Seminario
Sexología
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Organizado por : PsicoMundo
Dictado por
:
Lic. Virginia Martínez Verdier y Dr. Carlos Alberto Seglin
Clase 2
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TEMARIO:
1.- Exposición teórica:
- Sexualidad. Determinantes biológicos, psicológicos y sociales. Dr. Carlos A. Seglin.
- A modo de manifiesto: La sexualidad es vida. Lic. Virginia Martínez Verdier
2.- Taller virtual N° 1.
1.- EXPOSICIÓN TEÓRICA:
a.- DETERMINANTES BIOLOGICOS PSICOLOGICOS Y SOCIALES DE LA SEXUALIDAD
Dr. Carlos A. Seglin
Somos un todo, una unidad. Parece simple y sencillo al enunciarlo así, sin embargo la comprensión de la sexualidad como una resultante de los factores biológicos, psicológicos y sociales resulta una empresa compleja y por ello fascinante.
La sexualidad forma parte de la personalidad en general. La capacidad de sentir placer, de conectarse con la vida y la cotidianeidad con satisfacción y alegría nos está hablando de nuestra sexualidad. La genitalidad es una parte de la sexualidad en general, importante para la estructuración de nuestro equilibrio psíquico, pero no exclusiva..
Hemos sido educados en un paradigma disociante. Las cuestiones del cuerpo en salud y enfermedad han sido área de la medicina; las de las emociones, de las ideas, del espíritu y del alma lo fueron de la filosofía, la psicología, la metafísica y la religión.
La expresión de la sexualidad compendia en cada acto mucho más que la sumatoria de estos aspectos, intrínsecamente ligados e interactuando permanentemente entre sí. "El todo es más (y menos) que la suma de las partes"
A los fines didácticos intentaremos descomponer esta trama en sus componentes más significativos. Partes de un sistema complejo artificialmente separadas.
UN MODELO POSIBLE DE ANALISIS:
Podemos representar este holismo de la sexualidad mediante un gráfico que exprese en áreas concéntricas estos factores:
- CONTEXTO SOCIAL
- FACTORES PSICOLOGICOS
- DETERMINANTES BIOLOGICOS
- FAMILIA
Cabe aclarar que el hecho de incluir en el núcleo a los determinantes biológicos no sobrevalora a éstos sobre los demás, sino que alude a su lugar como núcleo sobre el cual se va a construir la sexualidad.
La intersección de la familia entre las áreas psicológicas y el contexto social se explicará posteriormente, pero señala su importancia en la construcción del psiquismo individual y la forma en que media entre el individuo y su contexto macrosocial .
DETERMINANTES BIOLOGICOS:
De hecho ya desde el momento de la concepción tenemos un SEXO GENETICO o CROMOSOMICO, XX para la hembra o XY para el macho.
Puede ocurrir que ocurran otras alternativas: XO, XXY,XYY, lo que determinará variaciones en las funciones y el aspecto de cada individuo .
A esta expresión se la llama FENOTIPO.
Este sexo cromosómico determinará a su vez que las gónadas indeterminadas evolucionen hacia ovarios o se transformen en testículos.
Así mismo determinará la transformación del sistema urogenital embrionario en genitales femeninos, masculinos o intersexuales.
En la vida fetal temprana la presencia de hormonas produce la diferenciación de las células sexuales del embrión en genitales femeninos o masculinos los que al llegar a la pubertad completarán el desarrollo diferenciando a ambos sexos en sus caracteres sexuales secundarios y permitiendo las funciones reproductivas.
Se plantea que la influencia hormonal en la etapa fetal influiría incluso en la calidad del impulso sexual a través de modificaciones en los núcleos cerebrales hipotalámicos vinculados al deseo sexual.
Las funciones ligadas a la sexualidad (maduración sexual, deseo, reproducción) se encuentran bajo el control de las glándulas del sistema endócrino. Esta regulación se lleva a cabo a través de HORMONAS, mediadores químicos que producidos en un órgano tienen efecto a distancia sobre otros órganos específicos sensibles a su acción.
Las glándulas de secreción interna son seis: tiroides, paratiroides, páncreas endócrino y suprarrenales, presentes en ambos sexos; y gónadas diferenciadas en testículos para el varón y ovarios para la mujer. Podemos incluir durante el embarazo a la placenta. Los niveles hormonales se mantienen gracias a sistemas de autorregulación mediante feed-back. Las alteraciones hormonales pueden a su vez alterar la sexualidad. Como ejemplo el hipotiroidismo puede disminuir el deseo sexual como parte del cuadro de hipobulia que ocasiona.
El encéfalo influye además en la coordinación de las funciones (y disfunciones) de las emociones y del comportamiento sexual.
La corteza cerebral controla funciones superiores: cognición, memoria, pensamiento e ideación. Regula el impulso y la acción motora del comportamiento voluntario. La mayor evolución de una especie animal la hace menos dependiente de las influencias hormonales.
El mesencéfalo, ubicado bajo la corteza cerebral es coordinador de comportamientos más primitivos imprescindibles para la subsistencia tales como el impulso agresivo, el comportamiento alimentario y el sexual.
El hipotálamo, parte integrante del mesencéfalo, interactúa con el sistema endócrino interviniendo en la regulación hormonal, el inicio de la pubertad, los ciclos de fertilidad y el apetito sexual.
Los animales presentan una mayor sujeción a los influjos hormonales y sus conductas sexuales están determinadas biológicamente presentando respuestas invariables, características de la especie orientadas a la reproducción.
La etología, es decir la ciencia que estudia el comportamiento animal, distingue distintas etapas en la respuesta sexual, etapas que podemos reconocer también en los humanos, bajo su capa de comportamientos sociales. Estas etapas están en nosotros influenciadas por el particular sesgo de la educación familiar y el macrocontexto social en el que estamos inmersos.
Por pertenecer al orden de los mamíferos, las características de la conducta sexual humana comparte semejanzas tales que sería provechoso revisar estos comportamientos.
Partimos del hecho de que el cerebro es sensible al estímulo hormonal en la última etapa de la vida prenatal y primeros momentos de la vida postnatal. Esto fijará en forma indeleble las características de la secreción de gonadotrofinas (hormonas hipofisarias que estimularán las gónadas). De estas gonadotrofinas y de sus oscilaciones dependerá el comportamiento sexual.
En la hembra esta produción de gonadotrofinas responde a un patrón cíclico dependiendo de esos ciclos el ESTRO o celo, en la que esta más dispuesta a aceptar la cópula.
En algunas especies los machos también presentan ciclos hormonales anuales con modificaciones en su morfología (cornamenta, aumento de peso) y en su comportamiento sexual.
En los animales el comportamiento sexual tiene como objetivo primario la procreación, no así en los humanos en los que la sexualidad implica una amplia gama de conductas orientadas a lograr intimidad, reconocimiento y gratificación.
En los mamíferos el embrión indiferenciado presenta características femeninas y es a partir de la determinación genética XX (femenino) o XY ( masculino) se diferenciará en este último caso mediante el desarrollo de algunas estructuras y la inhibición de otras hasta alcanzar el fenotipo masculino. Llamamos a esta diferenciación en femenino y masculino DIMORFISMO SEXUAL. El dimorfismo se debe a la presencia del cromosoma Y, siendo el resto del genoma idéntico en machos y hembras. El cromosoma Y determina la diferenciación de la gónada en testículo.
El dimorfismo es evidente en el recién nacido en sus genitales (caracteres sexuales primarios) y posteriormente a su pubertad en los atributos que constituyen el fenotipo femenino-masculino (caracteres sexuales secundarios)
A partir de estas diferencias se otorga entonces un SEXO DE ASIGNACION, femenino o masculino, que nos identifica como tales social y legalmente.
Este dimorfismo existe también en las estructuras cerebrales arcaicas que determinan la producción de gonadotrofinas ocasionando un patrón cíclico (femenino) o tónico (masculino)
En los animales de experimentación la exposición de andrógenos durante la etapa sensible pre o postnatal determinará conductas "masculinas" en las hembras. Se postula que también en humanos la presencia de niveles adecuados de hormonas durante este período crítico determinará la orientación hetero u homosexual.
Se supone que al menos en algunas especies estudiadas (Macaca mulatta) la acción de otra hormona la PROGESTERONA sería de importancia protegiendo a los fetos hembra de la acción androgénica, postulándose que la diferenciación cerebral dependería más de la relación testosterona/progesterona circulante que del nivel de testosterona exclusivamente.
Este período crítico se extiende más allá del nacimiento en las especies que necesitan de un mayor período de maduración postnatal. En cambio en las especies más precoces el período sensible es eminentemente prenatal..
El efecto del estímulo androgénico ocurriría directamente sobre el Sistema Nervioso Central en sitios sensibles a este estímulo ubicado en las áreas hipotalámica y preóptica.
Los efectos de la activación temprana de los andrógenos necesitan de un segundo momento, durante la pubertad en que las hormonas circulantes iniciarán un patrón de conducta femenino o masculino que se mantendrá de por vida.
Estos patrones pueden correlacionarse también con el clima y ser entonces estacionales o anuales. Además de estos ciclos estacionales o anuales muchos mamíferos tienen un ciclo estral. Los ciclos menstruales sólo aparecen en los primates y en la hembra humana.
El ciclo estral , celo, estro o calor se caracteriza por una mayor receptividad de la hembra al macho, ocurriendo el mayor número de cópulas. No se presenta período menstrual si la hembra no queda preñada.
Entre los sentidos con los cuales las personas nos conectamos sexualmente hay uno que por estar directamente conectado con regiones arcaicas de nuestros cerebros posee una importancia que ha sabido ser apreciada por la industria cosmética: el olfato.
La importancia del estímulo olfatorio se debe a la presencia de sustancias que se denominan FEROMONAS en la secreción vaginal, lo que ha sido ampliamente probado en distintas especies de primates.
Estas feromonas son compuestos de ácidos alifáticos volátiles que aumentan durante la fase ovulatoria. Fueron denominadas COPULINAS por Michael y col. Estos ácidos grasos son producidos por la acción bacteriana de la flora vaginal normal. Se ha identificado la presencia de ácido acético, propiónico, metilpropiónico, butírico, metilbutírico y metilpentanoico.
Deben su denominación al hecho de que son producidas por un animal (la hembra) y tienen un efecto específico al modificar el comportamiento de un coespecífico (el macho).
FACTORES PSICOLOGICOS:
El sexo biológico (cromosómico, anatómico y hormonal), es continuado en el sexo legal (el nombre que figura en el documento de identidad) y por el sexo asignado en la crianza. El sexo psicológico y el social irán estructurándose en una identidad sexual acorde o no con los elementos anteriores.
Llamamos IDENTIDAD DE GENERO a la particular forma en que cada quien se ve a sí mismo como varón, mujer o ambigüo.
Llamamos IDENTIDAD DE ROL a la forma en que cada quien se expresa como varón, mujer o ambigüo frente a los demás.
La familia como matriz y crisol donde cada individuo aprende las reglas que la organizan y estructuran como tal, es desde una perspectiva sistémica, la trama donde podemos rastrear los mitos y mandatos que cada persona ha debido introyectar para ser uno en relación con los otros.
La forma en que pensamos o percibimos los eventos de la sexualidad condiciona nuestros sentimientos o actitudes con respecto a ellos.
Nuestras actitudes hacia la sexualidad están considerablemente influidas por nuestras creencias y mandatos que organizan nuestra percepción del mundo, de las relaciones interpersonales y de nosotros mismos.
La autoestima está íntimamente relacionada con la posibilidad de realizar acercamientos de intimidad suficiente para arribar a un encuentro sexual. Cómo nos vemos a nosotros mismos y cómo creemos que los demás nos ven (METAIDENTIDAD) será un factor decisivo en la etapa del cortejo, en la búsqueda de pareja sexual.
Podemos emplear distintos marcos teóricos para explicar la constitución de la personalidad. Posiblemente coincidamos en la crucial importancia de los vínculos primarios, a través de los cuales el ser humano irá trazando, a decir de John Money, su particular Mapa de Amor (Love Map). En él se inscribirán los eventos traumáticos que el sujeto pueda cosechar a lo largo de su vida, que dejarán huellas más profundas cuanto más tempranas sean. Los dos primeros años son de capital importancia, la etapa de la resolución de la conflictiva edípica llevará a una salida exogámica que luego se reeditará en la adolescencia.
No consideramos que con la llegada a la adultez la sexualidad termine su evolución, ya que el proceso de hacernos sexuales y de aceptar plenamente nuestra identidad sexual se lleva a cabo a lo largo de toda nuestra vida.
Si recordamos que la expresión de la sexualidad (aunque puede ejercerse en solitario) generalmente involucra a dos individuos, provenientes de familias con distintas estructuras y diferentes mitos, comprenderemos lo complejo de acoplar armónicamente dos posturas frente a la sexualidad, que pueden ser complementarias, simétricas o disímiles, lo que lleva a la posibilidad de que este acople sea disfuncional.
CONTEXTO SOCIAL:
Las manifestaciones de la sexualidad deben ser consideradas en un contexto social. Distintas épocas y distintas locaciones geográficas pueden determinar que la misma conducta sexual sea catalogada de saludable o de aberrante.
Cada medio cultural normatiza los rasgos característicos del comportamiento sexual de su comunidad. Valores, costumbres, tradiciones y hábitos sexuales determinan la política sexual imperante.
Por ejemplo, las investigaciones antropológicas demuestran que en las culturas que estimulan a las mujeres a expresar libremente su sexualidad , éstas son tan vigorosas y expresivas como la de los hombres. En el otro extremo las culturas que reprimen la sexualidad femenina producen mujeres en su mayoría anorgásmicas.
En este aspecto los trabajos de Margaret Mead (Sexo y temperamento) ilustran cómo aún en la pequeña isla de Samoa las distintas etnias tenían diversas actitudes hacia el tema sexual, desde el permiso hasta el castigo o la represión.
Decimos que las culturas que permiten y alientan la expresión de la sexualidad son CULTURAS SEXOFILICAS y aquellas que reprimen y desalientan las expresiones sexuales como CULTURAS SEXOFOBICAS.
En ese sentido, las religiones judeocristianas han considerado a la sexualidad como negativa, como "un mal necesario" para la reproducción. En cambio, las religiones orientales incluyeron a la sexualidad como inherente a la vida espiritual, cuya expresión conduce hacia Dios.
En la actualidad no es fácil definir una cultura como sexofílica o sexofóbica, sino que en cada contexto podremos encontrar actitudes de ambos tipos.
La cultura hispanomericana tiene fuertemente marcado el sesgo de la visión judeocristiana de la sexualidad. La moral sexual imperante propugna , al decir de Luis María Aller Atucha un SEXO OFICIAL: MONOGAMICO, HETEROSEXUAL, COITAL Y REPRODUCTIVO. Por ende toda conducta que no esté contemplada en estos preceptos se aleja de la "normalidad".
Paralela y contradictoriamente los medios de comunicación ofrecen alternativas de sexualidad no oficial (placentera, poligámica, poliándrica, y ambigüamente homo o bisexual) como estrategia de venta de los más variados productos, vehículos, ropa interior, bebidas alcohólicas, cigarrillos, etc.
Los medios recogen y amplifican las noticias escandalosas sobre la sexualidad, mientras que son escasas o nulas las acciones realizadas para la prevención primaria de conductas de riesgo vinculadas con la sexualidad: embarazos no deseados, enfermedades sexualmente transmisibles, violencia y abuso sexual.
Virginia Martínez Verdier, en su nota "Liberación sexual?" publicada en Notycountry, reflexiona acerca de la coexistencia de costumbres y valores sexuales en una misma sociedad:
Hasta hace relativamente pocos años (30 o 40 años), el goce sexual de la mujer no era tomado en cuenta como necesario. Varios sucesos sociales fueron modificando esta idea:
- Con la segunda Guerra Mundial, muchas mujeres salieron de su ámbito privado para pasar a ocupar lugares de trabajo hasta ese momento restringidos a los varones.
- El desarrollo del "feminismo" como búsqueda de reconocimiento social del lugar de las mujeres.
- El descubrimiento de la penicilina permitió curar las infecciones que hasta ese momento llevaban a la muerte, entre ellas las enfermedades transmisibles sexualmente.
- El descubrimiento de la pastilla anticonceptiva que le permitió a la mujer hacerse dueña de su cuerpo y de su decisión de procrear.
Aunque estemos llegando al siglo XXI, y la mayor permisividad y exposición de expresiones sexuales a través de los medios de comunicación, hagan pensar que la mayor liberación de costumbres sexuales es generalizada, la realidad cotidiana de las personas nos muestra un amplio abanico de situaciones. En sexualidad, como en muchos otros temas, es importante no generalizar, ni considerar que "lo común" es lo que nos pasa a nosotros (o a los otros). Toda sociedad está conformada por diversos sectores humanos que se manifiestan con costumbres y conductas totalmente diferentes y hasta opuestas. Es así que, entre las minorías sexuales que están saliendo a la luz y los "liberados sexuales" también hoy persisten personas con ideas y actitudes que podemos considerar habituales de otras épocas histórico-sociales.
Las diversas maneras que tenemos los seres humanos de manifestarnos sexualmente no son sencillas de comprender.
Cada caso es único porque -además de la inserción sociocultural- depende de la personalidad, la historia, las experiencias vividas, las creencias, los prejuicios de cada uno y de la relación general de la pareja.
TALLE
PENSEMOS: ¿EN QUÉ CLASE DE SOCIEDAD VIVIMOS, SEXOFILICA O SEXOFOBICA?
NOTA: Los factores psicológicos y culturales iremos ampliándolos al abordar temas específicos.
Bibliografía:
- Aller Atucha. Luis M. y Schiavo, Marcio. Sexualmente irreverentes. Ed. Comunicarte. Río de Janeiro. 1994.
- Flores Colombino, Andrés. Sexo, sexualidad y Sexología. Ed. Dismar. Montevideo. 1992.
- Idem. El futuro de la sexualidad. Ed. Dismar. Montevideo. 1991.
- Masters W., Johnson, V. y Kolodny. La sexualidad humana. Ed. Grijalbo. Barcelona. 1987.
- Mc Cary. Manual de Sexualidad Humana. Manual Moderno. México. 1987.
b.- SEXUALIDAD ES VIDA (*)
Lic. Virginia Martínez Verdier
...Sí; aunque parte de nuestra sociedad se esfuerce por demostraros lo contrario.
Sexualidad es vida; aunque a algunos les convenga venderla como objeto de consumo, de tecnificación o idolatría.
Sexualidad es vida; aunque otros la vinculen con la vergüenza, la culpa, el miedo y la muerte.
Sexualidad es vida; aunque si la ejercitamos sin cuidarnos, corramos riesgos, muchas veces irreversibles.
El terror de este fin de siglo es el SIDA, porque lleva irremediablemente a la muerte.
También los embarazos no planificados (en cualquier etapa de la vida, pero fundamentalmente en la adolescencia) pueden llevar a la muerte; a otro tipo de muertes, concretas o sutiles: abortos y sus consecuencias físicas y emocionales, pérdida de proyectos de vida, abandonos, maltratos, desequilibrios, sufrimientos y dolores profundos.
Aún ante estas realidades la SEXUALIDAD continúa siendo VIDA. Ella es una energía vital que nos transporta desde que nacemos hasta que morimos, cubriendo necesidades biológicas, psicológicas y sociales. Nos guía hacia la búsqueda de placer, armonía y comunicación en todo lo que hacemos. Es un motor de nuestras acciones, actitudes y sentimientos.
El desarrollo sano de la sexualidad nos permite estructurar una identidad coherente, dar y recibir afecto, elevar nuestra autoestima, sentirnos pertenecientes a un grupo social.
El ejercicio de la sexualidad es una función vital cotidiana, como cualquier otra de nuestro organismo; sin embargo, si no la realizamos, no morimos. La sexualidad -en la especie humana- no está al servicio de la conservación del individuo, aunque sí está al servicio de la conservación de la especie.
Las funciones reproductiva y placentera de la sexualidad se van desarrollando de manera independiente a lo largo de la vida, y pocas veces se articulan voluntaria y concientemente; cuando así lo hacen suele producir un pleno gozo emocional.
Habitualmente predomina la función placentera de la sexualidad, la cual suele estar influída -positiva o negativamente- por creencias, mitos, prejuicios, valores y modelos de la sociedad en que vivimos.
Estas influencias pueden coartar o estimular el desarrollo saludable de la sexualidad, produciendo bienestar y equilibrio o miedo, inhibición y conflicto.
¿Cómo preservar nuestra SEXUALIDAD -que es VIDA- de las realidades que la aterrorizan, la niegan, la venden? Necesitamos:
- Cuidarla, interesarnos por ella y mejorar su calidad, aprendiendo a ser saludablemente sexuales.
- Informarnos y reflexionar sobre ella.
Concientizar nuestro Sistema de Valores Sexuales, y, eventualmente, replantearlo.
- Decidir cuándo deseamos realmente tener actividad sexual (a solas o en compañía). Ejercitar la sexualidad es un derecho, no una obligación.
- Conocer nuestro cuerpo; saber qué nos gusta y qué nos disgusta de él.
- Despertar nuestra capacidad sensitiva, reconociendo las sensaciones que nos son placenteras y displacenteras.
- Conocer el cuerpo y reconocer las sensaciones de nuestra pareja.
- No circunscribir el encuentro a un mero intercambio físico. Entrar en intimidad emocional con nuestra pareja, aunque ésta sea ocasional, nos permitirá una mayor integración personal. Comunicar nuestras necesidades, gustos y fantasías, nos acerca y enseña.
- Decidir la planificación de nuestra familia, apropiándonos de la función reproductiva de la sexualidad.
- Intercambiar ideas e información sobre métodos anticonceptivos en general y sobre el preservativo en particular, reflexionando acerca de los prejuicios que suelen denostarlos.
- Acordar con que son aliados de nuestra sexualidad y nos permiten desempeñarnos con libertad y tranquilidad. Sólo necesitamos erotizar el preservativo como acompañante del juego sexual.
- Usar siempre métodos anticonceptivos seguros y el preservativo en todas las relaciones sexuales.
- Hacernos responsables de nuestra vida; ser respetuosos y solidarios con la vida de los demás.
Gozar plenamente de nuestra SEXUALIDAD con la responsabilidad que nuestra VIDA merece, implica darnos todos los permisos para sentir placer, y, a la vez, darnos todos los cuidados, porque
LA SEXUALIDAD ES VIDA
(*) Publicado en la Revista "Todo para usted". Bariloche, 1995.
2.- TALLER VIRTUAL N° 1: as, ref
Fundamentación:
Aunque resulte reiterativo, consideramos necesario volver a recalcar que los talleres virtuales son tan importantes como la exposición teórica.
En el abordaje de la sexualidad, es habitual que las creencias, los prejuicios, la desinformación o mala información estén a la orden del día. Los profesionales tampoco estamos ajenos a ellos.
La posibilidad de comprender las situaciones personales y sociales que involucran a la sexualidad puede ir lográndose a través de la guía especializada en el recorrido de este interesante mundo. Es por ello que las tareas ofrecidas a los participantes cumplen con varios objetivos: desde la focalización de cada participante sobre sí mismo, hasta la observación detenida de la sociedad en la que está inmerso,
La aplicación de sus nuevos conocimientos en sus educandos, asistidos o consultantes será realmente fructífera cuando el profesional pase previamente por la experiencia personal de autobservación y reflexión sobre la sexualidad en general y en particular.
Objetivos:
- Ampliar la mirada sobre la sexualidad y sus implicancias sociales y personales.
- Revisar el propio Sistema de Valores Sexuales.
- Aprender técnicas de trabajo educativo en sexualidad.