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Seminario
Psicoanálisis con niños

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psa-niños@edupsi.com

Organizado por PsicoMundo y Fort-Da

Coordinado por : Lic. Ariel Pernicone


Clase Nro. 9
Juan con Juan
El miedo no es zonso (y la fobia lo sabe)
Mara Golub


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"No es que no vuelva porque me he olvidado
de tu olor a tomillo y a cocina
De lejos dicen que se ve mas claro
Y no es igual quien anda y quien camina

....No es que no vuelva porque me he olvidado
es que perdí el camino de regreso, mamá"

J.M. Serrat

 

Voy a contarles acerca de los albores del tratamiento de un niño de ocho años que, aun separado por 14.000 Km. y 90 años de la infancia de Hans Graff, parece cortado por la misma tijera. (por cierto, una con muy poco filo)

 

Los miedos

Juan Manuel teme salir a la calle, ir a la panadería y a la heladería a las que ya iba sin ser acompañado, ir al baño solo y dormir en su cuarto... Hasta aquí el relato conjunto con su madre.

Recién cuando, durante la segunda entrevista, la invito a esperar fuera del consultorio, el niño cuenta que teme que un espíritu le lleve estando en el baño, que un ladrón lo robe estando en su casa... pero lo que verdaderamente le da miedo son los perros. No cualquiera. A los que conoce, como "un siberio, uno... dos siberianos, no les tiene miedo. Si les teme a los que lo persiguen y son juguetones. y agrega "lo que más miedo tengo es a los pequineses. A los ñatitos. Son ñatitos, con el pelo todo parado, así."

Tiempo después refiere que podrían saltar y morderlo.

 

Los padres.

No se apellidan Graff, pero Lacan podría haberles dedicado los mismos comentarios.

..." basta con leer, y ni siquiera entre líneas, para ver desplegarse la presencia constante y aplicada del padre..."

"Al fin y al cabo, en la observación, la madre nunca está con Juanito, mientras que el padre, tan sensato, tan amable, tan vienés, esta ahí empeñado en mimar a su Juanito, además de trabajar."

Ramón, en cambio, es chileno. Está desocupado hace cinco años, con lo cual tiene casi todo el día para dedicarle a su Juan Manuelito mientras realiza las tareas domésticas. También habla con su hija de 15 "de mujer a mujer". Son sus palabras. Su esposa nunca tuvo que cambiar un pañal. De todo eso, se ocupó siempre él.

Sin embargo, es herrero, hace trabajos de electricidad, albañilería... Fue soldador de submarinos, camillero, etc.

"Yo vengo de un país -dice- donde el padre se sienta a la mesa y lo mira nada más.

Literalmente. Nada más. Lo perdido en el cruce de los Andes es la posición del padre desde la que una mirada basta.

Diana, su mujer, se ocupa de mantener la casa con su trabajo de cosmetóloga, al que dedica muchas horas diarias.

Sólo dejó de hacerlo cuando en febrero del 97 sufrió tres isquemias cardíacas, que demandaron tres meses consecutivos de internación.

Al regresar a casa, Diana debió ser atendida hasta en los más mínimos detalles. Recuerda que su marido se encargaba de bañarla "como a un bebé"

Finalmente, mami está privada.

Aquella que hasta el momento solventaba la casa, ponía los límites, y parecía llevar los pantalones, necesitaba todo de los demás. Diana destaca el día de su externación como el primero en que, desde su cama, escucha a Juan Manuel decirle a su padre: "Ayudame, tengo miedo".

Lacan parece contestarles desde las páginas del Seminario 4.·

"Es algo que está en juego cada vez que nos enfrentamos con la aparición de una fobia, y en este caso es manifiesto -se trata de lo que, como sea, se le revela al niño como la privación fundamental con la que está marcada la imagen de la madre. Esta privación es intolerable, porque a fin de cuentas, de ella depende el hecho de que el niño aparezca como amenazado por la castración suprema, es decir, no poder colmar a la madre de ningún modo.

 

Algo de historia

El padre de Diana abandona el hogar familiar en Misiones cuando ella tiene entre seis meses y un año, dejándole una foto, que es rota por un padrastro recién llegado, frente a sus decididos 8 años. El pensamiento "esto no es para mí" se hace acto en el momento en que este señor le levanta la mano. Diana y su hermana, de 10, comunican a la madre que partirán, mientras la ven seguir fumando, impávida.

Vienen a Buenos Aires solas, sin papeles y desprovistas de equipaje. Llegan, aterrorizadas, a la casa de una tía materna, quien ubica a Diana en una casa de familia en la que acaba de morir la noche anterior una hija, cuya pieza le es asignada antes de vaciarse el placard.

Un hermano de la difunta pone palabras a los hechos: ¿ vos sabías que venís a ocupar el lugar de mi hermana?. Pero no te sientas mal. A mi mamá le hizo muy bien.

No fue la única vez en que esta familia operó según la regla "a rey muerto, rey puesto". Diez años después, muere la madre. Al día siguiente, el padre lleva a la casa su nueva mujer. Este hombre, llamado Serafín · es de quien Diana dice: "Para mí, era mi viejo"

Años después, la reencontramos bañando a su primera hija, aún bebé "para darle una sorpresa a Ramón", que siempre se ocupaba de hacerlo al volver de trabajar. Ella se disculpa. "nunca nadie me había enseñado a ser mamá. El obstetra dice cosas, pero una se olvida"

Al bañarla, la tomaba de la manito, tan fuerte que de pronto se la vio morada, por lo que la soltó, hundiéndose la niña en el agua. "Casi la ahogo", dice antes de relatar que en pocos años su hija aprendió a higienizarse sola, echándola del baño.

El 23 o 24 de diciembre de 1996, fecha asignada en un principio a la primera isquemia de Diana -luego situada en febrero del `97- ella regresa de trabajar con mucho calor, se desprende el delantal y se tira en ropa interior a la pileta de lona. Juan Manuel la sigue, se sumerge detrás de ella, sin que lo vea. "No alcanzó a salir" "Ramón lo salvó. Estaba morado".

 

El punto de partida.

Vamos a comenzar por situar los momentos en que estos dos niños, manifiestan haber comenzado a sentir miedo.

Juanito Graff, en alemán, diferencia dos situaciones. La primera en orden cronológico, pero posterior en el relato (9 de abril), se despliega en Gmunden.

Allí, dice, "pillé la tontería". Se refiere al momento en que jugando con sus amigos al caballo, Fritz tropieza y se lastima el pie. Todos dicen "a causa del caballo" (Dem pferd wëgen). Allí ubica, retroactivamente, el comienzo de la fobia.

La segunda, en Viena, después de comprar un chaleco con su madre con la que estuvo todo el día, cuando ve un coche tirado por un caballo que cae. (5 de abril). Aquí sitúa el comienzo del miedo, aunque Lacan afirma que ya había comenzado.

Nuestro Juanito bonaerense, en castellano, ubica también más de una escena. Podemos, a modo de hipótesis, inferir otra basándonos en los relatos de los padres y en cierta concordancia significante que vamos a ir desarrollando.

Él ubica, con total seguridad, los hechos contradiciendo la opinión de su madre. Los invito a escucharlo. Mi pregunta había sido cuándo empezó a sentir miedo.

JM: Hace un año. Vino una visita a casa. Yo tengo rejas en mi casa. Un chico que estaba de visita la saltó y yo ahí empecé a tener miedo.

Su madre interrumpe. Sí, pero ¿por qué?

JM: Por la pelota.

T: ¿De dónde hacia donde saltó la reja?

JM: De adentro hacia afuera. Yo le quise dar la llave y él la saltó. Él vive en Misiones.

Es en este momento que indico a Diana salir del consultorio.

T: ¿Te acordás que pensaste?

JM: Sí. Que si un ladrón salta a mi casa me puede robar.

T: ¿Qué te puede robar?

JM: A mí.

T: ¿Cómo se llama el chico que estaba de visita?

JM: No me acuerdo el nombre, sí el apodo: El Chino. Es un poquito más grande que mi hermana. Tendrá 23 o 24 años.

Poco después agrega. A veces vamos de sorpresa, a veces no. Hicimos el cumple de 15 de mi hermana en Misiones. y el mío también.

T: ¿Quiénes están allá?

JM: Mis tíos, mis abuelos, mis primos. Todos los parientes de mi mamá, la hermana de mi mama, todos.

JM jugaba a la pelota en un club. Habitualmente era su padre quien lo llevaba y permanecía allí hasta el final del partido. De lo contrario le avisaba que se iba y luego lo pasaba a buscar. Pero un día, Ramón recibe la visita de sus primos, con quienes lo acompaña al club. En el entretiempo el niño advierte su ausencia. Este es un momento de gran angustia. El padre tampoco va a buscarlo. "Ese día no me cumplió".

Poco después su madre, a modo de castigo por cuestiones escolares, lo retira del campeonato.

En cuanto al miedo a bañarse solo, el niño ubica el comienzo al ver en la televisión un capítulo de "Verano del ´98" en que "existían unos espíritus". "Después era mentira y era que él se quería comprar una moto y necesitaba plata y se venga del abuelo y después el abuelo de él." Ahora entro al baño y miro para todos lados.

La partida imposible.

Cuando Juanito, el 5 de abril, dice que le gustaría con locura trepar al coche pero teme que se ponga en marcha antes de alcanzar la rampa de carga, su padre le pregunta si será porque no podría volver. El niño le deja claro que sabe bien donde vive y siempre podría volver junto a su mamá.

Lacan subraya que aquí se encuentra la fenomenología misma de la fobia: la ambigüedad de lo deseado y lo temido.

El hecho de partir no es bastante, Juanito sabe de sobra que uno siempre vuelve. Lo más insostenible de la situación es no saber dónde ha de situarse él mismo.

Este ir y volver implacable hacia la madre, esta partida imposible es el fantasma del temor fóbico.

Juan Manuel no fantasea, por ahora al menos, con coches y rampas, pero juega al ludo con una visión particular. La "llegada", después de atravesado todo el recorrido del juego, es para él la "entrada" en la misma casa de la que partió en "salida". Sabe, como Juanito, que siempre se vuelve, sobre todo cuando uno todavía huele "el olor a tomillo y a cocina" y no logra perder "el camino de regreso, mamá".

Por otra parte, el dado no cesa de caer al piso cada vez que lo tira, salvo cuando acerca el brazo para detenerlo, hasta que le digo:

T: Ese dado necesita una reja.

JM: ¡la verdad!

 

Un síntoma a flor de significante.

Intentamos no forzar juegos de palabras, tan trillados en nuestro medio. Pero

tenemos una referencia explícita para darle su justo valor a cada término. "Obsesionados como estamos por cierto número de significaciones predominantes, a menudo nos ocurre que no vemos algo que sin embargo está inscripto de la forma más evidente en el texto de un síntoma tan a flor de significante como es la fobia." ·

..."en el nacimiento de la fobia en el mismo punto donde surge nos hallamos ante el proceso típico de la metonimia, es decir, ante el paso del peso del sentido, o más exactamente de la interrogación que supone esto que digo, desde un punto de la línea textual hasta el punto siguiente. Esta es la definición misma de la metonimia en su estructura. Si el término "Dem pferd"

(del caballo) adquiere su valor articulatorio y asume todas las esperanzas de solución es porque éste es el término siguiente al que Wëgen" (a causa de) transfiere todo su peso., el cual queda así velado. La hiancia de la situación de Hans está completamente vinculada con esta transferencia de peso gramatical"·

Del mismo modo que "wëgen" (a causa de) pasa el peso de su sentido a "Dem pferd" (del caballo), "El Chino" recibe el de "salta la reja" que como "wëgen", queda velado. "Wegen" deriva en "Wagen" (de los coches) y Chino, parece haberse desplazado a través de "Pekín" hacia "pequinés" (Pekín-es). Hay muchos otros términos casi homofónicos en este breve recorrido: isquemias (padecidas por su madre), piquero (palabra empleada por el padre para denominar el acto de saltar las olas), pan o queso (pedidos a Juan Manuel por una perra conocida que lo ha mordido y a la que no teme).

Esta imagen parece volver a dibujarse en un gemido del niño al perder un juego.

T: ¿quién gime así?

JM: los perros, cuando quieren comer algo y no les dan.

Me pregunto, ¿cómo a los maderos de San Juan cuando piden pan y queso y todos saben lo que les sucede?

A esta altura comenzamos ya a advertir que "pequinés" comanda la grilla que reorganiza el universo de Juan Manuel.

Vayamos por partes.

El Chino salta la reja siguiendo a la pelota.

El Chino: es de Misiones, igual que la madre y su familia de origen.

La reja: su padre es herrero. Él mismo ha colocado las rejas de su casa.

La pelota: a- punto en el que "el padre no le cumple" (tampoco le cumple a la madre que utiliza cartelitos pegados en la heladera para comunicarle sus faltas)-

b- también es aquello que la madre censura como castigo.

c- Recordemos la frase que cierra el párrafo:

JM: "Ahí empecé a tener miedo"

M: Sí, pero ¿por qué?

JM: por la pelota.

Tanto la madre como el niño, se referían al motivo del salto del Chino. Pero la construcción es nítida: "Empecé a tener miedo por la pelota..." Podemos hipotetizar que "pelota" hereda a "pileta", no sólo por la similitud significante, sino también por ser la edad adscripta al Chino (23, 24) enunciada del mismo modo que sus padres lo hacen respecto de la fecha en que Juan Manuel casi se ahoga por seguir a su madre a la pileta.(23, 24 de diciembre)

Por otra parte el Chino es introducido en el relato como "un chico". Para un niño de ocho años, una persona de 24 es un adulto. El chico, que siguió, no a la pelota, sino a su madre, fue Juan Manuel.

Si el chico/Chino saltó la reja detrás de la pelota, sin siquiera poder esperar que Juan Manuel le diese la llave, como si estuviese atado, enganchado a ella, ¿por qué no saldría él detrás de su madre, si ésta cumpliese su amenaza? Mi mamá cuando se enoja mucho dice: "Yo me voy a ir a Misiones con mi hermana." Por otra parte, la madre fue capaz de irse de su casa materna a los ocho años, con su hermana de diez (lo cuenta en la primera entrevista, sin que Juan Manuel haya tenido noticias previas de este hecho)

La madre de Hans también lo amenazaba diciéndole que partiría.

Lacan agrega que para Juanito, se trata de lo que cuestiona la pareja de padres, situando allí la angustia de ser llevado a "la barraca materna". Estando "enganchado" a su madre, el temor de Juanito es ser llevado con ella quién sabe donde.

Juan Manuel sabe al menos, donde podría llevarlo, pero esto no alivia su miedo. La reja del padre se demuestra vulnerable. La pareja parental, precaria. La madre ejerce sus reclamos por vía de notificaciones a la vista de todos. El padre olvida cada noche la indicación médica de cocinar sin sal para su esposa (cuyas isquemias se debieron a picos hipertensivos) siendo Juan Manuel y su hermana obligados a presenciar en forma cotidiana la permanencia en al mesa de la madre sin comer o, con más frecuencia, poniendo su vida en riesgo a cada bocado. En este marco, ¿qué haría suponer que la madre no saltará un día la reja con Juan Manuelito soldado detrás? ¿ Cómo no temer frente a su salud precaria?

Si el pequinés que lo persigue lo alcanzara, ¿podría evitar que siguiese él a su mamá?


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