Volver a la página principal del Programa de Seminarios por Internet de PsicoMundo

Seminario
Posición del inconsciente

http://www.edupsi.com/posicion
posicion@edupsi.com

Organizado por PsicoMundo

Dictado por : Alfredo Eidelsztein


Clase 5
El Inconsciente es lo que decimos

Transferir clase en archivo .doc de Word para Windows


El tema de la clase de hoy es continuar con el escrito de Lacan.

Voy a retomar sólo unas palabritas de lo que quedó pendiente, muy a grosso modo , de nuestra incursión por el tema de la causa. Desde la misma perspectiva, orienté lo que voy a dar en la clase de hoy sobre el tema de la conciencia, porque me da la impresión de que, para lograr un nivel adecuado de discusión de los temas psicoanalíticos, hay que contar con herramientas conceptuales, ya que lo único que se logra hablando en "jerga psicoanalítica" durante años y años, es horizontalizar todas las discusiones. Y lo que se logra con eso es que se baje el nivel. La idea con la cual yo intento orientar el trabajo que hacemos juntos es que, de cada uno de los puntos problemáticos, esenciales del texto de Lacan, introduzcamos todos los problemas que pueden llegar a hacer, de eso, una franca y verdadera discusión —no sé si hoy, no sé si entre nosotros pero, al menos, contar con las ideas, con las herramientas para hacerlo.

Traje las fotocopias de la «Física» de Aristóteles, del capítulo en donde están las cuatro causas esenciales y específicas, y las dos causas accidentales.

En la reunión pasada, me olvidé de avisar que está en la biblioteca de la Facultad de Psicología, el libro de Bunge sobre la causalidad (acá, como siempre, la "carta robada" está delante de los ojos de uno y uno no la encuentra...). Por otra parte, Tyché y Autómaton están como "Tyché" y "Autómaton", y como "encuentro con lo real" y "red de significantes" en «La Carta Robada», en los «Escritos», en la página 39 del original en francés.

Para cerrar lo que fue nuestra excursión alrededor del tema de la causa (y que, en realidad, aquí "cerrar" quiere decir que yo voy a dejar de hablar explícitamente y haciendo de eso el eje, aunque está dentro de los temas de los que nosotros permanentemente podemos hablar, al menos dentro del contexto de la enseñanza de Lacan —que está dentro de lo que nosotros trabajamos, o sea dentro del grupo de años de referencia), creo que podríamos terminar diciendo lo siguiente: que con respecto al orden en que hemos presentado y trabajado las cuatro causas descriptas por Aristóteles, con las cuales se arma un sistema lógico –eficiente, final, formal y material–, es que se ordenan magia, religión, Ciencia y psicoanálisis.

Si esto es así, es porque esto se ordena con relación a una lógica, porque esas cuatro causas de Aristóteles son las cuatro que se ordenan dentro de un sistema lógico. ¿Cuál es la lógica que le corresponde? Según Lacan, es la que se deriva de los efectos de la presencia de la Ciencia sobre el sujeto moderno. Y es a partir de ese sujeto que se arma la lógica que organiza estas cuatro prácticas –que son cuatro, no cinco ni tres– con estas cuatro modalidades de la causa. Con una advertencia: las cuatro causas de «La Ciencia y la verdad», respecto de Aristóteles, son el mismo número –cuatro–, pero como «una analogía de reparo nominal con Aristóteles». Esto quiere decir que Lacan utiliza el mismo nombre pero no la misma lógica donde cada una de ellas cobra sentido —salvedad, ésta, que la vez pasada no pude terminar de hacer.

Y luego tenemos Tyché y Autómaton, que son las dos causas por fuera del sistema lógico de Aristóteles, de las que habíamos dicho eran por accidente, en relación a las otras cuatro, que eran esenciales o propias. Y habíamos definido «Tyché» como "encuentro con lo real" y, «Autómaton», como "red de significantes".

Eso, para cerrar lo que había quedado pendiente –a mi entender– como esencial para organizar lo que dije la vez pasada y en las anteriores. No comenté todo el cuadro que preparé para Ustedes sobre «La Ciencia y la verdad», pero volveremos a él cuando cualquiera de Ustedes lo desee, para discutir cualquiera de sus puntos.

Hoy tan sólo voy a tomar una pregunta que ya se me hizo (si alguno de Ustedes tiene preguntas para hacer, le ruego la deje para el comienzo de la próxima reunión. Es siempre bienvenida cualquier pregunta, de cualquier clase, sobre lo que yo di en este curso aunque hayan pasado ya muchas semanas). Se me preguntó, entonces, en qué sentido se utiliza "causa eficiente" en el seno de la magia. Primero, la advertencia es que "eficiente" como causa, para la magia, en el sistema de Lacan, no es sinónimo de "eficiente" en el sistema lógico de las causas de Aristóteles —es sólo un "reparo nominal". ¿De dónde toma Lacan la eficiencia en el procedimiento mágico? Sin lugar a dudas de Claude-Lévi Strauss, de «La eficacia simbólica». Esto quiere decir que, dada la estructura del significante, todo significante es sensible a la operatoria de otro significante. Entonces, alcanza que uno conciba como significante cierta dimensión de fenómeno natural para que, mediante otro significante, calcule que se puede producir un efecto de eficacia. Si uno considera que la lluvia tiene una estructura significante (o sea, cuando no es una condensación de las partículas de humedad que hay en la atmósfera), por ejemplo, cuando "lluvia" se asocia con "los dioses", entonces si la lluvia se asocia a los dioses, en cuanto significantes, "los dioses" son puro significante. ¿Desde cuando existe Dios para cada uno? Desde que uno se pregunta si existe Dios. Eso hace que, inexorablemente, sepamos de su existencia en el mundo significante. Si vuestro hijo les pregunta "¿Qué es Dios?", Ustedes ya están en condiciones de hacer correr otra bolilla del ábaco: otro creyente más en el mundo. Ya está, con sólo preguntarlo basta —porque la existencia de que se trata es significante. Si la lluvia depende de los dioses –del significante–, quiere decir entonces que puede ser alterada por los significantes. Todos los sujetos lo sabemos –aunque no tengamos una teoría para convencernos de ello, nosotros mismos– que es alterado por otro significante. Entonces, se puede hacer un baile, una danza de la lluvia –que es un significante– para producir la movilización de los significantes que determinan la lluvia.

La estructura del procedimiento estriba en que cuanto mayor coherencia lógica tenga, más efecto tiene aún para el creyente. Ustedes van a lo de la bruja porque vuestro hijo tiene enuresis, y ella te dice que tomes un vasito de vino: "cada vez que tu hijo ‘se pilla’, vos tomate un vasito de vino". ¡¿Qué carajo puede tener que ver?..! Ahora bien, ¿y si la bruja les dice que calienten un ladrillo y lo pongan debajo de la cama? ¿Cuál de las dos cosas harían? ¿Qué pasa si cae una gota de agua arriba de un ladrillo caliente? Y después de mucho tomar vino, ¿qué les pasa? ¿No vieron que todos los borrachos van a cada rato al baño? Se meten seis litros de cerveza adentro y, ¡tienen unas ganas de ‘pillar’, que se mueren! Quiere decir que cuanta más coherencia haya, a nivel del significante, del procedimiento, en lo que se busca, mayor será el efecto.

Si Ustedes tienen dolor de panza, ¿dónde debe operar el significante? En la panza del médico brujo. Entonces, el chamán padece a nivel del cuerpo porque se espera de él un procedimiento a nivel del cuerpo, un significante a nivel del cuerpo con un significante a nivel del cuerpo. Es la lógica del significante soportada en la eficacia simbólica y no en la causa eficiente de Aristóteles. Porque Lacan dice que toma el sistema en su número y en su nombre. No sé si responde a lo que me preguntaste. El psicoanálisis, para Claude-Lévi Strauss, queda del lado de la bruja con eficacia simbólica. Con lo cual, tenemos que trabajar muy bien cuál es nuestra diferencia operatoria práctica con respecto a la de la bruja, porque nosotros también nos basamos en la eficacia simbólica, también procedemos terapéuticamente con la palabra para obtener la curación aún de profundas y complicadas patologías corporales. Así pues, lo que nos queda de ese lado es la diferencia y no la comunión. Si Ustedes no entienden el procedimiento de la bruja, no entienden en absoluto vuestro mismo procedimiento, porque tiene la misma estructura: la "eficacia simbólica". ¡Es increíble! Para las mentes modernas, basadas en la verdad del átomo, la eficacia simbólica es increíble. La diferencia la tenemos que poner nosotros.

Bien, la parte con que vamos a comentar hoy –y de aquí en más va a ser muy factible que en cada reunión comentemos un trozo de «Posición del Inconsciente»– va a ser una página, a partir de la 810 de la traducción castellana –la 831 del original francés–, que es como la segunda o tercera página de «Posición del Inconsciente». Para estar a punto, sobre esta página, quisiera recordarles lo que acentuamos la primera vez que cometamos la primera página. Allí, dijimos, con carácter de fórmulas casi matemáticas, lo siguiente:

«El inconsciente es un concepto forjado sobre el trazo de lo que opera para constituir al sujeto».

El inconsciente es un concepto, o sea no tiene ninguna realidad material como las que buscan los científicos en microscopios o cámaras gama —es un concepto.

«...para constituir al sujeto».

Recuerdan que había señalado ya allí algo de la dimensión de la causa, algo causa al sujeto y, en ese trazo causal, allí es donde se localiza el concepto de inconsciente............

 

[pasaje inaudible]

 

................lacanianos, los psicoanalistas lacanianos argentinos tenemos una característica –a mi entender– muy propia, a diferencia de casi todas las otras comunidades de psicoanalistas lacanianos de otros lugares del mundo: que somos muy freudianos. Nosotros, casi todos, fuimos primero freudianos y luego nos hicimos lacanianos. Los más jóvenes ya nacieron al lacanismo, pero al menos todos sus profesores o maestros fueron freudianos. En otros lugares del mundo, los profesores aconsejan leer a Freud, porque sin Freud es más difícil. Nosotros tenemos que hacer al revés, distinguir cuándo se parece a lo que dice Freud. En este caso no es realidad psíquica en el sentido de que está la realidad del mundo circundante, el Umwelt, y en la cabeza de cada uno de nosotros hay como una interpretación de esa realidad que es la realidad de cada uno; cada uno habla de la feria según le va, es como la sabiduría popular lo expresa. No está hablando de eso, Lacan está preguntándose si hay alguna realidad que pueda llamarse psíquica. ¿Se entiende? No está comparando la realidad psíquica con la realidad. Pregunta si hay algo que se pueda llamar el funcionamiento y el procedimiento de lo psíquico, si hay algo que se pueda llamar lo psíquico en general, como si dijésemos "realidad marciana". ¿Entienden lo que quiere decir "realidad marciana"? No cómo nos mirarían los marcianos en caso de que vengan a visitarnos –como en esas películas bobas en que viene un marciano y se asusta por lo raro y agresivo que somos los humanos–, sino que si hay algo que pueda llamarse una realidad tal que sea específicamente marciana o, en nuestro caso, específicamente "psíquica". O sea, si lo psíquico tiene alguna realidad. El inconsciente no es una especie de realidad psíquica que carece del atributo de la conciencia. Lacan no está diciendo que se trate de que aquí reine la conciencia y que allí, no. Lacan dice que no se trata de eso.

«El peso que damos al lenguaje como causa del sujeto...».

La última fórmula a la que llegamos. Después les propuse que estudiásemos un poquito qué es la causa. Espero que, después de dos o tres reuniones sobre la causa, alguno de Ustedes me pueda dar respuesta a qué quiere decir "el peso que damos al lenguaje como causa del sujeto". No quiere decir el origen, sino lo que responde al porqué. ¿Por qué del sujeto, según nosotros, decimos que es? La respuesta es: a causa del lenguaje. En este sentido, se habla de "causa material". No es la causa material de Aristóteles. Entonces, ¿qué es? ¿Qué es la "causa material " para el sujeto, tal como lo encontramos en la experiencia analítica? Es tan obvio que me da vergüenza: es el material. Si Ustedes presentan un caso, dicen que llevan un "material", es por eso que es "causa material". ¿Adónde van a hallar la causa? En el material. La causa está en el material, por eso es causa material. Y, ¿cuál es la estructura de ese material? La del lenguaje. Para Lacan, esto es una novedad absoluta del campo de la Ciencia. Jamás, ningún procedimiento, en la Ciencia, había hecho de la causa una causa "material" en este sentido.

También trabajamos la frase:

«El inconsciente es lo que decimos...»

Les había advertido que reparemos en esta ambigüedad, que es correcta: que Lacan se llama a sí mismo en la primera persona del plural. Con la soberbia que lo caracteriza, Lacan estaría diciendo: "el inconsciente es lo que yo digo, no lo que dicen los post-freudianos ‘boludos’"... Pero, además, es: qué es lo que decimos cada uno de nosotros.

El último pasaje:

«El inconsciente para Freud no es lo que llaman así en otras partes. El inconsciente antes de Freud no es pura y simplemente».

Hasta aquí habíamos llegado. De todo esto tenemos, al menos, una versión que nos permite hacer un entramado lógico que nos permite discutir. Cuando Ustedes quieran lo discutimos.

Y ahora sí, el comentario del texto de Lacan, a partir de las páginas que les dije. Les voy a dar –Lacan los da– ejemplos de las nociones de «inconsciente» que no son el de Freud.

«El inconsciente para Freud no es lo que llaman así en otras partes».

¿Qué es eso que "llaman así en otras partes"? No rece cada uno en silencio. Piense, cada uno de Ustedes, si no es estrictamente verdad que Ustedes llaman "inconsciente" a estas cosas...

Pregunta: [inaudible].

A.E.: ¡Ah! Porque están leyendo otra edición. Voy a tratar de hacer un comentario, página por página. Ya estuve viendo que son doce páginas, así que unas diez o doce reuniones más.

Entonces, estaba con los ejemplos de nociones de «inconsciente» que no son el inconsciente de Freud:

1) El inconsciente de la sensación. O sea, sensaciones inconscientes.

2) El inconsciente del automatismo del hábito. Cuántas veces se dice: "¡Ay! ¡Lo hice inconscientemente!", por ejemplo, cuando sacan la llave para entrar a un lugar que no es vuestra casa. Y la explicación que le dan es que lo hicieron "inconscientemente". Es decir, un automatismo del hábito. Y eso que somos nosotros, analistas, que lo decimos, ¡imaginen cuánto más la gente!

3) El inconsciente del fondo adquirido, incluso integrado de la memoria. ¿Entienden lo que Lacan está diciendo? ¿A qué autor pondrían acá?

Pregunta: [inaudible].

A.E.: Es que no lo estoy leyendo literalmente, sólo estoy presentando un esquema. Yo dije que iba a "comentar" la página 810, no la estoy "leyendo". Conviene que revisen vuestros textos para verificar si tienen lo mismo que yo, si encuentran el inconsciente de la sensación, el inconsciente del automatismo del hábito, etc. Acá tampoco lo pone así, pero me da la impresión de que lo que está queriendo decir es eso —estoy proponiéndoles una lectura.

Intervención: [inaudible].

A.E.: Claro, pero si se da el caso de que en la traducción castellana no está el mismo sentido en juego, lo vemos.

Pregunta: [inaudible].

A.E.: "Unbewusste" es una palabra que no es un neologismo psicoanalítico, no es un neologismo freudiano. Estaba antes y, para colmo, tiene varias acepciones. Entonces, estamos estableciendo el «inconsciente» de antes de Freud. El «inconsciente» de antes Freud no es el inconsciente de Freud. Y, a su vez, también estamos diciendo que hay otras nociones de inconsciente que solamente tienen analogía de reparo nominal con el «inconsciente» de Freud. Y Lacan está haciendo la lista de cuáles son esas dimensiones. Y a mí me parece que con una claridad y evaluación perfectas —al menos para mí, dado que yo, habitualmente, empleo estas acepciones de "inconsciente".

¿Quién es el autor al que podríamos referir este "inconsciente de fondo adquirido, incluso integrado de la memoria". ¿A quién pertenece? A Carl Jung.

4) El inconsciente de lo pasional.

Pregunta: [inaudible].

A.E.: No, en Freud hay una distinción. Hay un trabajo de Freud que se llama «Sueños y Telepatía» en el que Freud destaca que su noción de «inconsciente», aquel que está en juego en el sueño, no tiene nada que ver con la telepatía. La telepatía, ¿cómo puede ser descripta? "¡Uy! Justo hoy yo te iba a llamar a vos y, ¡vos me llamaste a mí!". ¡Qué cosa! Se suele salir del paso, apelando a la "comunicación inconsciente-inconsciente": fue "inconsciente".

Pregunta: [inaudible].

A.E.: Voy a revisar lo que vos decís porque, para mí, Freud nunca articula telepatía a inconsciente, a su «inconsciente».

Pregunta: [inaudible].

A.E.: No, no dice que no haya telepatía. Vieron cómo es Freud, ¡es súper sabio! Dice que, en todo caso, no tiene nada que ver con lo que él dice que es el «inconsciente». Yo lo saqué de la lista porque no me parecía tan significativo. Discúlpenme, pensé que era el que menos les iba a interesar y, precisamente, fue el que despertó mayor interés.

Claro, son todas nociones de "inconsciente" que no son las de Freud, que es lo que estamos tratando de hacer: saber cuál es el «inconsciente» de Freud y posicionarnos como corresponde frente a eso. Pero si no sabemos lo que es, será muy difícil que podamos tener una "posición" del inconsciente.

Agrega, entonces, el "inconsciente de lo pasional". ¿Cuántas veces lo pasional Ustedes lo piensan o lo relacionan con lo inconsciente? Y el otro es el "inconsciente de lo hereditario" que se reconoce en vuestra naturaleza. ¿Sí o no? O sea, algo del padre o de la madre, o de la abuela de uno, que está en uno y de lo que dice que uno ha heredado, que lo recibió "inconscientemente". Parece mentira pero se dice así...

Todas estas nociones de inconsciente no son la de Freud y ni siquiera son psicoanalíticas aunque, como nosotros somos sujetos de la lengua, también las empleamos habitualmente —¡nosotros también somos ‘chabones’! Entonces, a éstas las compartimos, pero además hay una –nos dice Lacan–, una que tampoco es la de Freud, una que agregaron los analistas. Dice Lacan:

«Los psicoanalistas agregaron oscurantismo al confundir inconsciente con instinto».

Y esto, efectivamente, es así. A este vicio se lo encuentra muy poco entre los lacanianos, pero entre los no lacanianos es sumamente común que confundan inconsciente con instinto. Y si no lo visualizan así, piensen en cómo se utiliza, en otros lugares no lacanianos de psicoanálisis, lo instintual. Se confunde el inconsciente con lo instintual. Y Lacan dice que eso hay que rechazarlo de base porque –y ahora sí los quiero ver a Ustedes, lacanianos– lo arcaico o primordial está desechado en el mundo moderno y en toda Ciencia del hombre. ¡Ahí los quiero ver! ¿Cuántas explicaciones psicoanalíticas lacanianas dan Ustedes basadas en lógicas que utilizan esencialmente lo arcaico o primordial? Cuidado con suponer que el inconsciente tiene alguna articulación posible con algo de la índole de lo primordial o de lo arcaico. Aún, para cada uno de nosotros, las categorías de lo primordial o lo arcaico son ideológicas, y siempre tienen sesgo fascista. ¿Entienden lo que esto quiere decir? Que decir que porque la tribu australiana no domina el fuego, y menos que menos ha entrado entonces a la edad de los metales, no se puede decir que sea "primitiva". Eso es fascismo, no existe "lo primitivo". Me parece que alcanza con un ejemplo para demostrarlo. ¿Ustedes pondrían a los nazis de la Segunda Guerra Mundial por encima o por debajo de los bororo? La tribu de los bororo es la que estudió, en América, Lévi-Strauss. ¿Qué quiere decir "primitivo" o "arcaico"? Es simplemente fascista, para decir que es inferior aquello que no es como uno. Son distintos, sí, pero no "inferiores". Antes era todo así. ¿Se acuerdan de la película del científico británico de 1890 que apuesta 100 libras con el otro para ver si ese "salvaje animal troglodita", Tarzán, es capaz de convertirse en un gentleman? Apuesta cien mil millones a que nunca Tarzán va a llegar a ser un gentleman británico. ¿Quién ganaba? El que decía que no: Tarzán vuelve siempre a la selva. Acá existe lo mismo, es el mismo fascismo que está súper desarrollado –a mí entender–, fuertemente en la izquierda. La izquierda argentina es de un fascismo sorprendente. Un gerente de empresa, que sufre de alcoholismo, debe ser atendido psicoanalíticamente, y un ‘ciruja’ de la villa, borracho, es un "problema social". ¡Eso es fascismo puro! ¿Cómo no se puede analizar? No, te dicen, porque vive en un mundo donde todos son borrachos... ¿Y cómo fue el padre del gerente de empresa? Vos te enterás de que eran todos millonarios pero borrachísimos, el tío, el abuelo, el padre, la mamá, dos hermanos. Es muy común encontrar eso, en Argentina. La gente de izquierda, diciendo: "Para los pobres el psicoanálisis no va, hay que hacer estrategias sociales". Yo creo que lo que se subentiende, lo que se prejuzga es que son más "primitivos". Entre los lacanianos, se escucha mucho. Los que trabajan en hospital: "No, lo que pasa es que este sujeto no tiene nivel de simbolización"... Esto es, "arcaico", "primitivo", "inferior", etc. No es otra cosa que el fascismo, es cómo nos sale el fascismo a nosotros. No veo ningún motivo para que no seamos, como todos, fuertemente fascistas...

Hasta acá, entonces, la discriminación entre lo que es «inconsciente» para Freud, y lo que son las otras nociones de "inconsciente". Complicado el esquema, porque los analistas agregamos un factor de oscurantismo: lo confundimos con lo instintual, entendiéndolo como lo arcaico, lo primitivo, lo primordial.

La Reflexión de la Conciencia

 

Y Lacan agrega el punto que nos habilita al tema de hoy. Dice:

«No hay nada en común que pueda fundarse entre inconsciente y una objetividad psicológica».

Ésta es la clave y el eje de toda la polémica que va a ser la clase de hoy.

Pregunta: [inaudible].

A.E.: Yo digo que Lacan dice –o, al menos, así lo entendí– que no hay nada en común que pueda fundarse entre el inconsciente, el freudiano, y una objetividad psicológica. O sea, el inconsciente no es una objetividad psicológica, y no hay nada que lo ponga en relación. Esto es muy interesante para todos aquellos de nosotros que siempre estamos como Freud. Vieron esos escritos freudianos que son un diálogo polémico con un interlocutor imaginario, que son tan lindos, como por ejemplo «¿Pueden los legos ejercer el psicoanálisis?» y otros tantos. Muchos de nosotros tenemos polémicas así con supuestos científicos, filósofos, como para pensar qué es el psicoanálisis, cómo lo sostendríamos en una discusión con alguien así. Cuidado con sostener que las bases de sustentación material de la práctica analítica es que el inconsciente es algún tipo de objetividad, y menos que menos una objetividad psicológica.

El inconsciente es un concepto, y no se lo puede correlacionar a ninguna objetividad psicológica. La idea de que existe una objetividad psicológica –porque tal idea existe–, para Lacan, revela el error central de la psicología. El error central de la psicología –ahora vamos a decir cuál es– radica en que cuenta con una "objetividad psicológica". ¿Cuál es? La conciencia. Así que, hoy, a partir de aquí, vamos a discutir qué es la conciencia. No sé si el tema les interesa o no, si los apasiona o no, pero es increíble lo poco que los psicoanalistas sabemos de la conciencia, siendo que estamos trabajando desde siempre con un "aparato" armado por Freud con una parte que es la conciencia. Y me da la impresión de que es poco, o nada, lo que sabemos sobre la conciencia. Así que, vamos a trabajar hoy sobre la conciencia. ¿Que sería la "objetividad psicológica"? ¿Entienden por qué la conciencia puede ser la objetividad psicológica?

Respuesta: [inaudible].

A.E.: Bueno, ahí ya están todos los problemas sobre la mesa. Uno es la confusión entre conciencia y Yo, que no es la confusión –porque la hay–, la confusión freudiana. ¿Cuál es la confusión freudiana? La percepción-conciencia. Freud nunca confundió el Yo con la conciencia. Pero sí lo que vos decís: habría que saber cuál es la articulación conciencia, Yo y el campo del Otro.

Intervención: [inaudible].

A.E.: Es verdad. Hay una definición de la conciencia psicológica, hay otra definición de la conciencia epistemológica o gnoseológica, y hay otra que es metafísica. Para armar este esquema, estoy utilizando el Diccionario de Ferrater Mora. Pero, de vuelta, una pregunta mucho más intuitiva: para el psicoanálisis, ¿la conciencia existe, o no existe? Existe. ¿Es acaso un concepto, o es algo en sí misma? Es algo. Conciencia e inconsciente no son lo mismo. La conciencia es algo, existe. Y, ¿qué es la objetividad psicológica que obtenemos de ella? Hablemos ‘a calzón quitado’. Estamos hablando de lo que nos pasa veinticuatro horas por día, de lo más cotidiano, de lo más común: la conciencia, ¿qué es? ¿Qué entienden Ustedes por "conciencia"?

Intervención: [inaudible].

A.E.: Ahí hay otro problema: "conciencia" y "realidad" se confunden.

Intervención: [inaudible].

A.E.: Entonces, la realidad es el mundo de los estímulos. Tenemos la percepción que es la entrada de esos estímulos al interior. Pero, ¿qué más?

Intervención: [inaudible].

A.E.: ¿Porqué tiene que haber una igualdad? Ése es otro problema. Pero tenemos el estímulo que Ustedes siempre prefieren visual... Hoy, todos somos víctimas de eso: para nosotros la realidad es "escópica", porque es la ‘engaña-pichanga’ fundamental del fantasma, que nos hace creer que la realidad es escópica. Entonces, estímulo escópico. La conciencia, ¿acaso son los ojos? No. ¿Qué función podemos dar a los ojos? La de la percepción. Pero, entonces, ¿qué carajo es la conciencia?

Intervención: [inaudible].

A.E.: ¿Qué pasa con la percepción? La luz, conos y bastones. ¿Eso es todo, o hay algo más? El cerebro, el estímulo, la percepción del estímulo que es un monto de energía. Ese monto, ¿queda en los ojos? Si queda en los ojos, te quedás ciego. Suele pasar cuando el estímulo es muy fuerte, como con las soldaduras; no hay que mirar directamente la iridiscencia que produce la soldadura porque el estímulo es tan fuerte que modifica de tal manera, para siempre, etc... Un monto de energía que se registra en una superficie.

Pregunta: [inaudible].

A.E.: ¿Eso se te ocurrió ahora, o lo leíste en Lacan? No, para Lacan, la clave es que siempre la máquina es el sujeto. En todos los inventos de fábulas, historietas y cuentitos de Lacan, siempre que haya una máquina, se trata del sujeto. Les voy a dar la fábula de ella, se llama así, Lacan la llama "fábula", en el Seminario 2, es exactamente igual a la invención de Morel.

Pregunta: [inaudible].

A.E.: El problema está en Freud. ¡La diferencia es enorme! En Freud, en 1895, la conciencia no cumple la misma función. Empieza a tener un lugar distinto con el problema de los sueños, porque los sueños son fenómenos de conciencia pero, la "realidad", ¿en dónde te la metés? Sin percepción, hay conciencia. Entonces tenemos la percepción endopsíquica y, ¿cuál es el problema del tiempo que se plantea en los aparatos freudianos? El de la regresión. Todo el problema teórico es la «regresión». Porque si el aparato psíquico funciona de izquierda a derecha, del polo P al polo M, ¿cómo puede ser que haya alucinación en el sueño? Sólo por un factor regrediente. Ese factor es todo el problema de la conciencia. ¿Cuándo aparece la conciencia, para Freud? Con el problema del sueño. ¡Es interesantísimo! Fíjense adónde fue a buscar la conciencia... Lean millones de libros sobre la conciencia y no van a encontrar, jamás –si no es un psicoanalista–, que se la ponga en relación con el sueño. Eso es una genialidad freudiana, única e irrepetible en la historia de todo Occidente. ¿De qué se trata en la conciencia, si los fenómenos de conciencia son el sueño? Son fenómenos muy raros de conciencia. Tenemos todo este tipo de problemas, nadie confesó qué es para sí mismo la conciencia.

Intervención: [inaudible].

A.E.: Sacale "atención", "memoria" y "percepción", ¿qué te queda?

Intervención: [inaudible].

A.E.: Un receptáculo, que no es muy distinto de esto que yo estaba diciendo del conjunto de neuronas y su sistema, donde eso se registra.

Cerebro, ¿hay sólo en el ser humano? No. ¿Y conciencia? Hay conciencia en los animales. Acá ya te da un poquito de transpiración... ¡Hegel debe estar retorciéndose en la tumba..! Porque, ¿qué es lo que hace Hombre para Hegel? La conciencia de sí.

Intervención: [inaudible].

A.E.: Ya está. Está el problema. Ya sabemos de qué vamos a hablar. Como referencia mínima, en Lacan, para discutir muy bien este problema, tenemos la clase 4 del Seminario 2, que se llama «Una definición materialista del fenómeno de la conciencia». Lo define como fenómeno. ¿Hay "fenómenos" del inconsciente? No, "formaciones" del inconsciente no es " fenómeno".

Pregunta: [inaudible].

A.E.: "Fenómenos" quiere decir que está en la realidad. La clase 6: «Freud, Hegel y la máquina» y clase 12, «Los aprietos de la regresión». Este problema está en Freud. Del Seminario 7, les recomiendo «Das Ding» y «Das Ding II», las clases 4 y 5; y, del Seminario 11 (por supuesto, no digo que sean éstos todos los lugares en que se hace un profundo estudio sobre la conciencia), la clase 5 «Tyché y Autómaton». No estoy loco, en esta clase, «Tyché y Autómaton», Lacan trabajó el problema de la conciencia; y la clase 7, que se llama «La anamorfosis».

Pasemos, entonces, al Diccionario de Ferrater Mora. Tengamos un poco de paciencia... Son nueve citas, no muy largas pero nueve al fin... Con respecto a la "Conciencia":

«El término ‘conciencia’ tiene por lo menos dos sentidos: (1) percatación o reconocimiento de algo,...».

No es percibir, sino percatarse o reconocer algo.

«...una cualidad, una situación, etc., o de algo interior, como las modificaciones experimentadas por el propio yo;...».

Así pues, el Yo sería algo "interior" pero, para colmo, la conciencia es de lo que el Yo se percata, se percibe; se trata de una descripción de la conciencia por el sesgo de la reflexión, de una reflexión automática.

Bajo la forma de la "conciencia moral", Ferrater Mora la define:

«(2) conocimiento del bien y del mal. El sentido (2) se expresa propiamente por medio de la expresión ‘conciencia moral’».

Aquí se remite a un artículo específico para esta definición, del propio Diccionario. Continúo:

«El sentido (1) puede desdoblarse en tres sentidos: (a) el psicológico; (b) el epistemológico o gnoseológico, y (c) en el metafísico. En el sentido (a), la conciencia es la percepción del yo por sí mismo...».

Metáfora de esto es el espejo.

«Aunque puede asimismo hablarse de conciencia de un objeto o de una situación en general,...».

Esto es, en el sentido de "tomar conciencia" de una situación.

«...éstas son concientes en tanto aparecen como modificaciones del yo psicológico. Se ha dicho por ello que toda conciencia es en alguna medida autoconciencia y aun se han identificado ambas. [...] En el curso de la historia de la filosofía no solamente ha habido con frecuencia confusiones entre los sentidos (1) y (2), sino también entre los sentidos (a), (b) y (c). Lo único que parece común a estos tres sentidos es el carácter supuestamente unificado y unificante de la conciencia».

Todo el mundo que ha hablado de la conciencia, tanto en los sentidos (1) o (2), y, dentro del (1), en sus aspectos (a), (b) o (c), ha destacado siempre ese factor. Nosotros ya tenemos, para esto, una salvedad: que la unificación es aparente, ilusoria y aportada por el Yo, no por la conciencia. A partir del sistema conceptual de Lacan, decimos que lo que introduce el factor "unificante" –el aparente o virtualmente unificante– es el Yo. ¿Por qué uno cae capturado a la imagen del otro? ¿Qué tiene de seductor o cautivante la apariencia del otro? La unidad: el Yo es la identificación a esa supuesta unidad.

Quiere decir que, en la realidad psíquica –si existe alguna "realidad" que sea "psíquica"–, el Yo ‘se hace cargo de traer las bebidas’ 1... ¿Se acuerdan de que las chicas se hacen cargo de traer la comida y los muchachos, de la bebida? ¿Quién ‘se hace cargo’? Es el Yo. Sobre lo que vos traés, yo no puedo hacer objeciones, no puedo impedirlo. ¿Hay unificación en el mundo animal? No, porque al carecer del elemento simbólico del "Uno", no se puede organizar sin la base del Uno; y el Uno es del Otro, esto es, nada que sea unificante a nivel del Yo. ¿Hay relación especular entre un animal y un congénere? Sí, pero lo que no hay es el factor unificante. Hay imaginario en los animales pero no hay Yo, porque el factor unificante, como tal, no existe. El factor unificante, en la realidad psíquica, es sostenido por el Yo; mientras que acá se lo asigna a la conciencia, se confunde conciencia y Yo. Y el factor unificante se lo da a la conciencia, cuando sabemos bien –al menos en nuestro sistema conceptual– que es del Yo.

Pregunta: [inaudible].

A.E.: Yo te puedo decir lo que es «Yo» en psicoanálisis. Acá se lo da por supuesto, ni siquiera se lo explica.

Pregunta: [inaudible].

A.E.: Puede haber conciencia de un objeto o de una situación. En realidad, cuando se habla de conciencia vinculada al Yo, es cuando –lo aclaro bien: desde el punto de vista de quien escribe el artículo de Ferrater Mora– se refiere a "autoconciencia". Y es eso lo que se confunde con el Yo. Sería percatarse de sí mismo. Si uno se percata de sí mismo a nivel del Yo, esa percatación, ¿es verdadera o, falsa? No hay tantas chances, tienen el 50% de ‘embocarla’, o no.

Intervención: [inaudible].

A.E.: Es imaginaria, y eso quiere decir que es falsa (no "ficticia", porque "ficticia" está en relación con la estructura de la verdad: la "ficción" ya indica lo simbólico), es decir, de la dimensión del engaño. ¿En qué medida uno se engaña con la autoconciencia del Yo? Porque, en realidad, es el otro. No hay una unidad que sea Yo porque la tomé por identificación al otro. Cuando encuentro autoconciencia, en realidad, con lo que me encuentro es con la unidad aparente –que tampoco es "real"– del otro.

Bien, entonces, lo único que aparece como común es el carácter supuestamente unificado y unificante del la conciencia.

«En efecto, aunque se admita que tal "cosa" es comparable a un espejo...».

Todos los términos que van a aparecer en «Posición del inconsciente» y en los seminarios que cité de Lacan, están en la definición de Ferrater Mora.

«...a un espejo, más bien que a las realidades que refleja, se supone que el espejo en cuestión tiene una realidad, por así decirlo, substancial. La conciencia es entonces descrita como una "facultad" que posee ciertas características relativamente fijas [...] Así, por ejemplo, algunos filósofos han destacado en la conciencia las operaciones intelectuales; otros, las volitivas; otros, las perceptuales [...] Ahora bien, tan pronto como se echó por la borda la noción de cosa en sí, la conciencia pura (trascendental) kantiana pasó de ser principio de unificación de un material empírico dado (bien que no organizado) a principio de realidad».

Como ven, están todos los términos psicoanalíticos. Cuando de la conciencia se dejó de hacer una cosa y se la tomó como factor unificante, entonces se la hizo equivalente a "principio de realidad".

«Hegel describe los grados o figuras de la conciencia en un proceso dialéctico en el curso del cual...».

Si leyeron Ferrater Mora, habrán visto que incluye la definición del concepto de «conciencia», primero descrito en términos generales y, luego, desde el punto de vista de los filósofos más importantes que abordaron este tema. Así que, yo tomé la de Kant y, ahora, la de Hegel. Y esto, por el problema del que les hablaba antes: ¿hay conciencia en los animales? Si hay conciencia en los animales, ¡todo el sistema hegeliano se va al carajo..!

Retomo:

«Hegel describe los grados o figuras de la conciencia en un proceso dialéctico en el curso del cual el despliegue de la conciencia es identificado con el despliegue [...] del espíritu».

Para Hegel, desarrollo dialéctico "de la conciencia" es lo mismo que "del espíritu".

«Aunque en la Fenomenología del Espíritu la conciencia aparece como el primer estadio, la autoconciencia como el segundo...».

O sea, tomar conciencia de sí mismo.

«...y el espíritu en tanto que libre y concreto como el tercero (desenvolviéndose en razón, espíritu y religión, y culminando en el saber absoluto), la conciencia puede ser concebida como "la totalidad de sus momentos", y "los momentos" de la noción del saber puro "adoptan las formas de figuras o modos de la conciencia "».

No importa si no entendieron nada, es absolutamente lo mismo. En Hegel, ¿por dónde empezamos? Primero, por la "conciencia". Pasamos, luego, por un estadio intermedio que se llama "autoconciencia" (es aquí donde se introduce, en la dialéctica hegeliana, el otro); y el tercero es "espíritu" o "razón" que, en realidad, es un estado. Un estado, ¿de qué? ¿Qué es "absoluto" en este tercer estado? El saber, el "saber absoluto". El problema es que empezamos con " conciencia" y terminamos en "saber". Ése es el problema. Es que Hegel, hablando de conciencia, en realidad, está hablando de una modalidad del saber. Después voy a leerles la cita de Lacan para que se queden tranquilos... Pero sea como fuere, escuchen la definición de "Bewusste", del diccionario alemán-castellano:

«Conciente, consabido, en cuestión. Estar cociente de, darse cuenta de;...».

¡Son unos hijos de puta..! Porque en el diccionario no aparece "Unbewusste", pero sí tienen "Bewusstlos" que, mediante el sufijo privativo "-los", quiere decir "inconsciente".

«...sin conocimiento, desmayarse, inconciencia».

Hay otra forma, también, que es "desmayo", y hay una última que es " conocimiento". O sea, efectivamente, cuando Hegel habla de "Bewusstsein" no necesariamente está hablando de "conciencia" con el prestigio y el privilegio psicológico que tiene hoy en día para todos nosotros; porque, en alemán, también es una modalidad de conocimiento y de saber, y es razonable que sea así porque así se hace coherente que sea específicamente humano y, por otra parte, que pueda terminar en "saber absoluto"; porque si no, ¿cómo hacés para partir de "conciencia" y terminar en "saber"? Es que ya implica el "saber".

Y la última cita del diccionario –porque también me interesaba esto–, dice:

«De esta manera y al distinguir los diversos modos de la conciencia, Husserl llega a la concepción de la misma de ascendencia cartesiana. Así, Husserl señala explícitamente que la descripción concreta de la conciencia abre enormes perspectivas de hechos, antes jamás investigados. "Todos ellos —escribe Husserl— pueden ser designados como hechos de estructura sintética...».

Esto se les escapó. Nadie me dijo "factor sintético" y, en la mitad de las definiciones de «conciencia» que dan los filósofos y los diccionarios, siempre aparece la "unificación" y el valor "sintético", explícitamente o no referido al Yo. Pero el problema es que se confunde «Yo» con «Conciencia». En realidad, yo pensé que el Seminario 2 de Lacan era el seminario donde Lacan distinguía entre el Otro con mayúscula y el otro con minúscula, articulado a la distinción entre sujeto y Yo. No, en realidad, no es ése el tema. El Seminario 2 –y hasta Lacan mismo lo dice así– es de la base de un triángulo donde se distinguen entre "conciencia", "Yo" y "sujeto" . O sea que si el sistema no es triádico, no puede resolverse el problema —si no existe el sujeto, no se puede distinguir entre conciencia y Yo. Y uno de los términos que siempre aparece en esta función es lo sintético. Pero sin la noción de «sujeto», no se puede criticar la función de lo sintético.

Continúo con la cita:

«...que dan unidad noético-noemática a las distintas cogitaciones [...] y también a las unas respecto a las otras. Únicamente el poner en claro la índole propia de la síntesis hace fructífero el mostrar en el cogito, en la vivencia intencional, una conciencia de, o sea, hace fructífero el importante descubrimiento realizado por Brentano, de que la intencionalidad es el carácter descriptivo fundamental de los ‘fenómenos psíquicos’; y únicamente ello deja efectivamente en franquía el método de una teoría descriptiva de la conciencia, una teoría tanto psicológico-natural como filosófica trascendental».

Y ahí remite a las «Meditaciones» cartesianas.

No sé si hace falta, tenía también preparado las definiciones de Marx y Lenin. Para ellos, la conciencia tiene directamente estatuto fotográfico, es la fotografía de la realidad. ¿Qué distancia, qué diferencia hay entre la conciencia de clase y el padecimiento de esa clase en el proceso productivo? Ninguna, la "conciencia", para ellos, es prácticamente la fotografía de la realidad, acá dice directamente "fosforescencia" .

Pregunta: [inaudible].

A.E.: Marx y Lenin. Lo leo:

«Todavía en muchos autores naturalistas del siglo XIX, la conciencia, sin ser negada, era enteramente subordinada a la realidad —esto es a la Naturaleza—. Marx afirmó que la realidad determina la conciencia y no a la inversa».

Según Marx, ¿en dónde se iba a producir, primero, la revolución?

Intervención: [inaudible].

A.E.: Porque la realidad era adecuada para la revolución. Y no pasó así, ¡ni un carajo que ver..! En Rusia. Se equivocó. Se equivocó porque él consideraba que la conciencia era una directa réplica de la realidad; y suponía que se iba a producir, primero, la conciencia de clase revolucionaria donde la realidad lo permitiese, es decir, donde hubiera mayor concentración proletaria, esto es, en las textiles inglesas... ¡Nada que ver! No la hicieron, no la harán nunca, jamás, y, para colmo, ya no quedan textiles inglesas... ¡Cagamos!, ¡ahora son todas asiáticas..!

«Aunque es posible encontrar en el marxismo cierta tendencia a identificar —cuando menos en el campo histórico— la realidad social con la conciencia de esa realidad, muchos autores marxistas (por ejemplo, Lenin) han defendido una teoría de conocimiento "fotográfico", según la cual la conciencia se limita a reflejar lo real»

Y la palabra que utiliza, para dar cuenta de esta posición, es la "fosforescencia".

Esto no es más que una rápida revisión de estas nociones. Veamos, ahora, cuál es la lacaniana.

Lacan tiene una teoría de la conciencia. Para Lacan, el déficit del desarrollo teórico freudiano es que Freud nunca dio a conocer un trabajo sobre qué es la conciencia, si bien es cierto que la incluyó como un aparato fundamental en el aparato psíquico y, aunque es cierto que donde la puso es donde se producían las ilusiones de conciencia, o sea, en los sueños –ésa era la genialidad freudiana–, no elaboró al respecto una teoría específica.

Aunque quizás resulte algo lento, trabajaremos con citas del Seminario 2, del Seminario 7 y del 11 para, luego, leer los tres parrafitos que tenemos sobre la conciencia en «Posición del inconsciente»; porque, a mí entender, son excesivamente cerrados e implican, por parte de Lacan, suponer que se conoce todo lo anterior. Verán que, en estos tres parrafitos, los términos van a estar explicados. Yo encontré la explicación en todas estas citas anteriores.

Entonces, lo primero que aparece en el Seminario 2, en castellano, es la famosa fábula. Está mal traducido y no se puede entender por eso. Como siempre, está mal... En castellano, el error está en la página 77. En francés, está en la página 62. Les leo la fábula, es la invención de Morel. La invención de Morel es del ‘40 y algo, así que la de Casares era anterior.

«El objeto real no es el objeto que ven en el espejo. Hay aquí, pues, un fenómeno de conciencia como tal».

¿Se entendió? ¿Qué es el "fenómeno de conciencia"? El reconocimiento de ese objeto aunque no sea el objeto real.

«En todo caso, esto es lo que les propongo admitir, para así poder contarles una pequeña fábula que orientará vuestra reflexión. Supongan que todos los hombres han desaparecido de la Tierra. Digo los hombres, dado el alto valor que conceden ustedes a la conciencia. Ya hay bastante como para formularse la pregunta: ¿Qué queda en el espejo? Pero hasta supongamos que todos los seres vivientes han desaparecido. No quedan, pues, más que cascadas y fuentes, rayos y truenos. La imagen en el espejo, la imagen en el lago, ¿siguen existiendo?».

La montaña reflejada en el lago, no quedan seres vivientes en la Tierra, entonces, ¿la imagen sigue existiendo? Sí. La imagen, sí.

«Está perfectamente claro que siguen existiendo y la razón es bien simple: debido al alto grado de civilización que hemos alcanzado, y que supera ampliamente nuestras ilusiones sobre la conciencia, hemos fabricado aparatos que sin audacia alguna podemos imaginar lo bastante complicados para filmar ellos mismos las películas, ordenarlas en pequeñas cajas y meterlas en la nevera».

O sea, podríamos poner una filmadora que filme cómo, en el lago, se refleja la montaña aunque no quede ningún ser vivo sobre la tierra.

«Ha desaparecido todo ser vivo y sin embargo la cámara puede registrar la imagen de la montaña en el lago, o la del Café de Flore desmoronándose en una total soledad. Es indudable que los filósofos me podrán hacer toda clase de sutiles objeciones. Les ruego, sin embargo, que sigan prestando atención a mi fábula. De pronto los hombres vuelven. Es un acto arbitrario del Dios de Malebranche: ya que es él quien nos sostiene en todo momento en nuestra existencia, bien pudo suprimirnos y ponernos otra vez en circulación unos siglos más tarde».

Es decir que si Dios nos quita, no hay ningún motivo para que no se pueda sostener la fábula de que Dios nos vuelva a poner.

«Quizás los hombres tengan que volver a aprenderlo todo, y especialmente a leer una imagen. Importa poco, pero esto es seguro: cuando vean la imagen de la montaña en la película, también verán su reflejo en el lago. Y verán también los movimientos que se produjeron en la montaña, y los de la imagen. Podemos extremar aún más las cosas. Si la máquina es más complicada, una célula fotoeléctrica dirigida a la imagen en el lago pudo determinar una explosión –para que algo parezca eficaz siempre hace falta que en alguna parte se produzca una explosión–- y otra máquina pudo registrar el eco o recoger la energía de esa explosión. ¡Pues bien!: esto es lo que les propongo considerar en lo esencial como un fenómeno de conciencia, que no habrá sido percibido por ningún yo, que no habrá quedado reflejado en ninguna experiencia yoica: en esa época estaba ausente toda especie de yo y de conciencia».

Dicho así, ¡es una cagada total!, ¡no se entiende nada! ¡Es una estupidez contradictoria! ¿Qué era la conciencia? La imagen reflejada en el lago. ¡¿Cómo me va a decir que no quedó nada, ni el yo ni la conciencia?! Después se dice que Lacan no se entiende... ¡cómo entenderlo, si lo que dice es totalmente contradictorio..!

Veamos, en cambio, qué dice en francés, dice:

«toda especie de yo y de conciencia de yo estaba ausente en esa época».

¡En la traducción castellana se desmerece todo lo que quería explicar! Lo que en francés queda claro es que puede haber conciencia sin yo. Cada vez que uno cree no entender, no es que Lacan no se entienda, sino que hay enormes problemas en la calidad de la traducción...

Entonces, la existencia de la conciencia. La definición materialista del fenómeno de conciencia es la existencia del reflejo –no del condicionado–, que esté la imagen real y que esté el reflejo. En el Seminario 1 están los espejos plano y cóncavo. En algún lugar de ese Seminario 1, Lacan dice una cosa muy difícil de entender, porque no queda claro si lo afirma o si lo niega: que el espejo cóncavo puede ser equiparado a la corteza. Les pediría que lo revisaran para la próxima reunión. En Psicología Evolutiva, en la Facultad, son todos lacanianos –parece que en esa Facultad son todos lacanianos...–, enseñaban psicología evolutiva con el modelo óptico de Lacan. Entonces, decían que el espejo cóncavo es la corteza. Vamos a revisarlo para nuestra próxima reunión.

Sea como fuere, lo que falta, y lo que es genial de articular en el modelo óptico, es la conciencia. Porque lo que se gana en ese juego de espejos no es solamente metaforizar el Estadio del Espejo mediante el juego de espejos –lo cual no es tan bueno porque metaforizar no es un buen procedimiento científico–, sino que lo que sí es interesante que pesquemos es que, en sistema de reflejo, lo que aparece es la conciencia. Ésa es la fábula.

Definición materialista de la conciencia:

«La conciencia es algo que se produce cada vez que tenemos [...] una superficie, tal que pueda producir lo que llamamos una imagen».

Yo no sé si Ustedes conocían esta definición de conciencia. Página 74, de la edición castellana del Seminario 2.

«[...] los efectos energéticos que parten de un punto dado de lo real [...] se reflejan en algún punto de una superficie [...] semejante a un espejo»

Semejante a un espejo a al "área striata", es decir, aquella parte de la corteza donde termina el nervio óptico. Lacan dice que el "área striata" semeja, en el lóbulo occipital, la superficie de un espejo. Pero no he tenido tiempo de buscar para hoy referencias con respecto a ello. Y dice "como un espejo" porque la lógica del espejo es que tiene que haber una correspondencia biunívoca entre dos puntos del espacio real. Lacan agrega que se trata de un espacio imaginario ilusorio, ya que el espacio imaginario ilusorio puede ser objetivo aunque no sea subjetivo.

¿Están de acuerdo con todo eso? Primero, ¿se puede producir en el espejo, en relación biunívoca, una imagen de un objeto ilusorio? Sí, por ejemplo: el arco iris. Al arco iris puede perfectamente sacársele una foto; pero no pueden ir al arco iris y encontrar la punta donde el arco iris toca la tierra y deja el dedo lleno de monedas de oro, porque sólo es una ilusión óptica —es un objeto ilusorio. Si le enfrentan un espejo, verán su imagen virtual formada en él. Entonces, tenemos que puede haber relación biunívoca, al estilo de la imagen en el espejo con un objeto real o ilusorio. Que el objeto sea real o ilusorio no representa limitación alguna: uno y otro son especularizables. La limitación radica en la relación biunívoca: que a un punto del conjunto A, le corresponda un punto y sólo uno del conjunto B, y viceversa. Esto puede ser "objetivo", en el sentido de sacar una foto, pero no hace falta que sea "subjetivo". Es lo que muestra la fábula, a saber, que se puede prescindir de todo sujeto, y eso sigue produciéndose igual. ¿Se acuerdan de cómo era la invención Morel? La invención de Morel, increíblemente, iba más lejos porque se trataba de hologramas. En esa época no había hologramas. Él inventó el holograma, que se ponía siempre en funcionamiento aunque no hubiese nadie allí. Lo que pasa es que un ‘chabón’ se escapa porque lo persiguen, y llega como náufrago a esa isla y entabla relaciones con un montón de gente que son hologramas. Esos hologramas, antes que este tipo estuviera apareciese, ya estaban allí y se los podía filmar y especularizarlos. Con lo cual, ven que no nos hace falta el sujeto humano hablante para la existencia de esto —estamos yendo al punto en donde puede haber conciencia en los animales.

Lacan agrega lo siguiente:

«El Yo es lisa y llanamente un objeto».

Esta aseveración, ¿no les trae problemas? Es como un credo. ¿Qué quiere decir? Que es ilusorio. Pero, ¿qué quiere decir "ilusorio"? Estamos volviendo al Seminario 1 —no hay problema en volver al Seminario 1. ¿Qué quiere decir un "objeto ilusorio"? El Yo, ¿acaso es cómo el arco iris? Sí, es como el arco iris. ¿No les pasa que si lo ponen frente al objeto, no ven al Yo? Sí. ¿Hay, entonces, tal objeto material? No, es una ilusión. Bueno, de eso se trata: el Yo es un objeto, pero un objeto tal como lo acabamos de definir –por eso hicimos todo ese rodeo–, puede sacársele una foto... Ahora bien, ¿qué es el aparato de sacar fotos? Ya tienen la clave: es el sujeto. Es el sujeto porque es la máquina, una combinatoria de palabras.

«El Yo es aparentemente unidad».

El yo es la unidad, no la conciencia. El yo es unidad,

«...no homogénea a lo que sucede en la superficie de ese campo, que es neutra».

¿D qué campo estamos hablando? El Yo es un objeto. El Yo es, aparentemente, unidad. Lo que quiere decir es que, si Ustedes miran en el espejo, parece que está unificado, no homogénea a la unidad, a lo que sucede en la superficie de ese campo que es neutra. ¿Qué campo? Donde se produce la imagen captada por la superficie. ¿Qué es la superficie? En la fábula, la superficie era el lago. La superficie es, entonces, la conciencia. ¿Cuál es la diferencia entre el Yo y la conciencia? ¿El Yo puede reflejarse en el campo de la conciencia? Sí, porque es un objeto, un objeto ilusorio. Ahora bien, en esa superficie puede tanto producirse la imagen de un objeto real, como la de uno virtual. La superficie, entonces, ¿es homogénea a la propiedad del yo? No, no lo es. ¿Cuál es, pues, la propiedad del Yo? Su propiedad es la unidad ilusoria. Y, ¿de la conciencia? La propiedad de la conciencia es la de ser "neutra". La conciencia no es unitaria, no hay nada de unidad allí, no hay nada que sea ‘uno’ a nivel de la conciencia —es neutra.

Intervención: [inaudible].

A.E.: No, no hay unidad allí, es neutra. La imagen de la montaña, ¿hace de la montaña ‘ una’, unitaria? Lo que la hace ‘una’ es el significante, porque nosotros decimos "una" montaña, "la" montaña: i(a), el uno del otro. Pero nosotros percibimos a la montaña, a la mujer, a la res, como siendo ‘unas’, unitarias. A la res, ¿podemos verla como entera o como "media res"? Pueden ser ambas. ¿Cuando los hombres vamos al cine y nos desmayamos porque sentimos esa ‘cosita’, vieron El Cuarto Hombre? O esas películas en que hay es cenas de castración y los hombres nos sentimos un poco mal... Las chicas gritan, pero no se sienten mal. El Cuarto Hombre es la historia de un psicótico, es muy interesante por cómo está planteada la lógica de la psicosis. Ahí le cortan el ‘pito’ a un tipo, con una tijera grandota, una mina le corta el ‘pito’. Una linda escena para que a uno le dé cosita... Pero, ¿por qué le ‘da cosita’? ¿Les gusta ver a Ustedes cadáveres destripados por la calle, son de tener esos gustos? ¿Compran esa revista de homicidios que muestran los cuerpos con las tripas para fuera? Eso ataca la unidad. Quiere decir que en la imagen puede estar la unidad. ¿Y en el lago? No, en la superficie del lago no, es una propiedad del objeto reflejado en el lago. La superficie, en sí misma, es neutra.

Es decir que la conciencia es una superficie sobre la que la imagen ilusoria del yo se refleja. Pero lo que aporta la unidad es el Yo, no la conciencia —que es neutra. Entonces, podemos compartirla con los animales porque, si fuese unitaria, los animales sabrían contar —por ejemplo, los toros podrían contar las veces que se ‘cogen’ una vaca. Si hay uno es porque hay dos; si no, no hay uno.

Pregunta: [inaudible].

A.E.: No por la misma porque, para que haya la misma, también tiene que haber procedimiento simbólico. Por eso, los perros no se aburren nunca, no se aburren de comer siempre el mismo "Dogui". Porque no comen "el mismo" que, por otra parte, no es cierto que sea es el mismo, ¡¿cómo sería el mismo, si ya se lo comieron?! Decir que se come siempre lo mismo –por ejemplo, si hace tres días que en el almuerzo y la cena comen milanesas– es ya un procedimiento del significante. Para los animales no hay "lo mismo", ni pueden contar. Es por eso que la conciencia, en ellos, es neutra tanto como lo es en nosotros. Si no, se están pasando propiedades del Yo a la conciencia.

«[...] lo inmediato de la sensación es puesto en tensión. Tal unidad no es de ningún modo homogénea a lo que sucede en la superficie de este campo, que es neutra. La conciencia como fenómeno físico es, precisamente, lo que engendra esa tensión».

Esta definición de tensión también la leí en Ferrater Mora. ¿La entendieron? No... Ya saben que, para Lacan, la conciencia es un fenómeno físico, engendra tensión. ¿Cómo escribiríamos "tensión"? De un lado, un signo menos, del otro, un signo más: hay tensión entre dos cosas. ¿Que ponen de un lado, y qué en el otro? "Percepción" de un lado, la sensación, y del otro lado el fenómeno físico de la conciencia, porque ataca la unidad del Yo, porque yo no soy ‘uno’. La tensión entre la sensación y la conciencia ataca la unidad del Yo. ¿Se produce esta tensión en los animales? Estamos arrastrándonos a nivel del piso, en lo más elemental, pero hay que tener bien la base teórica de los elementos porque si no, no se puede construir razonablemente. Si no hacemos así, andamos repitiendo como loros las ideas de Lacan... Entonces, ¿de qué tensión se habla? Para pensar esta distinción entre percepción y conciencia, les pregunto: ¿puede ser que alguien les esté hablando y Ustedes distraídamente no se den cuenta y luego se dan cuenta? Se produjo la tensión entre sensación y conciencia, es decir, todo el tiempo estuvo presente la sensación pero no hubo conciencia: "¡Ay, perdoname!, ¿me estabas hablando?". ¿Qué apareció, ahí? La tensión entre ese estar apenas oyendo y el no estar escuchando. Pero si uno se da cuenta de que a uno se le estaba hablando pero sin darse cuenta de ello, entonces se produce una tensión.

No somos ‘uno’. Hay una parte y hay otra, que están separadas. Si caminasen siempre juntas, no habría problema. ¿Puede ocurrir esto en los perros? No, porque no hay nada del ‘uno’ en el animal. Es en nosotros, seres humanos hablantes, donde aparece la cuestión de la tensión con la conciencia.

La definición de Lacan es, entonces, que tenemos la conciencia, cierto nivel de tendencias experimentadas como desconectadas, discordantes, fragmentadas. Y por el otro lado, tenemos la unidad del Yo. Entonces, la superficie reflejante, la conciencia como superficie, la superficie del lago en la fábula, es desconectada, discordante, fragmentada. Y, además, tenemos la unidad del Yo. De la unidad del yo podemos decir que es ilusoria y alienada. Lo menos Yo que hay es el no-Yo.

Lacan agrega:

«[El Yo] No participa de los caracteres de inercia del fenómeno de conciencia bajo su forma primitiva; por el contrario, tiene una relación vital, o contra-vital, con el sujeto».

Dejamos acá porque se ha hecho un poco tarde. Pero mi impresión es que siempre conviene que nosotros nos formemos en estas nociones fundamentales que son la base misma de todo lo que decimos después como frases, como fórmulas. Así que, yo les voy a proponer seguir, aunque sea una parte de la clase próxima, con la cuestión de la conciencia. Vamos a discutir los parrafitos sobre la conciencia, de «Posición del inconsciente» y, luego, seguiríamos con el tema de los ideales, el cogito cartesiano, la crítica a la psicología —que es de lo que a continuación trata este escrito.

Expliquemos el último párrafo, que es muy importante.

«[El Yo] No participa de los caracteres de inercia del fenómeno de conciencia bajo su forma primitiva; por el contrario, tiene una relación vital, o contra-vital, con el sujeto».

O sea, la conciencia está definida como inerte, como neutra.

«...bajo su forma primitiva».

La conciencia siempre es primitiva y, por eso, la compartimos con los animales.

«por el contrario, tiene una relación vital, o contra-vital, con el sujeto».

La conciencia es puro reflejo, fragmentado –como corresponde– porque, ¿les pasó alguna vez de estar permanentemente en estado de conciencia? ¿O viene y va, viene y va? Un ruido, de pronto un olor, de pronto algo que ves, no hay nada más fragmentado en la experiencia más cotidiana, que la conciencia. Pero han sucedido dos cosas: por un lado, se la ha confundido con el Yo. Nos pasó a nosotros y, como ejemplo por fuera del campo psicoanalítico, está también en Ferrater Mora. Y, por otro lado, hay una gran promoción del valor de la conciencia, dado el valor que tiene para nuestra sociedad el "cogito ergo sum", pienso luego existo —por eso cité a Descartes y a Husserl. ¿Por qué? ¿Cómo entienden Ustedes el "pienso luego existo"? ¿Qué estaba buscando Descartes? Algo que lo quitase de la duda metódica que significaba poner en duda todo lo que fuesen saberes anteriores y sensaciones corporales. El ejemplo que da es el del miembro fantasma, del dolor en esa pierna que no se tiene, que ha sido amputada. No digan "duda de todo" porque Descartes no duda de todo —no duda de Dios. Puede dudar de cualquier cosa pero no de todo, porque justamente se trata de demostrar la existencia de Dios. ¿Cómo sale de la duda? Se apoya en que Dios no engaña pero, ¿qué lo quita al sujeto? Cogito ergo sum, pienso luego existo. Les habrá pasado, quizás, en alguna sesión –si se analizan–, enterarse de algo que pensaban, que pensaban que la querían mucho y, en realidad, siempre pensaron que era una hija de puta y que tenían que matarla; es decir, pensaban algo sin saber que lo pensaban. Entonces, si esto ocurre, ¿qué carajo está diciendo Descartes, si yo no sé lo que pienso cuando lo pienso? Es que, a partir de ahí, se unificaron el pensar con la conciencia de pensar. Yo pienso –tengo conciencia de que pienso– ergo existo. Ahí es donde la conciencia, en nuestra cultura, tan grande, nos hace creer que es una propiedad humana, una propiedad del ser humano. Por eso, yo les preguntaba si había conciencia en los animales, y me sorprendió que tantos dijeran que sí, porque lo más común es suponer que es una propiedad netamente humana. Problema despejado, en Hegel, porque parece que él pensó más en "saber", que en "conciencia".

Sea como fuere, tenemos que despejar este problema porque es donde se apoya la psicología, de la que se supone que es una ciencia y que vendría a ocupar el lugar que el psicoanálisis –del cual se supone que no es una ciencia– deja vacante.

Dejamos aquí. En nuestra próxima reunión, comentaré los capítulos de los Seminarios 2, 7 y 11 que les recomendé leer, y «Posición del inconsciente».

Correcciones: Luciano Echagüe

Notas

1 Es decir, la función de quien, en la organización de una fiesta o reunión, toma sobre sí la responsabilidad de la compra de las bebidas [N.d.C.].


Ir a la página principal del Programa de Seminarios por Internet de PsicoMundo

Logo PsicoMundo