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Seminario
Posición del inconsciente

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Organizado por PsicoMundo

Dictado por : Alfredo Eidelsztein


Clase 8
¿Qué me quiere (decir)?

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Haré, primero, algunos anuncios. El primero es sobre el Programa de Actualización en Psicoanálisis Lacaniano. Extraoficialmente, les aviso que ahora se abre la última posibilidad de inscribirse al programa. Si Ustedes van a preguntar por esto a las autoridades del programa, les van a decir que no saben nada, porque no saben si el año que viene no lo vamos a ofertar. Pero hemos tomado la decisión de no abrirlo en el ‘97 y ’98. Quiere decir que esta inscripción, para todos aquellos que estén dudando si hacer o no el programa, es la última oportunidad para pensarlo. Y me imagino que la inscripción empezará en una o dos semanas en la oficina del post-grado. Si tienen algún conocido que lo esté pensando, adviértanle que en el ‘97 sí va a poder hacer todos los cursos, tanto el obligatorio que dicta Diana, como todos los optativos como cursos, pero ya no dentro del programa.

Pregunta: [inaudible].

A.E.: Tiene que ver con que ya lo hicimos varios años. Cada vez que lo inauguramos implica un compromiso docente de tres años. Ya venimos dictándolo hace cuatro años, estamos muy cansados... No sé si se dan cuenta, no sé cómo lo vive el otro del otro lado, el del post-grado es un nivel de enunciación muy exigente para los docentes y genera un trabajo muy arduo y, francamente, estamos muy cansados. Igualmente, vamos a tener que dictarlo durante todavía dos años más, o dos años y medio. Lo que no queremos es que cada vez que lo inauguremos, nos comprometa al menos tres años más. Esta vez, sería la última. Con lo cual, seguro habría cursos durante el ‘97 y el ‘98. Lo que sí estamos pensando es hacer otro tipo de estructuración de transmisión de la enseñanza, quizás una maestría. No es que los que estamos alrededor de este programa vayamos a dejar de ocupar este lugar, ni de transmitir la enseñanza de Lacan. Pero ya no otro programa. Y eso no se va a poder arreglar, porque la Facultad no va a abrir la inscripción y no vamos a poder arreglarlo, ni compensarlo de alguna manera: si no se inscribieron...

Lo segundo que quería comunicarles es que seguimos con frecuencia quincenal, sin suspender por vacaciones. En la próxima, al comienzo de la clase, voy a proponerles hacer un trabajo en torno a preguntas de Ustedes, así que va a ser un buen momento para que revisen sus notas y recuperen las preguntas que quedaron pendientes. Es muy difícil trabajar cada quince días, uno no se acuerda mucho, no es una buena secuencia. Me parece que ya estamos acostumbrados y que el imaginario, lo simbólico y lo real nos dan más para una vez por semana —a mí por lo menos. Con todo lo que pasa en esta vorágine del mundo moderno, en dos semanas, qué se yo, es muy difícil... Entonces, lo aviso, prepárenlo, no se sientan obligados a traer preguntas —si las hay, las hay. Yo traigo preparada mi clase.

Hoy voy a trabajar –si llego– con las páginas que van desde la 813 hasta la 815 de la versión castellana (desde el último renglón de la 833 hasta la 836 del original francés). Quiere decir que la próxima clase va a ser a partir de ahí porque, de aquí en más, voy a seguir trabajando página por página. Venimos muy bien con los plazos: ya estuve haciendo las cuentas y vamos a tener dos o tres clases. Luego, nos dedicaremos a «alienación» y «separación» y vamos a recuperar el tema de la causa. No tendremos clases en enero ni en febrero. Así que tendremos buena disponibilidad de tiempo.

Por otra parte, quería anticiparles que en nuestra próxima reunión daré la palabra a uno de Ustedes que preparó un pequeño escrito –cuya presentación tomará unos quince o veinte minutos– sobre algunos de los puntos que estuvimos trabajando. Tendrán así la oportunidad de escuchar a uno de Ustedes y también van a poder plantear preguntas sobre eso.

Bien, si hoy tienen algunas preguntas, podemos detenernos en ellas; si no, las dejamos para la próxima.

Pregunta: Estuve pensando que la transferencia, en realidad, es como en Freud y, en todo caso, Lacan realizó una enunciación de aquello que no pudo atravesar, es decir, que éste es un límite para las posteriores generaciones de analistas. En ese sentido, creo que todos repetimos el mismo síntoma, y en ese punto es donde sentimos que el psicoanálisis está en "peligro de extinción". Creo que tiene que ver con el deseo de Freud.

A.E.: Sí, puede haber algo de ese orden. Pero, ¿por qué llamaste "síntoma" al hecho de que repitamos, en nuestra posición de analistas, el deseo de Freud? Porque lo que se ha expuesto acá es que Freud llegó hasta un punto. Lacan se refiere a eso todo el tiempo pero de algún modo si hoy en el psicoanálisis nos planteamos esta cuestión de "la muerte del psicoanálisis", creo que, en algún sentido, lo que está en juego es "el deseo de los analistas", es decir que en algún punto estamos varados en el mismo lugar en donde aquello quedó.

El tema de la clase de hoy es sobre esto que traés porque «Posición del inconsciente» es un escrito sobre este problema y está argumentado y desarrollado todo el tiempo por este andarivel. O sea que seguimos hoy con el mismo problema, desarrollándolo en el mismo sentido. Pero sobre lo que vos decís, yo pensé dos cosas: primero, no sé si conocen a un epistemólogo que se llama Kuhn. Es uno de los cuatro o cinco –no son cien– epistemólogos modernos. Otro muy conocido es Karl Popper, pero hay varios.

Este Kuhn propone la idea muy interesante –a mi entender– de «paradigma». Y «paradigma» vendría a ser una forma de articularse todas las concepciones correspondientes a una ciencia o una disciplina. Cuando surge una ciencia o una disciplina es porque se genera un nuevo paradigma. Él dice que un paradigma puede ser un libro, o un conjunto de libros donde aparezca esto y, cada tanto, cada revolución científica implica un cambio de paradigma. Me da la impresión –por el momento es donde estoy, por donde empiezo a pensar estos problemitas– de que Lacan, para el psicoanálisis, introduce un nuevo paradigma, lo que no quiere decir que no estén ya allí las nociones de Freud, sino que están entramadas en un nuevo armazón.

Verán que esto deja lugar a "lo nuevo". En ese sentido, yo les propongo que uno puede ser lacaniano y eso significa orientar su práctica y su concepción de las cosas en función de este nuevo paradigma. Ser freudiano implica un problema teórico porque no se puede desconocer este nuevo paradigma que es Lacan. Sería como sostener que uno es newtoniano, ante lo cual se presenta la cuestión de si uno acepta o no las enseñanzas de Einstein. Porque no se puede decir eso sin sostener que, por el motivo que fuere, se rechaza a Einstein. Es éste el mismo problema con "ser freudiano".

Justamente, uno de los puntos que voy a trabajar hoy –no hay problema si lo anticipo– es el siguiente (creo que ya alguna vez, este año, con Ustedes, lo trabajé): hay fórmulas de Lacan a las que no se da el alcance de significantes que esas fórmulas tienen. Y esto quiere decir, para mí, que toda fórmula de Lacan es ambigua —al menos, pueden leérselas de dos, de tres o de cuatro maneras. Lacan lo explica, dice que las cosas que él dice vienen a llenar un problema en el momento y en el lugar donde lo dijo, y si se lo quitan de ahí no llenan nada. Eso pasa con todas las fórmulas de Lacan porque son significantes, y como el significante en cuanto tal no significa nada, dependen del contexto específico.

Hay una fórmula de Lacan que es tomada en forma unívoca –cosa rarísima–: la del sujeto o la del significante. Es casi, casi como la fórmula más elemental, ¡es increíble! Se la toma desconociendo la fórmula del significante o la fórmula del sujeto, ¡una paradoja increíble! Es aquella que dice que «un sujeto es lo que representa un significante frente a otro significante». Se entiende que eso significa que un sujeto es lo que S1 representa ante S2. Es una idea bastante sencilla. Y me da la impresión de que la idea sencilla que está en juego aquí es lo que nos atrapa por su sencillez y que, por esa misma razón, la tomamos como unívoca. Pero, ¿qué quiere decir? Que si este significante me representa, y dado que un significante en cuanto tal no significa nada, para que éste me represente tiene que articularse con otro que en el circuito anticipación–retroacción le haga a éste poder significar; pero le hace significar en tanto y en cuanto se articuló al otro —entonces, éste ya no significa. Si éste representa a un sujeto y éste requiere de este otro, entonces el sujeto nos queda en el intervalo. No es difícil. De las cosas de Lacan, eso es de lo más sencillo. Cualquiera de Ustedes que tenga un poquito de valentía, elija y diga en voz alta un significante para su representación, la representación de sí, para representarse a sí mismo. Sin importar qué término eligiese, yo le preguntaría si está completamente seguro de que ese término lo define, si verdaderamente es eso. Así, ya estaría yo reclamándoles otro significante: ¿qué quiere decir eso de vos? Porque ese significante quiere decir de otro tal cosa pero no sé lo que quiere decir... En fin, la idea es muy sencilla.

En la enseñanza de Lacan, ésa es una lectura posible, es la más pobre, la menos útil y la menos psicoanalítica. En el texto de la fórmula hay otra cuestión en juego: un sujeto es lo que un significante representa frente a "Otro significante", donde «Otro» es el "Otro significante". Por ejemplo, ¿alguno de Ustedes aceptarían que el significante "psicoanalista" los representa en algún sentido y en algún contexto? ¿Desde qué sentido y en qué contexto los puede llegar a representar? Frente a Otro, tomado como significante, este Otro que siempre está en juego, para el caso de si éste es psicoanalista, es Freud.

Ése es el motivo por el cual el deseo de Freud siempre está en juego en cualquiera de nosotros –si somos analistas–, porque "analista" es algo que él inventó. No sé por qué se acentúa tanto que Freud inventó el psicoanálisis, hubo mucha polémica, ¿Freud inventó el psicoanálisis?, ¿inventó el inconsciente? ¿"Inventó" el psicoanálisis, y "descubrió" el inconsciente? Lacan juega con esas palabras, a veces dice que Freud inventó el inconsciente, y muchos se asombran o alarman por eso, porque asumen que Freud lo "descubrió". Pero me da la impresión –al menos hoy en día– que lo que verdaderamente inventó Freud es una nueva figura social, no una nueva técnica terapéutica psicológica — que, por otra parte, también inventó.

Si fueron a la casa de Freud, en Londres, y escucharon el video, ése en que Freud ya muy viejito habla, habrán notado que él dice que el psicoanálisis es una técnica curativa psicológica. Dicho así, nos queda un poco chiquito. Pero me da la impresión de que lo más importante es que los seres humanos, a partir de Freud, podemos ocupar un lugar social, que existe un nuevo lugar social; eso es un invento total y absoluto: es "psicoanalista".

Si el significante "psicoanalista" los representa, lo hace respecto de Otro, pero tomado como significante. ¿Qué es lo que esto quiere decir? Si yo les dijese: "Sexo masculino, caucásico, sesenta años, con cáncer en la mandíbula y una prótesis de madera", ¿qué estoy diciendo de Freud? Otro real. Pero no es eso, sino el Otro tomado como significante. Y el significante que estaría aquí en juego es "psicoanalista". Con lo cual, cada vez que se pone en juego "psicoanalista", aparece aquí operante "Otro significante". Piénselo con los vínculos familiares, es un ejemplo inexorable: "nieto", "hijo", "abuelo", "padre", "madre", etc. Si son nietos, son nietos de alguien; y alguien tomado exclusivamente como significante, a saber, "abuelo". En ese sentido, no es un síntoma el hecho de que cada vez que se pone en juego "psicoanalista", esté presente el deseo de Freud, porque es el Otro significante que le corresponde –al menos en una dirección– a "psicoanalista".

Ahora bien, "freudiano", "kleiniano", "lacaniano", dependen del paradigma que uno utilice. Me da la impresión de que los que hoy se llaman "freudianos" ‘escabullen el bulto’ a la posición que hay que asumir respecto del nuevo paradigma que es Lacan; porque, para se freudiano, hoy, hay que demostrar que Lacan estaba equivocado, y yo no conozco trabajo alguno que haya demostrado que las fórmulas de Lacan estaban equivocadas —otra cosa muy distinta es "no me gusta", "es soberbio", "escribe en difícil", " es de derecha", "usaba moñito", "el colonialismo europeo" y toda clase de boludeces, respecto de este problema.

"Psicoanalista" no puede quedar cerrado con Lacan. Es falso, siempre va a estar Freud, porque Freud es el Otro sujeto que siempre "Psicoanálisis" va a llevar arrastrado. Por eso, por más que el psicoanálisis progrese, Freud siempre va a seguir teniendo ese lugar, que es distinto de los que generaron nuevos paradigmas en las ciencias de que se trata. A los físicos practicantes de hoy no les interesa Newton. Si hoy hubiese un físico en un instituto de investigaciones físicas que estuviese estudiando Newton, los otros físicos le dirían no sin cierto desdén: "¡Ah! ¡Andás haciendo filosofía de la física", porque el deseo de Newton no cumple esa función para aquello de lo que se trata; mientras que el deseo de Freud está aquí porque el psicoanálisis es Freud en, al menos, una acepción.

Esta forma de trabajar esto tiene una ganancia: que siempre trae a escena a la Otra persona, el Otro sujeto, velado por la primera. Y me da la impresión de que, a veces, los psicoanalistas lacanianos somos tan brutos, tan torpes y tan necios en la clínica porque creemos que se trata de encontrar cuál es la otra palabra que hace gancho con la primera. Y lo que hace gancho con la primera somos nosotros, es una persona, se trata siempre de una persona. No tengo miedo de decir "persona". No sé si Ustedes sienten algún rechazo por esa palabra. Es claro que cuando decimos "personas" no queremos decir nada. «Sujeto», «sujeto del deseo», «sujeto del inconsciente» ya quieren decir algo, pero "persona" no quiere decir nada. Lo digo así de genérico para que quede bien claro que esta fórmula implica un vínculo social, que no hay sujeto por fuera del vínculo social. Esto lo oculta.

Pregunta: [inaudible].

A.E.: «Un sujeto es lo que un significante representa frente a otro significante». Lo que nos está diciendo es cómo hay que tomar a este "otro" en este caso. Les traje dos citas, una de «Posición del inconsciente», en donde está dicho con todas las letras. No sé por qué no se lo trabaja. Y no me van a negar que la segunda versión es mucho menos utilizada que la primera —si es que es utilizada, porque yo no la escuché jamás por ninguno de los comentaristas o estudiosos de la enseñanza de Lacan. Y les traje otra cita de «De una cuestión preliminar...». Voy a leérselas porque son importantísimas: se trata de la entrada del analista en la condición de sujeto.

Pregunta: [inaudible].

A.E.: No sé, tendría que revisarlo. No manejo al dedillo el algoritmo de la transferencia1. Si me lo plantearas con relación a la fórmula de la metáfora o a la de la metonimia, no tendría inconvenientes porque a eso sí lo manejo al dedillo. Pero al algoritmo de la transferencia no termino de entenderlo, no entiendo qué se gana con eso, no entiendo la lógica. Tiene que tener relación porque es de la transferencia. El tema de hoy es un poco sobre la transferencia.

Intervención: [inaudible].

A.E.: Sí, pero es un significante que implica otro. Es aquel significante, del campo del Otro, que implica otro. Quisiera que pongas dos veces "Otro". "Madre" es tomar a un otro real como significante, esa maniobra les queda clara. Lo interesante de esta fórmula es que no te hace perder de vista que hace falta un otro real. A veces, nos empobrecemos tanto con la masturbación mental de nuestras propias fórmulas, que terminamos olvidándonos de que se trata de una persona. Hace falta leer los casos de marasmo estudiados por Spitz –de los que hemos leído ya unos veinte mil en la Facultad–, para que no olvidemos que hace falta otra persona, un ‘chabón’, alguien. El problema es que ese alguien entra en tanto que definido por un significante, con lo cual no importa si es la que te parió, ni siquiera importa si tiene órganos sexuales femeninos: tu "madre" puede ser un tío, hasta puede ser una institución, aquella que te recibió cuando alguien te dejó abandonado en una canastita.

Comentario: [inaudible].

A.E.: Es más complejo, por supuesto. Sí, pero el marasmo no es universal, no podés apostar al marasmo: si encontrás un niño abandonado en una canastita en la puerta de un hospicio, no podés decir que ese chico morirá en noventa días. Puede que quede entre varios. Es claro que si abrís el código Penal, o el Civil, y ponés al niño, cerrás el libro y lo ponés en la biblioteca, el niño se te muere —en ese caso, sí, podes apostarlo. Pero la institución también está formada por personas.

El marasmo es de una consecuencia comprobada experimentalmente pero no es necesaria lógicamente. Van a ver que hay casos así, hay gente que ha sido criada en un orfanato, pero ¿quién es el orfanato? Puede haber sido una señorita que trabajaba allí, o hasta el portero mismo que te servía el mate cocido. Cuidado con creer que la institución es el código de esa institución. Podría ser que no sea en lo particular la coincidencia con el límite de un cuerpo, pero al menos, sí, tendrá que ser entre varios cuerpos.

Lo que sabemos los psicoanalistas –que no es una gran sapiencia, una vecina también puede saberlo– es que es tomado por la función simbólica. No es lo mismo que tu amiga te diga una gansada, que esa misma gansada te sea dicha por tu analista. Cuando te lo dice tu analista, la gansada de tu amiga se ilumina con sapiencia, y vos decís: "Sí, ya me lo habían dicho", mientras a tu amiga le habías dicho: "No seas estúpida, ¡no digas ‘boludeces’!"... Depende de quién. Y me da la impresión de que, en nuestras fórm ulas, nos hemos olvidado cada vez más del "quién", porque le hemos dado la función de arriba. En ese " quién", al menos, siempre está Freud. Es cierto que también está tu analista, o aquel con quién estudiaste, o Lacan, o vaya a saber cuántos más, o analistas con los cuales ni estudiaste, pero están ahí y son para vos un referente de «analista». Pero "analista" es un significante que te representa porque remite a otra persona que, tomada como significante, es analista. Es claro que "analista" en el primer lugar y en el segundo lugar no son lo mismo: ocurre lo mismo que con "nieto" y "abuelo". No se confundan porque va "a" en el primer lugar y "a" en el segundo, porque mi padre es mi padre —no es el mismo significante en los dos lugares.

Vos, como analista, sos en relación a Freud como analista. Nos morimos pensando toda la vida qué hacía Freud, y eso ya demuestra que no somos iguales. No sé si les pasa a Ustedes de pensar por qué Freud puso el diván, o por qué atendía cuarenta y cinco minutos, etc.

Pregunta: [inaudible].

A.E.: Claro, se olvidan de esto. Hay muchos psicoanalistas lacanianos –especialmente, hay un movimiento en París– que suponen que hay un nuevo psicoanálisis, el lacaniano, cuyos preceptos fundamentales, su práctica y la dirección que tiene, por más que tienen términos comunes a los de Freud es un nuevo psicoanálisis. Las personas que nombrás tienen esa posición; y bien, se olvidan de que, para ser psicoanalista, se habla de Freud, es un problema del deseo de Freud, y no tanto qué significantes ocupen los lugares prominentes en la teoría y cómo se articulan entre sí.

Supongan que Ustedes conciben que todo lo que comprenden y hacen como psicoanalistas es R.S.I. Muy bien, ya está, Freud no es eso. Lacan, que acuño «R.S.I.», nos advierte de confundir "sus tres" con los tres de Freud. Está dicho, fue lo último que dijo Lacan, no vaciló más, tenía entonces ochenta años de edad cuando lo dijo. Pero eso no quiere decir que se pueda ser "psicoanalista" sin Freud.

Pregunta: [inaudible].

A.E.: Es ésa. Hay un nuevo psicoanálisis: el de Lacan, y no tiene nada que ver con el de Freud.

No sé si he podido avanzar sobre lo que vos preguntabas. ¿Alguna otra pregunta?

Bien. El tema de hoy viene, justamente, en esa dirección. Es el inconsciente según Lacan, que no es lo mismo que el inconsciente según Freud. La noción de «inconsciente» de Jacques Lacan no es la misma noción de «inconsciente» que la de Sigmund Freud. En «Posición del inconsciente», la articulación fundamental de la noción de «inconsciente» según Lacan es: inconsciente y psicoanalista. Voy a tratar de justificarlo. Intentaré seguir las dos o tres páginas que seleccioné para justificar que «inconsciente» implica al psicoanalista. Y les advierto que "justificar" no es equivalente leerles el parrafito en donde él lo dice —él mismo lo propone como tesis, o hipótesis (habrán visto que él, a veces, habla de "tesis" o "hipótesis").

Vamos a tratar de demostrarlo.

Para demostrarlo, vamos a tener que maniobrar la definición de «inconsciente» como efecto del lenguaje. Porque hay una forma de entender el inconsciente, como efecto del lenguaje, sin implicar al psicoanalista; y hay otra forma de entender el inconsciente, como efecto del lenguaje, que sí implica al psicoanalista. Este problema, en Lacan, plantea al inconsciente, ¿cómo efecto de lenguaje, o como efecto de palabra? No sé si habrán leído para hoy las páginas de referencia, pero está esta pregunta. Así que vamos a tratar de elaborarla.

Quiero señalar que todo el problema es la entrada del Otro. La insatisfacción que le produce a Lacan, y que justifica la pregunta del inconsciente como efecto del lenguaje, es que allí no está presente –categóricamente hablando– el Otro. Así que hay que maniobrar esa fórmula de tal manera, para lograr la entrada del Otro. Y, para hacerlo, vamos a tener que trabajar, por un lado, con «lenguaje», «lengua» y «palabra» de Saussure, y, por otro lado, «enunciado» y «enunciación» de Jacobson. O sea, todo ese esquema conceptual será la referencia de nuestra clase de hoy. (Encontrarán «enunciado» y «enunciación» en «Los conmutadores, las categorías verbales y el verbo ruso», de Jacobson).

En la página 813 de los «Escritos», Lacan dice:

«Aprovecharemos esa ocasión para explicarnos sobre nuestra doctrina del inconsciente en este momento,...».

Ven que es la noción de inconsciente de Lacan.

«...y tanto más legítimamente cuanto que unas resistencias de reparto singulares nos impidieron entonces decir mas».

Se está refiriendo al famoso coloquio en donde parece que Lacan quiso intervenir durante más tiempo. Éste era un problema que Lacan siempre tenía. No sé si Ustedes saben que «Función y Campo...» fue una conferencia que Lacan dio durante cinco horas –¡no deben haber quedado ni los perros!–; y que «El Estadio del Espejo» no se publicó, precisamente porque Jones no lo dejó hablar un segundo más de los diez minutos que tenía asignados. Aquello ofendió tanto a Lacan, que decidió no publicarlo jamás. Y aquí vuelve a quejarse de lo mismo: no le dieron tiempo suficiente, de modo que aprovechará la ocasión para explayarse. Dice así:

«Este miramiento no es político, sino técnico».

No sé cuanto leyeron de Lacan, si lo tienen presente o no, pero Lacan no da muchos miramientos técnicos al psicoanalista –que yo recuerde, prácticamente ninguno–, y estuve tratando de hacer memoria durante dos semanas y, que yo recuerde, además de éste, da sólo uno y tan sólo uno más: el de no responder a la demanda. Y ésta:

«Corresponde a la condición siguiente, establecida por nuestra doctrina: los psicoanalistas forman parte del concepto de inconsciente, puesto que constituyen aquello a lo que éste se dirige».

Quiere decir que el "concepto de inconsciente" implica al psicoanalista, porque es lo que responde a la siguiente pregunta: ¿a qué se dirige el inconsciente? La respuesta es: al psicoanalista. Son fórmulas que no sirven porque, como habrán notado, son del tipo de fórmulas que se explican con la otra, como la fórmula del sujeto. ¿Qué es un sujeto? Lo que un significante representa para otro significante. ¿Qué es un significante? Lo que representa un sujeto para otro significante... Esas fórmulas no sirven para nada, pero es el problema de la materialidad de lo que se trata en lo que nosotros hacemos. En lógica, no se acepta una fórmula así, en la que se defina una cosa con la definición de la otra y viceversa —es una definición circular que no sirve. Pero, nosotros, por la materialidad de lo que se trata, quedamos encerrados en esta lógica.

«No podemos por consiguiente dejar de incluir nuestro discurso sobre el inconsciente en la tesis misma que enuncia, que la presencia del inconsciente, por situarse en el lugar del Otro, ha de buscarse en todo discurso, en su enunciación».

Eso es lo que vamos a tener que demostrar.

Entonces, primero, una cosa es qué es el analista. El analista es aquello a lo que el inconsciente se dirige. Segundo, ¿qué relación hay entre «inconsciente» y «Otro»? Que la presencia del inconsciente se da en el lugar del Otro. Pero todavía no explicamos nada. Sin embargo, ya empezamos a sacar algunas conclusiones: si el psicoanalista es hacia lo que el inconsciente se dirige, y si el inconsciente adquiere presencia ocupándose en el lugar del Otro, entonces Lacan dice que hay que incluir la enunciación en el discurso sobre el inconsciente. Son tres problemas que se articulan en este punto.

Para decirlo de una manera más llana: Lacan dice que siempre que hay inconsciente, está implicado el analista; y que, para que haya presencia del inconsciente, está requerido el lugar del Otro. Entonces, en el discurso mismo de Lacan –y el de cada uno de nosotros hablando del inconsciente–, lo que vale es la posición de enunciación. Eso es lo que tenemos que demostrar. Lo que está diciendo es que no alcanza con el enunciado. Lo que digamos, como contenido, respecto a los que es el inconsciente, no es válido dado que «analista» es aquello hacia lo que se dirige el inconsciente, y, para que adquiera presencia, hace falta el lugar del Otro. Si esas dos cosas son ciertas, Lacan dice que hasta su propio discurso debe tomarse a nivel de la enunciación. Este párrafo –les advierto– es sumamente próximo a esa fórmula tan fina de la lógica de Lacan, expresada en «L’étourdit»: "Que se diga queda olvidado tras lo que se dice en lo que se escucha". En relación al inconsciente, el que se diga no puede ser olvidado tras lo que se dice, o sea, el acto de decirlo tiene tanta importancia como el contenido de lo que se dice.

Hay, a mi entender, una polémica que a mí me ayudó muchísimo a pensar estos problemas, y es que hasta esta fórmula, en el medio psicoanalítico, se concebía que la relación paciente-analista era la de "comunicación inconsciente a inconsciente". Desde esta formula ya no hay más, porque un inconsciente no se comunica a otro inconsciente —inconsciente se comunica a un analista, con lo cual no hay problema y, ahora sí, queda muy claro que el inconsciente del analista –a su vez, tomado como sujeto– se dirija a un analista. Lo que estamos tratando de quitar de la posición dominante en nuestras concepciones es que lo que sucede en una sesión era comunicación inconsciente-inconsciente. Un inconsciente se dirige a algo o a alguien que se llama un "analista". Pero si esto es así, lo que se diga del inconsciente implica a quién lo dice en la posición de enunciación. Ahora, tenemos que pasar a explicarlo y entenderlo.

Volvamos al escrito.

En este párrafo, lamentablemente, leído en castellano, prácticamente, no se pesca nada de lo que dice —aunque la traducción es en sí misma correcta, lo escrito está pensado y calculado en francés. Dice:

«El sujeto mismo del pretendiente a sostener esa presencia, el analista,...».

Ven que "analista" está definido en dos posiciones distintas: es a quien se dirige el inconsciente, y aquel "pretendiente" a sostener esa presencia en el Otro para que el inconsciente tenga lugar.

«...debe, en esta hipótesis, con un mismo movimiento, ser informado y "puesto en entredicho",...».

Puesto en entredicho es, en francés, "puesto en causa" que, para todo este escrito atravesado por el problema de la causa, no es lo mismo que "puesto en entredicho".

«...o sea: experimentarse sometido...»

En vez de "sometido", en francés dice «assujetti»2, o sea que implica la dimensión del sujeto. Es la misma palabra que Lacan utiliza para el Juanito, en el Seminario 4, en la relación que Juanito tiene respecto del Otro encarnado por la madre.

« ...o sea: experimentarse asujetado a la escisión del significante».

Estamos en el problema que yo les propongo. A mí se me hace concreto que estamos rechazando la comunicación inconsciente a inconsciente porque, aquí, Lacan empezó a hablar de las condiciones del analista. La primera que dijo es que el analista debe estar informado. Polémica siempre actual: Banco Patricios, y el decano de la Facultad de Psicología en la carta de lectores del Diario La Nación, donde el Banco Patricios dijo que salía a hacer una maestría en Psicoanálisis (de la cual yo no participo, porque me pusieron en los carteles, pero yo no participo); pusieron que ellos daban la formación que no se daba en ningún lado, ni en la Facultad. Y el decano contestó –para mi gusto, muy mal– pero después aclaró el problema, y es que La Nación le cortó la carta y le pusieron sólo una parte nada más. ¡Los de La Nación estuvieron ‘como el culo’! Porque tomaron que el decano decía que la formación del analista es en el propio análisis, y como el Banco Patricios no analizaba a la gente tampoco podría dar formación del analista.

Bien, Lacan dice que aquel que quiera asumir el lugar del analista debe ser "informado". Ya deben pescar la ambigüedad tan bien calculada por Lacan de este "informar". La primera acepción, en francés, es: dar una forma, una estructura, una significación a algo. La segunda es poner al tanto, informar a alguien de algo, enseñar, advertir, avisar, esclarecer, instruir, notificar, prevenir. Están las dos cosas: primero, es "poner en forma" de analista, como, también, enseñarle lo que es el psicoanálisis. No es cierto, entonces, que alguien pueda practicar el análisis si nunca se analizó, como tampoco es cierto que alguien pueda practicar el análisis porque se analizó —las dos cosas son de la misma manera falsas.

Nuestro campo, el lacaniano, está plagado de ambos casos. Hay un montón de analistas que son analistas porque estudiaron psicoanálisis pero que nunca se analizaron, y aun los más famosos y prestigiosos (algún día nos podríamos encontrar en otro contexto, sin el grabador, y podríamos ‘chusmear’ hasta el hartazgo porque, de los más famosos, no se analizó prácticamente ninguno...). Y, por el otro lado, hay mucha gente que analiza, que se cree autorizada por sí misma porque se analizó durante veinte años. Pero no alcanza con eso, ya que "informar" quiere decir ambas cosas.

Pregunta: [inaudible].

A.E.: No, no. Yo estoy diciendo que estoy rechazando la "comunicación inconsciente a inconsciente". Y estamos poniendo a trabajar otra idea: que inconsciente es aquello que se dirige a un analista. No se comunica el inconsciente con el analista y el analista con el inconsciente. En la segunda fórmula, el término "comunicación" no corresponde. No hay "comunicación" inconsciente–analista. No es que el paciente le puede preguntar, aunque tantos pacientes nos lo preguntan: "Pero, ¿qué dice mi inconsciente? Te cuento lo que me pasa y vos me decís qué es; te cuento un sueño, a ver qué te parece", como si uno pudiese decir sobre el inconsciente. No, no se trata de eso. No hay comunicación inconsciente–analista. Es que al inconsciente lo concebimos como dirigido a alguien. Ese alguien, a nivel de la estructura, por fuera del descubrimiento de Freud, ese alguien se llama "Otro". En términos específicos de la práctica analítica, ese Otro se llama "analista", a quien se dirige el inconsciente. El inconsciente está dirigido a uno, si uno es analista. Ustedes lo saben muy bien: cuando aparece el inconsciente, Ustedes no entienden una pepa —nadie, yo, nadie entiende nada. Así que no nos comunicamos con él. El problema es que nos implica porque se dirigió a nosotros. Y lo que nos está advirtiendo Lacan es que si alguno de nosotros pretende ocupar ese lugar, el de analista, entonces debe cumplir ciertas condiciones.

«...con un mismo movimiento debe ser informado...».

O sea, "puesto en forma" y "enseñado " —las dos dimensiones de la formación del analista. Uno de los más famosos analistas lacanianos de Buenos Aires –si no el más famoso–, empezó a supervisar antes de analizar; o sea, supervisó analistas durante seis o siete años y nunca había tenido un paciente. Y, al momento en que se decidió a atender pacientes, luego de cuatro o cinco años de atender pacientes y de supervisar casos clínicos durante quince años, no se había analizado nunca. El más famoso de los psicoanalistas lacanianos de Buenos Aires...

Segundo: "puesto en causa". Acá, ya se complica porque se produce lo que alguien preguntaba de anticipación y retroacción. No solamente es aquello a lo que se dirige, sino que tiene que ver con la causa de aquello que se le dirige, con un efecto temporal muy raro. Creo que, en alguna reunión pasada, lo dije: una vez que el imperio británico invade la India, a la que conquistó un día, ese día, los indios se empezaron a ‘cagar de hambre’, ¿o es que ya desde siempre eran todos flaquitos y ‘cagados de hambre’? Se ‘cagaban de hambre’ de antes... ¿A partir de que invadió el imperio británico la India, de quién es la culpa de que se ‘cagaran de hambre’? De los "imperialistas hijos de puta", ¡hay que tirarles piedras, bombas, granadas..! Es una temporalidad inconcebible. Pero si esto te pasa desde antes de que yo aparezca en tu vida, ¿cómo me podés echar la culpa a mí de lo que te pasa? ¿Esto es lo que pasa, o no? El síntoma estaba antes de que uno sea el analista de la persona. Cuando uno se convierte en analista, uno tiene la culpa, ¿cómo puede ser? Es que uno entra en la posición de causa. Hay que justificarlo. Por ahora, son todas tesis, hipótesis, todavía no tenemos la teoría que nos diga que esto es verdadero.

"Puesto en entredicho" es la traducción correcta, o sea, "cuestionado". Por ejemplo, como cuestionamos a nuestros analistas o como nos cuestionan nuestros pacientes: ¿por qué me has dicho lo que me has dicho? Pero no es todo lo que está diciendo Lacan (quien, por otra parte, ya trabajó la cuestión de la causa hasta el hartazgo y, en las páginas que siguen, va a seguir todo el tiempo con el problema de la causa: el analista entra en posición de causa del analizante). Entonces, para estar "informado" y que pueda ocupar el lugar de la causa, Lacan dice:

«...experimentarse sometido a la escisión del significante».

O sea, el sujeto que venga al lugar de analista debe haber experimentado en sí la división del significante, que uno queda dividido. ¿Entre qué y qué quedó dividido el analista? Entre aquello a lo cual eso se dirige y la causa de eso. Pero si uno no experimentó que uno queda así dividido por estructura, porque un sujeto queda así dividido por estructura –por eso «assujetti»–, en el "sometido" está dando condición de sujeto. Si uno no se experimentó en esa condición de sujeto, no es apto para ocupar esa función.

Bien, luego viene la crítica a Leclaire y Laplanche.

«De donde el aspecto de espiral detenida que se observa en el trabajo presentado por nuestros alumnos S. Leclaire y J. Laplanche. Es que lo han limitado a la puesta a prueba de una pieza suelta».

¿Cuál es, aquí, la crítica? Que no estaban ellos, que se mantuvieron al nivel del enunciado. Y la espiral, ¿dónde se detuvo? En que no los agarró a ellos, porque Lacan acaba de decir que la posición en la enunciación hay que incluirla —no alcanza con el enunciado. Saben que lo representaban a él, eran discípulos de Lacan, pero no dijeron una pepa que tuviera que ver con lo que Lacan sostenía. Recordarán que Laplanche sostenía que el inconsciente es la causa del lenguaje, ¡no tiene absolutamente nada que ver con lo que enseñó Lacan! Pero no es eso tan complicado. Lo que Lacan les critica especialmente es que ellos no estaban implicados en aquello que decían. ¿Por qué? Porque se apoyaban en Lacan. Observen cómo continúa el párrafo:

«Y esto es el signo mismo de que en su rigor nuestros enunciados están hechos primeramente para la función que sólo llenan en su lugar».

Y esto está en itálicas. Lo citaron a Lacan. Lacan dice que los enunciados de él sólo llenan una función en su lugar, en el seminario donde él asume una posición respecto de lo que dice. Pero tomándolos como puros enunciados –lo cual nosotros hacemos todo el tiempo– indica que no asumimos la posición de analistas, porque si uno asume la posición de analista en lo que dice respecto del inconsciente –y por motivo del inconsciente–, tiene que tomarse lo que uno dice a nivel de la enunciación, no de los enunciados.

Con lo cual, lo que solemos hacer es producir enunciados "lacaniosos", el mensaje del mensaje. Es precisamente lo que les critica a sus alumnos. No les critica que su posición esté equivocada (por ejemplo, rescata mucho el ejemplo del unicornio porque lo considera muy bien elaborado). Pero el problema del inconsciente como causa del lenguaje Lacan no lo acepta bajo ningún concepto. No les critica eso, sino que lo citaron a él y no asumieron posición respecto de lo que decían. Si uno no asume posición respecto de lo que dice, está fracasando en sostener el inconsciente, porque el inconsciente, por lo que decíamos de que para tener presencia requiere del lugar del Otro, nos toma a cada uno en la enunciación. Ciertamente, aún no lo hemos explicado, pero ése es el motivo.

Para estar presente, el inconsciente requiere del lugar del Otro. ¿Puede haber autoanálisis? No, porque el inconsciente no puede tomar presencia dado que nadie puede estar con un culo en dos lugares –tal como reza el dicho de Nietzsche–, vos mismo no podés estar en el lugar del Otro. Pero si es así, el analista, en relación al inconsciente, vale por la enunciación, no por el enunciado. Y el problema de Leclaire y de Laplanche es la posición de la enunciación: espiral detenida.

Se acuerdan de que la crítica de Lacan a Freud es distinta de la autocrítica de Freud con respecto a la conducción de Dora. Para Lacan, por más que estaba mal el contenido de lo que Freud decía, si hubiese maniobrado bien su posición, la espiral hubiese seguido –eso está mucho antes del Seminario 1–; Lacan dice: no importa si él hubiese sostenido que la señora K. era el objeto de amor, si se hubiese corrido él del objeto de amor. Y recuerdan que Freud, por su parte, pensaba: si Ud. ama al Sr. K. por el cigarrillo y el olor a humo, al menos me ama a mí, y en esa posición de sostener que Ud. ama al Sr. K., él se sostenía como objeto amado. Eso es lo que detuvo el análisis y no el error conceptual importante de confundir una mujer en cuanto objeto de interés que como objeto sexual. Dora no tiene nada de homosexual, tiene todo de histérica. Lo que detuvo el análisis fue la posición de enunciación. Es claro que, en «Intervención sobre la Transferencia», Lacan no trabaja con enunciado y enunciación –Jacobson no lo había dicho todavía–, Lacan lo dice en «Instancia de la Letra...», en una separata.

Entonces, las fórmulas de Lacan solo "llenan", cumplen una función positiva en el lugar donde fueron concebidas, es decir, en el seminario de Lacan, sostenidas por Lacan. Fuera de allí, no se confíen. El valor de esas fórmulas depende de la posición que Ustedes tengan al enunciarlas, porque puede ocurrir que Ustedes sostengan las fórmulas de Lacan en una posición totalmente disimétrica de la posición del analista y la del inconsciente.

Avancemos con el texto.

«En un tiempo propedéutico,...».

O sea de enseñanza,

«...se puede ilustrar el efecto de enunciación preguntando al alumno si imagina el inconsciente en el animal, a menos que sea por algún efecto de lenguaje, y de lenguaje humano. Si consiente efectivamente en que ésta es por cierto la condición para que pueda tan sólo pensar en él,...».

¿Puede haber inconsciente en el animal? Si y sólo si hay lenguaje humano y efectos en el animal. Quiere decir que solamente hay inconsciente si hay lenguaje humano.

«...hemos verificado en él la escisión de las nociones de inconsciente y de instinto».

Porque si no hay lenguaje humano en el animal, nada del inconsciente puede haber, queda puro instinto. Con lo cual, hemos separado «inconsciente» e «instinto», no tienen nada que ver. El inconsciente aparece con el lenguaje humano, y no tiene nada que ver con la sustancia viva animal, por más desarrollada que esté.

«Feliz auspicio inicial, puesto que si apelamos asimismo a todo analista, aún cuando haya podido ser llevado más adelante a un credo o a otro,...».

Credo es la primera parte del rezo que se llama "El símbolo de los apóstoles" , que empieza con "Creo...".

«...¿podrá decir que en el ejercicio de sus funciones [...] ha tenido alguna vez que vérselas con algo que se parezca a un instinto?».

¿Cuáles son las funciones del analista? Escúchenlas:

«(sostener el discurso del paciente, restaurar su efecto de sentido, ponerse en él en entredicho...».

En francés dice «s’y mettre en cause»3, "ponerse en causa". La traducción es problemática, pero la forma de expresarlo ya implica la causa. Entonces, "sostener el discurso del paciente", porque a él está dirigido; "restaurar su efecto de sentido, ponerse en él en causa".

«...si le responde como asimismo si se calla)».

No es por la palabra sino por la mera presencia, porque, habiendo la mera presencia, ya implica el lugar del Otro y, si implica el lugar del Otro, hay posibilidad de que emerja el inconsciente. No importa que diga lo que diga, aun si se calla —esto también está en «Intervención sobre la Transferencia». Hoy les podría haber dicho que el texto de referencia podría haber sido ese escrito, sus tres primeras páginas y sus tres últimas, porque Lacan también ahí dice que, aunque sea por la mera presencia del analista, la escena analítica tiene estructura de diálogo, porque por su mera presencia implica Otro —está claro que allí no lo dice como "Otro" , sino como interlocutor.

Avanzo un poquito más rápido cada vez. Continúo:

«Como la lectura de los escritos analíticos y las traducciones oficiales de Freud (que nunca escribió esa palabra)...».

Se está refiriendo a la palabra "instinto".

«...nos atiborran de instinto,...».

Los analistas están siempre hablando de instinto. Y si creen que no, lean a los analistas no lacanianos. Si creen que no, acepten "instintual" y van a ver que de eso está plagado. Eso es lo que publican en la teoría los otros analistas, los analistas no lacanianos.

«...tal vez tenga algún interés obviar a una retórica que obtura toda eficacia del concepto».

Lacan dice que la retórica que utilizan los analistas para traducir o comentar a Freud anula toda la novedad y lo subversivo que él dijo. Entonces, ¿con qué nos quedamos?

«El justo estilo del informe de la experiencia no es toda la teoría».

Tenemos, por ejemplo, la comunicación de casos.

«Pero es el garante de que los enunciados según los cuales opera preserva en sí ese retroceso de la enunciación en el que se actualizan los efectos de metáfora y de metonimia, o sea según nuestras tesis los mecanismos mismos descritos por Freud como los del inconsciente».

Lacan dice que hay dos tipos de comunicaciones que producen los analistas para informar analistas: las traducciones y los comentarios de Freud. O sea, a toda la producción teórica la califica como una retórica concebida, como tal, para aplastar todo lo subversivo que hay en Freud. Pero después tenemos la comunicación de casos, y dice que allí sí está hecho de la siguiente manera: "el justo estilo del informe de la experiencia" –que cuenten lo que pasó–, si bien no es toda la teoría, ya presentifica necesariamente.

Los enunciados que el analista pone a trabajar en la sesión implican, necesariamente, el retroceso de enunciado y enunciación. Pongamos que el analista dijo a su paciente: "Mire, no se olvide que su novia es su madre, que ‘paraguas’, en su sueño, significa ‘pene’ ", si el informe de la experiencia es ajustado a lo que sucede en la experiencia, tenemos que necesariamente el analista aparece en su enunciación porque tuvo que decirlo.

Vieron que Lacan trabaja pocos casos de escritos teóricos de analistas y muchos casos de análisis trabajados por analistas, y eso porque se presentifica esto: que en la teoría está todo pisoteado. Se queja de lo que pasó en el coloquio. Yo lo salteé, pero ahí Lacan decía que no le dieron tiempo para hablar, advirtiendo que se tuviera mucho cuidado en creer que lo que se dijo allí es lo que se publicó. Lo que hicieron cuando publicaron es anular la enunciación, todos los que publicaron pusieron contenidos prolijitos donde no se ve el problema, porque en lo que comunican teóricamente se borra la enunciación. Se puede hacer eso porque no están los sujetos ahí en juego, pero si se producen informes de la experiencia, tan sólo contar lo que pasó –mientras no sea un camelo–, implica que los enunciados que operan allí tienen el retroceso de enunciado y enunciación porque el analista lo tuvo que decir y está el efecto que se registra en el analizante.

No es toda la teoría pero "es el garante...", es decir, aparece el inconsciente porque, como aparece la enunciación, y la enunciación es requerida por el inconsciente, y como el analista tiene que hablar y no se puede evitar cada vez que se habla, de asumir una posición en el sentido de la enunciación, aparece metáfora y metonimia; o sea, "según nuestras tesis los mecanismos mismos descritos por Freud como los del inconsciente".

«Pero aquí nos regresa legítimamente la pregunta: ¿son estos efectos de lenguaje o efectos de habla?».

Aquí, el traductor puso "habla". Este traductor es medio bruto... ¿Quién no sabe que en el «Curso de Lingüística General», de Saussure, el problema de su traducción al castellano es "parole"? Todo traductor, aun el del «Curso de Lingüística General», siempre te pone "parole" entre corchetes. Ustedes saben "parole" significa tanto "habla" como "palabra", la función del habla como la palabra. Entonces, como Lacan acentuó la enunciación, ¿cómo definirían la oposición enunciación y enunciación de Jacobson, de la manera más elemental? Enunciado es lo que se dice y enunciación es el acto de decirlo. Es una fórmula cerradísima y correctísima. Enunciación es el acto de decirlo. Por eso, luego, Lacan va a trabajar con el acto. Para Lacan, el acto de decirlo siempre es inconsciente. Pero, entonces, si Lacan dice que es imprescindible que se asuma el lugar del Otro por la vía de la enunciación, él mismo se hace la pregunta: ¿pero entonces no estoy equivocado? Porque parece que el inconsciente es un efecto de palabra, no de lenguaje. Porque si es necesario que alguien hable, entonces es un efecto de que alguien habla. Lacan mismo está ahí advirtiendo del mismo problema que se plantea, y, planteado así el problema, estamos de lleno en Saussure. Esta oposición de lenguaje y habla es de Saussure. Si no les queda claro, el resto del párrafo lo ratifica, porque el sistema saussureano es tripartito: lenguaje–lengua–parole. Y, efectivamente, más adelante, en el mismo párrafo, Lacan agrega "lengua".

Así que Lacan está aprovechando a Saussure para realizar la pregunta: ¿el inconsciente es efecto de lenguaje, o es efecto de palabra? No sé si Ustedes ya habían antes encontrado en Lacan esta pregunta así formulada. Yo, no. En otro lugar yo no la encontré. Pero esta pregunta es ‘de cajón’4, porque nosotros siempre sostenemos las fórmulas vacías de Lacan que "llenan" algo ahí donde él las dice. Que el inconsciente es efecto de lenguaje siempre lo ponemos en función de la palabra para que opere, siempre le decimos que hable al analizante para que tenga opción de aparecer el inconsciente. Y, sin embargo, decimos que el inconsciente está estructurado como un lenguaje, que es un efecto de lenguaje.

Lacan trae esa contradicción porque según lo que él argumentó hasta el momento, más bien parece que el inconsciente es un efecto de habla. Y se acuerdan de la otra fórmula: el inconsciente es lo que se dice. Si es lo que se dice, así, a bulto de brutos que somos, estilo bruto, pregunto: ¿está más cerca de lenguaje, o de habla? De habla, del acto de decir.

«Consideremos que no adopta aquí más que el contorno de la dicotomía de Saussure».

¡Ah! La pregunta no adopta aquí más que el contorno, ¡no se mete dentro de la dicotomía, la aprovecha como dicotomía pero no la toma como tal! Lacan no acepta que la dicotomía se plantee entre lenguaje y habla, adopta la forma exterior a la dicotomía saussureana. Es decir, no es la dicotomía saussureana la dicotomía que corresponde a la respuesta correcta a esta pregunta, aunque la pregunta es correcta. Usa formalmente los términos de Saussure pero la lógica no es la que está en la enseñanza de Saussure.

«Vuelta hacia lo que interesa a su autor, los efectos sobre la lengua, proporciona trama y urdimbre a lo que se teje entre sincronía y diacronía».

O sea, sin lugar a dudas, es el sistema saussureano porque apareció aquí el tercer término —"lengua". Y él dice que la oposición lenguaje–habla remite, en Saussure, a lo que la lengua es como trama y urdimbre, el tejido vertical y horizontal. Las telas son finitas y largas, el ancho es estándar; urdimbre son los hilos verticales. Si quieren una tela de un metro de ancho por cien de largo, necesitarán mil hilos para que cubran un metro de ancho, y cada hilo tendrá que tener cien metros, porque es lo que les da el largo. La trama es lo que se entrecruza, de este modo, entre cada uno de los hilos de la urdimbre. Lo que va a decir Lacan es que lenguaje y "parole" es lo que respecto del tercer término, "lengua", proporciona trama y urdimbre para sincronía y diacronía. Urdimbre es diacronía, trama es sincronía. ¿Podríamos tejer un tejido que tuviese cinco hilos de urdimbre? Sería como una cintita.

Pero no se olviden entonces que, en «Instancia de la Letra...», Lacan dice que lo más oscuro siempre es el pentagrama implícito en toda cadena significante que, ingenuamente, consideramos como unidireccional. No hay ningún psicoanalista que yo conozca que tenga la habilidad suficiente para trabajar con cinco líneas simultáneamente. No conozco ningún genio tal. Lo que nos proponemos, como mínimo, es al menos dos. Un analista es al menos dos, o sea que de esto que el paciente me dice suponemos al menos otra cadena significante que se articula —eso es un analista. Salimos del consultorio y ya no, ya nos olvidamos de la otra cadena, no pensamos en la otra cadena. Lo que estamos presentando es que son al menos varias, simultáneas.

Lacan dice que es increíble que nos hallamos olvidado que eso estaba en Saussure. Pero Saussure no lo dice. Hay que leer muy bien el «Curso de Lingüística General», al menos una vez por año. "Cadena significante" es una expresión de Saussure. Lacan tiene otra definición de cadena significante, pero la expresión es de Saussure. ¿Cuántas dimensiones tiene para Saussure? Trama y urdimbre, ¿cuántas dimensiones tienen? Al menos dos. Requiere tres porque tiene un espesor, pero lógicamente requiere dos. Para Saussure, la cadena significante es unidimensional.

Pero Lacan dice que es increíble que se haya tomado a Saussure al pie de la letra porque Saussure era poeta, y la poesía requiere de la segunda dimensión —no puede haber poesía sin la segunda dimensión, no sólo por la metáfora sino por la rima.

¿Conocen esta rima? ABBA. Lacan dice que es como un pentagrama, que se trata de cinco. Saussure no lo dice, pero Lacan dice que como Saussure era poeta... ¡Este Saussure es un genio increíble! Hacía ochenta y cuatro mil cosas simultáneas. Y en su familia, también. Yo tengo una biografía de Saussure. Venía de una familia que producía un genio por generación, cuando lo que es más habitual es que el noventa y nueve por ciento de las familias, jamás produzcan un genio... Además de haber fundado la lingüística tal como la conocemos, Saussure era poeta. Pero si es poeta, requiere de trama. Y esto es urdimbre, lo metonímico, lo más visible. Siempre lo más oscuro es la dimensión de sustitución metafórica.

Entonces, trama y urdimbre que introducen sincronía y diacronía. Van a ver que Lacan va a sustituir sincronía y diacronía, las va a dar de una manera absolutamente novedosa.

Lamentablemente, no hemos visto ni la mitad de lo que yo tenía previsto —pero nos hemos divertido un rato... Avancemos un poco más.

«Si se la vuelve a lo que nos pone en juego...».

¿Qué cosa? Hay que ejercitarse para leer a Lacan... Si se vuelve la pregunta. ¿Son estos efectos de lenguaje o de palabra?

«...(tanto como a aquel que nos pregunta, si no está ya extraviado en los que sostienen la pregunta), a saber el sujeto, la alternativa se propone como disyunción».

La alternativa "o" es disyunción. Saben que hay dos tipos de "o". Un "o" que puede ser los dos, y un "o" que dice solamente uno de los dos. Para el caso siguiente: "Se tomará como secretaria una señorita que sepa inglés o francés", si se presenta una chica que sabe inglés y francés, no está excluida. Pero en el caso de "Iré al cine hoy a las 22:00 hs. a ver X película, o a ver Y película", ese "o" es exclusivo, dado que nadie puede estar con el culo en dos lugares al mismo tiempo —tendrá que ir a ver una de los cosas. Acá, Lacan puso "o", y dice que para el sujeto es disyunción.

«Ahora bien es ciertamente esa disyunción misma la que nos da la respuesta, o más bien es al llevar al Otro a fundarse como el lugar de nuestra respuesta, dándola él mismo bajo la forma que invierte su pregunta en mensaje, como introducimos la disyunción efectiva a partir de la cual la pregunta tiene un sentido».

Me va a llevar muchos minutos explicar este párrafo. Lo haremos bien en nuestra próxima reunión. Pero solamente tengan presente lo siguiente: que Lacan dice que la disyuntiva se establece del lado del sujeto en tanto y en cuanto la pregunta es... ¿qué? Vuelvan al párrafo –no me miren a mí– y lean allí la respuesta. ¿Cuando la pregunta es qué, es que aparece la respuesta? ¿Cuándo es disyunción? Cuando la pregunta es dirigida a Otro. Ven que, de vuelta, está el Otro. Sin el Otro no se produce esta lógica. Y, dirigida al Otro, ¿qué pasa con la pregunta? Se convierte en mensaje. Ésa es la clave del problema. Además, se invierte, etc. Pero estoy tratando de tomar lo más elemental, porque ya se venció el tiempo y no quería prolongarlo más.

La pregunta: ¿el inconsciente es efecto de lenguaje, o efecto de palabra? Lo que Lacan está diciendo es que no pierdan de vista que siempre es un sujeto el que se lo pregunta, y que si se lo pregunta a Ustedes, está tomándolos a Ustedes por Otro; y esa pregunta, entonces, se convirtió en mensaje. O sea, ¿cómo se invierte? Supongan que alguno de Ustedes me pregunta si el inconsciente es efecto de lenguaje o efecto de palabra. Si me lo hubiese preguntado hace dos semanas, me dejaba sin posibilidad de respuesta porque, hasta entonces, yo no lo tenía resuelto todavía.

La respuesta que adquiere que Lacan dijo que es de disyunción, sólo aparece si está dirigido al Otro. El problema es que, si la pregunta está dirigida al Otro, se convierte en mensaje y, entonces, retorna en forma invertida. Pero, ¿cómo? Supongan que hoy a la tarde atienden un paciente y él les dice con un tonito un poco agresivo: "¡Disculpame! ¿Qué es lo que quisiste decirme la vez pasada, que yo soy X o que soy Y?". Lo que Lacan dice es que la respuesta se convierte en disyuntiva porque está dirigida al Otro, porque estando dirigida al Otro, la pregunta se convierte en mensaje que le retorna al sujeto en forma invertida. Y, ¿por qué? ¿Qué harían Ustedes si un paciente les pregunta eso con ese tonito desafiante, hoy a la tarde? ¿Cómo reaccionarían? ¿Qué le dirían? Le dirían: "¿Por qué me pregunta eso?". Lo toma alguien como mensaje: "¿Por qué me decís eso, así?". La pregunta se convierte en mensaje porque toda pregunta a nivel de la enunciación está dirigida al Otro pero, al estar dirigida al Otro, no se puede evitar que se produzca la espiral dialéctica, y te retorna como invertida, dado que el Otro se ve llevado a una posición, porque la pregunta se convierte en mensaje: "¿Qué me querés decir con esto que me decís?". A nivel de la enunciación, no del enunciado. Y Ustedes, como analistas, están llevados a esa posición.

No se pierdan con el contenido de lo que se les dice. No se trata de eso, no es ahí donde son analistas. Si quieren relanzar la cosa en forma de espiral dialéctica, no se olviden de invertirlo haciéndole retornar en la medida en que Ustedes transforman la pregunta en un mensaje: se les quiso decir algo con eso.

Correcciones: Luciano Echagüe

Notas

2 «Le sujet même du préposé à soutenir cette présence, s’il est analyste, doit en cette hypothèse, du même mouvement être informé et « mis en cause », soi : s’éprouver assujetti à la refente du signifiant».

3 «... qu’en l’exercice de ses fonctions (supporter le discours du patient, en restaurer l’effet de sens, s’y mettre en cause d’y répondre, comme de se taire aussi bien)…».

4 "De cajón" = "Forzoso", "necesario", "ineludible", "inevitable", etc.

 


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