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Seminario
Posición del inconsciente

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Organizado por PsicoMundo

Dictado por : Alfredo Eidelsztein


Clase 7
La ley de la subversión del sujeto

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La propuesta para trabajar hoy con «Posición del inconsciente» –y continuando con nuestro análisis del texto– es retomar lo que me parece que tiene la virtud de ser una buena pregunta en relación al texto pero que, además, tiene mucha actualidad: ¿qué posición tiene o toma cada uno de nosotros frente al concepto de «inconsciente» freudiano? Es decir, tomar "Posición del inconsciente" para aprovecharlo y convertirlo en una pregunta. Para hacerlo, para poder pensar cómo sigue el análisis de Lacan de esta pregunta, voy a proponerles algo que he dado en llamar –sólo para llamarles un poquito la atención– la "ley de la subversión del sujeto". Esta ley dice así: cada vez que alguien enuncia algo subversivo respecto al sujeto hablante y lo comunica a la comunidad –si no lo comunica a la comunidad no lo ha enunciado–, recibe desde ella su propio mensaje en forma invertida. Recibirlo en forma invertida, en este caso, es no subversiva. Y decir en este caso "no subversiva", es decir "statu quo ante". O sea, cada vez que alguien enuncia una teoría subversiva respecto del sujeto hablante, agreguen la cláusula respecto del sujeto hablante porque si no es del sujeto hablante, no se produce este efecto. Alguien puede enunciar una teoría subversiva respecto de la concepción de la materia sin recibirlo por ello en forma invertida —esto sólo ocurre cuando se trata del sujeto hablante. Recibe su mensaje en forma invertida desde la comunidad a la cual se la comunicó, tal como estaban las cosas antes de que se lo comunicó. Esto, en términos freudianos, es lo que los lacanianos...

Pregunta: [inaudible].

A.E.: Lacan va a poner en serie a "desmentida", "denegación", "resistencia", todos los mecanismos de defensa que vinculamos a la función yoica, en relación con este efecto. Este efecto es estructural, va más allá de los sujetos hablantes en cuestión; o sea, no tiene que ver con qué se dijo de subversivo respecto del sujeto hablante, ni tiene que ver con quiénes fueron los sujetos en particular que constituyeron la comunidad —es un efecto de estructura. Y es lo que permite empezar a entender el movimiento que desde los lacanianos es llamado post-freudiano, queriendo dar a entender cómo los discípulos de la primera, segunda y hasta tercera generación después de Freud se encargaron de desmentir permanentemente lo más subversivo de su enseñanza.

Es claro que respecto de Freud, decir "post-freudianos" implica un retorno hacia el statu quo ante, que en términos de «Posición del inconsciente» vamos a denominar "Psicología". El efecto de la transmisión de la subversión freudiana de Freud a la comunidad que le correspondió, sea cual sea, por efecto de estructura, retornó como mensaje, como mensaje que hacía retornar lo que él había dicho hacia el campo de la Psicología. Obviamente, no hay ningún motivo para que esto no se produzca dentro de los efectos de la enseñanza de Lacan. O sea que los "post-lacanianos" son un efecto necesario, por estructura, a la enseñanza de Lacan, siempre y cuando sea verdad lo que los lacanianos dicen de Lacan: que Lacan enunció algo subversivo respecto del sujeto.

Si Lacan efectivamente enunció algo subversivo respecto del sujeto, no puede no haber post-lacanianos —es una ley sobre la comunicación de la subversión del sujeto hablante.

Pregunta: [inaudible].

A.E.: Hoy vamos a trabajar esta idea y la vamos a trabajar con la solución que Lacan propone en «Posición del inconsciente». Para anticiparnos un poquito, la solución que Lacan propone en este escrito se llama "transferencia" —la única salida viable es la transferencia.

Pregunta: [inaudible].

A.E.: Siempre es en el campo de la Psicología. Ése el nombre que recibe en nuestro campo, en la actualidad, el statu quo ante. Va a hacer falta corregir un poquito la traducción castellana, porque tal como está traducido no queda claro el movimiento que propone Lacan.

Para recuperar un poquito nada más lo que vimos hasta ahora, vamos a recordar que habíamos intentado seguir a Lacan cuando él define –aunque sea bajo un formulismo– al inconsciente de Freud, y cuando habíamos distinguido "inconsciente" y "objetividad psicológica". Se acuerdan de que el principio de objetividad psicológica, para la Psicología, como opuesto a «inconsciente», es "conciencia", su necesaria distinción del Yo, y que el establecimiento que la jerarquización moderna recibió del cogito es errónea. Habíamos tratado de establecer cuán erróneo es el prestigio que había recibido la conciencia por la transferencia que recibía del cogito cartesiano. Y este error estaba en que, justamente, el cogito cartesiano se funda en la duda metódica y, principalmente, sobre toda intuición. Así que la conciencia, como reflejada sobre sí misma, es lo primero que debe caer en el procedimiento que se basa en la duda metódica cartesiana.

Hasta ahí, entonces, habíamos llegado. Lo recordamos ahora para ver hacia dónde vamos y de dónde venimos.

El tema de hoy –ya se lo anticipé la vez pasada– son los ideales. Los conceptos sobre los cuales vamos a tener que trabajar (con algunos de Ustedes ya los hemos estudiado en años anteriores) son «alma bella» y «ley del corazón». Lamentablemente, un poco tarde, les voy a dar el texto de referencia para la clase de hoy: «Introducción al comentario de Jean Hyppolite sobre la "Verneinung" de Freud», de 1954. Este texto de Lacan es francamente interesantísimo, pero poco leído y comentado.

Los ideales configuran nuestro tema de hoy. Los conceptos con los cuales vamos a trabajar este problema son, entonces, «alma bella» y «ley del corazón»; y el problema en el horizonte es la "ley de la subversión del sujeto".

Para comenzar, una cita de Lacan. Está al pie de la página 811 de la traducción castellana.

«Ahora bien, los debates de este coloquio han tenido de notable que no han cesado de volverse hacia el concepto freudiano en su dificultad, e incluso que tomaban su fuerza del sesgo de esta dificultad en cada uno».

Lacan dice que el coloquio se basó en cómo cada uno manifestó la dificultad que tenía con el concepto freudiano de «inconsciente». Esto, por un hecho de estructura, porque el concepto de «inconsciente» afecta a cada uno en lo particular. De lo que nos advierte Lacan es que si se lee el escrito que se armó sobre este coloquio, «El inconsciente hoy» –no recuerdo bien cómo se llama–, no van a darse cuenta de ello dado que todas estas dificultades fueron borradas porque se pidió a los autores que presentasen el escrito que podía ser inédito, o una corrección de lo que se dijo. Y Lacan dice que habría que volver a escuchar las cintas grabadas –aunque parece que la grabación había sido pésima– porque es ahí donde está registrada la presencia de aquella dificultad que cada quien tenía con respecto al «inconsciente». Y Lacan dice que el fue testigo de que, allí, lo que cada uno hizo, fue decir cómo el concepto de inconsciente lo afectaba en forma particular.

Retomo la cita:

«Este hecho es notable, tanto más cuanto que el día de hoy en el mundo, los psicoanalistas no se aplican sino a volver a las filas de la Psicología».

Esto es mentira, está mal traducido. En francés no dice "filas ", sino "rang" 1, que quiere decir dos cosas: "filas" y, también, "orden", "rango", "condición", "dignidad", "grado". Es a eso a lo que los psicoanalistas quieren volver, a la dignidad, al grado que tiene la Psicología en el mundo moderno. No hay que volver a las "filas". La Psicología es la ciencia del hombre y, como tal, tiene validez científica. El psicoanálisis no es la ciencia del hombre y, como tal, tampoco es ninguna ciencia. Es por eso que Lacan dice que los psicoanalistas están queriendo volver a la dignidad que la Psicología tiene —y no es que quieran volver a ser psicólogos. Lo que ocurre es que el traductor puso "filas" en vez de "rango", que son dos acepciones posibles. Pero ahí la pifió...

«Este hecho es notable,...».

Es notable que los psicoanalistas que hayan presentado allí hayan dicho de la noción de «inconsciente» su dificultad. Y agrega:

«El efecto de aversión con que tropieza en su comunidad todo lo que viene de Freud es claramente confesado».

O sea, como tal, constituyen una comunidad —la de los analistas, el "Koiné" del cual ya hemos hablado un poco. En esa comunidad, todo lo que provenga de Freud sufre un rechazo como si fuese una aversión, y esto es un efecto de estructura porque Freud enunció algo subversivo respecto del sujeto hablante. Lo que llama la atención es que los psicoanalistas, como tales, no hayan podido superar este rechazo.

En la página 816, en la parte de arriba, Lacan dice:

«Por eso sólo una enseñanza que quebranta esa traza el camino del análisis que se intitula didáctico, puesto que los resultados de la experiencia se falsean por el solo hecho de registrarse en esa ».

Yo sé que Ustedes saben que Lacan critica el análisis didáctico, pero Lacan no está criticando el análisis didáctico: está diciendo que el análisis sólo puede ser didáctico si la enseñanza quebranta la comunidad.

«Este aporte de doctrina tiene un nombre: es sencillamente el espíritu científico, que falta absolutamente en los lugares de reclutamiento de los psicoanalistas».

Dejaremos un poco de lado a este problema del espíritu científico. Luego, dice:

«Nuestra enseñanza es anatema por el hecho de que se inscribe en esa verdad».

"Anatema" es un término del latín eclesiástico, tomado del griego. En latín eclesiástico quiere decir: "objeto maldito" o "maldición", y la primera acepción que tiene –de entre las varias que tiene– es religiosa:

«Anatema: sentencia por la cual la Iglesia rechaza a alguien de la comunidad de fieles. Excomunicación. Por analogía, marcar de anatema una herejía, una opinión, una preposición, rechazarla porque contraría al dogma».

Ven que el problema es estructural porque, justamente, al inscribirse en la comunidad, se rechaza lo que tiene de subversivo. Y eso solamente se rompe con una enseñanza que quebrante la estructura de la comunidad pero, por quebrantar la estructura de esa comunidad, se convierte en anatema. La enseñanza de Lacan es anatema, o sea, quebranta la comunidad.

«La objeción que se ha hecho valer de su incidencia en la transferencia de los analistas en formación dará risa a los analistas futuros, si gracias a nosotros los hay todavía para quienes Freud existe».

Yo he comprobado esto: no da risa, no les da risa a Ustedes. Es decir, aquí hay un problema: o no se entiende lo que Lacan quiere decir, o Lacan calculó mal. Vamos a ver qué dice, por qué debería dar risa y no da.

«Pero lo que prueba es la ausencia de toda doctrina del psicoanálisis didáctico en sus relaciones con la afirmación del inconsciente».

Acá viene la crítica al psicoanálisis didáctico. Lo que está diciendo es que hay que enseñar el análisis, pero el asunto es cómo enseñarlo, porque si uno lo enseña en el sentido de inscribirlo en el seno de la comunidad, eso no es psicoanálisis. Para inscribirlo en el seno de lo que el psicoanálisis tiene que tener de subversivo, hay que quebrantar esa comunidad. Ahora bien, sucede que si se la quebranta, se es excomulgado... Lacan dice que su enseñanza es anatema, esto es, fue excomulgado.

¿Por qué se convino que la enseñanza de Lacan debía ser "excomulgada "? Saben que la enseñanza de Lacan quedó excomulgada pero, ¿en qué sentido? ¿Estaba prohibido estudiar con Lacan? No, se le había prohibido ejercer función de didacta, la función de formación. Cualquiera podía ir a escucharlo, pero no podía presentar los certificados para que lo nombrasen analista. Aquello no servía como formación. ¿Y cuál fue el argumento que se utilizó por el cual su enseñanza no debía ser considerada como formadora oficialmente reconocida de analistas? La objeción que se ha hecho valer sobre su incidencia en la transferencia, o sea, su incidencia en la transferencia. Esto es, era una enseñanza que no era neutral. Quiere decir que no se separaba la enseñanza de Lacan, de la actividad clínica que Lacan tenía con pacientes que eran analistas en formación. Los seminarios de Lacan no valían como seminarios de formación para ser analistas, y el análisis con Lacan no valía como análisis didáctico, porque las enseñanzas de Lacan "entorpecían" la transferencia. Lacan dice que ese argumento –el de que su enseñanza se haya entrometido en la transferencia– debería ser motivo de risa para los analistas futuros –es decir, debería darnos risa a nosotros–, si para ellos Freud todavía existiera.

Primero, preguntémonos eso. Porque, ¡cuidado!, la respuesta no es automática. Por ejemplo: Evita, la esposa de Perón, ¿existe? No, ya no existe. Yo no compruebo que exista por ningún lado, aunque hace quince o veinte años sí existía. Había un montón de personas dispuestas a morir y a vivir por la idea de que "Evita vive en el alma de su pueblo". Pero hoy ya no hay nadie que sostenga eso. Si no hay nadie que sostenga que Evita vive, entonces, ya no existe. Pero, ¡cuidado!, no murió el año en que murió, sino veinte años más tarde; y aunque estuvo viva durante veinte o treinta años más, igualmente murió, porque una vez que seguís "vivo" unos cuantos años después de morir no necesariamente quiere decir que vas a seguir vivo para siempre.

¿Freud existe? Yo constato que sí: hay un montón de gente interesada en saber lo que Freud dijo —por lo menos, en esta ciudad, en Buenos Aires. Verifico que todavía hay un montón de gente interesada en qué dijo Freud, a mí me interesa qué dijo Freud. Y si hay aún muchos a quienes les interesa, entonces Freud existe.

Lacan dice que si hay analistas en el futuro para los cuales Freud exista, ¿va a ser gracias a quién? A su enseñanza. Para Ustedes, ¿es verdad o no? ¿Vuestro interés por Freud fue incentivado, alimentado, engordado por Lacan o anulado, adelgazado, mortificado por Lacan? Seguramente, lo primero. Quiere decir que es verdad lo que dice Lacan, que Freud existe y que existe gracias a su enseñanza. Así pues, llegado este punto, Ustedes deberían reírse acá –no lo hagan, no es obligación–, deberían reírse porque el argumento que se utilizó fue el de que la enseñanza de Lacan no podía ser didáctica, en el sentido del psicoanálisis didáctico, porque se metía en la transferencia. Pero resulta ser totalmente al revés: gracias a que se metió en la trasferencia, es que hay psicoanalistas para quienes Freud existe, y sigue existiendo por esa transferencia enchufada por Lacan. Es exactamente al revés...

El psicoanálisis, ¿existe? Hay un montón de gente que dice que ya murió, como Evita. Analistas que yo conozco dicen esto. Lo escuché, primeramente, de boca de los propios psicoanalistas. Hay que establecer si murió, o no. Pero el caso de que la respuesta sea afirmativa o negativa es por los destinos de la transferencia. El psicoanálisis se sostiene por los destinos de la transferencia. Quiere decir que si está en retroceso es porque está fallando la transferencia, porque el psicoanálisis se transmite vía transferencia.

Lacan dice que a partir de lo que él hizo con Freud se perpetuó la posibilidad de una transferencia con la enseñanza de Freud. El que se lo haya expulsado de la comunidad porque su enseñanza se metía con la transferencia es una paradoja completa —solamente puede existir vía la transferencia.

Hay otro problema, y éste –creo que para muchos de Ustedes– va a tener una verdad tan verdadera como la que acabamos de decir: es tan peligrosa la comunidad como la contracara de la comunidad —un destino bastante común para los psicoanalistas lacanianos. Hay un montón de psicoanalistas lacanianos que dicen que se analizan con fulano de tal o que estudian con mengano, o si no, que ya no se analizan con nadie ni que estudian con nadie porque "ya están viejos" y que, por eso, leen y estudian por su cuenta, y atienden pacientes. Y cuidado con la otra, porque ésa también es peligrosísima. Hay que resolver cómo estructurar la comunidad. En el psicoanálisis hay todavía un problema más grave que el de la comunidad. En esto me da la impresión que se está produciendo masivamente una identificación a un rasgo de algo que Lacan dijo el 21 de junio de 1964, cuando fundó la Escuela Francesa de Psicoanálisis, la EFP.: «Fundo tan sólo como siempre he estado en mi relación con la causa psicoanalítica, la Escuela Francesa de Psicoanálisis». Éste es otro problema que tenemos, la identificación a esto: que supongamos que podemos sostener esto solos. Es el mismo asesinato. Para el asesinato no importa mucho si la puñalada trapera te viene de adelante o de atrás. Es el mismo asesinato tanto por una comunidad que rechace todo lo que provenga de subversivo de Freud, de Lacan, etc., como la posición del analista aislado, porque en ambos casos lo que se ataca es la transferencia.

Vamos a avanzar un poquito más por esta vía, y a pensarlo mucho más, pensar qué es la transferencia, la comunidad, el aislamiento. No hemos definido ningún término, estamos repartiendo las primeras cartas. Pasemos, entonces, a la página 811 de «Posición del inconsciente». Son parrafitos que ya hemos visto pero vale la pena retomarlos.

«Todo demuestra por el contrario que la realidad psíquica, sea cuál sea la manera en que se ordena su textura, la distribución heterótopa en cuanto a los niveles y en cada uno errática de la conciencia».

Ya hemos discutido esto, sabemos de qué está hablando.

«La única función homogénea de la conciencia está en la captura imaginaria del yo, que por su reflejo especular y en la función de desconocimiento que permanece en ello ligada a ella».

Y aquí viene lo nuevo:

«La denegación inherente a la Psicología en este lugar sería, de seguir a Hegel, más bien ponerse en la cuenta de la ley del corazón y del delirio de presunción».

Tenemos que estudiar juntos qué es eso, porque es una forma de diagnosticar posiciones típicas de la relación del sujeto a la comunidad. Lacan toma del diagnóstico hegeliano cómo Hegel diagnostica la relación del sujeto moderno a la comunidad que le corresponde. Entre esas posiciones tenemos «ley del corazón» y «delirio de presunción».

Sigamos un poco más:

«La subvención que recibe ésta presunción perpetuada...»,

Esta presunción es «delirio de presunción», es una locura,

«aunque sólo fuese bajo las especies de los honores científicos, abre la cuestión de dónde se encuentra la punta adecuada de su provecho; no podría reducirse a la edición de más o menos copiosos tratados»

Lacan dice que tiene que cumplir alguna función. La Psicología, con lo que implica, debe cumplir alguna función social ya que su único sostén no podría ser el motivo para escribir libros –lo cual, por lo demás, para Lacan es uno de los motivos de existencia de la Psicología...–, que permite escribir libros sobre ello. Lacan dice cuál es la función de la Psicología:

«La Psicología es vehículos de ideales. La psique no representa en ella más que el padrinazgo que hace que se la califique de académica. El ideal es siervo de la sociedad».

O sea, debe conservar el término «psique» y hacer algo con ello para que pueda conservarse dentro del cuadro de lo que es académico. Académico es lo que es enseñable en las universidades. Pero no es la «psique» a lo que la Psicología se dedica, sino que es verdaderamente un vehículo de ideales. Y Lacan nos aclara de qué se trata:

«El ideal es siervo de la sociedad».

Con lo cual, se darán cuenta de que la Psicología se termina concibien do como un vehículo de servidumbre porque el ideal es "siervo de la sociedad". No solamente es siervo de la sociedad sino que hay transferencia de servidumbre en su vehiculización.

«Cierto progreso de la nuestra ilustra la cosa, cuando la Psicología no sólo abastece las vías sino que se muestra deferente a los votos del estudio del mercado».

No sólo es vehículo de ideales, sino que hace estudios de mercado al respecto.

"Habiendo concluido un estudio de ese género sobre los medios apropiados a sostener el consumo en los Estados Unidos, la Psicología se enroló y enroló a Freud consigo, para recordar a la mitad más ofrecida a esa finalidad de la población..."

No sé en verdad a qué se refiere. ¿Quizás a la mujer? Podría ser. Al menos, es lo que sostiene todo el mundo: que las mujeres son más consumistas que los hombres. No sé si será así (pero en mi casa se corrobora...).

«...que la mujer sólo se cumple a través de los ideales del sexo».

El asunto era cómo hacer para que la mujer consumiera. Para incentivar el consumo, después de la Segunda Guerra Mundial, se contrató a la Psicología. ¿Cómo lo hizo? Diciendo qué es la mujer. ¿Qué es la mujer? Un ideal, aquello que se aproxima a un ideal. Con lo cual, ¿qué deben hacer las mujeres para ser mujeres? ¡Consumir todo aquello que las aproxima para ser ese ideal! Así pues, no sólo es vehículo de ideales sino que a su vez está ofertada al mercado, esto es, son ideales mercantilistas, porque hay muchos tipos de ideales, pero estos ideales son mercantilistas, son de estudios de mercado —"Marketing", tal como le decimos hoy, que suena mejor.

«Tal vez la Psicología, en esa consecuencia irónica, confiesa la razón de su subsistencia de siempre, pero la ciencia puede acordarse que la ética implícita en su formación le ordena rechazar toda ideología así delimitada».

¿Cuál sería? La consumista. La ciencia no puede sostenerse en una ideología que sea un estudio de mercado. Esto es obvio para Ustedes, no hace falta saber epistemología, ¿no? ¿Ustedes confiarían en los científicos –como en las películas– en que todo el trabajo que hacen es para demostrar que esos dos empresarios que los tienen contratados puedan vender productos? No, la ética de la ciencia indica que se tiene que separar la ideología que se tenga de lo que son intereses de mercado. Se dan cuenta de que "intereses de mercado" implica una posición de amo respecto de la comunidad entendida como servidumbre. Es por esto que la Psicología, cuando se enrola en ser vehículos de ideales contratada para estudios de mercado, pierde la categoría de científica porque la ciencia no puede trabajar con una ideología así. Esto es verdaderamente impecable, porque ni siquiera hemos hecho uso de una noción psicoanalítica. Esto es elemental: ningún científico podría obtener validez de su trabajo científico si enrolase su trabajo para producir efectos de consumo de mercancías. ¡Sería lo más desconfiable que habría como trabajo científico! Es eso lo que hace que la Psicología, que es la "ciencia del hombre" (Ustedes saben que Lacan ataca esa idea porque "el hombre", como tal, no existe), siendo que es vehículo de ideales –ideal de hombre y de mujer–, sea además y para colmo no científica porque se enrola en la transferencia de ideales destinados al consumo.

¿Qué es la «Psique»? Alguno de Ustedes debe haber estudiado el término, debe haberlo buscado en el Diccionario. Todos saben que es "alma", en griego. Es el término a partir del cual se constituye Psicología. Psicología contiene además «logos», es decir, un discurso o un decir sobre «Psique». El primer uso, así, de "Psicología" es de 1590, del siglo XVI, un siglo sumamente interesante por el desarrollo de la Ciencia en Occidente. Es el primer uso de "Psicología", en un libro que se publicó: «Psicología, el estudio o ciencia del alma, o de la psique, o de la mente» cuyo autor es Boclenius. Ahora bien, si vemos lo que es "psique" en Grecia, encontramos algo sumamente interesante. Les recomiendo fervorosamente el libro de Erwin Rohde, del Fondo de Cultura Económica; un libro fechado en una época muy interesante –1894–, y que sigue siendo un clásico para saber lo que es "psique". El libro se llama «La idea del alma y la inmortalidad entre los griegos», título bastante interesante porque "psique" es aquí adjuntada a "muerte", así, de buenas a primeras. Su última edición data de 1983 y, según tengo entendido, está agotadísimo, muerto, no se lo consigue por ningún lado.

En este libro, Rohde traduce "psique" por "alma", y propone que es algo aéreo, etéreo, como un hálito de vida que se escapa del cuerpo con el último aliento. También, "psique", para los griegos, son imágenes incorpóreas como humo o sombras que escapan al contacto de todo lo que vive. Cuando se separan del cuerpo, cuando el cuerpo muere, luego estas imágenes –que tienen una estructura escópica peculiar– son sombras o humo, escapan a todo lo vivo. Por esta diferenciación con el cuerpo, se separa del cuerpo cuando el cuerpo muere, este autor dice que igualmente no hay que confundirlo con espíritu, o sea, "psique" como "alma" no es "espíritu", por la oposición de cuerpo-espíritu —se dan cuenta de que el tipo está alerta. Aparece la oposición cuerpo-alma, pero nos dice que tengamos cuidado, que hay otra oposición –cuerpo y espíritu– en que no coinciden. Rohde dice:

«Todo lo que él sea [el espíritu] se manifiesta y es posible sólo mientras se disfruta de la vida».

Mientras que "psique" sólo se manifiesta después de la muerte.

Les traje tres o cuatro párrafos de este interesantísimo libro. Entre los párrafos sobre la antítesis entre espíritu y alma, Rohde dice:

«Alma, psique, carece de conciencia propia».

Vean cómo empieza a tener mucho más que ver con lo que Freud dice del aparato psíquico. Lo que ocurre es que, para nosotros, "psique" es lo que es "psique" para la sociedad y, así, ya nos vamos a cualquier cosa...

«Carece de conciencia propia, han huido de ella el espíritu y sus órganos».

¿Qué palabra denota "espíritu"? Porque acá son significantes, o sea que en su sistema de diferencias, "psique" se escribe "psi" –la letra psicoanálisis del «Proyecto...»–, una "u" que sería como una "k", y una " n". "Espíritu" es más bien "nous", que sería como una "n", "o", "u", y una sigma. El problema es que en griego hay tres términos para hablar de lo que para nosotros suelen ser dos cosas. Ellos tienen "psique", "nous", y "pneuma" —por lo de hálito vital. Por ejemplo, si una parturienta moría al momento de dar a luz al niño, ¿saben lo que hacían los parteros griegos? Tomaban rápidamente al niño y lo ponían enfrentado a la cara de la madre, para que reciba lo que salía como hálito, el último aliento, y pudiese así recibirlo porque era lo último que se podía recibir de esa madre. O sea, "pneuma" no es joda... Hasta hubo toda una Psicología que se llamó pneumatología, porque "pneuma" tiene que ver también con la noción de espíritu, aunque estrictamente hablando, lo que los filósofos y los pensadores han dejado para "espíritu" es "nous", y "psique" para "alma".

«Todas las potencias de la voluntad, de la sensibilidad, del pensamiento han desaparecido al desintegrarse el hombre en los elementos que lo forman»

En la página siguiente dice:

«Y es que el hombre, según Homero, tiene una doble existencia: la de corporeidad perceptible y la de su imagen invisible...»

"Psique" es la imagen invisible.

«...que cobra vida propia y vive solamente después de la muerte. Esta imagen invisible y solamente ella es la psique. Tanto el hombre visible como la psique que en él moran pueden perfectamente designarse como el yo propio del hombre».

El párrafo siguiente dice:

«[...] el doble, su otro yo, es decir su psique».

Los griegos trabajaba con dos Yo, uno de esos yo era "psique". Ahora van a ver dónde se presenta (y si no se ‘caen de culo’ con ésta, no son de ‘caerse de culo’...):

«Su reino es el mundo de los sueños, cuando el otro Yo se haya subsumido en el sueño, inconsciente de sí misma, vela y obra su doble, la psique. Y si estas figuras se presentan en sueños es precisamente porque existe. Ello quiere decir que sobrevive a la muerte, pero solamente como una imagen aérea, algo así como la imagen de nuestro cuerpo reflejado en el espejo de las aguas. Es algo etéreo, inaprensible, intangible, a diferencia del Yo visible, por eso precisamente recibe el nombre de psique. La psique es algo muy poderoso y temible. El hombre muere cuando exhala el último aliento, este aliento es un ser etéreo, no una nada sino un cuerpo con forma, aunque invisible a los ojos despiertos [...] es precisamente la psique cuya naturaleza como imagen del hombre nos revelan las imágenes de los sueños. La psique es para él [el hombre griego] casi siempre un ente real, el otro yo del hombre».

Así que fíjense en cómo van trasformándose los conceptos y cómo son subsumidos por la ideología porque, para nosotros, eso de que la psique sea el otro Yo del hombre, que es aquello que queríamos demostrar –como la canción de Les Luthiers–, lo que siempre dice Freud, no se nos presenta así y, en Psicología, mucho menos todavía; y lo estudiamos vía la conciencia, que es la desmentida permanente de esto. Esto que ya se sabía en el mundo antiguo griego, que era denominado así, justamente la partícula mediante la cual se designaba al otro Yo del hombre, aquel que aparecía como vía regia en los sueños, aquel que tenía una íntima relación con la muerte —esto es Freud hablando. Lo que pasa es que yo me imagino que debe haber sido lo que se estaba pensando en esa época, en Viena de 1894, es decir, esto ya lo supieron varios —algo que suele suceder. Uno encuentra que simultáneamente se produce el mismo resquebrajamiento de la comunidad y son varios los que producen el testimonio del mismo proceso de quiebre, aunque para nosotros se convierte en todo lo contrario, se convierte en la reflexión consigo misma de la conciencia, que se hace homogénea, que recibe el prestigio del pensamiento y del cogito cartesiano —todo lo contrario de lo que es "psique" y que, para colmo, para la Psicología moderna sólo es el argumento para recibir padrinazgo académico, ya que para colmo la Psicología es vehículo de ideales y, como vehículo de ideales, dada la estructura del capitalismo actual, se enrola dentro de la política de mercado. La Psicología es vehículo de ideales de una sociedad netamente mercantilista. Así que no es cierto que la Psicología estudia la "psique" del ser humano. Habría que recordarles qué es "psique", porque no es lo que se cree que es.

Lacan cita bastante estos problemas en la clase 16 del Seminario 8. Ahí está comentado el cuadro de Zucchi, que se llama Psykhé y Eros. No sé si vieron ese cuadro. No se refiere a "psique" tal como lo estamos utilizando aquí –como concepto de "alma" y "otro Yo" para los griegos–, sino del mito de Apuleyo. El único que lo cuenta es Apuleyo y lo va a encontrar en su libro que se conoce con el nombre de «La Metamorfosis» o, (tiene dos nombres distintos) «El Asno de Oro». Ahí está relatado el mito de Psykhé y Eros que está analizado por Lacan en la clase 16 del Seminario 8, porque justamente lo que encuentra Lacan es que este pintor Zucchi, que era muy conocido –Jacobo Zucchi, del siglo XVIII– representa a Psykhé.

¿Conocen el cuentito? Se lo cuento: Psykhé era como esas famosas princesas, tan bonita, tan bonita que no conseguía novio –en «Las Mil y Una Noches» hay un cuento igual– porque todos, ante semejante belleza, reculaban. No solamente esto, sino que ‘se corrió la bola’ de que era tan bonita como Venus. Imaginarán el efecto que eso produjo: aquello no hizo ninguna gracia a Venus, que era muy celosa. Se la consideraba casi como una diosa y el ataque de celos que le dio a Venus hizo que Venus mandara a su hijo para que la ‘re cague’... Uno de los hijos de Venus –tenía varios–, Eros, el dios del amor –también llamado Cupido–, era muy ‘jodido’. Eros no tenía nada que ver con esa imagen del angelito divino que nos venden en los dibujitos animados: ¡era un desgraciado que andaba infectando a la gente con las puntas de sus flechas envenenadas que producían un efecto de mierda conocido como "enamoramiento" (no sé por qué para la sociedad moderna es tan fabuloso, cuando Freud nos dice que se trata de una condensación horrible del peor narcisismo; no es amor, sino enamoramiento), un estado muy peculiar y muy raro. Este desgraciado de Eros andaba produciendo ese efecto ante la gente, la ‘cagaba’... No es algo fabuloso. Entiendan cómo pueden mirar el amor quienes no tienen amor, ¡es horrible vivir sin amor! Pero lo que hacía Cupido no era enamorar a la gente, sino hacer que la gente estuviera "perdidamente enamorada". En fin, sea como fuere, Venus lo manda a Eros para ‘re cagarla’, pero Eros termina enamorándose de ella. Y no se podía enterar todo el mundo de que Cupido se enamora de Psykhé. Entonces, le propone que sí constituyan un matrimonio a condición (esto también está repetido en la mitología griega una enorme cantidad de veces) de que ella no sepa con quién estaba, y no debía verlo. Bueno, muchas chicas aquí presentes lo comprenderán bien: todo iba bárbaro, de mil maravillas porque el tipo ‘cogía’ literalmente como los dioses... Todo iba extraordinariamente bien, era un dios; le puso un p alacio de oro, etc. Pero el problema de Psykhé es que tenía dos hermanas –eso no es lo mejor que te puede pasar... – que se ‘cagaban’ de envidia. Ellas no sabían que estaba casada con ese dios, pero cuando Psykhé las invitó al palacio, vieron que era un palacio de oro, y se dijeron: "¡No puede ser! ¡Nosotras vivimos como dos mendigas! ¿Por qué ella se merece más que nosotras?". Sucedió entonces que le clavaron la idea de que en realidad su amado era una víbora asquerosa que vivía en los infiernos y que se transformaba en la apariencia en un joven hermoso durante la noche, pero que conservaba propiedades de la víbora asquerosa, y que por eso le había prohibido verlo y que, para colmo, iba a terminar matándola. Con lo cual, estas dos brujas le proponen que tiene que ir a la habitación conyugal y esconder una lámpara de aceite y también un cuchillo. Ésta es la clave. Lacan dice que el único que dibujó Psykhé con el cuchillo es Zucchi, y que todos los demás –esa es la cultura infernal de Lacan–, la pintaron sin el cuchillo. Conseguí una reproducción del cuadro de Zucchi y, efectivamente, está ella con la lámpara de aceite en la mano y una cimitarra muy chiquita, pero cimitarra al fin, en la otra. Lacan dice que es necesario ese elemento porque indica la castración, es decir, la presencia de la castración, entre Psykhé y Eros, es vía ese cuchillo.

Ella enciende la lámpara y descubre la hermosura indescriptible de Cupido, quedando tan sorprendida que no puede darse cuenta de que el aceite de la lámpara empieza a hervir. Con el hervor, entonces, cae una gota que quema a Cupido en el hombro, lo cual lo despierta con un alarido. Él descubre entonces que ella lo había visto, y ‘se borra’. En fin, la historia termina bien: las dos brujas de las hermanas terminan muriendo y Cupido (no voy a contarles toda la historia porque es larguísima) se cura de la enfermedad que le produjo la quemadura de la gota de aceite, y vuelven a estar juntos. Termina bien.

Pregunta: [inaudible].

A.E.: Cuando se produce la ‘cagada’ de Psykhé, después aparece Venus que quiere vengarse y ahí empieza no sólo la reclusión sino un montón de trabajos imposibles que ella les manda hacer. Hay aparte un malentendido terrible porque Venus quiere que Psykhé se muera, y Psykhé quiere suicidarse. Pero el malentendido es que nunca logran las dos su cometido, o sea, Venus la manda hacer algo imposible al río, y Psykhé quiere aprovechar eso para matarse. Pero siempre pasa algo que impide a las dos cumplir sus cometidos. Y finalmente terminan los dos recluidos en el mismo palacio de Venus y hay un reencuentro amoroso.

Iba a contarles que en el libro de Zucchi la historia no es literal, porque en vez de una gota de aceite cayendo en el hombro de Cupido, lo que sale es un rayo de luz que en lugar de caer como caería el aceite por la atracción gravitacional de la Tierra, sale un rayo de luz tangencial que ilumina la espalda de Cupido, que es alada. Este detalle es muy interesante, por lo que tiene de luz, de iluminación, de un querer saber que siempre implica...

Bueno, les decía que también es interesante porque es exactamente de la misma época el otro autor latino que cita Lacan que es Longo –Longus–, el de «Dafnis y Cloe». Son de la misma época ambos autores latinos. Uno escribió «Dafnis y Cloe», que es una historia de amor de otra índole; y por otra parte, Apuleyo, de quien hay una edición publicada por Porrúa —una verdadera porquería, como la mayor parte de las ediciones de Porrúa...

Con lo cual, vean qué interesante es la noción de "psique", por ambas historias: tanto la historia del querer saber, el deseo y el amor, el no hay relación sexual, la castración, la luz, la espada, etc. –toda esta composición interesantísima del mito de Apuleyo–, como por lo que era para los griegos "psique". De modo que se darán cuenta de que para los griegos antiguos –yo nunca leí un trabajo así– el sujeto es sujeto dividido —luego de la muerte se manifiesta el otro Yo. Este otro Yo, "psique", vive en el Hades, en el infierno.

Conocen ya esta cuestión del destino de las almas. Muchos oráculos, para Rohde, son la no extinción del alma para los antepasados, y la importancia de los oráculos es la persistencia de la psique viva, es psique que sigue hablando en el oráculo de Delfos. Tanto es así que muchos oráculos eran una piedra con un agujero, donde se tiraba lo que había que tirar (aceite, sangre de animal, etc.). Ese agujero bajaba en la Tierra, entraba en la tumba donde estaba el cadáver —estructura de alguno de los oráculos. Era la vía regia de "psique", donde el alma del muerto pudiese seguir comunicándose y emitía mensajes que podían llegar a ser interpretados e indicar qué hacer.

En el libro que yo les citaba, de 1590, "Psicología" significa: "El estudio o ciencia del alma, o de la psique, o de la mente". Mi impresión es que cuando se introduce "mente", ya estamos en el dominio del cogito, y ya es "pensamiento". Hay una teoría del pensamiento y después se confunde con Ciencia –cogito y Yo–, y así terminamos en el punto en donde estamos hoy. Es muy interesante el hecho de que entre los psicoanalistas no se conozca bien lo que significa "psique" para el mundo antiguo. Por ejemplo, ¿por qué Freud llamó "aparato psíquico" al aparato psíquico? Yo no sé si Freud sabía esto (ahora me voy a ir a buscar en el tomo 24 de la edición de Amorrortu si Rohde está citado), pero lo que dice Freud es eso que es lo que siempre se olvida.

Ahora les toca el turno a Ustedes. Pasemos ahora a la página 815 de «Posición del inconsciente».

«Tanto más resultan presas ofrecidas a las operaciones de prestigio...»,

se está refiriendo a los psicoanalistas,

«...a los ideales de alto personalismo con que las civilización los conmina a vivir por encima de sus posibilidades».

La civilización obliga a los analistas a vivir por encima de sus posibilidades, "posibilidades mentales" agrega Lacan muy sarcásticamente. Salteo un párrafo y sigue diciendo:

«La resistencia...»

Antes dijimos "denegación". Ya en el escrito de «Introducción al comentario de Jean Hyppolite sobre la Verneinung», que yo les recomiendo como texto de referencia, ya en el ‘54 que era cuando Hyppolite iba al seminario de Lacan a comentar la Verneinung de Freud, ya ahí está que la resistencia es resistencia del analista. Lo que les propongo es que la resistencia del analista en su menor valía es la resistencia a escuchar el inconsciente del analizante. En su mayor valía, lo que Lacan quiso decir siempre como resistencia del analista es que la resistencia del analista es respecto de la subversión freudiana —ésa es la noción de resistencia del analista. Pero en menor cuantía, es al inconsciente del analizante.

Retomo la lectura:

«La resistencia, igual en su efecto de negar a pesar de Hegel y de Freud, desdicha de la conciencia y malestar de la civilización.

Una koiné [comunidad] de la subjetivación la subtiende, la cual objetiva las falsas evidencias del yo y desvía toda prueba de una certidumbre hacia su postergación. [...] Se comprobará entonces que nuestro uso de la fenomenología de Hegel no implicaba ninguna fidelidad al sistema [de Hegel] sino que predicaba con el ejemplo la oposición a las evidencias de la identificación. Es a la conducción del examen de un enfermo y en el modo de concluir de él donde se afirma la crítica contra el bestiario intelectual. Es no evitando las implicaciones éticas de nuestra praxis en la deontología...».

 

¿Saben lo que es la deontología? El correcto proceder de un profesional, dicho especialmente del médico, o sea, en la práctica profesional. ¿Cuáles son las implicaciones éticas de nuestra praxis, en la praxis? La transferencia: es la posición de los analistas en la transferencia.

«...y en el debate científico como se desenmascarará al alma bella. La ley del corazón, ya lo hemos dicho, hace de las suyas más allá de la paranoia».

Porque «ley del corazón» implica delirio de presunción, y lo que Lacan está advirtiendo es que ambas no son exclusivas del campo de la paranoia, sino también propias del mundo de los psicoanalistas; o sea, a los psicoanalistas les corresponde especialmente «alma bella» y «ley del corazón». Alma bella, en lo que tiene de la posición en la transferencia. Y ley del corazón es en lo que hace a la discusión teórica, al basamento científico, etc.

Les propongo trabajar mínimamente «alma bella» y «ley del corazón». Pero antes quería darles un ejemplo de «alma bella». Para los que todavía no saben nada de lo que es «alma bella», diré que es Dora en la posición que tiene cuando Freud le pregunta qué lugar ella ocupa en aquello de lo que se queja. Lo que Freud diagnostica es posición de alma bella —lo cual no tiene nada que ver con «bella indiferencia», que es otra cuestión.

En la última página del suplemento cultural de La Nación de hace dos domingos, en donde salió una entrevista de página completa a Moustafá Safouan –persona conocida por todos nosotros por el prestigio de su nombre, y que debe estar ya en Buenos Aires–, es presentado así en el copete de la entrevista: «El más destacado de los discípulos vivos de Lacan». (¡A Jacques-Alain Miller no le debe haber gustado un carajo..!). Sea como fuere, es lo que lee la gente, aunque "la gente" seamos nosotros mismos. Los psicoanalistas están muy preocupados en que, para que el psicoanálisis no termine de morir luego de esta agonía insoportable que sufre, la idea es que el psicoanalista deba salir a los medios sociales —están todos los analistas pensando cómo ir al diario, a las revistas, a la tele a hablar del psicoanálisis. Y me da la impresión de que ésa es una impresión equivocada, porque es con los analistas como tiene que vivificarse el psicoanálisis. El psicoanálisis se inocula, se infecta con psicoanálisis uno por uno. Es en la transferencia donde se inocula psicoanálisis, ¡no por la radio!.

Fíjense en lo que dice este hombre —no importa de lo que viene hablando –: se queja de la sociedad, que es una porquería, y que los papás de ahora son una basura en comparación con los de la época de él; está medio viejo este hombre:

«Estos hechos han producido un retroceso del psicoanálisis en el mundo...».

O sea que este tipo diagnosticó que el psicoanálisis está en retroceso. ¿En dónde? En el mundo.

«...porque se trata de una técnica...»

¡Es increíble! La verdad, ¡que Safouan termine diciendo que el psicoanálisis es una técnica, es para cortarse las bolas y tirarlas por la ventana..!

«...que no esconde la finitud del hombre, sino que la convierte en la base, en el fundamento de su discurso».

La "finitud del hombre" es la condición de mortal.

«La gente demanda cada vez más...».

La gente... Siempre que Ustedes escuchen "la gente", detrás viene el fascista...

«...pero desea cada vez menos, no persigue la verdad más bien busca ocultársela».

Con lo cual, los psicoanalistas no tenemos trabajo, porque la gente no quiere saber, son todos "cabecitas negras"...

«La falta de ética de estos tiempos, la inmoralidad, la corrupción en los más altos niveles del poder tienen sus raíces en una cuestión metafísica: el asalto a la morada de los dioses».

O sea que hay hombres que se creen dioses y que, por eso, se ha generado que la gente no desea saber... Bueno, esto es «alma bella». Y un psicoanalista vivo –porque para colmo está vivo el tipo–, si estuviese muerto se le perdona todo, uno de los más prestigiosos del círculo de Lacan. ¿Qué lugar ocupa en aquello de lo que se queja? Esto es «alma bella».

Intervención: [inaudible].

A.E.: ¿En dónde dice qué culpa tiene los psicoanalistas en el destino del psicoanálisis?

Intervención: [inaudible].

A.E.: ¿Qué parte quisieras incluir?

Intervención: [inaudible].

A.E.: ¿Y cuándo dice "la gente no desea saber, la gente no desea"?

Intervención: [inaudible].

A.E.: Pero fijate en que es el párrafo donde dice que el psicoanálisis está en retroceso en el mundo. ¿Vos creés que "la gente" desea cada vez menos? ¿O es que el deseo tiene un efecto de estructura, que cada demanda tiene su más allá que se llama el "deseo"? Lo que pasa es que me parece que el psicoanalista no captura el deseo. Y si el psicoanalista no captura el deseo, que me parece razonable con que el psicoanálisis está en retroceso en el mundo, yo le diría: ¿qué lugar ocupas en aquello de lo que te quejas? No es la posición de Lacan. La resistencia, para Lacan, está en el analista. En cambio, para este hombre, la resistencia está en la inanalizabilidad creciente en el mundo moderno.

Intervención: [inaudible].

A.E.: No le preguntaron ni del psicoanálisis, ni de nada. Le habían preguntado por qué tanta corrupción y desparpajo en la posición de los políticos y los famosos en la actualidad —cosa que yo no veo: yo no creo que el poderoso actual sea más poderoso desparpajadamente que Nerón; lo que pasa es que me parece que la gente supone que la gente evoluciona, y como no vemos la evolución decimos que "el mundo está en retroceso".

Pregunta: [inaudible]..

A.E.: Está el ideal de la evolución, ése es el problema. Se supone que el ser humano, hoy, ha evolucionado muchísimo con respecto a los griegos antiguos. No veo el motivo para ello; yo digo que hoy el hombre es distinto.

Intervención: [inaudible].

A.E.: A mí me parece que no. Creo que debemos tomar lo que dice Safouan –al menos es la propuesta que les hago– como material.

Intervención: [inaudible].

A.E.: ¡Seríamos como débiles mentales! Mirá, no llames a u n analista a la tele porque dice ‘boludeces’... El psicoanalista sólo dice genialidades en el consultorio —tenemos la palabra prohibida. ¿Por qué un analista no puede hablar en la televisión? Yo creo que sí debe hablar, pero el problema es que la transferencia, en psicoanálisis, se hace según la posición de cada uno, uno por uno. La posición de Safouan es lo que va a producir la transferencia del psicoanálisis, la posición en la enunciación; no importa si habla en los diarios o si no habla en los diarios. A algunos les gusta más, y a otros, menos. Algunos lo hacen mejor, y otros, peor. Lacan lo probó. Lacan habló a todos los públicos. Revisá cuál era el público al que Lacan se dirigía en cada uno de sus escritos: a estudiantes de letras, a filósofos, a psiquiatras, a médicos, etc. —muy pocos de los escritos son conferencias hechas a psicoanalistas. Tenés también «Radiofonía» y «Televisión». Lacan también habló. Pero depende de qué posición personal particular tengas –o sea, la posición de la enunciación–, para que se produzca o no la transferencia del psicoanálisis. Por eso, Lacan dice que les dará risa –si hay analistas en el futuro– que se hayan quejado de que yo transfería psicoanálisis en mi enseñanza. Se reirán porque, si los hay, es porque él la transfirió —la cuestión es si en el futuro habrá o no analistas.

Intervención: [inaudible].

A.E.: De acuerdo, pero Françoise Dolto no es psicoanalista.

Intervención: [inaudible].

A.E.: Es como decir que Eva Giberti era psicoanalista. Ella tuvo una escuela para padres, pero eso es otra cosa. ¿Ustedes han estado en París? Dolto tuvo un programa durante veinte años en la radio, en el que respondía a las demandas de los padres acerca de qué hacer con los chicos. Tuvo la más famosa Escuela para Padres del mundo; supone que se puede gobernar, educar o analizar. En fin, hay ciertos límites respecto de los cuales uno puede decir si eso es o no psicoanálisis. Desde luego, no tengo la menor idea de lo que ella hacía en su consultorio con sus pacientes. No tengo la menor idea, pero lo que ella hacía en el medio público era una Escuela para padres como la que tuvieron Escardot y Eva Giberti. En todas partes del mundo hubo escuela para padres —¡esas cosas corren como pólvora!

Cuando el psicoanálisis muera va a ser como un pinchazo y Ustedes van a quedar como anarquistas:

Sí, yo tengo un tío que es psicoanalista.

¡Ohh! ¡Qué interesante! ¡Quisiera hablar con él!

No, no. Él ya no practica más, pero aún tienen su biblioteca y vive de la jubilación...

Así va a pasar. En todo caso, no depende de hablar o no en la tele, sino en la posición en la enunciación con la comunidad. El bar es la comunidad, la sociedad analítica es la comunidad, el consultorio es la comunidad —hay otro/Otro allí. Se produce por transferencia y la transferencia toma al sujeto en la posición de enunciación.

Para tu pregunta sobre qué es la trasferencia, podríamos ir empezando a distinguir eso: hay al menos tres modalidades de otro. Uno se escribe "a" minúscula; otra se escribe "A" mayúscula. La primera es una relación imaginaria, típicamente especular. La segunda es prestigio, propia del orden simbólico. Y la tercera es una nueva modalidad de otro, que se inaugura a partir de Freud, que se llama "A mayúscula barrado", esto es, que alguien se ponga en la posición de "A barrado". La transferencia se produce en la posición de alguien que sea un Otro pero que tenga esta posición particular y exclusiva inventada por Freud. Freud inventó al analista. Si Ustedes creen que Freud inventó el psicoanálisis, es verdad. Y hasta Lacan juega con la idea de que Freud inventó el inconsciente. Como el inconsciente a partir de Freud es otra cosa, juega con la idea de que no lo descubrió sino que lo inventó. Mi impresión es que eso es poca cosa. Lo más que inventó Freud es una posición subjetiva nueva que se llama "analista" que en el álgebra se escribe "A mayúscula barrado". Eso es transferencia —muy confundida con la sugestión.

Es muy común que cuando ven efectos de sugestión, los analistas lacanianos digan: "¡Entrada en análisis! Porque ahora me ‘da bola’ a mí, tiene en cuenta lo que le digo", y lo hacen pasar al diván... Y en verdad no son más que efectos de sugestión. El analista pasó de "a" minúscula, a "A" mayúscula. Está muy bien percibir ese cambio, pero todavía no son analistas. Hay analista cuando están en posición de "A barrado". Y mi impresión es que por eso es que sólo como "A" se puede transferir, transmitir algo del psicoanálisis. Y si el psicoanalista no acepta la barra que cae sobre sí, será pues un asesino del psicoanálisis. Y no aceptar la barra es no plantearse la pregunta "¿qué lugar ocupo yo en aquello de lo que me quejo?".

Pongamos que el psicoanálisis muere el 12 de julio de 1996, a las 13:00 hs... ¿Qué psicoanalista lo mató? ¡Obvio!, el lacaniano... Y cuando desaparezcan los psicoanalistas, ¿quiénes vendrán luego? Vendrán los estudiosos del psicoanálisis. En el siglo que viene, entonces, se va a decir que en el siglo anterior, en el siglo XX, sucedió una cosa muy rara y curiosa quizás en filosofía: que había gente que hacía tal cosa y uno se recostaba sobre un diván y empezaba a decir cualquier cosa que se le ocurriese, en tanto que otro estaba en algo llamado "atención flotante" –de lo cual no se sabe mucho, dado que no ha quedado mucho sobre eso–, e "interpretaba"... Van a quedar estudiosos del psicoanálisis.

¿Cuál es la única condición posible para que queden analistas? Que haya sujetos que, posicionándose respecto del deseo de saber, hagan caer sobre sí la barra que permite constituir ese Otro tan particular que llamamos "analista". Y es precisamente todo lo contrario de sostener que "la gente no desea saber", y no porque no sea cierto —la gente, en efecto, no desea saber. Lacan se preguntó de dónde viene el "deseo de saber". Deseo de saber sólo hay luego del «pase», en lo que llamamos analistas. Lacan también llamó la atención sobre esto. La clave, la pregunta es "qué lugar ocupas tú en aquello de lo que te quejas". Respecto del inconsciente, en « Posición del inconsciente», Lacan pregunta qué es lo que cuenta: la posición que cada uno asuma respecto de él, y no lo que se diga sobre qué es. Nos podemos dar una panzada y hablar toda la tarde de lo que es el inconsciente, pero eso no produce análisis. Lo que produce análisis es la posición que asuma cada uno. La posición subjetiva que transfiere análisis es "analista", que se escribe "A barrado". ¿Cómo se lo constata? Se lo verifica cuando alguien se pregunta a sí mismo qué lugar ocupa en aquello de lo que se queja. Por eso, esto me parece increíble porque no está la pregunta de él, de qué lugar tienen los psicoanalistas en el retroceso del psicoanálisis; sólo se aplica al otro, a la gente, diciendo que la gente no desea saber. ¿Tanto menos que en la época de Freud?

Es por eso que le damos tanta bola al "deseo de Freud". vieron que seguimos ‘hinchando las pelotas’ con el "deseo de Freud"... En física o en astronomía, les importa un bledo el deseo de Copérnico. Porque es el deseo de él, la posición que él asumió. Los historiales de él, ¿qué son? Si nosotros publicamos Dora, ¿qué es lo que solemos decir, al final? "No deseaba saber, ella no quería saber más"... Freud, en cambio, dice que él mismo se equivocó en todo, que interpretó tarde la transferencia y que equivocó el objeto. Nosotros no vemos eso, y simplemente decimos que ella no quería saber más... Freud cambia todo el psicoanálisis con la segunda tópica, y lo hace desde lo que él no sabe. Está inscripta en Freud la barra que lo posiciona como analista, y es la transferencia de esa barra sobre el Otro lo que mantiene vivo al psicoanálisis. Y, por otra parte, es lo único que podemos hacer —no se trata de hablar más o menos en la tele. Porque es uno por uno, y no porque en otro lugar te escuchen treinta o cuarenta personas, sino que se trata del uno por uno. ¿Alguno de Ustedes –veamos si los dioses nos son favorables– puede haberse infectado con el bichito del psicoanálisis a consecuencia de lo que yo digo? Es uno por uno, porque si algo los engancha es porque los toma a Ustedes en lo que perciben de particular en mí —y ahí están tomados, de particular a particular, aunque del otro lado haya diez mil o cien mil personas, tal como puede haber en la tele.

Es por eso que, para Lacan, «alma bella» y «ley del corazón» son característicos de la posición del analista; en el mundo moderno, son defectos del analista —no son defectos de la gente en general. La resistencia es del analista. Son los analistas los que están todo el tiempo y en todo el mundo queriendo volver al rango, a la dignidad de la Psicología. Se puede leer en lo que dice Safouan que no está en absoluto contemplado el factor de qué defecto tuvieron los analistas. Si es que hemos perdido la batalla, algo habremos hecho. Porque decir que los otros eran más malos que nosotros, no alcanza. Y, por otra parte, me da la impresión de que Safouan ya está dando la batalla por perdida.

Intervención: [inaudible].

A.E.: Tené seguridad de que amo a Moustafá Safouan... Amo su nombre, amo la sonoridad de su apellido, ¡no tengo problemas con él! Que no sea milleriano... Yo lo tomo por lo que dije, y lo que dije lo tomo por lo que él dice. En realidad, ni sé qué relaciones tiene con Jacques-Alain Miller. Además, para mí, es indistinto que sea amigo o enemigo de Miller. Mi problema es fundamentalmente la posición del analista respecto de la causa del psicoanálisis. Me parece que el fenómeno más interesante, en la actualidad del psicoanálisis, es la posición del analista respecto de la causa del psicoanálisis. ¿Saben cómo llamaba Freud al psicoanálisis en su correspondencia con sus amigos o colegas? "Das Ding", la cosa. El psicoanálisis salió de la infección que produjo el deseo de Freud. El deseo convoca el deseo del Otro. Y con este "la gente no desea saber", creo que se olvidó de la fórmula de Lacan de "el deseo del hombre es el deseo del Otro". Si no hay deseo en el hombre es porque no hay deseo en el Otro. Si Ana O. tuvo un seudo-embarazo, ¿quién era entonces el que quería ‘cogérsela’? El Otro. No es que ella quería que Breuer se la ‘cogiese’. Ella diagnosticó con su deseo del hijo, el deseo de él de ‘cogérsela’. Y me da la impresión de que no estamos trabajando con el deseo del Otro porque estamos olvidando nuestra posición desiderativa. Y Lacan sostiene que la falla en la posición desiderativa del analista se llama especialmente «alma bella» y «ley del corazón». No creo que sea un fenómeno sociológico, no iría a ver un sociólogo —a nosotros es a quienes más nos interesa.

¿Qué es «alma bella» y qué es «ley del corazón»? Obviamente, esto es de Hegel. Algunos ya me escucharon presentar estos temas, otros lo escucharán por primera vez.

Para Hegel, el sujeto se hace sujeto humano sólo respecto a la relación con otros sujetos humanos; el sujeto es sujeto en relación a la estructura social —lo que en Hegel, con algunas transformaciones (lo estoy diciendo muy rápido, o sea, mal) se denomina «espíritu». El sujeto determina la sociedad y la sociedad determina el sujeto. El progreso se da en la incidencia de cada uno en la sociedad y cómo la sociedad, en espiral dialéctica, retorna al sujeto en incidencia. Esto es, para Hegel, el plafón humano, ya presente en la dialéctica del amo y el esclavo. El «deseo de reconocimiento» es el movimiento uno, porque nadie es hombre si no es reconocido como tal por otro hombre, y otro hombre va a ser hombre por tener el mismo deseo de reconocimiento del primero. Ya tienen ahí la lucha a muerte por puro prestigio, o la dialéctica del amo y el esclavo, o el mito de la ontogénesis hecho por Hegel. Para Hegel, en el mundo moderno –el de él, el mundo moderno para él– hay cortocircuitos entre el hombre y lo social. Él los diagnostica. Como tales, los denomina como formas de individualismo, porque cortan el hecho de que la realización del hombre se da en lo social, definido por Hegel como lo universal.

Las tres formas de individualismo están descriptas en «La Fenomenología del Espíritu», en el apartado 5, que se llama: «Certeza y Verdad de la Razón». Les propongo especialmente leer el punto b), que se llama «La realización de la autoconciencia racional por sí misma». ¿Ven la falla del título? Porque la realización de la autoconciencia se da a través de la conciencia del otro. El "por sí misma" ya indica una falla. Hegel caracteriza la primera forma del individualismo como el deseo del goce inmediato; y va a llamarla «Placer y necesidad». La segunda se describe como protesta del corazón contra el orden establecido, y Hegel va a denominarlas «La ley del corazón» y «delirio de presunción», que son las que aquí nos interesan. La tercera, que es la virtud en revuelta contra el curso del mundo, va a recibir como nombre «La virtud y el curso del mundo». Hegel da ejemplos de héroes románticos –el Romanticismo es la forma de la literatura en la época de Hegel– para cada una de las primeras dos posiciones. Y yo voy a proponerles una tercera que está tomada del magnífico libro de Jean Hyppolite, «Génesis y Estructura de la Fenomenología del Espíritu de Hegel». Es un excelente acceso al libro de Hegel, editado por Península.

Para «Placer y necesidad», el ejemplo de Hegel es el «Fausto» de Goethe. Para la «ley del corazón» y «delirio de presunción», el ejemplo de Hegel es Karl Moor de «Los Bandidos » de Schiller, el protagonista de la novela. Es una banda de ladrones que dirigida por el príncipe, el hijo del rey. Lacan propone, en lugar de este ejemplo, para el segundo tipo de individualismo, otro ejemplo tomado de la literatura francesa: en vez de la alemana, el Alcestes de «El Misántropo» de Molière. Revisando unos libros, encontré un «Misántropo» de la Grecia antigua, que fue descubierto en el año ‘58 de un papiro egipcio, traducido varios años después —entrados ya los ’60. Por eso, ni Hegel ni Lacan se enteraron de que había un misántropo que es la segunda posición de individualismo: la misantropía que es quien odia la sociedad. Y el ejemplo que da Hyppolite es «Don Quijote de la Mancha», de Cervantes.

Bien, volvamos a «Placer y Necesidad». Como todo en Hegel es una Fenomenología, o sea se traza un arco evolutivo en todo, las tres formas de individualismo constituyen un arco. La primera es la forma más baja, la tercera es la más desarrollada. Cada una es una evolución respecto de la anterior. ¿Por qué es una forma de autoconciencia humana? Pensemos en Fausto de Goethe, es el que hizo el pacto con el diablo para ‘cogerse’ a una ‘mina’. ¿Por qué la del Fausto es ya una posición humana? Si no atravesó la dialéctica del amo y el esclavo, es un animal. Tomemos el ejemplo de los rugbiers uruguayos en la Cordillera de los Andes, cuando se comieron el culo del que murió al lado. En esta lógica, se trata de una conducta animal porque se movieron no por una lucha de puro prestigio sino por alimento, por necesidad. ¿Qué, en Fausto, evidencia que hay ya algo de la índole de lo humano?

Intervención: ¿en el pacto?

A.E.: No, porque el Diablo no es el contexto social. Al revés, ésa es la falla en su posición.

Intervención: ¿En el deseo?

A.E.: ¿Cuál es el pacto de Fausto? Le vende el alma –no la da gratuitamente– a cambio de una mujer. Fausto podría haber agarrado a la ‘mina’ y haberle dicho: "Mirá, tengo unos manuscritos –¡una joyita, eh!–, ¿no te gustaría venir a mi estudio hoy por la tarde?", para ‘cogérsela’ a la fuerza... ¿Podría haberlo hecho, o no? ¿Por qué no lo hizo? Quería que ella se enamorara de él, no quería un culo... Querer un culo no es un humano. Él quiere el deseo de una mujer sobre él. Lo logra sin la mediación del Otro —un pacto con el diablo. No se la ‘levantó’ 2, no hizo todo el movimiento social, sino que pasó por arriba todo el movimiento social para acceder directamente a la otra autoconciencia. Pero, ¿notan que la mujer de Fausto es una autoconciencia? ¿Por qué hizo falta el diablo? Porque Fausto quería el amor de ella hacia él. Y lo consiguió de un modo –la palabra es clave– "inmediato", sin la mediación del otro. El diablo no es el Otro en este caso —es como usar un ‘gualicho’ que también es una forma de ‘puentear’, de pasar por arriba el movimiento de lo social para obtener de lo social una respuesta humana. Ya explica un movimiento humano pero la falla es individualista porque está excluido el movimiento de uno sobre el Otro. Eso es Fausto.

El segundo que se llama «Ley del corazón» y «Delirio de presunción». ¿Porqué es superior este nivel de individualismo aunque siga siendo individualismo? Si alguno leyó «El Misántropo», dígame cuál es la posición de Alcestes. La historia es parecida: hay una ‘mina’ que le interesa y está rodeada de zanguangos interesados por ella. ¿Cuál es la posición del misántropo, de Alcestes? «Ley del Corazón». Es superior a la anterior por la sola inclusión del término "ley". Ya no es deseo y goce. Es superador porque la ley implica la universalidad, el «espíritu». El problema es que esta ley no es una ley social, sino una «ley del corazón». En "del corazón" está la falla. El ejemplo con el que se suele trabajar esto es el aforismo "el primer impulso siempre es bueno". ¿Dónde está la ley? Está en "siempre". Pero, ¿qué tiene como defecto esta ley? Que no es una ley de consenso social. En nuestro idioma es más habitual expresarlo como "Lo que vale es la primer intención". ¿En dónde está la ley? En que no hay límite a lo que vale. ¿Pero cuál es el problema de la «ley del corazón»? Que automáticamente, como es «ley del corazón», no es ley del Otro y, al no ser ley del Otro, encuentro que el Otro es contrario u opuesto a mi ley, porque si lo que me determina en mi relación al otro es «ley del corazón» y no una ley de consenso social, necesariamente mi posición tendrá que ser contrarrestada con la posición de los otros. ¿Entienden la contradicción que implica? Porque supera la anterior en que postula una ley —no son meras ganas de ‘cogerse’ a una ‘mina’. Pero el problema de esta ley es que no es una ley que articule en sí misma al Otro. Una ley articula en sí misma al Otro cuando, por ejemplo, una ley es miembro de un código que se aplica a todos nosotros, porque al otro se le aplica tanto como a mí. Pero el problema es que los otros van a rechazar esta ley porque yo mismo la connoto no como universal sino como ley de mi propio corazón al cual todos los otros corazones necesariamente deben oponérsele.

Pregunta: [inaudible].

A.E.: El "todos", al nivel de la ley, en Lacan mismo se llama también universal. Lacan opone "general" a "universal", y no dice Lacan que no haya universal. Para Lacan, hay universal; por ejemplo, el Edipo es universal. Quiere decir que si es aplicable para uno, es aplicable para todos. Pero si se demuestra que para un caso es incorrecto, debe caer como teoría —a diferencia de lo general, que vale por número: "el 17% de los casos", "la gran mayoría", "a la gente no le gusta", etc. Lo general es el campo de la Psicología, mientras que hay algunas nociones en psicoanálisis que requieren de la noción de universal: por ejemplo, el Complejo de Edipo. Si es válido, debe ser aplicado a un sujeto hablante. Y si es universal, es válido de ser aplicado a todos, en el sentido de cada uno, no porque "todos" sea un conjunto finito, pero nos falta una noción de universal. Por ejemplo, ¿cómo definen Ustedes un significante? "Es lo que representa un sujeto para otro significante". Pero esto es válido para todos los significantes. Sin embargo, esto no quiere decir que hay universo de discurso —no es el mismo "todos". Para el caso de para todo significante es universal, es decir que si es válido para un significante tiene que ser válido para todo significante. Por eso, alcanza con que el neologismo sea uno para poder diagnosticar psicosis —no hace falta que todos los significantes de la psicosis sean neológicos. Si encuentran un tipo súper racional, súper articulado a la sociedad –Juez, Presidente de la Corte de Apelaciones, casado, con tres hijos–, puede ser psicótico, porque no tiene que ser "para todos", alcanza con que sea "para uno" para que ya entonces no se aplique la ley. Y si no se aplica la ley, es lo que queremos demostrar: forclusión del significante del Nombre-del-Padre.

Para nosotros, hay una noción de universal que se aplica. En general, las cosas que afirmamos tienden a ser universales —si no fuese así, no servirían para nada. Si "A barrado" no fuese "para toda transferencia en un psicoanálisis", no serviría, les estaría contando un caso, o les estaría contando qué modalidad adquiero yo con mis pacientes, cómo yo atiendo así, etc. Pero no es eso. ¿Cuál es el significante del deseo? Es Phi mayúscula [], para todos los casos, para todo caso, lo que no quiere decir que sea un universo finito, sino que todos y cada uno.

Entonces, «ley del corazón» como falla en el punto en que la ley no se inscribe en el Otro. Es una contradicción, y el que no se inscriba en el Otro es la forma de individualismo.

No trabajaremos con la tercera forma. Es típicamente la del Quijote. Y me da la impresión de que es en la que quedaron cabalgando todos los guerrilleros, especialmente los de la última época, ése que se llena de tubos de dinamita, se sube a un camión y se tira en un edificio. Lean Ustedes la descripción que hace Hegel de «la virtud y el curso del mundo», que son aquellos que se ponen en posición de virtuosos y que se oponen a cómo va el mundo, y que "tiene que poner un freno porque el mundo se va a la mierda"... Lean la descripción. A mí me impactó porque describe muy bien al guerrillero suicida moderno. Antes, nosotros decíamos que los guerrilleros eran suicidas. El Che Guevara, ¡en Bolivia! ¡¿Cómo va a hacer una Revolución en Bolivia, justo en el mismo continente en donde está Estados Unidos?! ¡Eso es suicidio! Pero se tardaba más en llegar. Ahora, el tipo se pone un cohete en el ‘orto’, se tira contra el edificio haciéndose estallar... El otro día salió una foto bastante chocante de ese batallón de setenta soldados suicidas de no me acuerdo qué grupo de fundamentalistas árabes, que ya estaban listos. Setenta no son tantos, pero tampoco son pocos, son ya un montón. Lean cómo Hegel describió algo que no había en su época, porque no van a comparar al guerrillero suicida moderno con Don Quijote y sus molinos de viento —de quien todos nos ‘cagamos de risa’...

El problema es la maniobra que hace quien está en la posición de «ley del corazón» con la contradicción entre «ley» y «corazón». ¿Cuál es la maniobra? La proyecta.

Pregunta: [inaudible].

A.E.: Lo del delirio. Termina en la posición paranoica pero termina diciendo: "¡Son todos malos!". Pero la oposición con el Otro está fundada por su maniobra porque él quiere imponer «ley del corazón», no la ley del Otro, no la ley compartida por el Otro, sino su propia "ley". El otro se le opone y su posición le resulta contradictoria, porque o es la ley del otro –con el otro–, o es la de tu corazón. Esta contradicción se proyecta y el sujeto se manifiesta como loco. Y, efectivamente, es una forma de la locura: «delirio de presunción». Pero se produce otro efecto que es «alma bella», porque la proyección produce el despeje interior, toda la maldad y toda la contradicción: "los sujetos que no saben lo que dicen, que cada vez demandan más y desean menos", esto exactamente es «alma bella».

Yo parto de un axioma –Ustedes no tienen por qué partir del mismo–, a saber: es bueno que haya psicoanálisis. No veo ningún motivo para que todo el mundo coincida. Me imagino que debe haber un montón que debe decir que sería buenísimo que desaparezca el psicoanálisis. Por ejemplo, Bunge, que supo hacerse famoso con eso, con su odio al psicoanálisis, un odio medio raro. ¿No les huele a «alma bella»? ¿Acaso los psicoanalistas no somos, para Bunge, como los molinos de viento del Quijote? ¿Por qué le interesa tanto a un físico la existencia de los psicoanalistas? Se nota que eso lo toma a él en lo particular, y la maniobra de él en lo particular es hablar de la inconsistencia epistemológica del psicoanálisis. Eso es «alma bella». Es cuando se despeja la contradicción interior, que se proyecta sobre el otro.

Para Lacan, la posición del inconsciente nos toma a cada uno en lo particular. Y, por eso, la más peligrosa de las maniobras respecto del destino del psicoanálisis es la del propio psicoanalista. Según Lacan diagnostica, el psicoanalista es justamente aquel que encarna de la manera más radical el «alma bella» y la «ley del corazón». Mi impresión es que es correcto el diagnóstico de Lacan, que efectivamente los analistas estamos padeciendo de un problema que se llama individualismo. ¿Cuál es? No querer hacerse la pregunta de qué lugar ocupa uno en el malestar del que se queja.

¿El malestar puede estar ocasionado en el Otro? Sí, puede ser que la gente, hoy, cada día, quiera más músculos y menos pensar. Si uno va a la librería y ve qué libros se venden, primero está toda la parte masturbatoria –decenas y decenas de libros de autoayuda–, después, todos los libros sobre aerobics; y más allá, en el rinconcito del fondo de todo, te dicen que no, que no tienen nada de Apuleyo...

¿Puede ser que la gente quiera hoy más dólares que nunca? Yo lo constato. Mi impresión es que los jóvenes que hoy eligen carrera, a comparación de cuando yo elegía carrera con mis amigos, quieren ganar plata. ¿Eso es más demanda o más deseo? Demanda, porque la plata es un objeto de la demanda. ¿En dónde está tomado uno en el "qué lugar ocupas tú en aquello de lo que te quejas"? En que uno se queja, ¿se entiende la idea? Porque nosotros nos quejamos. Para un montón de gente, el que los chicos quieren ganar más plata con las careras significa que los chicos de ahora son más realistas, y que en cambio nosotros éramos muy idealistas.¿Notaron la cantidad de chicos que quieren ser economistas, ahora? Es tan estúpido como que todos quieran ser psicólogos, porque van a ser cinco mil economistas por año, ¡es ridículo! Pero no importa, los consideran más adaptados a la sociedad... Nosotros tenemos sobre eso una queja, pero lo único que es válido respecto de esa queja es qué hacemos respecto de eso. Quejarse de eso es una forma de individualismo porque lo único que nos quita de la posición de individualismo no es la queja de eso, sino la forma en que incidimos: ¿qué haces tú con aquello de lo que te quejas? ¿Era verdad o no que el Sr. K tenía una posición que no era moralmente adecuada con Dora? Era verdad. Quiere decir que había una queja justificada de parte de Dora. "Un amigo de mi papá me quiere ‘coger’" , dice una chica de veinte años de edad, en aquella época. Y, para colmo, me parece que el tipo se hace el ‘boludo’... ¿Qué opinarían Ustedes si fuese vuestro cuñado? ¡Sería un ¡hijo de puta! Pero no es ése el problema. ¿La culpa la tenía Dora? ¿Ustedes creen que ella lo había seducido, tienen esa posición fascista Ustedes? No, quizás no hizo nada, quizás realmente todo pasa por lo que hicieron el Sr. K y el padre de Dora. La maniobra de Freud es quitarla del «alma bella», en el punto en el que le molesta porque si no, no le tendría que molestar, tendría que ser un viejo baboso más. En el punto en que molesta es donde uno está implicado en lo particular. Si a Ustedes les molesta o no les molesta que el psicoanálisis muera, es una posición particular. Si les molesta, está vuestra condición particular tomada allí. Es en la condición particular donde queda por hacer lo que Lacan denomina, en este escrito, "posición del inconsciente".

Este año estoy contentísimo. Todos los años me arrepiento del tema que elegí para el curso, pero este año estoy fascinado con la propuesta de «Posición del inconsciente», porque la única salida que queda es la posición particular de cada uno de nosotros respecto del inconsciente.

Y para concluir, ¿cómo se transfiere esto? Vía el deseo de cada uno. Puede ser en una escena particular con alguien, con uno, con varios, o con una multitud —eso no cambia nada. Lo va a tomar a quien lo tome en forma particular. ¿Conocen a alguien que últimamente haya tenido la intención de analizarse? Averigüen y verán que siempre es por el encuentro particular con alguien, o con un analista o con un analizante —no cambia mucho. Con analizantes, no con pacientes. Cuando la gente se encuentra con pacientes, le interesa un carajo analizarse: "No, yo estoy hace veinte años en análisis"... Pero si se encuentra alguien con un analista o con un analizante, van a ver que el primer efecto que se produce es ganas de analizarse. Y no se trata de es ganas de curarse del síntoma de mierda que arrastra, sino que recién entonces, en el momento en que conoce a un analista... O sea, la posibilidad de vida del psicoanálisis pasa por la posición desiderativa del analista. «Alma bella» y «ley del corazón» son el fracaso de la posición desiderativa del analista.

En la próxima reunión, vamos a leer las páginas 812 a 816. Vamos a hablar de la posición y de la función del analista. Pero voy a pedirles que previamente revisen «lenguaje», «lengua» y «parole», «palabra» o «habla», porque vamos a trabajar la tripartición «lenguaje», «lengua» y «parole».

Correcciones: Luciano Echagüe

Notas

1 «Ce fait est remarquable d’autant qu’à cette date dans le monde, les psychanalystes ne s’appliquent qu’à rentrer dans le rang de la psychologie». [N.d.C.]

2 En Argentina, se emplea "levantar" como sinónimo coloquial de "conquistar", "cautivar", "seducir", etc. [N.d.C.].


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