Seminario
El pensamiento de Donald D.
Winnicott
http://wwww.edupsi.com/winnicott
winnicott@edupsi.com
Organizado por : PsicoMundo
Coordinado
por :
Lic. Andrés Nelken
Clase 23:
Lo masculino en la obra
de D. W. Winnicot
Grupo de
investigación de la Obra de D. W. Winnicott (AUdePP)
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GRUPO DE
INVESTIGACION DE LA OBRA DE D. W. WINNICOTT
Ps. Adriana Anfusso; Ps. Alicia Baranda; Ps.
Elida Casas;
Ps. Laura de Souza; Ps. Mirna Frascarelli; Dra. Vera Krecl;
Dr. Rafael Sibils; Ps. Susana Trochón; Dra. Rosario Villalba.
AUDEPP
PRESENTACIÓN
Nuestro Grupo de Investigación se dedicó a trabajar durante un largo período el tema del "ser" y el "hacer" o de "lo femenino y lo masculino puros", presentes ambos tanto en hombres como en mujeres, tal como lo plantea Winnicott. De las reflexiones y cuestionamientos grupales surgieron varias elaboraciones colectivas que nos representaron en algunos "Encuentros Latinoamericanos sobre el Pensamiento de Winnicott", así como en otras actividades científicas de nuestro medio. En las "Jornadas sobre Masculinidad" organizadas por AUDEPP (setiembre/2000), presentamos un trabajo, que ampliamos para la presente publicación, con el propósito de facilitar la comprensión de un tema que reconocemos complejo y que, a su vez, es de los menos difundidos de la obra del autor. Utilizamos aquí fragmentos de nuestras ponencias, tratando de darles cierta unidad e intentando trasmitir en forma condensada parte del camino que nuestro grupo ha recorrido durante los últimos años.
No es esperable encontrar en este texto ideas claras sobre la "identidad masculina", ya que para Winnicott todos tenemos componentes "masculinos" y "femeninos" yuxtapuestos. Conceptualizar lo "masculino y lo femenino puros" sirve como mero artificio teórico-conceptual útil a los efectos de la comprensión teórica y de una exposición con fines didácticos. A menudo advertirán que pasamos de la oposición a la complementación de lo "masculino" y lo "femenino" y de sus correlatos teóricos, el "ser" y el "hacer". En los hechos, en cada uno de nosotros, este asunto sería una cuestión de proporciones variables, que para cada indidividuo dependerán de cómo el azar conjugue sus características (propias y heredadas), las de su entorno humano, los avatares de su historia personal y las pautas de la cultura y la época en que le tocó vivir.
Trasmitimos en el presente aporte nuestra comprensión del tema tratando de mantenernos fieles al pensamiento de Winnicott aunque respetando también el proceso del trabajo grupal y sus eventuales "desvíos". En la búsqueda de respuestas, de argumentos para confirmar o rebatir las ideas del autor, recurrimos al aporte de otros autores y disciplinas, deslizándonos a menudo de forma un tanto caótica de un tema al otro, tratando de retornar -no sin esfuerzos - al punto de partida, para sentirnos coherentes. El humor y las confrontaciones polémicas fueron la sal y la pimienta que condimentaron nuestro enmarañado camino, volviéndolo aún más interesante.
A MODO DE INTRODUCCIÓN
Creemos que Winnicott, al hablar de lo femenino puro (ser) y de lo masculino puro (hacer) que se encuentra en todos los seres humanos, sean de uno u otro sexo, se refiere a elementos originarios a los que hemos dado en llamar "bisexualidad primaria". Según sus propias palabras se trata de procesos, a los que otros autores se han referido en términos de identificaciones primarias, que constituirían la base sobre la que se apoyan posteriores identificaciones, particularmente las secundarias que poseen un carácter específicamente sexual, propio de etapas más maduras.
Una de las dificultades para abordar y trabajar estas cuestiones es la facilidad con que se produce un deslizamiento, que sería deseable evitar, que lleva a relacionar estos conceptos con la temática del género o con los caracteres sexuales secundarios. Él plantea: "deseo examinar lo que denomino efectos masculino y femenino destilados ( no personas masculina y femenina)". 1
Winnicott desarrolla sus ideas a este respecto aquí y allá, y como al pasar, en escasos lugares de su extensa obra. Se detiene algo más en ellas en el capítulo 5 de "Realidad y Juego" denominado "La creatividad y sus orígenes". ¿Cómo se relacionan la creatividad y lo femenino/masculino desde la perspectiva winnicottiana? Les acercamos un esbozo de respuesta a través de sus propias palabras. Ellas pueden aclarar sin dejar de mostrar, como casi siempre, aristas un tanto enigmáticas y paradojales. Dice: "...sugiero que la creatividad es uno de los denominadores comunes de hombres y mujeres. Pero en otro lenguaje es la prerrogativa de las mujeres, y en otro más es una característica masculina" 2.
Recorriendo los caminos de lo femenino y lo masculino "puros", "destilados" o "artificialmente disecados" (como Winnicott gusta decir), es posible pues, llegar a la creatividad, que no necesariamente hay que asociar con obras de arte. Apurando el paso y desde otra vertiente podemos afirmar que el "vivir creativamente" (signo de salud) exige "ser" uno mismo y "hacer" desde esa particular modalidad identitaria.
"...el impulso creador es algo que se puede entender como una cosa en sí misma, que, por supuesto, es necesaria si el artista quiere producir una obra de arte, pero también como lo que se encuentra presente cuando cualquiera bebé, adolescente, adulto, anciano o mujer mayor contempla algo en forma saludable o hace una cosa de manera deliberada, como ensuciarse con sus propias heces o prolongar el acto de llorar para gozar con un sonido musical. Se halla presente tanto en el vivir momento a momento de un niño retardado que goza con su respiración, como en la inspiración de un arquitecto que de pronto sabe qué desea construir, y que piensa en términos de los materiales que puede usar para que su impulso creador adquiera formas y el mundo pueda verlas" 3
Winnicott desarrolla algunas ideas novedosas sobre la sexualidad propia de etapas primitivas del desarrollo así como acerca de las que corresponden a momentos más evolucionados de la psicosexualidad, llegando a lo que consideramos una nueva formulación de la diferencia de sexos que apunta más que a una simple oposición al reconocimiento sí de las diferencias, pero también de las similitudes, superposiciones, complementariedades... "Parece importante mencionar aquí una complicación especial que surge del hecho de que si bien los hombres y las mujeres tienen tanto en común, sean, sin embargo, diferentes. Resulta evidente que la creatividad es uno de los denominadores comunes, una de las cosas que comparten todos los hombres y mujeres, cuando no comparten la congoja ante la pérdida o la falta del vivir creador." 4
Desde la primera lectura del artículo antes mencionado surge la inquietud por entender los motivos que impulsaron a Winnicott a utilizar los términos "femenino" y "masculino" para designar el "ser" y el "hacer". Si bien Winnicott no responde específicamente a nuestra pregunta comenta: "Por el momento seguiré usando esta terminología (elementos masculinos y femenino), pues no conozco otros términos descriptivos adecuados. Por cierto que "activo" y "pasivo" no son correctos, y debo seguir el argumento usando las palabras de que se dispone. " 5
No olvidemos que Winnicott llega a postular estas ideas a partir del trabajo clínico con pacientes que presentan una disociación de la bisexualidad. Expone varios casos de pacientes de distintas edades que presentan disociaciones de distinto grado entre el hombre o la mujer que son y el aspecto de su personalidad que tiene características del sexo opuesto.
DIVAGANDO EN BUSCA DE RESPUESTAS
Pretendiendo encontrar (¿o inventar?) algunas de las razones, probablemente inconscientes, que llevaron a Winnicott a mantener los términos "masculino" y "femenino", que tienden a desviar nuestra atención hacia lo edípico, las identificaciones secundarias y la identidad sexual, cuando aparentemente quiere referirse a momentos evolutivos primitivos, se nos ocurrió considerar los mitos y la estructura del lenguaje. Una rápida recorrida por estas áreas nos aportó algunos datos que quizás puedan hacer ver como más justificada la decisión de Winnicott de conservar tal terminología.
Mitos:
Refiriéndose a las civilizaciones americanas antiguas Ernesto Cardenal habla de Quetzacóatl o la serpiente-pájaro, deidad tolteca generadora. Simboliza a la materia o la carne que se eleva y se hace espíritu, "como el canto" y representa el "dejar de reptar y remontarse al cielo" revelando "la condición divina de lo humano". Ometéotl (ome, dos; téotl, dios), o sea "Dos dioses" o "Dios dual", era otro nombre dado a Quetzalcóatl cuando lo concebían como el Principio Masculino-Femenino.
De E.Cardenal es una poesía cuyo título en náhuatl se traduciría literalmente por "Flores- Cantos", doble metáfora con que esa lengua nombra a la poesía.
Allí se dice:
"Y a imagen del Dios-Dos,
hombre y mujer, noche y día, muerte y vida
era la dualidad de la metáfora, la poesía" 6El mito de Hermafrodito de los griegos encarna, según J. Cirlot, el esfuerzo por representar la "totalidad" o una "dualidad integrada" y el intento de sustituir el antagonismo de los sexos y, en sentido más amplio, de todos los opuestos, por la integración.
En la India el "lingam" es un ser doble, con los dos sexos ligados en una sola personalidad que simboliza "la fuerza, la luz de la que emana la vida" 7 .
Asociamos con la Fuerza Vital que propone Winnicott, por naturaleza constructivo-destructiva, en la formulación paradojal y dialéctica con que ofrece sus teorías y en la importancia que confiere a la "integración" como base y tendencia del desarrollo que sólo se lalcanza si un medio adecuado la hace posible. La primera expresión teórica de dicha "integración" implica la fusión, la indiscriminación sujeto-objeto que se da cuando el bebé es la madre o es el pecho y cuando el objeto, que Winnicott llama subjetivo, es concebido por el bebe como creado por él mismo aunque en realidad lo encuentra gracias a que alguien lo colocó en su camino en el momento y lugar adecuados. Esta experiencia de crear omnipotentemente el mundo constituye la concreción de la creatividad primaria innata que postula Winnicott, prerrogativa del "ser" ("being") y de lo "femenino puro", propio de hombres y mujeres, que se trasmite a niños y niñas.
J.Cirlot coincide con M. Eliade en cuanto a que todo aquello que es, debe ser total y debe contener la convivencia de los opuestos en todos los niveles. Ambos también comparten la idea de que el pensamiento mágico-religioso arcaico expresó la "biunidad divina" en términos biológicos antes de poder hacerlo con lenguaje metafísico. Si bien la simbología a la que nos referimos trasciende la oposición binaria y radical de los sexos, no deja de relacionarlos a través de la complementariedad y la tensión a la vez, tal como se da en todo vínculo, pero especialmente en la institución del matrimonio o en la pareja que (por ahora) es lo único que garantiza la continuidad de la especie y la trascendencia por la vía de la progenie.
Lenguaje
Haciendo la salvedad de que en español hay dos verbos (ser y estar) que corresponden a uno solo en inglés (to be), podemos señalar que en las lenguas latinas el verbo sustantivo "ser" es intransitivo. "Ser" equivale a existir, a tener una esencia o naturaleza. Puede decirse que el verbo "ser" tiene un sentido centrípeto ya que cualquier atributo que lo acompañe designa una cualidad más bien permanente del sujeto que lo califica o clasifica. (Ej. "Ella es comunicativa" ). Al considerar el lenguaje vemos que el verbo "ser" se refiere a la "mismidad" del sujeto por lo que, al igual que en los mitos que destacamos más arriba, se podría conectar con el "verdadero self" que implica autenticidad, espontaneidad y exige continuidad y ausencia de intromisiones que generen sometimiento. Por aquí transitaría "lo femenino".
El verbo "hacer" significa obrar, producir, formar, ejecutar... Una oración cuyo predicado consta sólo del verbo "hacer" dice poco, tiene escaso valor informativo para el oyente.Es el caso de una afirmación simple como: "Él hace." En su calidad de verbo transitivo, "hacer" exige, en general, la presencia de términos adyacentes que delimiten el objeto sobre el cual actúa el sujeto, o que especifiquen el tipo de acción que él ejerce sobre algo o alguien. Como al decir "Ana hace deberes" o "El maestro hizo mal." Los verbos transitivos como "hacer" son centrífugos, se disparan hacia fuera del sujeto. Por lo que sirven más para referirnos a la "otredad" o a la realidad externa que a la "mismidad". El " hacer" seria prerrogativa de "lo masculino puro" que implica discriminación sujeto-objeto, noción de unidad y por lo tanto de discontinuidad, afinidad con la pulsión más que con la necesidad, acción y manipulación creativas que generan cambios y por tanto, vencen resistencias.
¿IDENTIDAD O SELF?
Para la convocatoria inicial de AUDEPP trabajamos sobre el tema "Identidad masculina", pero la noción de identidad no es demasiado usada por Winnicott, por lo que preferimos hablar de "self", para evitar el riesgo de vaciar de sentido los conceptos, al usarlos sin tener en cuenta la teoría que les dio origen.
El "self" supone una modalidad de estar en el mundo y de percibirse a uno mismo, y a través de uno mismo a los objetos. A diferencia del término "identidad" remite no sólo a lo absolutamente personal, sino también a lo relacional y además, en la salud, es lo que confiere sentido al vivir. Winnicott, contestando a su traductora al francés cuando le pide aclaraciones sobre la palabra "self", escribe: "... el self, que no es el yo, es la persona que soy yo y solamente yo...Esencialmente, el self se reconoce a sí mismo en los ojos y la expresión del rostro de la madre, y en el espejo que puede llegar a representar el rostro de la madre. La relación entre el niño o la niña y su propia organización psíquica interna se modifica según las expectativas desplegadas por el padre y la madre y por aquellos que se han vuelto significativos en la vida exterior del individuo...El self y la vida del self es lo único que otorga sentido a la acción o al vivir (y lo que le permite) identificarse con objetos de amor maduros sin perder la identidad personal." 8
" El sentimiento del carácter total del self se refiere al mismo tiempo al cuerpo y a la psique..." "A esta totalidad de tipo espacial agréguese una tendencia similar a una congregación del self en el tiempo, una articulación del pasado, el presente y el futuro." 9
La apoyatura de lo psíquico en lo biológico es sustentada por el psicoanálisis desde sus inicios. De Winnicott generalmente se subraya la importancia que otorga al medio ambiente. Sin embargo cuando se refiere a la "psique" la define insistentemente como el correlato representacional primitivo de lo corporal o como "la elaboración imaginativa de los órganos y las funciones corporales". Incluidos en la psique de cada ser humano se hallarían proporciones variables de elementos femeninos y masculinos, determinados entre otros, por factores de orden biológico como el hecho de nacer con un aparato reproductor masculino o femenino. Este proceso de elaboración imaginativa culmina con la representación que cada individuo tiene de sí mismo incluyendo el hecho de poseer un cuerpo sexuado.
COINCIDENCIAS. LA EMBRIOLOGÍA Y EL TEMA DE LO FEMENINO Y LO MASCULINO PRIMARIOS. 10
Si bien el destino sexual está cromosómicamente determinado, hasta el día 40 los embriones XY y XX son anatómicamente idénticos y sexualmente bipotenciales. En el feto masculino la diferenciación sexual empieza hacia ese día 40, cuando el gen SRY empieza a enviar señales químicas para transformar a las glándulas sexuales en testículos, no en ovarios. En el feto hembra, la diferenciación empieza alrededor del día 60, y el desarrollo de sus órganos sexuales sigue el programa pre-establecido, sin que intervengan factores feminizantes, ya que el programa embrionario de base está orientado a producir hembras. Dice Badinter, citando a Jost: " En el macho, el testículo fetal debe oponerse activamente a la realización de estructuras femeninas... el macho se forma contra la feminidad primaria del embrión. Durante el desarrollo, convertirse en macho implica una lucha constante." 11
La procedencia materna de todos los seres humanos y en el caso del varón, el hecho de ser habitualmente cuidado psíquica y físicamente por una mujer al principio de su vida hace que su desarrollo, en los aspectos relacionados con la identidad, sea más complejo que en la niña. Para esta última la relación homosexual inicial con su madre sólo refuerza su sentimiento de identidad. En contrapartida, para la niña, la elección de objeto heterosexual, y la instauración de su identidad sexual, sería un proceso más difícil. El varón tiene que apartarse de su origen femenino y afirmar su masculinidad, combatiendo buena parte de las huellas que puedan haber quedado en él debido a su paso por un vientre y unos brazos de mujer. La elección de objeto sexual, en cambio, le sería más fácil.
Nuestra sociedad en general espera que el hombre sea viril, fuerte, activo... Reacción tal vez contra la pasividad y la impotencia del recién nacido frente a su madre. Y normalmente para ser aceptado tiene que probar que no es mujer, que no es un bebé y que no es homosexual.
"También hay que decir que la simbiosis maternal es el origen de la capacidad de nutrir, de sentir y expresar ternura y de establecer apego... Está asociada a comportamientos positivos y cálidos que son la savia de las relaciones humanas. La relación primaria con la madre es la condición esencial de la identidad del ser humano."12 O sea que el provenir de mujer, que iguala a hombres y mujeres, también es condición de procesos que nuestra cultura valora altamente como el poseer una identidad bien estructurada y la capacidad de sentir empatía, el dar y recibir, el establecer relaciones fuertes y significativas por donde circula el amor en sus variantes formas.
Otra cuestión compleja, cuestionable e interesante a la vez, es lo que Winnicott conceptualiza como el "miedo a la MUJER todopoderosa" de la que al principio todos fuimos dependientes de manera absoluta y además sin percatamiento del hecho. El no asumir esta realidad generaría una "deuda infinita" hacia esa madre no conocida del origen, en cuyas manos recayó la provisión de lo esencial para el desarrollo. Partiendo de esta base Winnicott llega a ideas muy personales, que expone en "El hogar, nuestro punto de partida", relacionadas con la democracia, la monarquía, el autoritarismo, la guerra, el machismo, la tendencia de los hombres a ser intrépidos, etc.
ACTO Y PROCESO: EL HOMBRE INSEMINA, LA MUJER SE EMBARAZA.
Entendemos que al considerar "lo femenino" en las mujeres cobra un papel fundamental la capacidad de gestar inherente a ellas, el hecho de que sea capaz de anidar un nuevo ser vivo dentro de sí. El cuerpo de la madre (como el de todo ser humano), es una estructura naturalmente unitaria y al mismo tiempo muy diversificada que se duplica al interconectarse con los sistemas incipientes del embrión que guarda en su vientre. El cuerpo materno es pues, escenario de un hipercomplejo desarrollo silencioso que concurre a un doble propósito: la propia supervivencia y la gestación de un bebé viable. Esta multiplicidad se potencia en el caso de las multíparas.
La vida intrauterina y la lactancia son momentos de extrema intimidad física. Allí los productos de un cuerpo ayudan al crecimiento del otro y se puede pensar que se trata de "un cuerpo para dos", como afirma J. McDougall.
La inseminación, exclusividad masculina, implica un acto breve, puntual, concentrado y muy marcado por lo pulsional. La gestación, que compete a la mujer, puede considerarse como algo muy distinto, ya que implica tiempo ( nueve meses) y un proceso que implica innumerables transformaciones. A. Green recuerda que "un hombre no puede dar a luz, una mujer no puede inseminar" y que la anatomía (que es destino) "decide direcciones...: hacia la descarga externa en el varón, hacia la captura interna en la niña."13
¿Será pertinente correlacionar la forma que adopta la participación del varón en el acto de fecundar con una modalidad más directa que se advierte en los hombres, que suelen "ir al grano" y ocuparse de los asuntos de a uno y en profundidad?
¿Habrá una correspondencia entre la forma multidimensional que adopta a menudo la conducta femenina y la variabilidad de procesos invisibles, sutiles, nada ostentosos pero esenciales para la vida de un nuevo ser y de la especie, que implica sostener un embarazo y criar un bebé recién nacido?
LA MUJER ES MÚLTIPLE Y CONTINUA, EL HOMBRE ES UNO Y DISCONTINUO
Otro aspecto que sustentaría la capacidad de la mujer de atender a múltiples asuntos se vincula con la continuidad entendida como variabilidad estable, que Winnicott relaciona con lo femenino, evocándonos a las típicas muñecas rusas que se incluyen una dentro de otra. Simultáneamente adscribe la discontinuidad y unicidad a lo masculino.
Dice al respecto: "En la mitología aparecen permanentemente las tres generaciones de la mujer, o sea tres mujeres con funciones diferentes. Tenga o no hijos, cada mujer forma parte de esta serie infinita; es hija, madre y abuela; es madre, hija, e hija de la hija. Esto le permite ser muy engañadora. Puede ser dulce criatura indefensa para atrapar a su hombre y luego convertirse en una esposa-madre dominadora y más tarde en una bondadosa abuela. Es siempre ella misma porque comienza siendo triple, mientras que el hombre comienza con un tremendo impulso por ser uno. Uno es uno y solitario, y siempre lo será. El hombre no puede, como la mujer, fundirse con su raza sin contrariar su naturaleza."14Y agrega en una nota al pie: "Pienso que las tres mujeres que aparecen en los mitos y en los sueños no tienen su contrapartida exacta en tres hombres. En la idea del coito, cada hombre es específicamente él en ese momento,, en tanto que en el caso de la muchacha la unidad no es, en cierto sentido la muchacha sino un trío: beba, novia con velo y mujer vieja..." 15
¿La continuidad relativamente asegurada que Winnicott atribuye más bien a la mujer se constituirá en uno de los elementos que le permite transcurrir por lo discontinuo, ocuparse de lo fragmentado y diverso en forma simultánea sin experimentar grandes inquietudes, sin sentirse en peligro?
¿El hombre, por el contrario, deberá cuidar más su cohesión, su integridad y se sentirá más inseguro o molesto frente a lo caótico, que tiende a ordenar, para preservar su unicidad?
DEL "SER" AL "HACER"
Para Winnicott evolutivamente es primero el "ser", que a lo largo de la historia de la humanidad ha promovido la mujer de la dependencia absoluta, la de los cuidados devotos que brindan apoyo yoico y cumplen con necesidades (más que satisfacen deseos). Cuidados que si son adecuados, pasan desapercibidos aunque son imprescindibles y el único, vital e insustituible sustento de toda salud futura.
"La madre suficientemente buena busca proporcionar al bebé de ambos sexos el elemento femenino cuando, en la etapa de indiscriminación yo-no yo, mediante sutiles adaptaciones a sus necesidades le permite vivir la experiencia de que él es el pecho, de que él es la madre. Momento del objeto subjetivo. Desde la óptica infantil no habría separación ni intercambio entre entre él y su madre..."en términos psicológicos el bebé se alimenta de un pecho que es parte de él y la madre da leche a un bebe que forma parte de ella".16
Esta experiencia sienta las bases del auto-descubrimiento y de la creatividad innata promoviendo la aparición de la idea personal, del gesto espontáneo y de una visión propia del mundo que nos rodea.
El "ser" se trasmite de una generación a otra por la vía del elemento femenino de hombre y mujeres a niñas y varones. Se relaciona con lo femenino puro y en su origen, implica indiscriminación yo-no yo, experiencias de ilusión de omnipotencia (objetos subjetivos mediante), de continuidad existencial y de relativa ausencia de intrusiones, que son fuente de angustias impensables, traumas y defensas que ahogan el desarrollo del self verdadero de los individuos. Es en estas funciones donde cobra importancia lo femenino de las madres. Y hay situaciones que exigen que lo femenino de los hombres se ponga en juego, como cuando deben desempeñarse como madres substitutas en momentos de dependencia absoluta de niños, niñas, hombres o mujeres que estén a su cargo. Si algo caracteriza al "ser" es que es invisible, no observable por los sentidos.
El elemento masculino presupone separación yono yo, está relacionado con el "hacer" activo (hacer algo a otro), o pasivo (otro me hace algo a mi), y está respaldado por la pulsión, que podría mostrarse en un registro oral, anal, etc. (Yo como, trituro, expulso, domino al objeto o el objeto me come, me tritura, me expulsa, me domina).
"Para llegar a PERSONA hay que primero SER por medio del elemento femenino, después HACER a través del elemento masculino"17.
El "hacer", que se vincula con lo masculino puro, sólo tiene significado cuando se exterioriza en una actividad motivada, no reactiva, y por lo tanto, atravesada por la invisibilidad del "ser". "La creatividad es el "hacer" que surge del "ser"18 Aunque no lo recordemos cada uno de nosotros se ha sentido un niño con poderes mágicos merced a una ayuda externa de la que no tuvimos la menor idea. Tal es un pre-requisito del "hacer" creativo que nos permite participar en un mundo positivista y racional, donde rigen las normas del proceso secundario que igualmente conserva una impronta subjetiva. El "hacer" está relacionado con lo pulsional, demanda una acción y se caracteriza por un período preparatorio, un clímax y el subsiguiente alivio de la tensión. Funciona por oleadas de excitación, satisfacción y saciedad entre las que se alternan períodos de calma. De ahí que se asocie con lo discontinuo.
La fase de la dependencia relativa se caracteriza por la discriminación yo-otro, la individuación, la personalización y la relación con un mundo interno y otro externo. La función materna exige entonces un constante pasaje de la fusión a la separación, de la descentración -donde lo importante son las necesidades del otro-, a la centración en los intereses propios. En este período la madre sale de la Preocupación Maternal Primaria y temporalmente puede volver a ser más ella misma, a separarse e incrementar el funcionamiento de los elementos masculinos que la constituyen, "haciendo" más que en los primeros momentos de la crianza por ella, por su bebé, por otros... Desde los primerísimos momentos de la vida, el bebé debe contar con una madre o sustituta que admita su propia bisexualidad, para que los aspectos femeninos y masculinos se integren al yo del bebé y devengan en normales atributos del self.
El "ser" y el "hacer" se estructuran y arman de manera diferente en cada individuo. También se anudan de manera particular la "bisexualidad primaria" con la "bisexualidad secundaria" o edípica. Desde el interjuego o danza de estos cuatro elementos surgirán múltiples variantes: integraciones, escisiones, distorsiones, habilitaciones...
Quedar en una identificación cuerpo a cuerpo con la madre, no diferenciarla como un objeto total, obstaculiza el desarrollo. Lo facilita en cambio el encuentro con la figura de un padre que, desde sus aspectos tanto femeninos como masculinos, pueda sostener la bisexualidad del bebé.
"Poder mirar a la madre desde la falda del padre"19. Frase que evoca posibilidades de identificación y de discernimiento que viabilizan y amplían sentimientos y nociones maduros, propios de la fase edípica y de la genitalidad.
Desde el "elemento femenino" que provee la experiencia de continuidad se constituye el sentimiento unificador del self. La combinación del "elemento masculino puro" o el "hacer", predominantemente pulsional, con un comportamiento ambiental adecuado permite all infante el pasaje de la fusión a la discriminación, el descubrimiento del mundo externo y simultáneamente del mundo interno, así como la constitución de la fantasía.
CONSECUENCIAS, PREGUNTAS Y DESAFÍOS
1) En el libro "Naturaleza humana" Winnicott modifica la descripción clásica del predominio instintivo y propone incluir las fases oral y anal-uretral en un estadio pre-genital alimentario. Argumenta dicha unificación explicando que la materia que se excreta por la uretra o el ano fue en sus orígenes producto de la ingestión, la que sería equivalente a la inseminación. La digestión y asimilación podrían homologarse al embarazo y la excreción al alumbramiento. Conceptualización que coincidiría con las fantasías infantiles a menudo observables acerca de la reproducción. "Aquí el varón y la mujer no son necesariamente disímiles."20 Mantiene la segunda fase, fálica, en la que el pene es el tema central y marca la división de los caminos que seguirán el niño y la niña. El varón se define por la positiva (tener), la niña por la negativa (no tener). El tercer estadio es el genital. Al referirse al él Winnicott afirma que la fantasía de uno y otro sexo se enriquece e incluye tanto lo propio de lo masculino (penetrar, fecundar) como lo inherente a lo femenino (recibir; recolectar, retener o guardar en secreto u ocultando; expulsar y dar a luz). En este estadio, pues, las versiones de los sexos no son binarias y excluyentes como en la fase fálica. Las diferencias sexuales no funcionarían por el sí y el no sino que serían absolutamente complementarias, como lo cóncavo y lo convexo. Winnicott afirma que si bien, como ya dijimos, el aspecto femenino de la naturaleza humana se asocia más con lo pre-genital, todos los varones, al haber pasado por la etapa alimentaria que puede considerarse homóloga a los fenómenos propios de la procreación, tienen elementos femeninos propios.
2) Winnicott discute la masculinidad originaria de niñas y varones en los primeros dos años de vida, teoriza una concepción complementaria de la genitalidad femenina y masculina adulta y postula una fase protofemenina de los seres humanos.
Dice que lo femenino en el varón (lo mismo que lo masculino en él) es fundamental aunque variable. Y aclara que "Debe diferenciarse la capacidad del niño pequeño para identificarse con la mujer respecto de lo que atañe a la genitalidad femenina, y su capacidad para identificarse con la mujer en su rol de madre"21. Lo primero aludiría a la bisexualidad patológica ya que implica traicionar la dotación biológica, y lo segundo correspondería a la bisexualidad normal. En realidad, el self está constituido por aspectos "masculinos y femeninos puros " cuantitativa y cualitativamente variables para cada persona, que se integran, sin oponerse entre sí ni ser excluyentes. Otra forma de decir lo mismo sería afirmar que cuantos más un sujeto acepte los elementos masculinos y femeninos en él presentes, más rico y maduro será como persona.
3) Los fundamentos del desarrollo de los componentes masculinos y femeninos de la identidad son somático-psíquicos pero están igualmente determinados por las características ambientales circundantes. La apoyatura de lo psíquico en lo somático nos aleja de la teoría falocéntrica del desarrollo sexual. Tener sensaciones vaginales no es lo mismo que tener una erección. Por razones distintas a las que esgrime M. Klein, deja de ser intrascendente el hecho de que la niña posea una vagina y el varón un pene desde que nacen, ya que ambos órganos son pasibles de ser elaborados psíquicamente desde muy temprano. la consideración de la dependencia somato-psíquica del infante del ambiente humano que lo rodea, introduce una variable fuerte en el psicoanálisis, hasta entonces muy centrado en el individuo aislado y en lo intrapsíquico;
4) Luego de una inicial constitución del "self" con sus componentes masculinos y femeninos (estamos hablando de tiempos teóricos, dado que la superposición de las etapas es la regla), se generan avatares -en particular los edípicos- a los que se van agregando vivencias circunstanciales. Estos elementos irán modificando la identidad o desde Winnicott el "self", en tanto ambos están siempre en construcción y desarrollo, si bien en un desarrollo saludable nunca cambian radicalmente. La importancia concedida a la interrelación entre la sexualidad edípica y el narcisismo está presente en Winnicott así como en interesantes desarrollos del psicoanálisis contemporáneo que proponen autores como Ch. Bollas, A. Green, J. McDougall, Stoller y tantos otros.
Terminamos ofreciéndoles una cita de Winnicott que se presta para la reflexión y la polémica y que a la vez muestra una vez más su forma de pensar compleja y paradojal, que exige salirse del pensamiento cartesiano en el que dominan el principio de identidad, la causa y su efecto, el tercero excluido... En su lugar deberemos aceptar que pueden llegar a sentirse como verdaderas tanto una afirmación, como su contrario, como todas las gradaciones entre ambas polaridades...
Escuchémolos decir esto a su manera: "Es extremadamente conveniente que la sexualidad de un niño se desarrolle...siguiendo los lineamientos de su dotación corporal, o sea cuando el varón es principalmente masculino y la niña principalmente femenina". Sin embargo, la sociedad sale muy beneficiada si puede tolerar lo homosexual junto a lo héterosexual en el desarrollo emocional de los niños. Una fuerte identificación del varón con su madre, y aún su afeminamiento, puede ser valioso si en otros aspectos el desarrollo del carácter es satisfactorio. Una cierta machonería en las niñas no sólo es tolerada sino que es prevista y apreciada."22
Así como se suele aceptar que todos los adultos llevamos un niño adentro, también sería necesario aceptar que todo hombre lleva una mujer adentro y viceversa. Los aspectos "masculino" y "femenino", el "ser " y el "hacer" integrados en el self son, para Winnicott, condición de salud, autenticidad y riqueza emocional.
Notas
1. Winnicott, D. W. "Realidad y juego". Barcelona, Gedisa, 1999. Pág. 110.
2. Id. Pág.102.
3. Id. Pág. 98.
4. Id. Pág. 101
5 Winnicott, D. W. "Realidad y juego". Barcelona, Gedisa, 1999. Pág. 106.
6 Cardenal, E. "Los ovnis de oro". Poemas indios. México, Siglo XXI, 1988.
7 Cirlot, J.· "Diccionario de símbolos" Barcelona, Ed. Ciruela, 2000. Págs. 80,81.
8 Winnicott, D. W. Esploraciones psicoanalíticas I". Bs. As., Paidós, 1993. Pág.322
9. Winnicott, D. W. "La naturaleza humana". Bs. As., Paidós, 1993. Pág. 117.
10. Badinter, E. "La identidad masculina". Bogotá, Ed. Norma, 1993.
11. Id.
12. Id.
13. Green, A. "De locuras privadas". Bs. As., Amorrortu, 1994. Págs. 161/2.
14. Winnicott, D. W. "El hogar nuestro punto de partida". Bs. As., Paidós,1993.
15. Winnicott, D. W. "La naturaleza humana", Bs. As., Paidós, 1993. Pág. 75.
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