, porque no es por ganancia de placer.

«...y ésta nos aparece como más originaria, más elemental y...».

O sea, más reducida al elemento último. No de la índole del compuesto, tal como sería un conflicto. Porque por conflicto se puede repetir, pero esta modalidad es más elemental. Es decir, no tiene que ver con el conflicto en el sentido de la ensalada de cosas, sino que es más pura del elemento y:

«...más pulsional».

Es por eso que yo les proponía una jerarquía, porque es más que la otra.

«...que el principio de placer que ella destrona. Ahora bien, si en lo anímico existe una tal compulsión de repetición, nos gustaría saber algo sobre la función que le corresponde, las condiciones bajo las cuales puede aflorar y la relación que guarda con el principio del placer, al que hasta hoy, en verdad, habíamos atribuido el imperio sobre el decurso de los procesos de excitación en la vida anímica».

Esto es, Freud reconoce su error: hay algo que es más originario, más elemental, más pulsional que el principio del placer. Siendo esto así en la lógica discursiva de Freud, el principio del placer pierde el lugar de imperio.

Por último, en la página 36, Freud dice:

«Ahora bien, ¿de qué modo se trama lo pulsional con la pulsión de repetición? Aquí no puede menos que imponérsenos la idea de que estamos sobre la pista de un carácter universal de las pulsiones...»

O sea, lo que de mortal tiene la pulsión será el carácter más universal de toda pulsión.

«...(no reconocido con claridad hasta ahora, o al menos no destacado expresamente) y quizás de toda vida orgánica en general».

Bueno, aquí empezó el ‘problemón’... Aquello de lo que estamos hablando sería una propiedad universal de la vida orgánica; algo que escapa, estructural y esencialmente, a toda consideración psicoanalítica, ya que nosotros no trabajamos, en absoluto, con nada de la índole de la vida orgánica.

«Una pulsión sería entonces un esfuerzo, inherente a lo orgánico vivo, de reproducción de un estado anterior que lo vivo debió resignar bajo el influjo de fuerzas perturbadoras externas; sería una suerte de elasticidad orgánica o, si se quiere, la exteriorización de la inercia de la vida orgánica».

Me parece que aquí está planteado todo el problema: que el principio explicativo y último para toda actividad psíquica considerada en forma universal –esto es, para cualquier acto para cualquier sujeto–, lleva por principio explicativo y último una propiedad de la sustancia viva. Entonces, dos cosas: primero, ¿qué valor tiene eso para Ustedes? Ninguno, no hacemos nada con eso. ¿Ustedes ponen a trabajar algo de la índole de la sustancia viva? Sustancia viva, como algo de la índole de la carne. Pero no de la carne en cuanto que encarna una función –como, por ejemplo, la de la conversión histérica–, sino que es la lógica de las células que buscan, después de un cierto circuito –es la metáfora freudiana–, volver al tipo de muerte que le corresponde. Por eso, el circuito es particular y no puede ser cualquier cosa. Es por eso que las cosas no mueren de primera. Porque Freud se pregunta: "Bueno, pero si quieren morir, ¿por qué no muere y ya está?". Y agrega la hipótesis de que cada una muere de determinada manera, siendo el recorrido esta determinada manera. Quiere decir que nos encontramos –en 1920– frente a un argumento freudiano que explica el reinado fundamental y principal de toda la actividad psíquica mediante propiedades de la sustancia viva. Y no por nada empiezan a aflorar cuestiones como los protozoos, el plasma germinal de Weisman, etc., etc.

Si uno abandona posiciones de creencia o de fe religiosa, así planteadas las cosas (que toda la actividad psíquica está regulada por propiedad de la sustancia viva pura, más aún sustancia viva de la más elemental, o sea aquello que nos pone en relación con protozoos), el aparato psíquico está regulado por la misma fuerza última que regula una ameba. Conque, entonces, ¿habría que explicar, a partir de ahí, el Complejo de Castración? No, no sirve para nada. No da cuenta de nada. ¡Es un ‘problemón’! Si se abandona la fe religiosa que se tiene respecto de los textos de Freud, llegado a este punto, yo por lo menos, ahora entiendo por qué ningún post-freudiano aceptó la pulsión de muerte... Porque, francamente, es extemporánea a todo principio explicativo psicoanalítico. ¿Conocen la historia? Ningún psicoanalista de la primera y segunda generaciones de psicoanalistas aceptó la pulsión de muerte: fueron ‘chocheras’ y ‘boludeces’ " de un viejo decrépito que había chisporroteado" —es como la mamá de uno, cuando empieza con arterosclerosis... Así se la tomó y se la abandonó. Nadie, jamás, la tomó en cuenta, salvo Melanie Klein y Jacques Lacan. Pero a partir de aquí, yo les pediría que me dijeran qué valor psicoanalítico –sin utilizar categorías kleinianas ni lacanianas–dan Ustedes a la pulsión de muerte, como tendencia de la pura y más elemental tendencia de la sustancia viva. Me da la impresión de que es un problema insalvable...

Las preguntas son: en esta pulsión de muerte, ¿de qué se trata esta compulsión a la repetición?, ¿de qué se trata este automatismo?, ¿de qué se trata la pulsión de muerte?

La propuesta de trabajo es que la introducción por parte de Lacan de la noción de causa es para poder dar respuesta a estas tres preguntas. Y creo que es para dar respuesta a la indiscutible existencia de tendencias tanáticas o de pulsión de muerte, pero cuya explicación sea psicoanalítica. Y no tengo problema en decir "psicológica", "psíquica", pero no de "sustancia viva". La introducción de la noción de «causa» es para dar respuesta a lo que son hechos de la experiencia clínica. «Más allá del principio del placer» empieza con las neurosis traumáticas, el juego del niño y la reacción terapéutica negativa. Ahora bien, quitando el juego del niño, lo otro que nos queda son hechos, fenomenología clínica. ¿Cómo dar cuenta de esa fenomenología clínica, sin una explicación extemporánea?

Los materiales que voy a utilizar como textos de referencia para dar cuenta de que la introducción de la noción de «causa», por parte de Lacan, es para dar cuenta de la pulsión de muerte freudiana, son: «Posición del Inconsciente», «La Ciencia y la Verdad», y los Seminarios 11 y XII. Para aquellos que no tengan muy bien leídos y trabajados los primeros seminarios de Lacan, les pido que vuelvan a leer, del Seminario 2, las clases 5, 6 y 7; y considerando los título que se les dio en su edición 1, creo que se justifica mi pedido. Aclaro que la clase 7, que se llama «El circuito», es el circuito "repetitivo". Y para ubicar aún mejor, el conjunto de clases que van desde la 3 a la 7, lleva por título común «Más allá del principio del placer, la repetición». O sea, efectivamente, se trata de cómo se concibe, en la enseñanza de Lacan, el más allá del principio del placer que es un hecho clínico. La cuestión es qué explicación le damos. Mi impresión es que no por nada los psicoanalistas no nos dedicamos a estudiar la existencia y su modalidad de la sustancia viva, porque esa explicación de Freud es absolutamente extemporánea, está por fuera de los principios explicativos del psicoanálisis.

A pesar de mi promesa de que, en el curso, yo comentaría párrafo por párrafo «Posición del Inconsciente», no estoy haciéndolo hoy porque –para justificarme– es too much.... Se lo dije en la reunión pasada, pero si lo hubiera dicho antes, quizás nadie se hubiese acordado de eso. Para justificar, entonces, mi promesa, les leeré sólo ocho renglones de «Posición del Inconsciente». En la página 809, la cita que trabajé la vez pasada:

«El inconsciente es un concepto forjado sobre el rastro de lo que opera para constituir al sujeto».

Y si conocen las cuatro causas de Aristóteles, verán que lo que opera para constituir al sujeto es la causa eficiente. Así que, ya es una cuestión de la causa.

En la misma página, Lacan dice:

«El peso que damos al lenguaje como causa del sujeto [...]».

En la 814, dice:

«El efecto del lenguaje es la causa introducida en el sujeto».

En la 818 dice:

«[...] volver a abrir el debate sobre la causa. [...] [la causa] Perpetúa la razón que subordina al sujeto al efecto del significante».

Son solamente ocho frases, para justificar la importancia de un buen manejo de la teoría de la causa, para poder leer «Posición del Inconsciente». Pero esta última cita:

«[a causa] Perpetúa la razón que subordina al sujeto al efecto del significante».

es sumamente importante, porque lo que estamos buscando es una razón. Y la sustancia viva no es ninguna razón. Es obvio y evidente porque la sustancia viva no tiene razón —sólo puede haberla donde hay significante.

En esa misma página, define «alienación» y «separación» –operatorias que discutiremos extensamente– como:

«[...] las dos operaciones fundamentales en que conviene formular la causación del sujeto».

En la 820 dice:

«Que el Otro sea para el sujeto el lugar de su causa significante».

También, en la 820, dice:

«La alienación 2 reside en la división del sujeto que acabamos de designar en su causa».

O sea que las dos son definidas como causación; especialmente la «alienación».

Y en la 821:

«Pasemos a la segunda operación [la separación], en la que se cierra la causación del sujeto [...]».

Es decir, en todo este texto de «Posición del Inconsciente» –respecto del cual les propuse que gira en torno a las circunstancias–, Lacan propone reintroducir la razón de la causa. Mi impresión es que es imprescindible introducir la razón de la causa porque sin ella, al menos yo, no encuentro razón alguna para la «pulsión de muerte».

Si conocen un poquito de la enseñanza de Melanie Klein, saben que ella no da razón para la pulsión de muerte, ya que, para ella, es congénita. Y Klein es freudiana al milímetro con la supremacía de la pulsión de muerte. No es por nada que la quisieron expulsar de la Internacional del Psicoanálisis, y que no la expulsaron porque ella abdicó en un Congreso internacional, donde publicó «Observando la conducta de bebés». Este texto –tan poco psicoanalítico– fue, justamente, para que no la echaran.

Lacan no hizo lo que hacía falta hacer, para que no lo echasen. No digo que haya hecho lo que hay que hacer para que lo echen, digo que no abdicó. Melanie Klein calculó que había que quedarse adentro y abdicó. Para Melanie Klein, es así: la pulsión de muerte gobierna la pulsión de vida pero por condiciones de nacimiento, porque hay más al nacer. Ésa no es una razón... Al revés, me parece aun más irracional que lo que plantea Freud. O sea que las células "saben" de pulsión de vida y de muerte, y tienen más pulsión de muerte. ¡Es una locura total..! Nosotros vamos a intentar introducir una razón, para el automatismo repetitivo, que no sea una modalidad de funcionamiento de las células.

Yo no tenía muy claro, hoy, cómo íbamos a hacerlo, cuál era el mejor camino, cuál era el derrotero más conveniente para las finalidades pedagógicas. Pero elegí uno. Veremos.

En «La Ciencia y la Verdad», Lacan ordena magia, religión, ciencia y psicoanálisis que se caracterizan por cuatro modalidades de articular saber y verdad; pero que, además, se caracterizan por tener practicantes —hay magos, hay religiosos, hay científicos y hay psicoanalistas. ¿Hay filósofos? Ya no. Porque la práctica del filosofo no es la filosofía. Si un hijo de Ustedes quiere estudiar filosofía –o sea que Ustedes ya saben que, seguro, se va a ‘cagar de hambre’ alevosamente–, cuando Ustedes traten de convencerlo de que no lo haga, lo harían diciéndole: "Porque lo único que vas a poder hacer es enseñar filosofía, y ¿cuánto te pagan?"... Y, entonces, ahí, vuestros hijos se convencen más de que deben hacerlo, porque cuando el padre le dice "mejor, eso no", el hijo ahí se decide... Pero ya no hay filósofos porque la filosofía ha quedado reducida a una materia que se enseña.

Para Lacan, son las cuatro modalidades existentes de vinculación entre saber y verdad. Con "existentes " quiero decir que tienen practicantes, hay quien hace eso. Y se ordenan según las cuatro causas de Aristóteles: la eficiente, la final, la formal y la material. Y se ordenan en ese mismo orden:

PRÁCTICA CAUSA
Magia Eficiente
Religión Final
Ciencia Formal
Psicoanálisis Material

Cuando presenta todo ese enorme desarrollo de articulación de la relación entre saber y verdad, la articulación entre saber y verdad para el psicoanálisis implica el sujeto. Es decir, incluyendo la función del sujeto en estas cuatro modalidades de práctica que existen, se ordenan según las cuatro causas de Aristóteles.

Empiezo a plantear el problema por ahí porque, francamente, considerándolo desde esta perspectiva, hay ahí un problema. Porque uno puede concluir que Lacan toma las cuatro causas de Aristóteles, tal como Aristóteles las propone. Si leyeron alguna vez «La Ciencia y la Verdad», habrán visto que en la anteúltima página hay un renglón en griego, un renglón de la «Física» de Aristóteles, en donde Aristóteles dice que las causas son cuatro: eficiente, final, formal y material. ¿Son ésas, las causas? ¿O es una ‘boludez’ de Aristóteles? ¡Qué se yo! ¡Mirá si me voy a poner yo en semejante debate! Sea como fuere, Lacan las utiliza. Pero, ¿cuántas causas utiliza Lacan? Cuatro. Y, ¿cuáles son esas cuatro modalidades de la causa que utiliza Lacan? Las de Aristóteles. Entonces, si uno hace un arco caprichosísimo, que arranque en Aristóteles y llegue a Lacan, puedo decir que las causas son cuatro y son las que dice Aristóteles. Pero, entonces, ¿«Tyché» y «Automatón» qué carajo son? ¿No son, acaso, la teoría de la causa? «Tyché» y «Automatón» ni ‘pintan’, acá.. Para Aristóteles, las causas no son seis, son cuatro. Y, para colmo, Lacan toma cuatro...

Uno podría pensar que en este texto sólo toma cuatro pero que, en otros, tomará seis. Podría ser así en cierto sentido. Yo jamás me hubiese enterado de que «Tyché» y «Automatón» existían, de no haber sido por Lacan. En todo caso, ¿qué relación guardan estas dos, con las cuatro causas aristotélicas? Su uso, aquí, no es de ‘joda’. Porque su uso, en «La Ciencia y la Verdad», refiere a la articulación del psicoanálisis con las otras tres modalidades existentes de relación entre saber y verdad. Cada tanto, se dice que "el psicoanálisis está por morir", o aun que ya murió. Yo tengo la «Times» en cuya tapa dice que el psicoanálisis ya murió: "Los muertos que vos matáis gozan...".

Y nosotros nos preguntamos cuáles son nuestros enemigos. ¿Vieron que siempre el psicoanalista está pensando quién es, hoy, su enemigo? Quizás, el año pasado o el anterior, parecía que eran las Flores de Bach... Y no es ‘joda’ porque la mayor parte de los psicoanalistas de la A.P.A. las utilizaban y las recetaban. ¡No es un chiste! ¡Las Flores de Bach entraron en Argentina vía la A.P.A! Así que, podríamos creer que eran el enemigo del psicoanálisis. Hoy podríamos creer que son los sistémicos. No digan que no, porque yo los escucho a muchos de Ustedes decir: "Sí, porque en el hospital, ¡nos están re-cagando! Ya se quedaron con tres servicios, y nosotros apenas tenemos cuatro, cuando antes teníamos siete...". O sea, son nuestros enemigos. Pero, francamente, me parece que si nosotros hacemos de los sistémicos o de los transaccionales, nuestros enemigos, equivocamos la batalla. Es como creer que el enemigo de uno es la vecina, ¡la vecina nunca es el enemigo! Y nosotros, muchas veces, creemos que la batalla hay que darla con el vecino. En absoluto. La batalla es con la magia, la religión y la Ciencia. Ésos son nuestros Otros. Constituimos un equipo de cuatro, somos cuatro modalidades de practicantes reales, existentes. Y ésas son las cuatro modalidades de articulación entre saber y verdad, y una modalidad de presentar la cuestión del sujeto. Si no, piensen en vuestra clínica de hoy. Si de un paciente de Ustedes dicen que va mal porque empezó a consultar con otro, con el médico –de orientación científica–, con un cura o con un rabino, etc. No sé en sus casos, pero mis pacientes van masivamente al cura y al rabino en los últimos dos años. Y si no, van al curandero. Ésos son, verdaderamente, nuestros enemigos. Creer que nuestra vecina es el enemigo es darle un handicap increíble a las Flores de Bach, ¿quién no sabía que las Flores de Bach iban a durar dos años? ¿Cuánto más van a durar? ¿Qué chance podés dar a las Flores ‘boludas’, si seguís con el mismo síntoma? Si no se te para desde el año ‘95, tomate unas florcitas de Bach y vas a ver...

Distinto es respecto del mago o del hechicero –o la bruja–, del rabino o del cura, o del pastor protestante —de a miles cosechan frutos que se producen solos. Porque no hay que olvidarse que nosotros, los cuatro, sólo existimos como distintas modalidades de practicantes. ¿Ustedes creen que los pastores protestantes hicieron una gran campaña? No, sólo existen y, de pronto, ven que el local ya les queda chico, por la cantidad de gente que va; y alquilan un cine bien grande... A lo que voy es que la lógica que nos vincula a ellos son las cuatro modalidades de la causa: formal, eficiente, final y material. Ése es el verdadero esquema que nos arma el campo.

¿Cómo se explica la modalidad del funcionamiento de la causa, en psicoanálisis? Como causa material. Lacan lo dice en «La Ciencia y La Verdad». Entonces, ¿«Tyché» y «Automatón» para qué sirven?, ¿por qué tienen un lugar privilegiado?

Una única cita de «La ciencia y la Verdad», que son dos párrafos antes y el parrafito posterior a ese rengloncito en griego. Dice Lacan, en la página 856 de la edición francesa —la 854 de la edición castellana (si alguno sigue la lectura en castellano y me corrige la traducción, mejor):

«Ustedes han podido reconocer al pasar las cuatro formas o modalidades de la refracción que vienen recién de ser enumeradas. Las mismas en número y una analogía de abrochamiento nominal que pueden encontrarse en la Física de Aristóteles» 3.

Es decir, después de enumerar y analizar extensamente la relación entre las cuatro modalidades entre saber y verdad, mediante las cuatro modalidades de causas –eficiente, final, formal y material–, de Aristóteles Lacan no dijo nada. Cuando terminó todo ese análisis, dice: "Bueno, se habrán dado cuenta de que son las mismas, en número, que las cuatro causas de Aristóteles". Pero agrega que es una analogía de abrochamiento (en la edición castellana, dice de "reparo". Pero no es "reparo", es coser uno con uno, como en las pruebas de primaria, en que te ponen cuatro cositas de un lado y cuatro del otro, y vos tenés que juntar con rayitas: correspondencia, enlace. Es lo que se hace con un alfiler: abrochar, dos telas). Entonces, dice que son las mismas en número pero que tienen sólo una analogía nominal, sólo por analogía es que coinciden los cuatro nombres de las causas de Aristóteles, con los cuatro nombres de las causas utilizadas por Jacques Lacan. Así que, su utilización es analógica. Pueden encontrarse en la «Física» de Aristóteles, o sea que ahí está el encuentro. ¡Qué ‘guacho’ este Lacan, eh! ¡‘Guacho’ jodido..! Hagan un redondelito en vuestro texto en donde dice " encuentro". ¿Qué sigue a eso?:

«No es por azar,...».

Hagan, también, un redondelito en "azar". Ahora bien, «Tyché» y «Automatón» son exactamente eso: azar y encuentro. Pero pasa que en la edición castellana dice "casualidad". ¿Cómo es posible que un traductor, cuando encuentra "hasard", en francés, no pone en castellano "azar"? Son esas cosas... ¿Quién dijo, acaso, que un traductor de textos psicoanalíticos debe asociar libremente..? Yo creo que hay un error. Si está la palabra "azar" –que tenemos en castellano–, hay un problema terrible de cómo traducir «Tyché» y «Automatón». Y Lacan propone otra forma de traducir. Si no conservamos los términos, no se entiende nada. Con lo cual, Lacan puso las cuatro causas de Aristóteles por mera coincidencia analógica de nombres —tal como decíamos en la reunión pasada, respecto de los dos inconscientes, que tenían coincidencia analógica de nombres. Así son las cuatro causas. Pero ya les metió las otras dos: el «encuentro» y el «azar», esto es, «Tyché» y «Automatón».

«No es por azar, porque esta física no deja de estar marcada de un logicismo que guarda aún el sabor y la sapiencia de un gramatismo original» 4.

Si un paciente dijese respecto de lo que le pasa: "Yo podría decirle la causa eficiente, la causa formal, la final y aun la material", Ustedes, como analistas, ¿qué le dirían después de esta clase? "¡Ah, las cuatro causas de Aristóteles!". Pero si el tipo les dice: "No, es pura analogía de forma en las palabras", ¿Ustedes qué gesto harían? ¡De acá..! "¡¿Qué «analogía de forma»?! A ésa, ¡no te la voy a creer! No es por azar, ¿por qué tomaste esas cuatro? Es mucha casualidad...".

O sea, Lacan nos está advirtiendo de que no toma el sistema de causas de Aristóteles tal cual, pero que lo toma. ¿Por qué lo toma? Porque tiene un sabor y una sapiencia derivado de una gramatismo original. Ahí aparece el texto en griego que, en castellano, está muy bien acotado, casi al pie de página, de la última edición de los Escritos. Les leo todo ese párrafo, o sea les voy a leer el capítulo 7 del libro II de la «Física» de Aristóteles —absolutamente agotado en cualquier librería de la ciudad de Buenos Aires, y prácticamente en todas las bibliotecas. De ahora en adelante, para todos los que lo quieran, les presto las versiones que yo tengo, que son dos porquerías: la de Losada y la de Aguilar... Imposible hallar nada de lo que a Ustedes les dice de un logicismo mínimo. Y que, para colmo, no coinciden en absoluto: las dos versiones no tienen ni una palabra traducida del mismo modo. ¡Son dos inventos catastróficos! Dentro de unos cuantos días, voy a recibir la versión francesa. La hacemos circular con alguna ganancia, pero por el momento trabajemos con lo que hay...

Capítulo 7, Libro II de la «Física» de Aristóteles, según la edición de Aguilar, que me parecía más coherente que la de Losada. Dice así Aristóteles:

«Es evidente que existen las causas y que su número es el que nosotros dijimos».

Todas ellas queda incluidas en la respuesta a la pregunta de por qué algo es o existe. La pregunta "¿por qué?", en el texto, nos lleva o a la esencia, que es en último término en los seres inmóviles –así, por ejemplo, el matemático se refiere a la noción de lo recto, de lo conmensurable, y a alguna otra cosa análoga–; o bien, nos lleva a por qué lucharon. Porque habían sido saqueados; o a para qué. Para dominar. O bien, en aquellas cosas que se hacen, lleva a la materia. Por tanto, ésas son las causas. Y que ése sea su número es evidente. Hay cuatro causas para Aristóteles y, sobre esto, no cabe ninguna duda. Pero a su vez, ¿qué son para Aristóteles las cuatro modalidades de la causa? Cuatro modalidades de respuesta a la pregunta "¿por qué?".

Dos cuestiones. Y, en esto, me parece que tenemos que empezar a hacer un trabajo intelectual bastante difícil, que uno logra después de muchos años de esfuerzo: no equiparar el uso de los términos por parte de los antiguos, con el nuestro. Si nosotros, en el libro de física, de cualquier física moderna, tuviésemos que la pregunta por la causa es la respuesta a la pregunta "¿por qué lucharon?" o " ¿Por qué tomaron mate?", diríamos que esto no tiene nada que ver con la física. Porque, para nosotros, la física tiene que ver con los objetos materiales. O sea, ven que para Aristóteles la Física, si bien se refiere a los objetos materiales –causa material–, no tiene una ‘pepa’ que ver con lo que es materia, para nosotros. Pero, entonces, ven que efectivamente Lacan tiene razón, que en la Física de Aristóteles el trabajo sobre la causa tiene sabor y valor, aún actual, porque es respuesta a una cuestión gramática; y es la respuesta a la existencia de la pregunta "¿por qué?".

No sé si para Ustedes la pregunta "¿por qué?" tiene eco. Pero la pregunta "¿por qué?" es la pregunta del inconsciente, y da total cuenta de la ética del psicoanálisis. La posición del analista es que diga por qué —no se trata de que el analizante diga "¿por qué?". Es plantear, como posición, a quien viene a la consulta, que responda por qué. Y entonces, ya empiezan a articularse cosas muy interesantes porque, efectivamente, la teoría de la causa es la forma de hacer coherente la pregunta "¿por qué?", que es la pregunta del inconsciente. A su vez, la Física de Aristóteles es una física sostenida no en la contrastable consistencia y propiedades materiales de los objetos físicos, sino una modalidad de respuesta a la pregunta " ¿por qué?".

Sigo leyendo:

«Ahora bien, siendo cuatro las causas, es quehacer y oficio del físico el conocerlas todas y debe explicar el porqué de las cosas, de una manera conforme a la Física».

Para nosotros, una explicación conforme a física, hoy, podría ser una fórmula. Pero también podría ser matemática. Los físicos ya no trabajan más con lo observable. Eso terminó con Descartes, quien advirtió que no tenía que ver con lo observable, porque lo observable es parte de lo intuitivo. Hoy, toda la física tiene que ver con las partículas elementales, electrones, protones, el núcleo, los "quarks" , etc. La física moderna tiene que ver con ese tipo de elementos, mientras que el físico de la época de Aristóteles era quien tenía que tener una lógica para responder a la pregunta del "¿por qué?". Y es la respuesta que debía dar el físico a la pregunta de "¿por qué lucharon?" o "¿para qué lucharon?". ¿Alguien preguntaría, hoy, a un físico, por qué están luchando israelíes y árabes..?

¿Cómo se definía a un físico? Es una cuestión gramatical, era entonces una física absolutamente gramatical; o sea, fuertemente impregnada de cuestiones discursivas, siendo que jamás diríamos que es por cuestiones discursivas que los electrones se mueven como se mueven.

Pregunta: [inaudible].

A.E.: Para Aristóteles, el trabajo del filósofo es más bien responder por las esencias y por el todo, o sea que tiene que ver con el saber más abarcativo; es filosofía cuando se procede un nivel superior de saber que va a la esencia de la cosa, siendo que la esencia de la cosa tiene que ser la esencia de toda cosa. La relación con la física es muy sutil y muy entremezclada. Y todas las citas que traje hoy sobre las cuatro causas son tanto del libro de la «Física» como del de la «Metafísica», porque a Aristóteles le hace falta tener muy claro qué es un físico, para poder decir lo que es un filósofo. No sé si conocen la «Metafísica » de Aristóteles. Es muy divertida. El capítulo quinto de la «Metafísica» es un léxico, y entre uno de los conceptos que define, está el de causa; y es desde ahí que yo traje más citas que del de la «Física» porque hace falta que un filosofo sepa muy bien lo que es un físico para saber bien qué le compete a él. Una respuesta provisoria.

«Ahora bien, siendo cuatro las causas, es quehacer y oficio del físico conocerlas todas y debe explicar el porqué de las cosas de una manera conforme a la física».

Hoy, sería que cien científicos en las mismas condiciones experimentales hallan el mismo resultado. Para Aristóteles, conforme a la física, es refiriendo este "¿por qué?" a todas las causas dichas: a la materia, a la forma, al motor y al fin. Acepten "motor" como sinónimo de "eficiente". Con lo cual no es por azar que Lacan toma las cuatro causas de Aristóteles. Es, de todas las teorías de la causa que hay desde Aristóteles a la fecha, la única que está totalmente sostenida en un artificio gramatical; o sea, conserva toda la impregnación de sabiduría e interés que le da a lo discursivo.

¿Cuál es la maniobra de Lacan? Veamos qué dice Lacan en el ultimo párrafo de la clase 4 del Seminario 11 (este seminario es uno de los textos de referencia, junto con «Posición del Inconsciente» y «La ciencia y la verdad»). Voy a trabajar con el Seminario XII –otro de nuestros textos de referencia–, quizás, en la próxima reunión. La clase 5 del Seminario 11 es «Tyché y Automatón». Ahora les traigo la última parte de la clase 4, en donde Lacan anticipa aquello de lo que hablará en la siguiente clase. La clase 4 se llama «De la red de los significantes», algo equivalente a los temas que yo les había propuesto como primera elaboración enorme de Lacan de estos problemas, en el Seminario 2. Todos ellos competen a la red de significantes. Así que, cuando termina de dar cuenta de la estructura correspondiente a la relación que guardan entre sí los significantes –que para Lacan ya es una red, o sea un grafo–, Lacan dice:

«Lo que articularé la próxima vez les enseñará cómo podemos apropiarnos para esto de los admirables capítulos cuatro y cinco de la Física de Aristóteles. Aristóteles usa y da vueltas a dos términos que son absolutamente resistentes a su teoría, a pesar de ser la más elaborada de las que se hayan hecho de la función de la causa;...».

¿Ven la modalidad de entrada al problema? Lacan dice que la teoría más elaborada en la historia del mundo de las ideas, sobre la causa, es la de Aristóteles: la de las cuatro causas. ¿Por dónde va a entrar Lacan, en una posición sumamente psicoanalítica? Lacan va a entrar por los dos términos que no entran en el sistema de las cuatro causas, que son absolutamente resistentes a su teoría. O sea, Aristóteles da una teoría absolutamente orgánica y consistente sobre cuatro causas, aunque él mismo descubre que hay dos más. Pero el problema para Aristóteles es que él nunca pudo articularlas, no le entraron nunca al sistema de las causas. Esto es, no pudo ampliar el sistema de las causas a seis, o subsumir «Tyché» y «Automatón» a cualquiera de estos cuatro tipos de causa.

«...dos términos que se traducen impropiamente por azar y fortuna».

Lacan entra ya a un problema vastísimo: cómo se traduce Aristóteles. Dice que se lo traduce mal a Aristóteles. Si no tiene razón, ¡es un soberbio de aquellos! Porque, ¡que un psicoanalista venga a decir que, en dos mil trescientos años, las traducciones estuvieron mal hechas, es lo máximo..!

«Nos ocuparemos pues de revisar la relación que Aristóteles establece entre el automatón –y el punto de elaboración alcanzado por las matemáticas modernas nos permite saber que se trata de la red de significantes– y lo que él designa como tyché que, para nosotros, es el encuentro con lo real».

Lacan dice que el automatón de Aristóteles es lo que en matemáticas está presentado como lo automático y es la red de significantes. ¡Una explicación absolutamente inaudita! Porque nos está explicando a Aristóteles con aquello que se produjo dos mil trescientos años después. Es por lo que sabemos de matemática moderna, dice Lacan, no de matemática pitagórica.

Entonces, aquí, en este párrafo, Lacan ya utilizó "encuentro", que está bien traducido. Pero en francés, además, lleva "rencuentro". No está mal traducir así, pero en francés "rencontre" tiene el prefijo "re", que implica repetición; aunque no está mal traducirlo en castellano por "encuentro", no hace falta poner "rencuentro". Pero en francés lleva una connotación repetitiva. Entonces, "azar" y "encuentro" son los términos que yo les destacaba de «Posición del Inconsciente», en donde Lacan ya estaba articulando las estas dos modalidades —es cierto que habían quedado por fuera.

Si somos meticulosos, podemos tomar «La ciencia y la verdad» y ver cómo las cuatro causas de Aristóteles se vinculan a las cuatro modalidades de articulación de saber y verdad, en relación a la función del sujeto. O si no, si somos más precipitados, podríamos trabajar sólo con «Tyché y automatón» del Seminario 11, y listo. Yo les propongo algo todavía mucho más lento y mucho más cuidadoso en su proceder: primero, estudiamos en Aristóteles las cuatro modalidades de la causa, tratamos de entender un poquito qué son y, después, nos metemos también un poquito con «Tyché» y «Automatón», intentando comprender qué son en Aristóteles; luego de ello, pasamos a «Posición del Inconsciente», procurando entenderlo lenta y cuidadosamente. Por último, vamos a «Tyché y Automatón» para entender, entonces, cómo incorpora Lacan estos dos términos de la causa, que Aristóteles no puede hacer entrar en su sistema. ¿Les parece bien? Me da la impresión de que nos va a llevar muchísimo tiempo, que nos va a demorar mucho la entrada en la discusión puntillosa de «Posición del Inconsciente»; pero, también, que es necesario hacerlo para ver si terminamos de comprender estas cosas, teniendo un buen sistema de referencias, sabiendo bien dónde encontrarlo, etc., etc. ¿Están de acuerdo? Veo que hay algunos de Ustedes que no responden... Pero, ¡"el que calla otorga"..!

Trabajaremos, por un lado, las definiciones de las cuatro modalidades de causa de la «Metafísica» de la edición de Iberia. Porque la «Metafísica» no se consigue. Sí se consiguen diez diferentes pésimas ediciones pero, como la mía, la de Iberia, no hay: ¡es la más pésima de todas..! Bueno en ésta, en el libro 1, capítulo III, que se llama «La investigación de la causa», da las siguientes definiciones (hay que darse un poquito de paciencia porque no podemos deducirlas a partir de nuestro sistema y orden simbólico actuales). La causa eficiente es definida como "el principio del movimiento". En el libro 5, capítulo dos (recuerdan que les dije que es casi un léxico filosófico), hay una definición un poquito más extendida. Dice:

«La causa es el principio primario del cambio o del reposo».

Y los ejemplos que da son insólitos. Voy a trabajar, primero, con todas las definiciones de "eficiente". Observen los ejemplos: "el autor de una decisión". El autor es la causa eficiente de una decisión. ¿Entienden? ¿Por qué Macri remató con un éxito sorprendente los palcos de la nueva Bombonera? ¿Cuál es la causa eficiente de eso? Porque lo hizo Macri, es el autor. Ya sé que todos van a poner cara de: "Y eso, ¿qué tiene que ver con la causa? ¿Eso es causa?". El autor de una decisión es causa de la acción y " el padre es la causa del hijo". Les advierto que este ejemplo está dado veinte veces por Aristóteles, y jamás dice "madre", no pone que la madre es causa del hijo. Si hoy hiciésemos una votación sobre quién es causa del hijo, madre o padre, ¡la madre ganaría por ‘afano’ 5! ¿Cómo poner a trabajar la pregunta «¿por qué?» en "El padre es la causa del hijo"? Eso lo dicen todos Ustedes en análisis: Ustedes son como son, por vuestro padre. Es claro que para todos nosotros esto no tiene nada que ver con la física, pero es así...

«Y, en general, el agente es la causa de lo que se hace. Y lo que hace cambiar es causa de lo que sufre el cambio».

Esto es «causa eficiente». En el mismo capítulo 2, del libro 5, agrega:

«En cuanto a la semilla, el médico, el autor de una decisión, y en general el agente. Todas estas causas son como principios de cambio o estabilidad».

O sea, como principio o causa eficiente, tenemos como modelo la semilla. ¿Por qué hay una planta? ¿A causa de qué? Ahí se nos confunde a nosotros con materia, cosa material. Pero no es así para el mundo griego y Aristóteles. Es a causa de la semilla, el médico sería causa de la salud. ¿Saben lo que es "peristaltismo"? "Peristálticos" son los movimientos intestinales. Si Ustedes tienen un familiar adulto, grande, que no ‘caga’ hace más de una semana, y que está en cama; si llaman al médico, les dice: "Pero, ¡claro! Si se la pasa en cama, evidentemente no favorece el peristaltismo". Entonces, el médico aconseja que se ponga a caminar. Los griegos sabían esto. Así pues, Aristóteles dice que el paseo es causa de... ¿cómo decirlo? De "mover el vientre", como decía mi abuela... El paseo es causa de la deposición, porque es aquello que funciona como agente. Pero también entiendan que es para el cambio o la permanencia. ¿Por qué alguien conserva la salud? Si uno pasa de enfermo a sano, es un cambio. Pero si uno sigue sano, se trata de permanencia, de estabilidad. O sea, el agente como causa eficiente es aquello que responde de esta manera a aquello que se produce y que puede ser consultado por la vía del "¿por qué?", a lo cual se responde por la causa.

En La Física, libro 2, capítulo 3, hay pocas definiciones. En mi edición, en la página 352, la causa eficiente es definida como:

«Es aquello de que se origina el primer comienzo del cambio o del reposo. Como el padre es causa del hijo y el agente de lo que se hace».

Un poquito más adelante, en la página 360, lo llama "motor" o "primer motor".

Bien, pasemos a la causa final. Ésta es una de las más importantes porque, para Aristóteles, la causa final es aquello que se busca mediante lo que se hace. También, puede ser aquello que se busca mediante lo que no se hace: el reposo, restablecimiento de la energía, cómo uno se encuentra después de haber dormido bien. Pero en la causa final es donde se inscribe el Bien. Quiere decir que el Soberano Bien de Aristóteles, que lo encuentran en la primera página de la «Metafísica» (es uno de esos libros que uno debe tener en la biblioteca. Cómprenlo, es baratísimos. Aparte, no vale nada justamente porque no se cobran derechos de autor y todo eso). En la primera página de la «Metafísica» es donde Aristóteles postula que todo fin último de toda acción es el Bien Soberano, que se mantuvo para el ser humano, casi en forma indiscutible desde Aristóteles hasta el Freud de 1914, porque las cosas empiezan a cambiar a partir de 1914.

¿Cómo se define la causa final? Dice Aristóteles en la «Metafísica», libro 1, capítulo 3:

«La causa final es el Bien, puesto que el bien es el fin de toda generación y de todo movimiento».

Ven que ya se inscribe como Bien Soberano porque el bien es todo fin de todo lo que se hace o se deja de hacer. En el capítulo 2, del libro, 5 la define así:

«La causa es también el fin, es decir la causa final, por ejemplo, la salud es causa del paseo».

El fin último de tu paseo es la salud, la salud es la causa del paseo. Para nosotros ya no es así, porque a nosotros, en el mundo moderno, se nos confunde la causa con lo que estaba antes de lo que sucede. Para esto es excelente «Causalidad» de Mario Bunge, editado por Eudeba, que es bárbaro; explica muy bien que, en el mundo moderno, con la física moderna, a nosotros se nos hizo que A es causa de B, casi inexorablemente como que a nivel temporal es antecedente. Y ahí Bunge demuestra muy bien que no hace falta que sea antecedente temporal. Pero para nosotros es así a nivel de prejuicio. Pero, para Aristóteles, no es así en absoluto, porque es una causa lo que uno busca como fin, que es la causa final. Para nosotros, la causa final sería la primera, pero anterior en el tiempo, un tiempo antes. Para nada es así en Aristóteles. ¿Por qué se pasea? Para mantenerse sano. Ustedes creerían, seguramente, que era muy moderna la "onda verde", pero tenía ya dos mil quinientos años, no es ninguna novedad.

Pregunta: [inaudible].

A.E.: Sí, son todas las preguntas que se refieren a la causa. Ya lo leí. Él ya lo había puesto en serie: "¿por qué?", "¿para qué?", es cualquier pregunta que remite al dar cuenta del cambio, la generación. ¿Qué diferencia hay entre "generación" y "cambio"? Un hijo no es un cambio, es algo nuevo que hay. Su fo rma más estándar, más típica, es "¿por qué?". Es increíble que sea así, porque es justamente la pregunta al inconsciente: "¿Por qué crees que te pasa lo que te pasa?". Si Ustedes no ponen a trabajar esa pregunta, jamás van a estar en la lógica, en la vía de la ética del inconsciente. Pero, también, "¿para qué?", o "¿cómo?". Con lo cual, se amplía bastante el tema a la misma pregunta. ¿Por qué hay pregunta? Y, ¿cómo se ataca la cuestión de la pregunta? Con una teoría de la causa.

Cuándo en psicoanálisis lacaniano se habla de la causa, ¿de qué se habla? Del «objeto a». Todo esto para llegar a una teoría más o menos comunicable, seria, honorable, presentable en público, para no decir no más la fórmula: el «objeto» a es la causa, que es lo que se dice en todas partes repetido y nadie entiende lo que quiere decir. El «objeto a» es la causa, ¿de qué? En términos de lo que estamos trabajando: de la existencia de la pregunta. La pregunta está causada por el «objeto a».

O sea, ¿cómo trabajó Aristóteles? Que para la existencia de las preguntas "¿por qué?", "¿a causa de qué?", hasta "¿cómo?", se opera proponiendo una teoría de la causa. ¿Por qué hay automatismo de repetición? Hoy podríamos decirlo un poquito mejor: ¿a causa de qué se repite? Ustedes ya saben el final de toda esta historia, lo conocen perfectamente; yo también, no hace falta que hagamos todo el curso. ¿A causa de qué se repite automáticamente? Del «objeto a». Responder así, ¡es vergonzoso! No veo que esa respuesta sea mucho más sabia que responder "a causa de que la sustancia viva tiende, por su inercia, a retornar al estado inanimado anterior" . ¿Qué saben Ustedes de la sustancia viva? Seamos sinceros: nada. O sea, se responde con una frase ahí donde uno no sabe qué decir...

Lo que estamos trabajando es que el inconsciente tiene la estructura de una pregunta, y que la causa es el «objeto a». Es decir, lo que lógicamente corresponde poner a trabajar, para la existencia de la pregunta, es la teoría de la causa. Me da la impresión de que Freud se encontró con esta pregunta. ¿Cuál es la pregunta más atroz y más elemental con la que el psicoanálisis tropieza? "¿Por qué se repite?". ¿Qué es la «reacción terapéutica negativa»? No es que nos va ‘como el culo’ con un paciente —eso sería, en todo caso, resistencia del analista. La «reacción terapéutica negativa» es cuando nos va bárbaro con un paciente y, en lugar de "No venga más porque ya está todo bien", ¡todo vuelve de nuevo! Quizá se manifieste con una complicación más, de tipo transferencial. Pero cuando las cosas iban bárbaro, cuando ya se pasó por el Edipo, por la madre, por el padre, por los hermanos, por la rivalidad fraterna, por la impotencia del padre, por todo eso, y ya se curó; cuando se curó, pasa que vuelve a enfermarse... Empezó a ocurrirle a Freud. Porque antes, para Freud, se trataba de enfermedad y cura. Ésa era la historia del psicoanálisis hasta 1914. Pero a partir de entonces, ahí, empieza a producirse el circuito endemoniado... (verán que lo de "demonio" tiene muchísimo que ver, que la pulsión de muerte es "demoníaca").

Avancemos un poco más: «Tyché» y «automatón», en griego. Les traje las etimologías griegas de estos dos términos, porque es muy difícil traducirlos. Para traducirlos, se emplean "azar", "fortuna", "acaso", "casualidad", etc. Es muy difícil saber si Lacan tiene razón o no, si es el encuentro o el no encuentro. A partir de 1914, la serie enfermedad–cura deviene enfermedad–salud–enfermedad; es decir, volvemos a encontrarnos con enfermedad. Y mi impresión es que el psicoanálisis nunca pudo salir de eso.

 

¿Por qué eso repite? ¿A causa de qué? Hace falta una verdadera teoría de la causa, entendible, comunicable. Una que nos permita esclarecer puntos fundamentales. Subrayen todo lo que dije recién. Lo mismo pasa con el sujeto analizante, tiene también su pregunta fundamental: "¿Por qué mierda repito, más allá de mi mamá, de mi papá, y más allá de toda contingencia? ¿Por qué repito?, ¿por qué volví a fumar?". No hay nada más fácil que dejar de fumar. Yo ya dejé como veinte veces... O sea, volví a fumar. Es lo mismo para el analizante, también tiene un "¿por qué?" esencial, vinculado a la repetición. Pero solamente se lo resuelve con una teoría de la causa. Si no, prueben responderle: "Y... es una tendencia de la sustancia viva". Verán cuán rápidamente se quedan sin paciente...

Pregunta: [inaudible].

A.E.: ¿Qué le pasó a Freud? Freud es el mejor, el mejor. Y como no tenía una teoría de la causa, puso a trabajar lo que pone a trabajar todo el mundo, a saber, la teoría de la sustancia viva...

La teoría de la causa se corresponde con la teoría de la pregunta. La existencia de la pregunta nos obliga a elaborar una teoría de la causa: De manera que, en este sentido, respondo a tu pregunta: cualquier pregunta. Revisá Aristóteles. Revisalo y vas a ver que dice "¿por qué?", "¿a causa de qué?", y hasta a veces "¿cómo?", "¿cómo se llega de A a B?". Para él, esa pregunta por el cómo, hasta funciona como sinónimo de "¿a causa de qué A se hizo B?". En realidad, de lo que se trata es de cómo se piensa la cuestión de la pregunta. Y la clínica del psicoanalista es la clínica de la pregunta. Así que, no verdaderamente clínica psicoanalítica, si no hay una teoría de la causa.

Retomemos, entonces, la causa final. ¿Por qué se pasea? Respondemos: para mantenerse sano. Diciendo así, cre emos haber dicho la causa. Por último:

«Se llama "causa" a todos los intermedios entre el motor y el objeto».

El motor era la causa eficiente. Entonces todo lo que hay en el medio, entre la causa eficiente y el resultado final, se llama "causa", de la índole también de la causa final. Y dice:

«Así, es como el adelgazamiento, la purgación».

O sea, la purga. Son ejemplos muy cotidianos, de todos los días.

«Los remedios, los instrumentos del médico son causa de la salud, pues todos estos medios se distinguen unos de otros en que unos son instrumentos y los otros acciones».

En la página 105 de la «Metafísica»:

«Las otras causas son como el fin y el bien de todas las cosas. Por lo tanto, la causa final es el Bien por excelencia y el fin de los demás seres. Poco importa, por último, que no se diga que este fin es el bien en sí o el bien en apariencia».

En la «Física», "causa final" está descripta así:

«Es el fin, la causa final, como la salud es causa del paseo, pues de quien pasea decimos que lo hace por causa de su salud».

¿Lo ven? Es completamente discursivo. Dos tipos se preguntan: "¿A causa de qué se pasea aquél?", y se contestan "Porque busca salud". Si Ustedes quieren, me parece que es una estricta verdad para la estructura de la cadena significante, como «nachträglich». Por primera vez, tenemos una teoría estricta de la causa que incluye el «nachträglich» freudiano, aquello que es S2 se produce como bucle, causa de S1. O sea que S2, que viene después, en realidad está antes.

«Y pertenece a la misma causalidad cuando es intermediario».

Causa formal. Ésta es de las de las peores... Porque «forma» es un concepto que nosotros prácticamente no usamos así. Leo rapidito y dejamos en este punto, para retomarlo en la próxima clase. Espero que con la mayor cantidad de preguntas o cuestiones que Ustedes puedan preparar.

Entonces, «causa formal»:

«Entendemos por causa la esencia propia. En efecto, la razón de ser de una cosa está en definitiva en la razón de ser de esta cosa».

La causa formal es la esencia. Y la esencia es la razón de esa cosa.

«Y la razón de ser primera es causa y principio».

Yo no sé qué quiere decir esto. Van a ver que con los ejemplos que da, se entiende aun menos...

«La causa es la forma y el paradigma...».

Es como decir "Este pino es el paradigma de los pinos". Quiere decir que tiene una forma de pino, pero una forma pura que tiene todos los detalles que hacen, por así decirlo, a la "pinidad". Eso es causa de que el pino sea como es. Hay que pensarlo. El término griego que estamos pensando es el «eidos», "idea". Pero, en realidad, pareciera no tener nada que ver con lo que nosotros pensamos. No se trata de lo que pensamos, en el sentido de cuando pensamos algo. Se trata de la «idea» de árbol, en tanto que esencia de árbol que está presente en su forma. En nuestra física moderna, nosotros remitiríamos a la esencia del pino los caracteres genéticos de la cosa. Pero, en Aristóteles, eso no es «forma» ni «materia». ¿Saben lo que es «materia»? por ejemplo, la madera con que está hecha la cama; es decir, con qué está hecho. La causa material de la cama es la madera.

«...y sus géneros».

Porque género es el género humano. La causa es la forma y el paradigma, es la definición de la cualidad y sus géneros. Por ejemplo, Aristóteles dice "el género humano", lo que es el hombre, la esencia. Si alguien entiende este otro ejemplo, por favor, explíquelo:

«Para la octava, es la relación de dos a uno».

No sé a qué se refiere... Supongo que está hablando de la música. En todo caso, aquellos de Ustedes que sepan a qué se refiere, es búsquenlo para la próxima, consulten con algún músico. La causa formal es, pues, la esencia de la cosa, su paradigma.

«Y de forma general, el número».

¿Conocen el problema del número en la tradición filosófica de la Grecia antigua y clásica? Para los pitagóricos, la esencia de la cosa es el número. Para nosotros, es una cualidad de las menos importantes. Pero para una rama de la tradición filosófica griega, para los pitagóricos, las cosas se hacen a partir de los números, las esencias de todas las cosas que existen son los números. Ustedes podrán decirme "Pero, ¡qué idea tan ‘pelotuda’ y agarrada de los pelos!"... Sin embargo, nunca olviden que nosotros trabajamos con significantes, y que los significantes llevan números. Así que, cuando uno se acuerda de lo que es el significante y de las cosas que decimos con Lacan, y que los significantes llevan números subindicados –si no, no son significantes–, todo se empieza a ordenar un poquito más.

Pregunta: [inaudible].

A.E.: Una de ellas, no sólo los números. Para los cabalistas, no sólo los números son la causa de las cosas. No es lo único. Para los pitagóricos, los números eran la esencia de las cosas. Eran matemáticos cuya matemática era una religión. Para nosotros es el colmo. Tanto es así que lo inconmensurable se enseñaba en reuniones secretas, y no se podía contarlo a nadie; si se contaba que había lo inconmensurable, uno corría el riesgo de ser asesinado. Se enseñaba en una ceremonia secreta, religiosa, sólo a iniciados.

«La causa es, también, las partes de la definición».

"La vaca es un animal todo forrado de cuero", eso es la causa de la vaca, pero en cuanto causa formal. En la «Metafísica», dice:

«Las otras, como esencia, por ejemplo, el todo, la composición y la forma».

Todas éstas son causas de la índole de la causa formal. En la «Física», "causa formal":

«es el modelo y la forma, como la relación de dos a uno con el octavo».

Son traducciones malísimas... Debería decir "para la octava". Y, en la pagina 360, dice:

«...forma o esencia».

Es decir, la causa formal es la forma o esencia, no dos cosas. Este "o" es inclusivo, porque para ellos la forma es la esencia.

Y, finalmente, la causa material. Se define así:

«La causa es la materia o sustrato. Se llama causa a la materia inmanente de que está hecha una cosa».

Desconfíen de ese "inmanente". Hay que ver qué es lo que verdaderamente dijo Aristóteles y qué, lo que dice el traductor... Por ejemplo, en la anterior dijo:

«La causa es la materia o "sujeto"...».

Y estaba mal traducido porque, en verdad, es "sustrato" y no "sujeto" . Pero fíjense en lo que es «causa material»:

«El bronce es la causa de la estatua».

Ahí, van subsumiéndose preguntas. Para nosotros, sería de qué está hecho. Pero la respuesta a la pregunta es en la causa. En Aristóteles es así.

«La plata de la copa y, también, los géneros del bronce y de la plata».

Géneros como habíamos definido «causa formal»: el bronce. Y lo otro sería: de la estatua, el bronce; es decir, el bronce del que está hecho. Pero, también, el bronce en general. ¿Por qué, en un día de calor, la estatua no se derrite? Por que está hecha de bronce, de bronce en sentido general.

«Las unas son causa como sustrato, por ejemplo las partes».

Y en la «Física», la causa material es:

«Aquello de que una cosa está hecha y que permanece inmanente, como el bronce en la estatua y la plata en la copa, así como los géneros».

La última definición, en la «Física», de «causa material», es:

«...materia o naturaleza material».

Pero no pierdan de vista que es "naturaleza material", es decir, por ejemplo, la madera con que está hecha la cama.

En la próxima reunión, retomamos desde aquí. Voy a incluir las páginas 44 y 44 del libro « La Causalidad», de Bunge, porque sirve muchísimo. Ahí, vuelve a definir él las cuatro causas y las coherentiza bastante. Después, pasamos a «La Ciencia y la Verdad» para armar un cuadro. Luego de ello, pasaremos a la «Física» y a la «Metafísica» de Aristóteles, para ir a «Tyché» y «Automatón». Y, además, vamos a rompernos la cabeza con los diccionarios, para ver qué son «Tyché» y «Automatón» en el mundo griego, y si efectivamente Lacan tiene razón en decir que está todo mal traducido. Entonces, sí, a partir de allí, pasaremos al psicoanálisis con nuestra versión de «Tyché» y «Automatón».

Correcciones: Luciano Echagüe

Notas

1 «Homeostasis e insistencia», «Freud, Hegel y la máquina», «El circuito», respectivamente.

2 La edición castellana traduce "enajenación" por "aliénation".

3 En la edición francesa se lee: «Vous avez pu reconnaître au passage dans les quatre modes de sa réfraction qui viennent ici d’être recensés, le même nombre et une analogie d’épinglage nominal, qui sont à retrouver dans la Physique d’Aristote».

4 «Ce n’est pas hasard, puisque cette physique ne manque pas d’être marquée d’un logicisme, qui garde encore la saveur et la sapience d’un grammatisme originel».

5 En Argentina, se emplea vulgarmente "afano" por "robo" ( "afanar" = "robar"). Por otra parte, "ganar por robo" se emplea como "ganar por una gran diferencia", "ganar por mucho". Así pues, sustituyendo "robo" por "afano", se obtiene «ganar por afano» [N.d.C.].


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